domingo, diciembre 10, 2006

Y la justicia divina... ¿cuándo?


El 10 de diciembre ya no será lo mismo. Un día en que se celebran internacionalmente los Derechos Humanos y en el que, dependiendo del movimiento de calendario, y si correspondía a ser un segundo Domingo de diciembre en un año de elecciones, sólo tendría una connotación circunstancial para la vida cívica de Chile, ahora marcará un cierre, un punto (no) final y una ruptura. Ho (y acá cito meros datos duros), Domingo 10 de diciembre de 2006, falleció el ex Dictador Augusto Pinochet Ugarte, a la edad de 91 años, debido a un empeoramiento de su condición cardiaca, una “descompensación aguda”. ¡Esas ironías de la vida! ¡Justo en el día Internacional de los Derechos Humanos!

Honestamente, yo esperaba que esto sucediera el mismo día en que confirmaron su ingreso al Hospital Militar, la semana pasada, por el infarto al miocardio. Pero, al parecer, aún le quedaba de sufrimiento físico terrenal, antes de irse derechito al más visceral de los infiernos imaginables. Hoy, finalmente, cayó. ¡Y ya cayó! ¡Y se murió! Como diría la canción popular: “adiós carnaval… ¡adiós general!”.

Es difícil no tener un juicio sobre Pin8. “Viejo culiao”, asesino, dictador, monstruo, demonio, “tata”, héroe, salvador, “mi general”. Términos tan opuestos despertaba el susodicho, que de seguro no descansa en paz. A mí se me ocurre otro: “huaso fresco e´raja”. Un weón caradura que no dudó en vender su alma al diablo y ascender a la cúspide del país, diciéndose un “patriota”. La cosa no es tan sencilla para pintarla de un solo color. O, ¿es lo más elemental del mundo? A veces, pareciera que sí.

¿Se acuerdan de los apagones, de la radio a pilas que escuchábamos informando al respecto y de las protestas? Yo sí. Era apenas un niño pequeño, de no más de 7 años de edad, y estaba plenamente conciente de lo que pasaba alrededor. El que diga que no pasaba nada es porque o quiere hacerse el weón o porque vivía en una burbuja de cristal mientras acá se peleaba en la calle por los derechos que nos son inherentes a todos.

Para mí, lo que pasó con la esencia del chileno es lo que pasó en la cúspide del poder. De tener a un dandy elegante, culto, inteligente y visionario como fue Allende, pasamos a tener a un huaso ladino, ladrón, oportunista y bruto como lo fue hasta su muerte Pinochet. Era cosa de revisar los archivos y verlos hablar en discursos y entrevistas. Son la metáfora precisa de lo que nos pasó como pueblo, con nuestra cultura y con nuestras aspiraciones. De querer trascender a querer sobrevivir. De expresarnos con una mediana civilidad a comunicarnos a grito pelao y prepotencia de cuartel. De querer formar identidad a adoptar cualquier mierda que alguien nos diga.

Pareciera que no han pasado estos 33 años. En Chile, aún no hay un consenso definitivo sobre su figura. Y vemos exactamente el mismo porcentaje que arrojó el ya legendario Plebiscito de 1988. Si se fijan en las encuestas (sé que están manejadas, pero algo es algo :p), un 55 % cree que NO se le deben rendir honores como “ex Presidente”. Prácticamente, el mismo porcentaje que, mostrando una inusitada y (gracias a Dios) no olvidada cultura cívica, le dijo que NO ese octubre de 1988. Necesitamos urgente, por nuestra salud cívica, decir las cosas por su nombre. ¿”Pronunciamiento”? NO! Golpe. ¿”Presidente Pinochet”? NO! Dictador Pinochet. ¿”Gobierno Militar”? NO! DICTADURA.

El legado de Pin8 es nefasto. ¿Acaso la “salvación económica” justifica el genocidio? Quien lo afirme, que revise su cabeza y su sentido común. Retrocedimos culturalmente. Retrocedimos moralmente. Retrocedimos cívicamente. Chile tiene una enorme herida que, esperamos todos, sane con el tiempo. Ojala que la historia se escriba como corresponde. La justicia no lo condenó y no pagó un solo día por todo el daño hecho. Ahora debe estar enfrentando ese juicio del más allá, de donde ninguno de nosotros se estaría librando. O quizás no. Quién sabe.

Lo único que me queda claro es que Pinochet fue un cobarde hasta sus últimos momentos. Es una pena tremenda para Chile que nunca en su vida haya pagado sentencia por lo que hizo. Una lástima que todos los procesos por Derechos Humanos queden truncados tras la partida de este viejo cobarde. No tiene perdón de Dios, el que tanto invocó en más de una ocasión. Quizás sí pagó, antes de morirse. Lo pagó con su salud, su estabilidad mental (si alguna vez la tuvo), su deterioro y su putrefacción física. Dejó este mundo hecho una mierda.

¿Morimos como actuamos? Si nos atenemos a este caso en particular, queda claro que sí. ¿Merece funeral de estado y honores como “ex gobernante”? No, pues su llegada al poder fue sucia, ilegítima y maricona. ¿Merece compasión? En lo absoluto; alguien tan soberbio, que nunca reconoció y asumió de verdad (¿acaso creen que fue “de corazón” la declaración de su cumpleaños número 91), no merece lágrimas.

De todo esto, lo único que me queda claro es que tenemos que dejar de decirnos “fachos culiaos”, “comunistas de mierda” y otros epítetos denigrantes que más de una vez he escuchado en mi vida, de un lado a otro, como si fuera un “ring de chuchás”. Frases tipo “si te pones comunista, te echo de la casa” no son las que deben decirse entre familiares.

Quisiera que todo mejorara. Que no le den honores que no se merece y que no se le recuerde por algo que no fue, aunque nos quisiera hacer creer lo contrario. Ojalá que el tiempo esclareciera las ideas y los juicios fuesen uno solo. Sólo así podremos aprender y crecer. Nada de olvido, que mata nuestra historia y adormece nuestra memoria.

Y la justicia divina… ¿cuando? ¿Llegará? ¿Le habrá llegado? ¿Seguirá el calvario que él mismo se forjó con sus decisiones? Eso no lo sabemos, sólo podemos creerlo.

1 comentario:

Deskalibraciones dijo...

jajajaja esta muy buena la foto jajajaja
hasta k se ns murio el tatita!!!
notable comparacion que hacian lo de la udi con el duelo nacional de gladis marin y lo k le korrespondía al tata .


saludis kuidese mucho

y


enchulame el blog jajajaja



bye!