domingo, enero 28, 2007

Sobre el 289, montaje urbano, Aline y Cortez en vivo este Lunes.


Alguien puso por ahí que me gustaba subir fotos feas. Lo principal que subo acá (en ambos sitios, este blog y el fotolog) es el texto de cinco mil caracteres que, a la larga, se ha vuelto un wenísimo ejercicio para ir estirando las palabras, probando frases, inventar nuevos modismos, y un etcétera tan largo que lo veo difuso en el infinito. En fin, una manera de ocupar el tiempo de ocio en algo que puede ser potencialmente constructivo.

Sin embargo, pensar en lo constructivo de textos unipersonales puede tornarse algo muy iluso e inútil de seguir con el tiempo. Revisando el archivo, veo que, con éste, he subido unos 289 textos. ¡Doscientos ochenta y nueve! Ya me queda poco para los 300, pero de eso escribiré en su momento. Tanta weá escrita, tantos caracteres subidos en estos sitios personales, tantas cosas que se pueden decir y tantas cosas que aún quedan por decir. La idea la seguiré cuando corresponda, en un número más simbólico que el doscientos ochenta y nueve.

Todo este fin de semana el centro ha estado patas arriba con La Pequeña Gigante como protagonista de una aventura por las calles de Santiago, en búsqueda de un rinoceronte. Hoy en la tarde terminó su hazaña al desfilar junto al rinoceronte cazado. La gente, eufórica por semejante hecho, salió con un entusiasmo poco visto a las calles para celebrar junto a la Pequeña Gigante, una niña enorme que le gustan los helados, duerme, va al baño y bosteza, como todos los niños del mundo. Claro que ella se queda a dormir en plazas. El rinoceronte dejó la cagá en Santiago, destrozando micros amarillas y causando verdaderos motines en zonas pobladas. De repente aparecían algunos mensajes medio raros pero bonitos, con mucha visual de por medio. La Pequeña Gigante, después de sus siestas obviamente, lo siguió y lo encontró, encerrándolo en una jaula.

La Pequeña Gigante en acción...


Alguien por ahí hizo un montaje de fotos con algunas canciones afines de fondo...


Un momento… ¿de qué estamos hablando? Esto es un montaje pue! Un interesantísimo montaje de la compañía de teatro Royal de Luxe, dirigido por un tal Jean Luc Courcoult. La verdad es que no fui a verla en ninguno de estos días más por flojera que por otra cosa. Además, el hecho de que Bachelet la despertara levantó muchas sospechas en mi paranoica mente. Imagínense. Está bien disfrutar de excelentes montajes y dejar correr la imaginación; eso es la raja y siempre lo será. También nos corresponde ejercer nuestros derechos a ocupar los espacios públicos. El único inconveniente, el que por cierto no debería dejar de ser preocupante, es que el ejecutivo nos empiece a decir cuando y cómo ocupar los espacios públicos que nos pertenecen a todos. Cercan el área del Palacio de La Moneda cuando se les antoja, cuando deberían estar abiertas siempre para todos nosotros, los ciudadanos que votamos, que pagamos impuestos, que tratamos de darle vida a las algunas veces grises calles de nuestra querida capital. No esperemos a ocuparlos cuando ellos nos digan. Es hora de que perdamos el miedo a usarlos como nos corresponde.

El Sábado, a eso de las ocho y media, y yendo a ensayar a una sala de Salvador, tomo el Metro en Estación Moneda. Me encuentro con muchísima gente esperando subirse al tren. Obviamente, casi todos venían de la Plaza de la Constitución, donde habían dejado durmiendo a la Pequeña Gigante. Y daba gusto ver ese escenario en el Metro, en verdad. Muchos padres con sus hijos, parejas adolescentes, adultos jóvenes y niños (de esos que le gustan a Maikol :p). En medio de toda esa gente, y ya en el tren yendo a Salvador, veo a una hermosa mujer junto a su hijo. Es Aline Küppenheim, quien había llevado a su pequeño hijo a seguir a la Pequeña Gigante en sus aventuras.

Aline es bellísima. Es cercanamente bellísima. Se ve cotidiana. Su rostro, por el que han pasado levemente los años, muestran sutiles, muy sutiles, huellas de acné adolescente, como el que todos hemos tenido. Le sonríe a su hijo, probablemente comentando lo “realista” de la niña gigante que duerme en la entrada de La Moneda. Qué sé yo. Sólo sé que su delgadísima figura (por Dios que es flaca esa mujer! Pero no se ve enferma ni anoréxica, no señor) proyectaba una sutil fortaleza. Debe ser la fortaleza de las madres nomás.

Les aviso: mañana toco. Y no con Fother Muckers, que están en receso de verano (con vacaciones los patúos :P). Toco con Cortez, la banda que funciona intermitentemente y que tenemos con Melo, Mimo y Pere. Estaremos celebrando el cumpleaños del gran Melo, quien se vuelve a trabajar al sure dentro de estos días, y de ahí no sé cuando vuelve. De ahí a que Cortez funcione intermitentemente. Sinceramente creo que, de tener más regularidad para juntarnos, podríamos hacer unas canciones potentes. Por ahora, le hacemos a los covers: Pearl Jam, Neil Young & Crazy Horse, Beatles, Hendrix, Mad Season, The Doors (me estoy reencontrando con ellos, ya escribiré al respecto) y, era que no, algun rocanrol por ahí. Estaremos tocando esas cosillas en el Clandestino de Guardia Vieja con Providencia (Guardia Vieja Nº 35 para ser exactos), desde las 22 hrs en adelante. Eso es mañana Lunes 29 de enero. Entrada liberada, por celebración de cumpleaños. ¿Qué mejor?

¿Por qué subí un dibujo de los Beatles de su serie de dibujos animados hechos en plena Beatlemanía? Ni idea. Pero queda bonita la foto, ¿cierto?

Un video de los Beatles animado: el episodio titulado A Hard Day's Night...


Nos vemos, cabros!

viernes, enero 26, 2007

Maikol, el engendro que (casi) todos perdonan.


Hace mucho tiempo que quería redactar este texto. Fácil, desde hace un año y medio. Pero nunca había encontrado el momento para redactarlo con relativa calma. Admitámoslo: cuando se trata de Michael Jackson (de ahora en adelante, Maikol o Wacko Jacko, dependiendo del “mood” del segundo :p), pareciera que todos tienen su juicio benevolente para él.

El recuerdo más antiguo que tengo de Maikol es el video de Thriller, el corto que dirigió John Landies, inaugurando en serio la era de los videoclips con ultra mega súper hiper producción. Maikol de zombie, bailando con otros zombies. Puta que me daba miedo! (igual que el ver a Gene Simmons de Kiss moviendo su lengua y tirando sangre mientras tocaba el bajo; ahora, ambas weás me dan risa :p).

La primera supreproducción en materia de videoclips: Thriller...


Y (casi) todo el mundo le perdona absolutamente todo a Maikol, el Wacko Jacko. ¿Qué más se puede pedir, claro está, si Maikol es un icono de la cultura pop? Como todo icono que se precie de tal, despierta una más que curiosa nostalgia. Es más, pareciera que Wacko Jacko es capaz de llevarnos de inmediato a la más pura infancia (al menos, eso quisiera él, jejejje :p), haciéndonos recordar que los movimientos de baile perfectamente coreografiados e interpretados por un ser andrógino siempre serán atractivos para los infantes que aun no descubren cosas en la vida.

Maikol hizo su fortuna al llevar a límites insospechados el ser un entretenedor. Partiendo desde niño, vendió su alma, su niñez y su salud mental a, en ese entonces, creciente industria musical, que supo aprovechar al máximo esa cosa indefinida que siempre definió a Jacko, desde esos “tiernos” años junto a sus hermanos en The Jackson 5 (quizás el último grupito pop salido de la fábrica de hits de Motown, y no malinterpreten esa frase, por favor :p). Cuando Maikol pasó a esa edad conflictiva de la adolescencia, debe haberse visto atrapado en el monstruo que ya estaba comenzando a formarse. Y, según las reglas doradas de la industria, hay que exprimirle el jugo a lo que lo está produciendo. Y Maikol siguió el juego.

De 1972: Maikol cantando Ben...


No son pocos los que me dicen que sus discos Off The Wall y Thriller son clásicos y de los mejores discos de todos los tiempos. Algunos, incluso, son capaces de colgar sus viejas ediciones en vinilo como si fuesen un cuadro de honor al que hay que venerar. Claro, cientos de millones de personas no pueden equivocarse, ¿cierto?

Yo creo que, más que si están en lo correcto o no, es hay que aplicar un poco el contexto: Maikol es producto de la masificación de la industria musical. ¿Talento como compositor? Que eso lo concluya cada uno. ¿Calidad como intérprete? También, que cada cual lo vea. Lo que sí es cierto es que el fenómeno de Wacko Jacko trasciende lo netamente musical. Sin MTV ni mercadotecnia de marketing, no habría llegado a cada hogar el mundo. En cierto sentido, Michael Jackson es el paradigma de la hegemonía de la cultura occidental para las masas: un producto ambiguo que sea capaz de tocar las sensibilidades de la mayor cantidad de gente; ultraproducido, ya pensado como producto y no como expresión artística; capaz de generar leyenda en torno a su enigmática figura; y, por sobre todas las cosas, generar un look que apele a todos lso estratos, “no importando si eres negro o blanco”.

Sus cirugías, sus cambios radicales de look y sus excentricidades ya son parte del mito urbano de Wacko Jacko. Las diversas acusaciones de índole sexual, algo que sus fanáticos acérrimos niegan con vehemencia, como cuando acusan a su monito preferido de ser raro y de ser un monstruo. Me quedo con la lúdica y ácida frase referenical que el maestro de maestros de los Weekend Update de Saturday Night Live, el gran Norm MacDonald: “homosexual pedofile”, para referirse a Maikol, el Wacko Jacko.

A propósito de SNL: un delirante "TV Funhouse" sobre Maikol...


Maikol ha llenado nuestros recuerdos de infantes con imágenes simbólicas y ambiguas, llenas de paisajes en donde todos pueden ser niños y amarse (fraternalmente) unos con otros. En Neverland trató de cristalizar ese sentimiento. Neverland, la misma que está vendiendo ahora por apuros económicos, al igual que parte del catálogo completo de The Beatles, el mismo que le quitó con no muy wenas artes a su “amigo” Paul mcCartney a mediados de los 80. Del par de colaboraciones a la “traición”. Así es Maikol, el capitalista de la música por excelencia durante los 80. El de los comerciales de Pepsi. Ese mesmo.

Disfruto muchísimo de ese ícono de la cultural occidental que fue el cisma d ecomienzos de los 90 con el florecimiento de lo “independiente” y nuevas sonoridades que siempre estuvieron ahí pero que tanta laca, tanto baile y tanta weá de imagen no dejaban ver. Todoe so cristalizado en el minuto en que Nevermind, el clásico segundo disco de Nirvana, sacó del número uno de la Billboard a Dangerous, el disco con el que Maikol intentó pasar a los 90s. Las denuncias de abuso a menores, el desgaste y, derechamente, la falta de consistencia hicieron que fuera cayendo cada vez más.

Ahora se le recuerda con nostalgia. Genera discusión y debate (“que weón eres al no gustarte Maikol!”, “¿cómo puedes mirar a huevo lo que Maikol hizo?”, etc), y deja en evidencia los vicios de la maquinaria del mainstream.

¿Qué opinan de Maikol? ¿Tenían sus cassettes cuando chicos? ¿Trataban de imitar sus pasos de baile? ¿Le guardan simpatía o les genera repulsión su sola mención? Comenten.

lunes, enero 22, 2007

Un poco sobre lo que me gusta.


Me gusta escribir. Pensándolo bien, desde siempre me gusta escribir. Aun habiendo salido de un cuarto medio matemático del Instituto Nacional, donde no te fomentan precisamente el gusto por la palabra escrita. Eso sí, quisiera leer mucho más. Tarea pendiente.

Me gusta la radio como medio de comunicación. Me explayé brevemente (saaaaa) en una entrega en el fotolog en mayo de 2005 (¿tanto tiempo ha pasado?). Aún creo en la radio. Aún me gusta lo que provoca la radio.

Me gusta el periodismo como herramienta de búsqueda de la verdad y la realidad. No creo en la objetividad porque ésta es una actitud que uno toma; ergo, algo subjetivo. Uno decide si debe concentrarse en el objeto y dejar de lado los juicios de valor. Creo que el periodismo se hace en la calle, en el reporteo y en el trabajo diario. Es ahí donde uno de verdad aprende para toda la vida. No lo niego, la universidad da herramientas, pero es el trabajo lo que de verdad va dejando. Ahí no hay nada de teoría ni cosas abstractas, sino que realidad. Y la realidad siempre nos llevará a la verdad. Y la verdad, ¿nos hará libres? Se supone que sí.

Me gusta cómo se ve el cielo después de una noche entera, o de varios días después de una lluvia intensa. No hay anda como ese sol brillante de invierno, con la cordillera encima, y esa nieve que parece helado de piña. Creo que, aparte de algunos amigos que hice allá, lo más rescatable de mi período de estudiante de ingeniería civil industrial de la Universidad Técnica Federico Santa María (el campus Santiago, que queda en Vitacura, por si acaso) era esas mañanas espejadas después de la lluvia. Esas vistas siguen siendo preciosas.

Me gusta la primavera, con ese estado medio raro en el que no hace tanto calor, pero no se tiene porqué estar tan tapado. Todo está listo para el “love mood”, como que la gente anda más animada (quizás porque se acerca el fin de año noma :p). Los árboles se llenan de a poco, los olores a flores inundan las fosas nasales y hay más ganas de decirle a una chica que me gusta. De hecho, la primavera ha sido re wena para mí en esa materia, jejejejeje.Ideal el mes de octubre, antes de que llegue ese calor amenazante de mediados de noviembre. En octubre es delicioso caminar por todos lados. Octubre es un wen mes, definitivamente.

Me gusta ella. Mucho. Me gusta regalarle pequeñas cosas que la ponen contenta. Me gusta cuando sonríe, pues esa sonrisa no tiene nada de pose. Me gusta que, muchas veces, ni siquiera se preocupe de que su ropa combine. Me gusta su sensibilidad que no da para empalagosa, pero sí lo suficiente para que me interese irla descubriendo cada vez más. A veces, creo que no lo voy a lograr. ¿Qué tienen en la cabeza? ¿Lo sabré alguna vez? El que lo descubra, será el dueño del mundo.

Me gustan los tallarines con salsa. Por lejos, es mi comida preferida. ¿Qué bife a lo pobre? ¿Qué lomito? ¿Qué weá? Los tallarines con salsa son el mejor plato del mundo, y punto. Mi comida de la perdición. No puedo comerlos seguido, sencillamente, porque mi organismo no aguantaría tanta carga. Pero aparecen de vez en cuando. Mi papá los hace muy a lo lejos, y le quedan la raja. Tan la raja, que un bis es obligatorio, moralmente hablando, e inapropiado desde la perspectiva de lo saludable. Los tallarines con salsa son el plato que tengo sí o sí en mis cumpleaños. Es que no hay nada como eso, en serio!

Me gusta el whiskey con hielo. Es raro que lo diga, lo sé. No acostumbro tomar mucho. La cerveza la encuentro medio vulgar (es como la bebida gaseosa, pero con malicia leve) y la piscola me molesta al tomarla. Bien saben los que me conocen bien que he llorado las penas en embriaguez. Sin embargo, el whiskey nunca lo eh usado para esos fines tan anestésicos. Sólo para celebrar, compartir y conversar. Por ejemplo, después de la comida de año nuevo, con mi mamá, quien también gusta de tan especial brebaje llamado whiskey. Y fue de un Jack Daniels de caja negra, damas y caballeros. No cualquier weá.

Me gusta la Gibson Les Paul con el vibrato Bigsby que tiene Neil Young. La famosa Old Black, de la cual subí una foto y aproveché de referirme un poco sobre un subject que era algo así como “las guitarras de mi vida”. No hay caso: aun quisiera comprarme una guitarra así. Por mientras, a invertir plata en ir arreglando la mía e incorporarle una palanca de ese tipo. ¿Una palanca Bigsby, de las originales? Es muy cara como para la guitarra que en este momento tengo. Pero igual tengo ganas de dejarle ese tremendo pedazo de vibrato. Es un sueño que no es tan imposible.

Me gusta el rock, el maldito rock. Tal como dice el poeta Nápoli, de La Renga. En el rock, más que música, he encontrado una forma de ver la vida, de seguir lo que más deseo en la vida y de hacerlo que más quiero hacer. Hace casi 4 años, fue el rock como forma de mirar la vida lo que me salvó de una vida condenada a la monotonía y la amargura. A los 22 años estaba preguntándome qué hacer, como dice el joven indígena que habla en Powderfinger, de Neil Young & Crazy Horse. Y fue a los 22 años cuando tuve que tomar decisiones importantes para mí. Gracias a los 22 años es donde estoy ahora.

Un video que me gusta: Neil Young & Crazy Horse, Like A Hurricane (en vivo, del 76)...


En fin…

¿Qué les gusta a ustedes?

viernes, enero 19, 2007

I Am Trying To Break Your Heart.


¿Saben? Los mejores documentales de música son los que retratan a la banda y/o al músico tal cual son, y los que logran capturar en un relato un momento de sus carreras y/o de sus vidas (tantas “y/o” las uso porque basta con uno de esos requisitos, ideal ambos ;) ). Son esos relatos que van directo al hueso, esos que cuesta dejar pasar. Esos documentales que deberían ser parada obligada para cualquiera interesado no sólo en la música, sino que en la vida misma.

¿Ejemplos? A errrsh… el retrato de un Bob Dylan totalmente irónico y con varias capas en Don’t Look Back, del gran D.A. Pennebaker (todo un “blueprint” a seguir si se quiere hacer un documental sorbe músicos); el proceso creativo con no pocas cuotas de dolor del Symphaty For The Devil de los Rolling Stones, capturados por Godard; la agonía del compadrazgo espiritual y musical de cuatro amigos de la adolescencia en Let It Be; los tres ejemplos que di son wenísimos ejemplos de capturar un instante en el tiempo, uno irrepetible, con magia y crudeza, la misma que encontramos en la realidad. Acá no hay caretas no poses de ningún tipo, sólo el paso del tiempo, las consecuencias de las decisiones y las circunstancias que levan a direcciones impensadas.

Precisamente, de esta vertiente es a la que pertenece el excelente documental I Am Trying To Break Your Heart, un docuental sobre Wilco, dirigido por Sam Jones.

El documental da cuenta del proceso por el que la aplaudida banda de Chicago atravesó grabando y finalmente lanzando su cuarto disco de estudio, el celebrado Yankee Hotel Foxtrot. Lo que comenzó como un registro relajado del proceso creativo de los Wilco, se convirtió en el registro definitivo de una de las verdades que todos sabemos pero de la que nadie habla lo suficiente: la enorme dificultad para poder hacer tu arte en un mundo que exige todo de manera instantánea.


Filmado íntegramente en blanco y negro, el documental (nombrado así por la canción que abre el Yankee Hotel Foxtrot) parte con los cinco miembros que comenzaban su 2001 grabando su nuevo disco en su loft de ensayo/centro de operaciones en Chicago. Jeff Tweedy (voz y guitarra), John Stirrat (bajo, voces), Jay Bennett (guitarra, teclados y voces), Leroy Tech (piano y teclados) y el recién integrado Glenn Kotche (batería) están trabajando con soltura y relajo en las nuevas canciones que Tweedy y Bennet han estado creando en su espacio. Las ideas van variando y las canciones se van transformando. Gracias a la mirada del fotógrafo Sam Jones, la realidad de Wilco la vamos asimilando.

Del entusiasmo de las grabaciones y la algo angustiosa mezcla y decisiones finales (que dejaron en claro serias diferencias entre los dos polos claros de la banda, Jeff Tweedy y Jay Bennett), presenciamos un desmoronamiento en la vida de Wilco como grupo: su sello, Reprise Records, les rechaza el disco y los echan de la compañía. De la noche a la mañana, Wilco se queda sin la posibilidad de mostrar su nuevo trabajo como correspondía hacerlo.

I Am Trying To Break Your Heart da cuenta de la crisis definitiva de la banda. Sin apoyo de un sello, con la incertidumbre inmediata y el conflicto interno, Wilco pasa por cambios de los cuales no hay vuelta atrás. El definitivo fue el alejamiento de Jay Bennett de la banda debido a sus cada vez más profundas diferencias creativas con Jeff Tweedy.


Como ya sabemos el final – Yankee Hotel Foxtrot fue su disco de consagración tanto de crítica como de público, siendo elegido como uno de los discos del año por muchos medios especializados, además del mayor éxito comercial de Wilco a la fecha-, podemos ver que no todo fue tan trágico para Wilco. Eventualmente, Nonesuch Records los ficha y lanzan el disco, tras unos 9 meses de angustiosa espera. Toda una espera, que Sam Jones tuvo la oportunidad fortuita de registrar con su cámara. El documental contiene algunas presentaciones en vivo tanto de Wilco como de Jeff Tweedy solo con su guitarra, a modo de ir mostrando la relación de los músicos con su audiencia.

Una pequeña muestra del documental: Heavy Metal Drummer en vivo...


El DVD es doble, con su segundo disco con varios descartes del documental, entre ellos algunos cortes en vivo sencillamente emotivos (entre ellos, una interpretación de Bob Dylan’s 49th Beard, que Tweedy hace solo con su guitarra, y Radio Cure en vivo, de uno de los shows con un Wilco de cuatro miembros, después del alejamiento de Bennett), un corto sobre la realización del documental y el trailer. Lo suficientemente colmado como para no hastiar.

Uno de los descartes: Radio Cure, en vivo...


Sam Jones filmó la seguidilla de conciertos que conformaron el increíble disco en vivo Kicking Televisión: Live In Chicago. La idea original era sacar el DVD simultáneamente con el CD doble, pero la banda se arrepintió a último minuto. Ojalá que aparezca pronto ese registro.

El DVD de I Am Trying To Break Your Heart sólo trae subtítulos en ingles. La semana pasada, me dediqué a traducirlos e incorporarlos al DVD; un proceso bastante engorroso que, en definitiva, dio wenísimos frutos. Si a alguien le interesa conseguir una copia de él, mande mail a hecrock@gmail.com para el contacto.

lunes, enero 15, 2007

Un archivo (de la u): Paper de videojuego, Super Mario Bros.


Desde el Sábado tengo uno de esos joysticks baratos que se conectan al PC vía USB. De esos que ni siquiera tienen palanca, sólo el pad con las flechas, los 4 botones numerados y los botones de arriba. Todo lo que necesitaba en esos años en que tenía un Super Nintendo (se me cayó el carné heavy, lo sé :p), que jugué bastante poco en verdad, tan sólo hasta los 13 años aproximadamente. Desde ahí, muy poco contacto, salvo en ocasiones contadas en que me he topado con alguno de esos viejos juegos por ahí.

De inmediato, bajé de un emulador para PC del Super Nintendo, esa consola de la que tan pronto me despedí para retirarme de cualquier intento de jugar a esos enviciantes juegos. Al comienzo, no podía creer que pesaran tan poco (unos 300 juegos de SNES no alcanzan a pesar ni al mitad de un CD, que son 700 mb) y que su configuración fuese tan distinta a lo que estamos acostumbrados a ver en las consolas tipo Playstation (nunca he jugado en una de esas, para ser sincero). En fin, muchos juegos igual en un tamaño tan acotado.

Obviamente, he quedado pegado con el Super Mario World, ese de las 96 etapas y en el que vas dejando grabado tu avance (menos mal; de lo contrario, sería horrible estar pegado tanto rato a la weaita, cierto? :p). Y he descubierto algo: jugar a estos videojueos tan infantiles es como andar en bicicleta: no se olvida. Hace años que no veía uno de esos juegos Mario funcionando (fácilmente, desde el siglo pasado, los noventas). Sin embargo, en mi mente se han avivado esos recuerdos de cuando jugaba hace unos 13 o 14 años atrás, (casi 15 años pue!!)

En fin…

En un ramo de mi carrera, el de Narración Interactiva para ser precisos, nos pidieron redactar un paper de un videojuego, el que nosotros elijamos. No dudé en elegir referirme a los juegos de Mario, los típicos que vienen de regalo con esas consolas de Nintendo. Elegí el primerísimo de los Nintendo, el Super Mario Bros.

Acá va el archivo:

Para ser sincero, mi relación con los videojuegos ha sido bastante irregular. De hecho, nunca he sido asiduo visitante a esas conocidas tiendas con máquinas de juegos. Gracias a unos amigos conocí el computador Atari y su clásica cassettera para cargar esos ya antiguos juegos como los de tenis, de autos y naves que disparaban muy poco.

Sin embargo, mis papás me regalaron a la edad de 10 años una consola de Nintendo, esas de 8 bits, que traían un par de controles y una pistola, las “herramientas” suficientes para poder desenvolverse en el par de juegos que traía esta mejora en videojuegos: Super Mario Bros y Duck World.

El que me cautivó de todas maneras fue el primero, Super Mario Bros, aparecido originalmente en 1985 (recién a comienzos de los 90 se conoció masivamente acá). Antes de que saliera este juego al mercado, el resto del mundo del videojuego estaba orientado a sólo conseguir puntuaciones sin mucho cambio de niveles. Por primera vez, un videojuego presentaba múltiples niveles. El juego, en sí, presentaba 32 niveles diferentes, divididos en 4 niveles por 8 mundos, en donde se da una cierta dinámica: el primer nivel era el típico de plataformas, el segundo solía ser un nivel subterráneo o un nivel donde teníamos que nadar, el tercero solía ser otro nivel de plataformas pero de altos vuelos donde tendríamos que sobrevivir dando grandes saltos y esquivando precipicios en plataformas móviles que iban de un lado para otro o de arriba abajo.

A grandes rasgos, su historia de forma lineal era aún más sencilla: Un día el reino pacifico de los champiñones fue invadido por los Koopa, una tribu de tortugas famosas por su magia negra. El tranquilo pueblo fue convertido en piedra y ladrillos, y el reino de los champiñones se fue a la ruina. La única que puede deshacer el influjo mágico de los Koopas es la Princesa Toadstool, hija del Rey Champiñón. Desafortunadamente, ella esta en las garras del Rey de los Koopas, Bowser. Mario, el héroe venido de la superficie, escucha las llamadas de socorro de la Princesa Toadstool, y junto con su hermano Luigi se dispone a rescatarla y echar a los invasores koopas.

Lo que ocurre con Super Mario Bros no ha pasado con la mayoría de los videojuegos: el papel (Mario, como personaje principal) y la cantidad de variables que pueden controlar los personajes (nosotros al jugar) es clave para el desarrollo de la historia y una narración entretenida e interesante. Super Mario Bros logra desarrollar una línea dramática y narrativa mucho más elaborada que las líneas generales para definirlo, sin por eso caer en complejidades de forma y fondo.

En Super Mario Bros se va creando un entorno propio, con sus propias reglas y situaciones adversas. Como se trata, en esencia, de una búsqueda, vamos descubriendo nuevas cosas y atando cabos que nos pueden llevar a la resolución del conflicto, que es encontrar a Bowser y rescatar a la princesa. Insisto: puede que sea demasiado sencillo, pero aún así encierra una historia detrás. Somos nosotros los que le vamos dando vida al personaje principal al dejarlo con ciertas características/poderes o con tales o cuales vidas y puntos. Pero la linealidad de la historia se mantiene intacta, pues la meta está más que clara en este juego de plataformas.

Pasarán mejoras y actualizaciones, pero la historia sencilla y encantadora de Super Mario Bros seguirán sorprendiéndonos por su capacidad de cautivarnos con un relato entretenido e interesante.

jueves, enero 11, 2007

Sobre la PSU y los cabros: al final todo sigue igual (o peor).


Esta semana entregaron los resultados de la PSU que dieron, en su mayoría, los cuartos medios del 2006, los que participaron activamente en la que los medios y la gente llamó “la revolución pingüina”. Los que defendieron, más que sus propios derechos y oportunidades, a los que vendrán después que ellos. Los que nos dieron una enorme lección de vida en mayo del año recién pasado. Esos que nos mostraron que hay que luchar por lo que uno cree. Esos mismos cabros son los que ahora, y por consecuencia de un montón de factores, están viendo qué hacer con sus “futuros” y puntajes que, en su mayoría, no se esperaban y les harán cambiar de planes.

¿Qué pasó? El resultado global de la PSU del 2006 nos muestra que, en esencia, no ha cambiado absolutamente nada. Salvo un no menor detalle: la brecha entre los colegios particulares y los municipalizados creció aún más, mostrándonos que, por más que se haya peleado por una verdadera reforma en la educación, ésta no llegará hasta quien sabe cuantos años más.

El gobierno llamó, premió y se sacó fotos con aquellos cabros que lograron puntajes nacionales. El mismo espectáculo que hemos visto desde tiempos inmemoriales, como se diría por ahí. Cabros que, seguramente (y con sus propias justificaciones), cambiaron las banderas de lucha y las jornadas de tomas en sus colegios por largas y constantes sesiones de estudios. La única forma de “progresar”, según nos enseña nuestro siempre imperfecto sistema educacional, es preparando una muy buena PSU para asegurarnos el ingreso a una carrera universitaria que, una vez terminada, nos dejará directamente ganando plata y subiendo de estatus. En un mundo donde, en la práctica nadie ayuda al que está al lado y, en verdad, a nadie le importa en qué está el de al lado, salvarse el propio pellejo se ha vuelto una filosofía de vida.

¿Y aquellos cabros que decidieron dejar su individualismo de lado y defender a los que vendrán después que ellos? Los mismos medios que en mayo los estaban apoyando y levantando como precoces líderes de opinión ahora prácticamente se estaban burlando de ellos por sus “mediocres” resultados en la PSU. De esa forma, se trata de dar el siguiente mensaje: “si sigue el ejemplo de estos cabros, va a terminar con esos resultados en la PSU; ni siquiera intente expresarse y menos salir a la calle”. Por un momento, parecía que nada hubiese pasado a mediados del año pasado.

Esas 2 imágenes nos mostraron los medios a comienzos de esta semana. Una de reconocimientos y de establecer “modelos a seguir”, y otra de frustraciones y de querer dejar en claro el “si quiere surgir, no siga a estos”. Más que mostrar, en este caso los medios estarían orientando a la opinión pública fuertemente. En casos como estos, queda claro qué es lo que está pasando: se va manteniendo el status quo.

¿No se suponía que la PSU iba a terminar con la tendencia histórica de segmentación excluyente que se recogía en la PAA? LA PSU, cuando la presentaron y la estrenaron en el 2003 prometía, principalmente, hacer un procedimiento más equitativo, en los cuales todos, absolutamente todos, estuvieran en las mismas condiciones a la hora de enfrentar la prueba. Como ya hemos comprobado (di ambas, la PAA y la PSU), esta Prueba de Selección Universitaria no dista mucho en la práctica a su antecesora, la Prueba de Aptitud Académica. Cambian los nombres y se revuelven un poco las formas, pero el fondo es exactamente el mismo.

Los preuniversitarios preparan igual que siempre. Los colegios, también. Y en esta carrera por el ingreso a la universidad, los que “triunfan” son los que tienen mayores recursos: un colegio “weno” en donde se les forme la cabeza desde que entran, preuniversitarios para ir ejercitando, etc. Para esas cosas, y como siempre ha sido, se necesita plata. Los colegios privados destinan sus recursos en la formación elitista de sus alumnos, los que son vistos como clientes a los que deben satisfacer y cumplir el objetivo: ingresar a la universidad. En los colegios municipalizados y los subvencionados, la cosa es bastante distinta: profesores muy mal pagados, incapacidad de imponer sistemas educacionales íntegros, faltad e visión. Son muchos los factores que entran en juego acá.

Voluntades para cambiar esta penosa situación hay por montones. El problema radica en la concreción de las medidas y reformas que se le puedan hacer a nuestro elitista y excluyente sistema educacional. Si los cabros en sus colegios fueron capaces de darse cuenta del problema y protestar con el alma y con fundamentos para mejorar las cosas, ¿qué mierda está faltando? Como siempre, la maquinaria del sistema, que se come al más débil. O mejor dicho, al que tiene menos en todos los aspectos.

¿Cómo es posible que, aun en nuestros días, el futuro inmediato (al menos, unos 5 años) se decida en tan sólo 2 días? ¿Acaso es ese un wen sistema para determinar los destinos de jóvenes que aún no están completamente seguros de quienes son? Creo que a todos nos ha pasado, ¿cierto?

viernes, enero 05, 2007

Match Point.


A mí siempre me han gustado las películas del gran Woody Allen. Cada vez que me topo con alguna de ellas en la tele, me quedo viéndolas sin importar qué mierda tenía que hacer en ese minuto. ¿Cómo resistirse a ese ritmo tan particular que sus relatos tienen? En todos, absolutamente todos, no falla.

Ya sea en la forma de comedia absurda, falso documental o musical atípico, Woody Allen es maestro de maestros a la hora de retratar perfiles humanos al ritmo del jazz y con Nueva York de fondo, con retratos del hombre que se ve atrapado por el avance infernal de la máquina, del sistema y de su prójimo. Son muchas las películas en que Woody Allen logra dar con la empatía necesaria para comprender de una manera impresionante el cambio del hombre inmerso en la modernidad, todo con un toque lúdico asombroso. Woody Allen nos acompaña en todas, y nunca lo ha dejado de hacer.

Lamentablemente, el mundos e está volviendo cada vez más cínico e indiferente, y sus películas ya no las estaban pescando. Lo culparon de perder el toque de su era dorada, de volverse flojo y de estar prácticamente filmando por inercia. En eso estaban todos los snobs que alguna vez lo defendieron con puros espaldarazos hasta que salió esta película redentora, esta verdadera obra maestra. Ese oasis en medio de un desierto de falta de creatividad, sensibilidad y lucidez del cine occidental llamado Match Point, la que es considerada de las mejores películas que el gran Woody Allen ha hecho en su vida.

El trailer...


Según el mismo Allen, fueron las circunstancias económicas más que las ganas de innovar las que lo llevaron a trasladar la historia de Match Point de su querida Nueva York a Londres para desarrollar una de sus películas más atípicas y mejor logradas. ¿Querer cambiar el aire? ¿Darle un nuevo giro a su estilo? Más bien, fue el hecho de que se siente cada vez menos apoyado para hacer películas en su país. Quizás, esta salida de su cotidianeidad en su Nueva York natal le permitieron jugar con distintos elementos a la hora de narrar la historia.

En Match Point, Woody Allen habla del arribismo, ese mal que carcome a muchos seres humanos. El arribismo que hace que nuestras almas se pudran en pos de metas tan falsas que no trascienden en ningún momento. Ese arribismo que es el verdadero veneno del mundo occidental que nos ha corrompido a todos. Sin embargo, nadie como Woody Allen podía tratarlo de la manera en que lo vemos en Match Point. Ese arribismo que está muy presente en las altas esferas de la sociedad, y en el montón de gente que trata desesperadamente de no perder el estatus social que va adquiriendo. La pérdida de la fachada, en este mundo artificial lo es todo para los que se rindieron ante la maquinaria de la supervivencia.

Pero, ¿qué pasaría si aparece una mujer en nuestras vidas que nos haga cambiar? ¿Seríamos capaces de dejar todo lo “logrado” atrás por ella? ¿Lo haríamos? Esa disyuntiva es la que tiene Chris Wolton (un genial Jonathan Rhys-Myers), un tenista profesional retirado que se ha involucrado con una poderosa familia de Londres, cuando conoce a Nola Rice (una increíble y bellísima Scarlett Johanssen), una aspirante a actriz que sacudirá su mundo. ¿Estará dispuesto a dejar su nueva vida en ascenso por ella? ¿Será capaz de romper con las caretas por el verdadero amor? Una disyuntiva de lo más cotidiana, pero que Woody Allen logra tratar con maestría.

Match Point nos sumerge en un viaje por el Londres de la clase alta, ese que tiene un toque victoriano bañado de aparente contemporaneidad, pero que perfectamente podría haber transcurrido en alguno de los siglos de la Edad Moderna, con su dudosa moral. Gracias a una cuidadísima puesta visual, con increíble fotografía y vistas espectaculares, Allen da un toque clásico a cada uno de los cuadros que componen la película. Esa grandilocuencia visual queda aún más reforzada con el cambio sonoro que da el director acá: en vez del habitual y característico jazz, que ha poblado las capas sonoras de prácticamente toda su filmografía, es la ópera la que invade nuestros sentidos. Woody Allen utiliza piezas de Verdi y Rossini (entre otros que no me acuerdo ahora, jejejej) para darle dramatismo de proporciones épicas al relato.

De la trama no quiero contarles mucho, pues arruinaría la sorpresa que depara en dos horras de relato magnífico en la película. ¿Para qué contarles la película, cuando ustedes mismos pueden hacerse sus propias expectativas? En Match Point la clave está en sugerir más que en explicitar, en observar y estar atento más que asimilar livianamente. Lo único que les puedo adelantar es que Woody Allen vuelve, de alguna forma, a las temáticas que fueron características de sus “años dorados” en los 70. El psicoanálisis, la existencia de Dios y el significado de la religión o la muerte están todos presentes, de una forma u otra, en esta verdadera obra maestra que es Match Point.

Hace bastante tiempo que la dieron en el cine. Hace no pocos meses que está en DVD. No tuve la suerte de ir a verla en pantalla grande, sólo en mi pieza, sin interrupciones de ningún tipo, y completamente absorto por la historia. Después de verla, sentí que estuve en presencia de una de las mejores películas que he visto en mi vida. A 3 semanas de haberla visto, aún lo creo.

Se las recomiendo totalmente. No se arrepentirán.

martes, enero 02, 2007

Sobre el año nuevo, deseos de tocatas y el Jack Daniels.


Y llegó el 2007!!! FELIZ AÑO NUEVO para todos!!! Que sus sueños se cumplan, y que este 2007 traiga harta Fuerza y Fortuna para todos ustedes!!

¿Tanto ha avanzado la primera década del siglo XXI? Me acuerdo de cuando íbamos a llegar al 200, y que los computadores iban a cagar, y que el mundo se iba a terminar. ¿Se acuerdan de la paranoia que rondaba por todos lados en ese tiempo? Y nada pasó, sólo llegó un año más, nada más que eso. Un año más, como siempre llega cada año nomá po, jejejeje.

Según pudimos ver, parece que los fuegos artificiales de todos lados estuvieron más bacanes que nunca. Al menos, desde acá, a dos cuadras de la torre Entel, se vieron espectaculares. Hace bastante tiempo que los espectáculos pirotécnicos de año nuevo dejaron de llamarme la atención. Debe ser porque ya no son sorpresa para mí. En los más de 10 años que llevamos en el centro, hemos pasado prácticamente todas las vísperas de año nuevo acá en la casa. En un cuarto piso con una excelente vista hacia la torre que lanza fuegos artificiales cada noche de año nuevo. Pero el espectáculo se me hace cada vez más “rutinario”. En una de esas, ¿mejor pasar el año nuevo en Valparaíso? Ni idea.

¡Ojala ver más tocatas en las vísperas de año nuevo! Imagínense el siguiente cuadro: un Estadio Víctor Jara, Un Arena Santiago o, porqué no, un Galpón Víctor Jara colmado de gente, dispuesta a pasar el año nuevo disfrutando de wenas dosis de música en vivo. Y no de una sola banda, no señores. ¡Un festival de año nuevo! Que se junten 3, 4 o 5 grupos para tocar todos juntos en un mismo escenario, bebiendo champagne en copas a las 12 y abrazando al prójimo. Después del abrazo, celebración con sesiones apoteósicas de rocanrol en vivo, la mejor manera de disfrutar de aquello que mueve nuestras almas y nuestros corazones. Lamentablemente, aún no veo carteles rocanroleros que se organicen para la víspera de año nuevo, sólo eventos en los días previos. Queda como misión el organizar, uno, ¿cierto?

Con la llegada de Enero, vienen las vacaciones de verdad. En los trabajos estables de todo un año, llegan los descansos de dos o tres semanas, como para aprovechar de “airearse” y salir a descansar para reponerse. En los estudios, también, pero el descanso es de un poco más de dos meses, tiempo ideal para hacer otras cosas. Idealmente, trabajar. Juntar plata para cualquier propósito que tengamos. Comenzar a hacerte “responsable”, como dicen por ahí. Yo, al menos, esperaba ensayar con Fother Muckers para pulir el acto en vivo, pero se optó por el receso de vacaciones, al menos en lo que a tocar se refiere. Ahora sólo queda mover el EP a todos lados y gestionar tocatas para Marzo en adelante. Si alguien sabe de algún evento para cuando partamos el año laboral, avísenos y contrátenos. Ubíquenos en el mail fmuckers@gmail.com y en el fotoló. Seguimos trabajando para usté.

Este año nuevo fue de los más tranquilos que he pasado en años. En general, acostumbramos a pasarlo entre harta gente, 3 familias casi siempre. Este año, fue distinto. Primer año nuevo que pasamos sólo los 4 acá en casa, con una tranquilidad tremenda. Igual se hizo lo mismo de siempre, pero en menores cantidades obviamente. La llegada de la medianoche fue de lo más relajada y la cena lo fue aún más. Mi hermana se las arregló para salir, pero yo quise quedarme. Nada de carrete, nada de andar deambulando por ahí. Preferí quedarme en casa, conversando relajadamente con mis viejos. De la vida, de la gente, y de otras cosas.

¿Y qué mejor para las conversas largas que un wen Whisky? El Jack Daniels de etiqueta negra que había en la casa fue el mejor compañero para la larga tertulia. El Jack Daniels es un wen, wen trago. No acostumbro beber, pero con este estaría más que dispuesto a acostumbrarme, jejejejejej. A pesar de ser fuerte, no asfixia ni desespera. Se va degustando con una extraña paciencia. Hay que tomarlo con mesura, con dedicación y con tiempo. Acá no sirven la ansiedad ni las desesperaciones tan habituales en las borracheras, no señor. Esas cosas son vulgares pue! ¿No creen? El wen trago se hizo para acompañar, y no para derrochar. El wen trago se hace de rogar. El wen trago se disfruta de a poco, balanceándolo con la conversa y el avance de la velada. El wen trago también sirve para suavizar un poco las cosas, hacer que decanten tranquilamente. El wen trago incluso puede tener cualidades curativas. Sentirse mejor con un trago que se disfrutó por un rato es una de las mejores sensaciones del mundo.

El wen whisky se sirve con calma, mientras se conversa relajadamente. Un vaso. Después otro. Más tarde, uno más. Y con un par de hielos, obviamente, como para refrescar un poco. También la Coca Cola es una wena compañía para el Jack Daniels. ¿Sabían que el trago preferido de los Beatles era el Whiskey con Coca Cola? El servicio a la habitación de los hoteles donde se quedaban los abastecía de no pocas cantidades de estos bebestibles del paraíso. Una verdadera delicia, si me preguntan a mí.

En fin. ¿Una apología desmedida al Jack Daniels? Creo que no. Sólo unas palabras de agradecimiento por la wena compañía en una noche de año nuevo, nada más que eso.

Si adquirir el EP de Fother Muckers, les cuento que lo estamos vendiendo a 2 mil pesos, y que lo entregamos personalmente. Sólo contáctese a fmuckers@gmail.com y nos pide uno.