lunes, enero 26, 2009

Sobre un enero con debuts en grande y el crecer.


Wow! Hace casi un mes que no escribo nada por acá, y creo que esto ya lo he dicho demasiadas veces, tantas que da hasta vergüenza el admitirlo. Pero vale la pena hacerlo ahora, después de lo intenso que ha sido todo el mes de enero para mí. Un mes que me ha dado algunos de los mejores momentos en la vida.

Cuando partimos con Cristóbal y Simón el núcleo que conformamos en Fother Muckers, siempre tenía yo esos sueños de tocar en grandes escenarios. No éramos la gran banda de rock, pero así y todo no hubo una sola vez que no fuéramos. Bailábamos como quien sabe que va a morir; cantábamos. Esos éramos en esos años, Los Ases Falsos. Esa canción somos nosotros en esos años de partida. Y siendo esa banda que sonaban bien mal, siempre les pedíamos más. ¡Qué buenos tiempos!

Fother Muckers en Cadeeeena Nacional...


Esos éramos. Con Diego Leonvendagar, después con el wen Vicente Fernández y sus imitaciones notables de James Blunt. Y luego con el Bozz, el Diego Sepúlveda, aceptando el reto de ser el manager y uno de los tipos con más bolas que he visto por estos lados. El núcleo seguíamos siendo el Pihuelo, Simosito y yo. Cada uno con sus fortalezas haciendo la identidad. A ella se sumó Martín, el Martao, el banmeito. Y éramos como una pandilla. Y ahora, con Soquiño sólido en los tarros y Gonzi en la guitarra, somos un ejército de cinco músicos. En este mes, pude ver con claridad que estamos empezando a ser una organización. Felipao ya es estable como sonidista zumbidista. Se nos sumó Miguel como un muy dispuesto y despierto roadie y, ahora último, nuestro wen amigo Cristóbal Fredes también las hizo de roadie. Si parecíamos tan pro el fin de semana! Al menos, lo parecíamos.

Explorador en la Cumbre del Rock Chileno II...


Esta foto es de la Cumbre del Rock Chileno II, del domingo 11 de enero de este año, cuando tocamos un set de dos canciones en casi 8 minutos y sorprendimos a mucha, mucha gente que nunca había escuchado de nosotros en sus vidas. Veía las fotos que iban subiendo y es cuático verse amplificado en una pantalla LED. Casi como si fuese un gigante, jejejejeje. Para mí, ese domingo fue un día de más de una epifanía. Quizás el día en que mis cambios como ser humano terminaron por manifestarse. Ese día comencé a sentirme más grande, a tomarme las cosas como un cabro grande. Emmylou me dijo que sonaba como un cabro grande. Y me sentía como tal. Y creo que, cuando te expones a experiencias tan fuertes, es cuando vas viendo de qué estás hecho. Me siento tranquilo: crecí. Y ese domingo en el que debutamos en las grandes ligas, en el que toqué como invitado y donde disfruté de Weichafe como si fuese un cabro chico, me lo demostró.

Tripa y Corazón...


Y la semana siguiente, La Renga llegó al Velódromo del Estadio Nacional. Y yo llegué al micrófono de Radio Futuro, debutando en las grandes ligas. Créanme, no es llegar y salir por los micrófonos de una radio pro, especialmente en una como la radio del rock. A pesar de tener 2 años y medio de programa de radio en el cuerpo (el recordado La Bestia Rock de Radio UC), nada me podría preparar para debutar en algo que lo escuchan MILES de personas. Y el debut vino con la Renga, en la transmisión del show en directo. Y después, en la nota del lunes, comentando en el estudio con el maestro Pirincho.

Enero también fue un mes en donde la pega se intensificó un par de semanas, aprendiendo mucho del cómo se reportea en serio, dependiendo del material, presionado por las fechas de entrega, quedándome hasta la noche en la radio, empapándome de Dalet hasta el cansancio… todo eso hace que ahora esté más relajado. Aprendí a hacer malabarismo. Y, con un PC adecuado para el trabajo, mucho mejor.

Fuerza Y Fortuna en el Arena...


Y lo del Crush Power Music coronó el mes de exposición mediática de los caca. Ver nuestro nombre en las micros fue alucinante cada vez que me los topaba al caminar por la calle. Se respiraba festival de verano y nosotros éramos parte de ello. Ensayamos a conciencia. Preparamos un set representativo. Lo disfrutamos. Estábamos listos. Pero no todo fue miel sobre hojuelas y el estrés nos atacó con incidentes weones que se solucionaron a última hora. El nervio es abrumador al subirse al Arena. Y la lengua hace que hayan tropiezos que se pueden resolver con clase. Pero de que tocamos bien, tocamos bien.

Después del show, una maravillosa velada viendo música en vivo, corriendo por los pasillos, leyendo a Fuguet en los sillones y en el camarín, y saltando con Los Autrénticos Decadentes y sonrisa en el rostro y un Dearest en escaleras de concreto con parlanchinas trabajadoras del Arena.

Los problemas técnicos y logísticos de los caca se arreglaron para Viña. Y la Quinta fue ALUCINANTE. Tuve micrófono al lado, así que me aventuré a pedirle palmas al público. Y la Quinta respondió. Aún estoy pa’entro, pensando en esa postal de mig guitarra acoplando a través de ese Vox y con al Quinta Vergara aplaudiendo. Hasta foto con el Negro Piñera sacamos, con un vaso de ron en la mano.

Tantas instantáneas y escenas que poblaron este mes. Y eso que quedan algunos días para que termine el mes.