lunes, enero 15, 2007

Un archivo (de la u): Paper de videojuego, Super Mario Bros.


Desde el Sábado tengo uno de esos joysticks baratos que se conectan al PC vía USB. De esos que ni siquiera tienen palanca, sólo el pad con las flechas, los 4 botones numerados y los botones de arriba. Todo lo que necesitaba en esos años en que tenía un Super Nintendo (se me cayó el carné heavy, lo sé :p), que jugué bastante poco en verdad, tan sólo hasta los 13 años aproximadamente. Desde ahí, muy poco contacto, salvo en ocasiones contadas en que me he topado con alguno de esos viejos juegos por ahí.

De inmediato, bajé de un emulador para PC del Super Nintendo, esa consola de la que tan pronto me despedí para retirarme de cualquier intento de jugar a esos enviciantes juegos. Al comienzo, no podía creer que pesaran tan poco (unos 300 juegos de SNES no alcanzan a pesar ni al mitad de un CD, que son 700 mb) y que su configuración fuese tan distinta a lo que estamos acostumbrados a ver en las consolas tipo Playstation (nunca he jugado en una de esas, para ser sincero). En fin, muchos juegos igual en un tamaño tan acotado.

Obviamente, he quedado pegado con el Super Mario World, ese de las 96 etapas y en el que vas dejando grabado tu avance (menos mal; de lo contrario, sería horrible estar pegado tanto rato a la weaita, cierto? :p). Y he descubierto algo: jugar a estos videojueos tan infantiles es como andar en bicicleta: no se olvida. Hace años que no veía uno de esos juegos Mario funcionando (fácilmente, desde el siglo pasado, los noventas). Sin embargo, en mi mente se han avivado esos recuerdos de cuando jugaba hace unos 13 o 14 años atrás, (casi 15 años pue!!)

En fin…

En un ramo de mi carrera, el de Narración Interactiva para ser precisos, nos pidieron redactar un paper de un videojuego, el que nosotros elijamos. No dudé en elegir referirme a los juegos de Mario, los típicos que vienen de regalo con esas consolas de Nintendo. Elegí el primerísimo de los Nintendo, el Super Mario Bros.

Acá va el archivo:

Para ser sincero, mi relación con los videojuegos ha sido bastante irregular. De hecho, nunca he sido asiduo visitante a esas conocidas tiendas con máquinas de juegos. Gracias a unos amigos conocí el computador Atari y su clásica cassettera para cargar esos ya antiguos juegos como los de tenis, de autos y naves que disparaban muy poco.

Sin embargo, mis papás me regalaron a la edad de 10 años una consola de Nintendo, esas de 8 bits, que traían un par de controles y una pistola, las “herramientas” suficientes para poder desenvolverse en el par de juegos que traía esta mejora en videojuegos: Super Mario Bros y Duck World.

El que me cautivó de todas maneras fue el primero, Super Mario Bros, aparecido originalmente en 1985 (recién a comienzos de los 90 se conoció masivamente acá). Antes de que saliera este juego al mercado, el resto del mundo del videojuego estaba orientado a sólo conseguir puntuaciones sin mucho cambio de niveles. Por primera vez, un videojuego presentaba múltiples niveles. El juego, en sí, presentaba 32 niveles diferentes, divididos en 4 niveles por 8 mundos, en donde se da una cierta dinámica: el primer nivel era el típico de plataformas, el segundo solía ser un nivel subterráneo o un nivel donde teníamos que nadar, el tercero solía ser otro nivel de plataformas pero de altos vuelos donde tendríamos que sobrevivir dando grandes saltos y esquivando precipicios en plataformas móviles que iban de un lado para otro o de arriba abajo.

A grandes rasgos, su historia de forma lineal era aún más sencilla: Un día el reino pacifico de los champiñones fue invadido por los Koopa, una tribu de tortugas famosas por su magia negra. El tranquilo pueblo fue convertido en piedra y ladrillos, y el reino de los champiñones se fue a la ruina. La única que puede deshacer el influjo mágico de los Koopas es la Princesa Toadstool, hija del Rey Champiñón. Desafortunadamente, ella esta en las garras del Rey de los Koopas, Bowser. Mario, el héroe venido de la superficie, escucha las llamadas de socorro de la Princesa Toadstool, y junto con su hermano Luigi se dispone a rescatarla y echar a los invasores koopas.

Lo que ocurre con Super Mario Bros no ha pasado con la mayoría de los videojuegos: el papel (Mario, como personaje principal) y la cantidad de variables que pueden controlar los personajes (nosotros al jugar) es clave para el desarrollo de la historia y una narración entretenida e interesante. Super Mario Bros logra desarrollar una línea dramática y narrativa mucho más elaborada que las líneas generales para definirlo, sin por eso caer en complejidades de forma y fondo.

En Super Mario Bros se va creando un entorno propio, con sus propias reglas y situaciones adversas. Como se trata, en esencia, de una búsqueda, vamos descubriendo nuevas cosas y atando cabos que nos pueden llevar a la resolución del conflicto, que es encontrar a Bowser y rescatar a la princesa. Insisto: puede que sea demasiado sencillo, pero aún así encierra una historia detrás. Somos nosotros los que le vamos dando vida al personaje principal al dejarlo con ciertas características/poderes o con tales o cuales vidas y puntos. Pero la linealidad de la historia se mantiene intacta, pues la meta está más que clara en este juego de plataformas.

Pasarán mejoras y actualizaciones, pero la historia sencilla y encantadora de Super Mario Bros seguirán sorprendiéndonos por su capacidad de cautivarnos con un relato entretenido e interesante.

1 comentario:

Deskalibraciones dijo...

uuuuuuuuuuuuuhhh me emociono kuando alguien habla del atari jajaja
pasaba metida jugando, ahora klaro esos juegos son re fomes, solo aparece la emocion del rekuerdo kreo jejejeje
esta bueno su articulo
saludos sito
bye!