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Toma.cl: la cobertura del lanzamiento del neuvo disco de Weichafe, Harto De Todo. Weno, es más que una reseña del show. Estuve reporteando una semana completa para dar cuenta de toda la previa. Hubo mucho material para mencionar. Muchos cambiso, algun accidente, expectación y ansiedad, de esa que se siente como cosquilleo en la espalda.
HARTO DE WEICHAFE (El Nuevo viaje de Weichafe)
Por
Héctor Muñoz TapiaLa del Sábado 28 de octubre, ya cerrando el mes de octubre, iba a ser una tranquila velada, como las anteriores, en que los Weichafe harían una preventa de su cuarto disco, “Harto de todo”, recién “salido del horno” y prometiendo para los primeros cien en comprar el combo de disco y entrada para el lanzamiento del Viernes 3 de noviembre, un DVD de regalo. Hasta ahí, todo con absoluta normalidad.
La gente fue llegando al ñuñoíno Rock y Guitarras para la cita y acomodándose para el eventual saludo y firma de discos que habían prometido Angelo, Marcelo y el Negro. Todo normal, salvo el detalle que todos pudieron ver cuando se aparecieron los cabros en el local para el saludo: el Negro Hidalgo, caballero de numerosas y gloriosas sesiones en vivo, lucía un tremendo vendaje en su mano izquierda.
“Estaba trabajando en la sala de ensayo cortando algo con un cartonero, y me rebané la punta del pulgar”, cuenta el Negro, sentado en la misma sala donde, el Jueves 26 por la tarde, sufrió tamaño accidente. Tuvo la suerte de tener la posta cerca y que lo atendieran pronto, pero el incidente le obligaba estar en reposo, al menos un mes. “Imagínate cómo estoy, si el próximo Viernes lanzamos disco y toco sí o sí”, agrega, mientras se revisa el no tan “piola” parche que reemplaza a la venda enorme que lucía el Sábado de preventa. El accidente alteró sobremanera la forma de trabajar en los ensayos de los Weichafe. Las sesiones de los días previos ya no son tan intensivas como las de antes del accidente, en donde tuvieron que darle forma como banda en vivo a las canciones nuevas.
Ese Sábado 28, a pesar de los problemas evidentes del buen negro, ofrecieron un set acústico para los presentes. Las bromas solidarias para el batero no tardaron en manifestarse, incluso entre sus compañeros. “¡Tras un esfuerzo de producción, hemos traído al baterista de Def Leppard!”, anuncia Ángelo al micrófono, en alusión directa al modo de tocar de Hidalgo: a una sola mano, con la izquierda lejos de cualquier intento de baqueta. Y se defendió bastante bien dentro de un entorno relajado con la guitarra de palo y el bajo de 4 cuerdas que tocó Marcelo. En el carrete de medianoche, el Negro ya pensaba qué hacer. “Copeteado, con calmantes, no sé cómo, pero estaré tocando este Viernes 3” .
Y, cómo ya pueden ver en las fotos, el negro tocó por dos horas y 40 minutos en un set demoledor, emotivo, honesto y agradecido, una verdadera celebración de 10 años de carrera y 7 años de discos. Una fiesta como las que sólo se dan cada cierto tiempo, el lanzamiento de Harto De todo estuvo cargado de energías nuevas, etapas que se cierran y fases que apenas están comenzando. De partida, el involucramiento total de los Weichafe en todo el proceso de un nuevo disco, desde la misma concepción de canciones, la grabación y mezcla, hasta la gestión.
La gente llegó temprano al Galpón Víctor Jara. Eran las 10 de la noche y en la puerta se agolpó una gran cantidad, con entrada en mano, clamando por un pronto ingreso. Imposible, pues aún se podía escuchar lo que fue la prueba de sonido. Pasadas las 10 con 20, las puertas se abrieron y la gente fue entrando, llenando rápidamente el recinto.
“Ojalá vaya harta gente el Viernes. Tenemos nuestro público que siempre está en todas, pero esto igual es un riesgo, hay mucho trabajo acá”, cuenta Marcelo Da Venezia, el hombre tras las 4 cuerdas del bajo (recordemos que, durante toda la carrera de Weichafe, Da Venezia ha exhibido un virtuosismo en las 6 cuerdas de un bajo). Ahora tiene uno de 4, y afinado en el mismo tono de las guitarras de su “bandmate” y amigo de más de una década Pierattini.
Juntos iniciaron este largo viaje llamado Weichafe, por allá en 1996, hace 10 años. Al poco tiempo, se les sumó Mauricio Hidalgo, un baterista que ellos ya conocían de su círculo de amistades. Desde esa precaria grabación en cassette de las canciones “Tierra oscura del sol” y “3 Puntas”, al lanzamiento del Viernes 3, han construido su historia juntos.
Lo primero que se ve en el extremadamente repleto galpón es el telón del disco rojo, ese que tiene el “WEICHAFE” en fuerte negro, tapando todo el escenario. El lienzo está justo delante de él, y funciona como una especie de muro, tal como el que construía Pink Floyd en la gira de “The wall”. ¿Acaso los Weichafe van a tocar tras el muro? En absoluto; el lienzo rojo, parte del pasado de los guerreros, simbólicamente sería echado abajo para dar paso al presente y al futuro. Tras ese lienzo rojo gigante, había sorpresas visuales y de logística.
Estas recién las sabría el público de golpe tras ver el lúdico documental que registró esas “estresantes” sesiones de grabación en la playa. Los Weichafe decidieron alejarse de todos, aislarse del mundo y de su entorno más inmediato acá en al capital, y mandarse a cambiar a la playa. Se trasladaron con casi todas sus cosas: instrumentos, equipos, maletas y todas las ganas de trabajar con el mayor agrado posible.
El registro visual de todo el relajo, creatividad y trabajo del trío fue seguido exhaustivamente por Daniel Robles, bajista de Silencio. Para Weichafe, ha grabado desde mediados de año; él dirigió el video de “Festín de muecas”, último single del tercer “Pena de ti”. Daniel cuenta que le tocó ver de todo en las sesiones. “Grababa todo el día, y no había horario de ningún tipo. Les pregunté si acaso les iba a molestar tener la cámara encima, y no pusieron ningún problema, todo fue de forma natural”, agrega.
Robles también dirigió el primer video promocional de este “Harto de todo”, para la canción “Me voy a encerrar”, el primer single. De partida, el sonido es directo y preciso: Pierattini y Da Venezia hacen exactamente el mismo riff, dando la ilusión de que hay guitarras a dos voces. El colchón sonoro perfecto para mostrar a este Weichafe “cosecha” 2006: más maduro, más limpio, más visceral y más seguro de sí mismo. El video está protagonizado por Milo Maccioni, un personaje del entorno Pierattini, amigo de la familia. Un soltero de 55 años, quien vive solo, aunque no desconectado del mundo.
“Hasta los 40, el estar sin una mujer al lado es completamente doloroso. Después, la testosterona va bajando y el cuerpo se va acostumbrando”, dice con un relajo que contrasta con la descripción del dolor que puede dar. Por cierto, don Milo es fan de Weichafe.
El concepto de “Harto de todo”, según lo que cuenta Angelo, viene de un personaje que conocieron en el sur, en una de las giras de las Escuelas de Rock. “Un fanático de la banda nos habló de un tipo, Patricio Miranda, quien vive encerrado en su casa, y sus paredes tapizadas con fotos de su vida: con su familia, con sus amigos, con sus mujeres, y en diversos lugares. No sale de su casa ni tiene mucho contacto con el exterior, sino que viaja por las fotos y revive los momentos”, agrega.
Para Miranda, su mundo está en este viaje por su historia. “Por ejemplo, si en una foto sale él con sus amigos tomando y sentados todos alrededor de una mesa, él se sumerge en la foto y revive el momento, trasladándose hacia allá. Las fotos lo ayudan a ese viaje. Puede dejar a sus amigos escuchando música alrededor de la mesa y devolverse a su casa, salirse de la foto”, cuenta Angelo, quien junto a sus compañeros de Weichafe fueron unos de los pocos en conocer a Patricio Miranda en la intimidad de su hogar. “No deja entrar a nadie, y las únicas personas con las que se siente tranquilo son los artistas, le agradan mucho los músicos”, agrega Pierattini.
La canción que completa todo el concepto del encierro como forma de viaje espiritual para poder encontrarte de verdad se complementa en la última canción del disco, “De viaje por las fotos”. Es justo en esa canción donde se menciona al que termina, eventualmente, por inspirar el nombre definitivo del concepto, el “harto de todo”. Se trata de un escritor chileno recientemente revisitado, llamado Juan Emar. Autor de vanguardia, cuyo nombre verdadero es Álvaro Yánez Bianchi, su obra fue incomprendida en su tiempo, los años 20 y 30.
Es recién desde mediados de los 70 cuando se le empieza a revisar nuevamente, dejándolo como uno de los precursores de una nueva forma de escribir. Su pseudónimo encuentra su significado en una expresión en francés, “j' en ai marre”, que significa “estoy harto de todo”. Fonéticamente, es similar a decir “Jean Emar”, el francés de Juan Emar que conocimos acá.
Este mensaje va quedando claro en las 13 canciones que componen el “Harto de todo”, y los fanáticos han comenzado a asimilarlo y a incorporarlo al repertorio de clásicos weichaferos. Tras la exhibición del documental y el estreno del video para “Me voy a encerrar”, por el sistema de sonido comienza a sonar el emblemático “Al patíbulo” de Machuca, el “caballito de batalla” de prácticamente cada actuación de Weichafe.
En medio de la canción, el enorme telón rojo se desprende y vemos un par de notables sorpresas. La primera de ellas es el enorme lienzo que cuelga en el fondo del escenario, donde podemos ver el arte integral del disco, en una reproducción de una pieza con paredes llenas de fotos y don Milo al medio, sonriendo hacia el público. El arte fue concretado por un colaborador de toda la vida, Claudio Aranda. “Las fotos que componen la pieza recorren toda la historia de Weichafe, es posible encontrar cosas de diversas etapas de su trayectoria”, cuenta Claudio, quien fue armando este gigantesco puzzle para exponer el concepto que tenía Angelo. Juntos dieron con el concepto final y Claudio lo diagramó y armó para el disco.
La otra sorpresa es la distribución de los equipos y la batería. Esta ya no está al fondo, sino que en la esquina derecha, pegada al borde de la tarima, y en directo contacto con la primera fila. Angelo al medio y Marcelo en la esquina derecha, muy pegados a ese borde del escenario que los pone en contacto directo con esos fanáticos aguerridos que se agolpan en las primeras filas. Los cabros asumen posiciones y la gente que colma el galpón les da una ovación que conmueve.
Es el inicio de una nueva etapa para Weichafe, y tienen el respaldo incondicional de su público, que responden de inmediato al riff que da partida al show, “Me voy a encerrar”: todos cantando y disfrutando. La pegada no puede ser más perfecta con “La miseria está aquí” y el salto al pasado con “Opción laverna”, en una triada sin descanso y a un Negro tocando la batería con la misma fuerza de siempre y apoyado en lo emocional con un fuerte “olé olé olé oléeee, Negroooo, Negrooooo” del público.
El show sigue con una nueva, “Cuesta respirar” y la emblemática “Tierra oscura del sol”, con el desarrollo más Weichafe que se pueda ver: a las entrañas, con Angelo contra su equipo, Marcelo llevando la voz cavernosa y el Negro pegándole fuerte a los “tarros”, un cuadro que hemos visto muchas veces, pero que siempre parece ser el primero que vemos en nuestras vidas. Otra ovación y los agradecimientos de Pierattini. “Esta va para los amigos que se hacen de noche” como intro para “Sin dormir”, casi hecha en clave “riff” Richards. Otra dedicatoria para otra nueva, la campestre/cautivante “El ejemplo”, y nos damos cuenta de que estos nuevos “hijos” son parte de una misma historia, que se integran perfectamente con sus “hermanos” mayores y que se suman a una misma sensación.
La clásica Tierra Oscura Del Sol, registrada por alguien de la audiencia...