viernes, enero 05, 2007

Match Point.


A mí siempre me han gustado las películas del gran Woody Allen. Cada vez que me topo con alguna de ellas en la tele, me quedo viéndolas sin importar qué mierda tenía que hacer en ese minuto. ¿Cómo resistirse a ese ritmo tan particular que sus relatos tienen? En todos, absolutamente todos, no falla.

Ya sea en la forma de comedia absurda, falso documental o musical atípico, Woody Allen es maestro de maestros a la hora de retratar perfiles humanos al ritmo del jazz y con Nueva York de fondo, con retratos del hombre que se ve atrapado por el avance infernal de la máquina, del sistema y de su prójimo. Son muchas las películas en que Woody Allen logra dar con la empatía necesaria para comprender de una manera impresionante el cambio del hombre inmerso en la modernidad, todo con un toque lúdico asombroso. Woody Allen nos acompaña en todas, y nunca lo ha dejado de hacer.

Lamentablemente, el mundos e está volviendo cada vez más cínico e indiferente, y sus películas ya no las estaban pescando. Lo culparon de perder el toque de su era dorada, de volverse flojo y de estar prácticamente filmando por inercia. En eso estaban todos los snobs que alguna vez lo defendieron con puros espaldarazos hasta que salió esta película redentora, esta verdadera obra maestra. Ese oasis en medio de un desierto de falta de creatividad, sensibilidad y lucidez del cine occidental llamado Match Point, la que es considerada de las mejores películas que el gran Woody Allen ha hecho en su vida.

El trailer...


Según el mismo Allen, fueron las circunstancias económicas más que las ganas de innovar las que lo llevaron a trasladar la historia de Match Point de su querida Nueva York a Londres para desarrollar una de sus películas más atípicas y mejor logradas. ¿Querer cambiar el aire? ¿Darle un nuevo giro a su estilo? Más bien, fue el hecho de que se siente cada vez menos apoyado para hacer películas en su país. Quizás, esta salida de su cotidianeidad en su Nueva York natal le permitieron jugar con distintos elementos a la hora de narrar la historia.

En Match Point, Woody Allen habla del arribismo, ese mal que carcome a muchos seres humanos. El arribismo que hace que nuestras almas se pudran en pos de metas tan falsas que no trascienden en ningún momento. Ese arribismo que es el verdadero veneno del mundo occidental que nos ha corrompido a todos. Sin embargo, nadie como Woody Allen podía tratarlo de la manera en que lo vemos en Match Point. Ese arribismo que está muy presente en las altas esferas de la sociedad, y en el montón de gente que trata desesperadamente de no perder el estatus social que va adquiriendo. La pérdida de la fachada, en este mundo artificial lo es todo para los que se rindieron ante la maquinaria de la supervivencia.

Pero, ¿qué pasaría si aparece una mujer en nuestras vidas que nos haga cambiar? ¿Seríamos capaces de dejar todo lo “logrado” atrás por ella? ¿Lo haríamos? Esa disyuntiva es la que tiene Chris Wolton (un genial Jonathan Rhys-Myers), un tenista profesional retirado que se ha involucrado con una poderosa familia de Londres, cuando conoce a Nola Rice (una increíble y bellísima Scarlett Johanssen), una aspirante a actriz que sacudirá su mundo. ¿Estará dispuesto a dejar su nueva vida en ascenso por ella? ¿Será capaz de romper con las caretas por el verdadero amor? Una disyuntiva de lo más cotidiana, pero que Woody Allen logra tratar con maestría.

Match Point nos sumerge en un viaje por el Londres de la clase alta, ese que tiene un toque victoriano bañado de aparente contemporaneidad, pero que perfectamente podría haber transcurrido en alguno de los siglos de la Edad Moderna, con su dudosa moral. Gracias a una cuidadísima puesta visual, con increíble fotografía y vistas espectaculares, Allen da un toque clásico a cada uno de los cuadros que componen la película. Esa grandilocuencia visual queda aún más reforzada con el cambio sonoro que da el director acá: en vez del habitual y característico jazz, que ha poblado las capas sonoras de prácticamente toda su filmografía, es la ópera la que invade nuestros sentidos. Woody Allen utiliza piezas de Verdi y Rossini (entre otros que no me acuerdo ahora, jejejej) para darle dramatismo de proporciones épicas al relato.

De la trama no quiero contarles mucho, pues arruinaría la sorpresa que depara en dos horras de relato magnífico en la película. ¿Para qué contarles la película, cuando ustedes mismos pueden hacerse sus propias expectativas? En Match Point la clave está en sugerir más que en explicitar, en observar y estar atento más que asimilar livianamente. Lo único que les puedo adelantar es que Woody Allen vuelve, de alguna forma, a las temáticas que fueron características de sus “años dorados” en los 70. El psicoanálisis, la existencia de Dios y el significado de la religión o la muerte están todos presentes, de una forma u otra, en esta verdadera obra maestra que es Match Point.

Hace bastante tiempo que la dieron en el cine. Hace no pocos meses que está en DVD. No tuve la suerte de ir a verla en pantalla grande, sólo en mi pieza, sin interrupciones de ningún tipo, y completamente absorto por la historia. Después de verla, sentí que estuve en presencia de una de las mejores películas que he visto en mi vida. A 3 semanas de haberla visto, aún lo creo.

Se las recomiendo totalmente. No se arrepentirán.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Wena Héctor. Excelente comentario, pero no estoy de acuerdo con algo. Ella era su verdadero amor, existió amor ahí? Es muy arriesgado decir que si por las siguientes razones:
1º El tipo estaba caliente y en ningún momento penso en dejar a su mujer y el futuro que le ofreciá ese conveniente matrimonio. Queria conservar a Nola como concubina por eso se pone loco cuando sabe que está embarazada. No la amó nunca. Solamente la deseó.
2º Nola tenía una vida de mierda y queria salir de ahí, trató de hace lo mismo que el protagonista pero el novio la despachó. Su decadencia comenzó después de ese quiebre y el encontrarse con el protagonista le sirvió para tener la esperanza de que ese loco la iba a tomar en serio. Era lo único a lo que se podía aferrar para cumplir con sus expectativas de vida. Por lo tanto, acá tampoco había amor. Sin embargo reconozco que la mina estaba más enganchada que el loco porque estaba en una situación de fragilidad mayor.
Eso po chanchi. Feliz año nuevo.

Anónimo dijo...

k le vamos a decir pos maestro, tremendo xorizo de texto k se pegó, vamos a seguir sus pasos!!!

bye