viernes, junio 02, 2006

Archivos febrero de 2006.


Lunes 27 de febrero de 2006:

A un año del primer texto/foto.

En este minuto, me encuentro redactando un comentario sobre el concierto de U2, que concluyó hace apenas unas 3 horas atrás. Al final, me conseguí entrada para cancha y, con mi primo (el mismo de las aventuras para ver a La Renga en vivo) llegamos a eso de las 7 y cuarto de la mañana para hacer una, a esas horas, ya extensa fila para ingresar al Golden Circle, el sector más cercano al escenario, al que sólo unos 4.500 afortunados podrían ingresar.

Fui el nº 3.069 en hacerse acreedor de un puesto en tan ansiada localidad. Claro que la obtención del número fue sólo el comienzo de muchas cosas que fueron ocurriendo en el día. Más detalles, en www.toma.cl . Terminando el comentario, lo envío al editor para que lo suba a la página, con fotos e info extra incluidos. Me imagino que estará en la página durante el transcurso del día.

Hoy es una fecha muy especial: hace exactamente un año que empecé a escribir en este fotolog. Como lo mencioné en aquel primerísimo texto y foto debut (la de Bob Dylan con Neil Young y Eric Clapton, relajándose en el backstage del bobfest de 1992), este sitio estaría dedicado a la LIBRE EXPRESIÓN. Tal cual. Acá todos los que visitan están invitados a opinar, discrepar, aportar, proponer y discutir todo lo que yo escriba.

Y veo que así ha ocurrido en estas ya 169 entregas de texto y foto. Me he encontrado con cosas muy valiosas en los posteos que van dejando: complemento a la info que subo, wenas vibras que motivan a seguir trabajando, críticas constructivas, aportes notables, saludos afectuosos y muchos guiños inolvidables. El feeling que se va produciendo en un sitio como el fotolog es de lo más alucinante y lo defiendo. Quizás me enteré tarde de los blogspot, pero siguo defendiendo este sitio. Para mí, el fotolog y el blog son lo mismo, pues representan una vía de comunicación válida. No me gustan ese tipo de prejuicios como el de "el fotolog es light, mientras que el blog es más profundo y en serio". Uno hace de su casa lo que le parezca. Punto.

Justo en este primer aniversario del fotolog.com/hecrock41, parto a la playa. Sí, a la playa. Por fin! Pero no para veranear en la semana que me queda de vacaciones (Patty: entramos el Lunes 6!!), sino que para algo que, tal como lo dijo mi amigo Andrés en su blog enelsotano.blogspot.com, puede ser importante para nuestro futuro: vamos a quedarnos en una casa en la playa para grabar el primer demo de Fother Muckers. De seguro, ya saben que es el grupo al que pertenezco.

Si bien he evitado referirme mucho a los Fother Muckers al sentirme inhabilitado éticamente de opinar sobre nuestro trabajo, no tengo que privarme de contarles en qué consiste: somos un grupo de "hard beat", compuesto pro: Cristóbal Briceño (voz y guitarra 2), Simón Sánchez (bajo y voz), Diego Leonvendagar (batería), Andrés Zanetta (teclados, percusiones e instrumentos varios y quien les habla, Héctor Muñoz Tapia (guitarra 1). Llevamos unos 11 meses funcionando como grupo y contamos con varias canciones propias. Esta semana grabaremos 6 de ellas para nuestro primer demo. Ya tenemos todo listo: equipos, guitarras, bajo, teclados, batería, amplificadores, PCs con los programas necesarios para editar, micrófonos y una pequeña mesa de mezcla. por cosas de coordinación, los 5 podíamos sólo la última semana de febrero. 2 ya están en la playa. Y mañana nos vamos los 3 que quedamos.

Todo esto de la grabación me ha tenido pensando sobre todas esas sesiones históricas de grabación de discos emblemáticos. Imagínense esas sesiones en los estudios de Abbey Road en un día cualquiera de trabajo para The Beatles. También se me viene a la memoria la épica grabación del Exile On Main Street de The Rolling Stones, en la rivera francesa, con el calor por todos lados y la humedad que desafinaba a cada rato las guitarras. Y la grabación del Dark Side Of The Moon, la placa maestra de Pink Floyd, dodne Roger Waters supo hilvanar un relato sobre la locura y, junto a sus entonces compinches Gilmour, Wright y Mason, crearon una de las piezas inolvidables de nuestra historia popular. Cómo olvidar mencionar las sesiones de grabación de la trilogía de discos seminales del troesma Dylan: Bringing It All Back Home, Highway 61 Revisited y Blonde On Blonde, donde reinaba la improvisación y el wen groove de la música de raíz. Tampoco olvidar las agridulces sesiones del Yankee Hotel Foxtrot de Wilco, que tuvo tantos problemas para poder ver finalmente la luz, no sin dejar bajas del grupo. Mención con honores para Brian Wilson y sus sesiones del Pet Sounds, las que solía iniciar con oración para que Dios los ayudara a crear un disco espiritual y bello. Y, sin lugar a dudas, lo lograron.

En fin... toda esa música que nos encanta y nos influencia siempre es la que nos motiva a seguir. Es la que escuchamos y vacilamos siempre. Es con la que nos sentimos afines y que tomamos como modelo a seguir. De la manera más humilde posible.

Volvemos el próximo fin de semana, justo antes de entrar a clases.

Nos vemos pronto!!



Domingo 26 de febrero de 2006:

El humor, según Coco Legrand: Elemento de construcción.

Ha pasado poco más de una hora desde que terminó lo que todos estábamos viendo (y el que no lo vio, es un espermatozoide fallado): la hilarante rutina del maestro Alejandro González, más conocido por todos nosotros como Coco Legrand.

Ahí lo ven. Una foto sacada de alguna de sus presentaciones en su teatro Circus OK. En ella, se puede apreciar toda la energía, delirio, pasión, locura, compromiso, entrega, histrionismo, tripa y corazón que pone en cada una de sus actuaciones. El mismo que nos ha hecho reír durante toda una vida a la mayoría con su particular y aguda visión de la realidad chilena. De nuestra realidad. De aquella que dramatizamos y vemos peor de lo que realmente es.

Para el inepto que no lo conozca, el Coco es el bufón de Chile. Es el que se encarga de contarnos las más crudas verdades sin que dejen heridas incurables, sino que una reflexión que apunte a la búsqueda de soluciones concretas, viables y esenciales a nuestra eterna problemática de existir en una sociedad que se la pasa echándose al bolsillo las cosas que deberían importar. El Coco ya lleva más de 35 años en esta labor, que podría resultar bien ingrata si no sabemos digerir y entender el mensaje.

El Coco no es un simple cómico. El Coco es un cómico completo. ¿Creen que la pega del que hace reír es contar sólo unos chistes fáciles para que la gallá se ría un rato y después se mande a cambiar? No. Si creen eso, tomen pastillas para desaweonarse. La gran labor del comediante es la de hacer una radiografía de lo que acontece a su alrededor. El que se dedica a la comedia debe ser un tipo inteligente, despierto y mordaz en sus comentarios. De todas maneras, debe ser un tipo que supere la norma. ¿Se imaginan a uno de los espermatozoides weones como cómico? Esos son los Rupertos y cualquiera que salga de la factoría somnífera de Kike 21. Para un cómico de verdad, se necesita un tipo con verdaderos cojones. Más bien, con verdaderos cocos.

Un verdadero cómico no ridiculiza a la "victima", sino que expone sus defectos de manera profunda y con altura de miras. Con ello, pretende dar un ejemplo de cuales son los ripios y los males de una sociedad. Así, se busca extirpar esos cánceres sociales que envenenan nuestra tierra. El burgués gentil hombre, una sátira de Mollière que muestra el arribismo de la naciente burguesía francesa del siglo XVIII, es una muestra clara de lo anterior.

Coco Legrand, básica y sustancialmente, mostró el mismo show que hace en su teatro y sus giras por el país. Ahora su foco está puesto en la vejez. La vejez joven, como él mismo lo dice. El tipo que toma pastillas para dormir, para levantarse, para ir al baño y para que el "padre de sus hijos" funcione. El viejo que, luego de jubilarse y tener mucho tiempo para hacer cualquier cosa, decide sumergirse en esa literatura femenina tan en boga hoy en día. Y concluye lo siguiente: el hombre está hecho para expulsar, y la mujer, para retener. Justo cuando cree que ya comprende a la mujer, resulta que ella se le adelanta. Y el círculo sigue vigente.

Este viejo también está muy conciente de porqué los jóvenes quieren "borrarse": no se quieren parecer a los adultos que les heredaron un mundo desechable, en el que todo se puede tirar a la basura, sin importar las consecuencias, tanto para terceros como para nosotros mismos. De la rutina, se desprende que la solución no es cerrar las botillerías más temprano (si éstas cerraran a las 3 de la tarde, a las 12 estarían todos raja) ni poner más carabineros en las esquinas (con una caja de Casillero Del Diablo hasta puedes comprarlos), sino que mirara el mundo que estamos dejando y comprender que cuando lo valoremos y lo cuidemos, la siguiente generación sentirá que fueron traidos a un mundo hecho con amor y comprensión.

¿Dónde calza el humor en todo esto? El humor es esencial para que sucedan todos esos cambios que tanto necesitamos. Coco Legrand lo explicó bien en su genial rutina de hace un rato en Viña: lo contrario al humor no es la seriedad, sino que el drama. Tendemos a dramatizar todo y a creer que el mundo gira en torno a nuestros problemas y a nuestras necesidades, que el resto poco importa y que ojala lleguen después de mí. Individualismo creo que se llama eso.

En cambio, el humor te obliga a estar pendiente del resto del mundo, de conocer sus problemas, tratar de entenderlos y buscar soluciones. Las tragedias del mundo no parecen ajenas y siempre le pasan a un vecino al que podemos ayudar. No es MI carga, es NUESTRA carga. Somos uno, pero somos distintos. Todos lastimamos alguna vez. Pero lo importante es sacar lecciones y una sonrisa después de cada caída.

No basta decir "ríe cuando todos estén tristes", sino entender porqué están tristes, y de ahí reírnos juntos. Coco Legrand lo dijo mejor que nadie: los chistes representan las necesidades de un pueblo. No son sólo historias para pasar el rato o hacer más amena una reunión social. Son experiencias de vida que nos permiten construir mejor el país.

Firma: el hijo weón.


Sábado 25 de febrero de 2006:

El Día en que La Renga dio la mejor de todas las sorpresas.

Después del primer show de La Renga en Santiago, con mi primo Francisco nos propusimos viajar a Buenos Aires para asistir al primer show de la banda argentina en el Estadio Monumental de River Plate, un Sábado 29 de noviembre de 2002. Después de ese fabuloso show y entretenidísimo viaje en bus (donde conocimos a Juan Alvarado, un increíble ser humano), volvimos a Santiago satisfechos.

Pero el destino tenía preparada otra sorpresa: TOMA Producciones, la productora que trajo a La Renga en octubre de 2002, programó una función de la película Insoportablemente Vivo (la legendaria grabación del show que La Renga dio en el Estadio Huracán en mayo de 2001), que sólo había sido exhibida en Argentina en funciones especiales y de gira por el interior. La función quedó programada para el Viernes 20 de diciembre de 2002, a las 8 de la noche. Un Viernes que partiría con wen rocanrol en film.

Con mi primo-hermano, confiándonos en que todo parte un poco más tarde, llegamos unos minutos después de las 8 al Teatro Novedades, en Cueto con Huérfanos, una hermosa zona que el troesma Mauricio Redolés ha usado de inspiración. El Novedades no tiene telón, por lo que la pantalla era la única forma de tapar lo que había detrás del escenario: los equipos de los Weichafe. "Wena! Weichafe hará algunos temas al final!", pensamos mientras nos acomodábamos para la película.

Recién pasadas las 9 de la noche, comenzó la película. Los primeros minutos contienen una entrevista a La Renga de 1994, con una sencillez impresionante. Enseguida, la previa en el Huracán de mayo de 2001, con la gente en éxtasis rocanrolero, mientras sonaban detonaciones y derrumbes de civilización. Y el león llega para el saludo con Panic Show. Chizzo canta profundo y su guitarra saca llamas; Tete y Tanque hacen una sencilla pero sólida base de hard rock y todo toma vuelo. Para los que nos sabíamos el disco en vivo de memoria, resultaba curioso ver en imágenes lo que por más de un año sólo nos imaginábamos gracias al arte del disco doble. Y la reacción de los espectadores es única: corean saltan, vacilan. Tanto como si fuese un show de verdad. A simple vista, pareciera que estamos en presencia de un show en directo. Hay magia en el viejo teatro.

Con el fin de El Hombre De La Estrella, viene un homenaje al staff completo de La Renga y el intermedio de la película. Sacan la pantalla y aparecen Angelo, Marcelo y el Negro en escena. Con el disco rojo recién estrenado, los Weichafe son recibidos con entusiasmo. Tocan Pichanga, No Es Malo y Tres Puntas. La gente está conforme. Después del tercer tema, Angelo dice lo siguiente: "ahora vamos apresentarles a unos amigos de Argentina, un grupo nuevo". A continuación, todos e derrumba: Tanque, Tete, Manu y Chizzo aparecen en el escenario!

Recuerdo que todos nos abalanzamos hacia adelante. Quedamos todos pegados, yo en primera fila. La Renga (o, más bien, un 80 % de La Renga), parten con El Rey De La Triste Felicidad. La gente salta, corea y se conmociona. Mi estatura me juega en contra y mis ojos topan con el borde del escenario. Gianni Luna, mánager de Weichafe, me vislumbra adelante y le dice a uno de los técnicos que me suba al escenario para que me siente en la orilla. Quedé a 2 metros de distancia del Chizzo. Visibilidad única y semi-VIP, jejejejje.

El show fue notable. Un set de 11 canciones. AL Triste Rey le siguieron Tripa Y Corazón, Despedazadopor Mil Partes, Lo Frágil De La Locura, Detonador De Sueños (esrteno en vivo para Chile, pero ya conocida por los que los vimos en River), Veneno, La Balada Del Diablo Y La Muerte, una pegada increíble de aquel primerizo Buseca Y Vino Tinto con una adecuadísima Noche De Paz a-la Sumo y Panic Show (en el setlist de ellos aparece como León :P). Después, Chizzo invita a los Weichafe para que tomen sus instrumentos y jutnos toquen Hey Hey My My, el himno del viejo y querido Neil Young, adaptado al español y reinterpretado con la fuerza de la máquina del hard rock que sólo necesita una guitarra, un bajo y una batería. "El rocanrol no morirá jamás", vocifera el Chizzo, en perfecta adaptación de la consigna del troesma canadiense.

Pero falta el último tema, el cierre de cada show de La Renga, aunque sólo sea de una hora y 12 canciones. Llega Hablando De La Libertad y el Novedades se cae. Fue emocionante ver esa entrega de la banda y de los 200 que estábamos ahí. Inolvidable! Increible! Excelente! Las palabras son pocas para poder expresar lo que se sintió estar ahí, sentado al borde del escenario, cantando con todas las fuerzas.

El show termina y vuelven a poner la pantalla. Se vino la segunda parte de la película, el resto del registro. Pero no fue completa esta: debido al leve atraso, el eventos e topó con la hora fijada para devolver el teatro. La película fue detenida en medio del solo del gran Pappo (QEPD), quien improvisó licks en Hey hey My My. La pantalla es retirada y la gente comienza a emprender retirada.

Quedé afónico de tanto corear y cantar. Pero feliz. No todos los días se asiste a un concierto sorpresa.


Viernes 24 de febrero de 2006:

Sobre José Feliciano, el show de Johnny Cash y otras yerbas.

El Festival de Viña nos muestra (por enésima vez) lo ignorantes, desubicados, faltos de iniciativa real y carentes de cualquier noción de cultura general que pueden resultar tener los periodistas d espectáculos que cubren el certamen de la Quinta Vergara. Por si alguno no lo sabe, cuando llegó el maestro José Feliciano a nuestro país para presentarse en la jornada de hoy (hace sólo unas 4 horas aprox), lo trataron pésimo: en la conferencia de prensa de bienvenida, lo trataron de acabado, que su carrera ya estaba llegando a su fin y le preguntaban cómo lidiaba con la decadencia. Obviamente que Feliciano, uno de los guitarristas más virtuosos y de verdad que siga vivo, se molestó con el ingrato recibimiento.

Pero, como todo maestro que se aprecie, Feliciano les tapó la boca con su talento. El sólido show que dio hace un rato es, lejos uno de los más sólidos que se recuerden de los últimos años. Al igual que otro maestro no vidente Ray Charles, José Feliciano se pasea por los más diversos estilos. En su show de una hora de duración pudimos escuchar boleros, baladas, soul, rock, ritmos tropicales y r&b de aquel de viejo cuño. Simplemente maravilloso.

Era obvio lo que iba a pasar: Feliciano demostró oficio, sabiduría, humildad, entereza y pasión con su genial interpretación en todas esas diversas paletas. Canciones como Paso La Vida Pensando, Bambolero, el cover para If You Don´t Know Me By Now, su clasiquísima versión para Light My Fire, un sorpresivo Qué Será en el bis y un cierre potente con el guiño a Ray Charles en What I´d Say. Lamentablemente, lo cortaron al comenzar la clásica de Charles. Pero, en Radio Cooperativa, se escuchó completo. Y Feliciano hizo que esa Quinta temblara.

¿Qué esperar de un músico con más de 40 años de trayectoria? Con más de 60 discos editados (tanto en inglés como español), José Feliciano ha recorrido el mundo con sus presentaciones y ha levantado un prestigio único. El corssover que ha logrado es digno de admiración, además de su interés por experimentar desprejuiciadamente con la música. Domina tanto la española como la eléctrica. Se pasea por el jazz con la misma frescura que con la que interpreta boleros y flamencos. Para que se hagan una idea de lo crossover que es José Feliciano, a mediados de 1967 se presentó en el The Ed Sullivan Show, el programa de variedades más importante de la tele gringa de esos años. El mismo programa que tuvo una audiencia de 73 millones de espectadores cuando actuaron The Beatles.

La foto que ven es histórica. Y es una prueba de lo grande que es José Feliciano, uno de los guitarristas más virtuosos que siguen vivos. La imagen es del 21 de enero de 1970 y fue tomada durante las grabaciones de The Johnny Cash show, el programa de presentaciones que tuvo el legendario hombre de negro durante dos temporadas. Ahí, Feliciano hizo un dueto con Johnny Cash en la canción Guess Things Happen That Way.

Para los que no hayan escuchado sobre el programa que tuvo Johnny Cash, les explico: después de su regreso en grande a la escena, a Cash le ofrecieron ser el presentador de su propio show de variedades. En The Johnny Cash Show, el maestro de negro invitó a muchos músicos: Bob Dylan (el dueto con Cash es sencillamente sobrecogedor), Joni Mitchell, Roy Orbison, Carl Perkins, Neil Young, James Taylor, Linda Ronsdant, The Guess Who, Stevie Gonder y varios más. Uno de los invitados en la segunda temporada fue un joven guitarrista e intérprete portorriqueño lalamdo José Feliciano.

“Ladies and gentleman… José Feliciano!”, dice el maestro de ceremonias Johnny Cash para presentar al joven guitarrista. Lo entrevista brevemente y le pregunta sobre una presentación en conjunto con Carl Perkins y Merle Travis que tuvieron hace pocos días atrás. Feliciano el cuenta sobre ella y Cash invita a ver unos minutos de dicha presentación.

Y lo que podemos ver es notable: los tres guitarristas, eximios en su instrumento, improvisan relajadamente sobre estandares de country y rockabilly. Se van interrumpiendo para cambiar de tono y turnarse en los solos. Es un momento increíble, no hay dudas al respecto. Después de revisar el archivo, Cash deja a José Feliciano solo en el escenario para que interprete una canción. Feliciano le dice que es una canción nueva, que compuso con su esposa. La canción es una balada llamada Life Is That Way, y tiene el corte clásico de Feliciano en la interpretación: voz sólida, guitarra ídem, sentimiento puro.

Ese momento histórico es el que sale en un DVD compilado inédito con lo mejor del The Johnny Cash Show. Por esas cosas del intercambio, lo tengo hace casi dos años y muestro ese segmento cada vez que puedo. La mayoría dice “uuuhh!! Cómo eso de que José Feliciano actuó en el show de Johnny Cash? Que raro!” La reacción no es extraña, considerando que el momento es tan único como extraño. Pero es un imperdible, de todas maneras.

Ojala alguno de los periodistas que estuvieron en esa humillante conferencia de prensa hubiese sabido esto y haberle preguntado. Pero falta mucho todavía para que suceda. Primero, darle la importancia a las cosas que la merecen. Pro andan preocupados de elegir reina del festival y de los besos de los conductores. ¿Qué podemos esperar?



Jueves 23 de febrero de 2006:

Riot Act.

Para mí, Pearl Jam sólo ha mejorado con el paso del tiempo. Incluso me atrevo a decir que es injusto echarlos al mismo saco del Grunge que los echan siempre. No me parece correcto que el grueso de la gente los recuerde por los dos primeros discos, Ten y Vs, pues lo que viene después es muchísimo mejor.

El Pearl Jam que me gusta y que sigo es aquel que hace canciones memorables. No necesariamente ocupando poderío eléctrico ni catarsis escénica, sino ese Pearl Jam que es capaz de tomar una acústica y crear una melodía sublime con la misma pasión con la que toman las eléctricas y dejan la mansa cagá arriba de la tarima. El Pearl Jam que es capaz de transmitir la pasión, la intensidad, la fuira, la calma, el corazón, la mente y el espíritu con una misma vibra. Ese es el Pearl Jam que dejó todo de sí en ese ya remoto Riot Act, su octavo disco oficial, de fines de 2002.

El Riot Act va para convertirse en un clásico. El quinteto de Seattle ha crecido muchísimo y es capaz de seguir evolucionando sin olvidar su pasado. En Riot Act encontramos el trabajo bien hecho de 5 músicos creadores que son capaces de encerrarse a crear wena música las pocas veces que coinciden en una sala. Nótense los créditos en la producción: Pearl Jam vuelve a contar con Adam Kasper, responsable de Vitalogy, y a Brendan O´Brien en la mezcla.

El disco parte con una original de Eddie Vedder, Can´t Keep, el que sigue la atmósfera medio bluesera de varios pasajes del Binaural del 2000, con un groove increíble. Y todos e acelera a mil con ese genial punketazo (al menos, en espíritu, que los Peral Jam tienen de sobra) que es Save You, un single seguro y candidato ideal para convertirse en un clásico de estos comienzos del siglo XXI, tan vigorosa como carnal. Después, un himno desde la primera vez que se le escucha: Love Boat Captain. Acá todo está en su punto: las guitarras de Mike McCready y Stone Gossard, la base sólida del bajo de Jeff Ament y la batería del gran Matt Cameron (que pareciera que ha estado en la banda desde siempre) y un sentido Vedder en la voz, catándole a las víctimas del fatídico show en Rockshilde. Tan conmovedora como para destrozarte de una vez y dejarte listo para el renacer.

A continuación, un par de momentos rockerazos con Cropduster (escrito por Cameron) y Ghost (de autoría Ament). Inmediatamente después, el ritmo baja para traernos lo mejor aprendido de la escuela clásica de Neil Young con The Who combinados que Pearl Jam ha hecho suya, en I Am Mine, una hermosa canción de Vedder, con una intensa temática en su letra, y primer single de este disco (¿recuerdan el videoclip minimalista donde sólo salen tocando en vivo la canción?). Le sigue otra de Vedder, una balada acústica a-la Neil Young llamada Trumbling My Way, una de las perlas más queridas del Riot Act.

Llega el sonio atmosférico en You Are, pegado de una que aspira a ser clásico de grandes audiencias como es Get Right. De nuevo Pearl Jam trae a la carga su maquinaria de pasión e intensidad con Green Disease, que funciona increíble en vivo. Después, uno de los mejores momentos del disco: la canción protesta en Bushleaguer, con un Vedder de voz sacada casi de un megáfono dirigiendo una marcha en Washington, de esas que ya ni se ven en el cada vez más conservador USA de nuestros días; este pedazo de canción perfectamente podría estar en el catálogo de Springsteen.

Después, otra perla de rock directo a la vena, con ese notable trabajo en conjunto que se escucha en 1/2 Full, dando paso a la "instrumental" del disco: Arc, con Vedder haciendo coros prácticamente celestiales acá, sirviendo de adecuado puente para la que cierra el disco, All Or None. Esta última canción hace que todo el Riot Act tenga sentido como un colectivo. Este cierre conecta apropiadamente con la apertura de Can´t Keep, haciendo que el círculo en torno a esta placa se cierre y deje la sensación de haber escuchado un trabajo íntegro, lo que cuesta mucho hacer por estos días.

Me agradó mucho que en el concierto del Martes 22 de noviembre, cuando pude ir a verlos, incluyeran al menos una canción de este genial disco. Tocaron Save You, y pude darme cuenta de su poderío al verlos casi desangrarse en la entrega. Esas son las instantáneas que van quedando grabadas con fuego en la memoria. Esos son los momentos que se agradecen en estos shows de entrega completa tanto de la banda como de los que vamos al show. Eso fue lo que nos transmitieron desde el escenario.

No sé si necesariamente Riot Act sea el mejor que haya grabado Pearl Jam (de hecho, pienso que el mejor aún está por llegar), pero sintetiza de manera sublime varias de las cosas que pudimos escuchar en No Code y Yield. Lo que sí puedo garantizar es que, después de escucharlo, queda la sensación de un logradísimo trabajo.

Ahora, sólo queda esperar a que salga l nuevo disco. Corren los rumores de que el primer single del nuevo disco, aún sin nombre, sería una canción llamada World Wide Suicide. En una entrevista a una radio brasilera, Vedder dijo que el nuevo disco es, lejos, el más agresivo que hayan grabado.

Si viene así de intenso, se le espera con ansias.


Miércoles 22 de febrero de 2006:

El Respetable.

En aproximadamente unas 19 horas más comienza el 47º Festival Internacional de la Canción de Viña Del Mar. Una vez más, la fiesta de nuestro país brillará con su característica decadencia y su extraña cercanía. Los artistas que no son artistas tendrán pantalla, las modelos argentinas pelearán implante tras implante su cupo por ser reina de una fiesta podrida y saldrá muucha mierda en contra. El mismo espectáculo de cada año.

Lo que no cambia es lo que pasa con el público. El conocido “monstruo”, que con sus vítores o chiflas tiene el poder de llevar al intérprete a la gloria de unos 10 minutos o de hundirle su carrera por unos 10 años. Si hay algo que rescatar de esa fiesta putrefacta y decadente en el Festival es el poder del público. "La voz del pueblo", como le dijo el "Puma" en ese minuto. Claro que ese “monstruo” ahora está demasiado influenciable: se engrupe con facilidad. Debe estar viejo y cansado.

Las manifestaciones masivas han estado presentes desde que el hombre comenzó a juntarse en grupos. Su necesidad de expresarse lo llevó a comunicarse con su semejante y a organizarse. Escribió en las cuevas y dejó su mensaje. Luego, escribió en las pirámides y le rindió culto a sus dioses de manera más elaborada. Y los ritos se volvieron más paganos, más humanos, más complejos. Hubo iluminados talentosos y gente que los veía en su labor. Todo dentro de lo ritual. Los griegos desarrollaron el teatro y las artes de la representación como nadie antes y todo maduró para tener la forma que, básicamente, se ha mantenido en el tiempo. Un intérprete, un público y un mensaje.

Claro que, con el paso del tiempo, todo se ha ido mezclando y retroalimentándose. El arte deja de ser de elite y se mezcla con lo autóctono. Los cuentos de voz en voz, los cantos populares, las plegarias. y todo en comunidad, por supuesto. Y no sólo para expresiones artísticas: el deporte ha tenido una relevancia única, desde aquellos tiempos de circo romano y olimpiadas. El atleta o deportista, al igual que el actor, músico, poeta o pintor, cumple la misma función de ser una especie de semidiós que puede hacer algo que la mayoría no puede. Y ahí radica la fascinación por verlos y seguirlos masivamente.

Que curioso! Justo recuerdo algo de 24 Hour Party People, la película en clave de falso documental sobre la escena del "Madchester". Al comienzo de la película, vemos un concierto de los Sex Pistols en Manchester. Hay sólo 42 personas en el público, pero varios de ellos serían figuras claves de la escena británica (Joy Division, Happy Mondays) y el periodista-productor Tony Wilson, quien describe ese episodio como histórico. "Mientras menos gente, más importante", repite más de una vez durante la película.

¿Estaría Wilson en lo correcto? Entonces, ese Shea Stadium de The Beatles en el 65 no es histórico. De esa manera, el Woodstock del 1969 y el festival de la Isla de Wight son insignificantes. Tampoco el Live Aid ni el Live 8, conciertos ultra masivos. Los varios River llenos que llevan los Stones en el cuerpo no serían nada. Y un Estadio Nacional repleto para el concierto de Amnistía no significaría nada. Creo que Wilson puede haberse equivocado un poco en esa relación inversamente proporcional entre número de gente y relevancia histórica. Hay varias excepciones que confirman la regla.

Aún así, ver una foto de una multitud genera sensaciones encontradas. Si bien vemos numerosas cabezas y un mar de almas, perfectamente puede ser un cuadro que no represente la realidad. Recuerdo los shows de La Renga acá en Chile, los dos últimos en que trajeron las pantallas gigantes. Y mostraban antes del show imágenes del público en la cancha y galerías. Les juro: parecía ser mucha más gente de lo que yo veía con mis propios ojos estando en la cancha en un show y en galería en el otro. También distinto en un show de Weichafe: aunque sean no más de 150 personas, la intensidad de estar ahí en la s primeras filas te hace pensar que hay unas 2 mil. Todo depende de la perspectiva.

La foto que subí es del histórico concierto de The Rolling Stones en la playa de Copacabana en Río de Janeiro. En una ciudad donde el contraste entre ricos y pobres es vergonzoso, se desplegó una maquinaria enorme para el show de mayor masividad de la historia reciente. Aproximadamente, un millón y medio de personas estaba en esa playa para ver a los Stones, quienes no cobraron entrada. Fue titular en varias partes y las fotos dieron la vuelta al mundo. Pero, mirando honestamente el retrato de la masa... ¿se puede apreciar la magnitud de lo sucedido? No parece más bien un mapa a escala de un terreno bastante peculiar? ¿No parece hecho digitalmente con gráficos de computadora? Visto desde lejos, parece falso.

Haber estado en la playa de Copacabana debe haber sido toda una experiencia. Una amiga parece que estuvo ahí y quiero preguntarle qué tal todo cuando regrese a Chile.

Por mientras, a ver si el "monstruo" de la quinta se sigue viendo más monstruoso de lo que es.


Martes 21 de febrero de 2006:

At Folsom Prison.

¿Otro disco en vivo? Sí, otro disco en vivo. Claro que éste es especial: no todos los días un cantautor legendario va a dar un show ante 2000 internos de una prisión. Es que, como pueden imaginarse, semejante audiencia es especial e intensa. Tanto como cualquier público encendido de nuestro lado del mundo. Eso es lo que se percibe de inmediato en el increíble At Folsom Prison, editado en 1968, grabado durante la histórica presentación de Johnny Cash en la prisión de Folsom un 13 de enero de ese mismo año. Apareció una edición remasterizada con 19 tracks. Esa es la que tengo y la que degustaremos en esta ocasión.

Para el show en la prisión, Cash eligió un selecto set de canciones referidas a los problemas de aquellos que están privados de la libertad, a los que han sufrido mucho en esta vida terrenal, a aquellos forajidos que hacen de sus aventuras verdaderas leyendas de reveldía y a todos esos que, por el juego del destino, terminan en una tragedia. Letras fuertes. Palabras que calan profundo. Experiencias de vida que van más allá de los convencionalismos. Sufrimiento. Dolor. Oscuridad. Negro. Eso es lo que hay en estas letras bañadas de una increíble música Country de esas de las mejores que pueden haberse tocado en cualquier época.

La alineación de la banda del hombre de negro para la ocasión era de lujo: a sus habituales Tennessee Three (Luther Perkins en la guitarra, Marshall Grant en el bajo y W.S. Holland en la batería) se les suman Carl Perkins en guitarra, la eterna compañera de Cash June Carter junto a su familia en voces, y a los Stalter Brothers en más voces aún. Pero el que destaca es, sin lugar a dudas, Cash en persona. En este registro se le escucha seguro, poderoso, intenso, profundo, lúdico, solidario, en una extraña armonía y eterno. Su estampa sombría y penetrante encuentra un espacio acá entre las paredes de la prisión de Folsom. Johnny Cash conecta con su audiencia ye so se nota en los 55 minutos de este disco remasterizado.

El disco parte, era que no, con su marca registrada: “Hello, I´m Johnny Cash!”, el saludo habitual y característico del hombre de negro, y parte de inmediato con aquella primerísimo canción que es Folsom Prison Blues, la que tiene una de las líricas más descarnadas sobre el abandono, la pérdida de la humanidad y el desamparo… todo esto con un sonido de tren. El ritmo baja un poco con la que le sigue, Busted, cantada con una sorprendente dulzura por parte de Cash. A continuación, un momento divertido en Dark As A Dungeon, donde Cash enreda las letras y se ríe de sí mismo en medio. La que le sigu es una conmovedora I Still Miss Someone y el aviso de Cash a la audiencia para recordarles que el show está siendo registrado, “así que no digan palabras gruesas como ´mierda` y ´carajo`, ¿ok?”, pegándola con una electrificante Cocaine Blues. Tanto Cash como el público están en fuego.

Unos avisos de recepción y el show sigue con 25 Minutes To Go, Orange Blossom Special (con el hombre de negro en harmónica!) y la conmovedora The Long Black Veil. A continuación, un momento clásico: Johnny Cash hace referencia al agua amarilla que tienen en la prisión, logrando las cómplices risas del respetable; todo eso, para la hermosa Send A Picture Of Mother. Después, la relajada y reflexiva The Wall. A continuación, Cash anuncia que hará un par de canciones “románticas”: Dirty Old Egg-Suckin´ Dog y Flushed From The Bathroom Of My Heart. Después, una dedicada a un interno en su cumpleaños 28, Joe Bean.

Y acá es donde Cash invita a su compañera June Carter a escena para un dueto de lujo como lo es Jackson, donde ambos se complementan a la perfección y dejan ver su unión eterna (¿acaso hay una pareja que cante con más sentimiento que como lo hacían ellos?). El show sigue, pero ahora con Cash en una bella balada como Give My Love To Rose. June vuelve para otro dueto en la lúdica I Got Stripes.

A continuación, el momento de los pedidos. “¿hay alguien que quiera una canción en especial?”, pregunta Cash. Le responden algunos “The Legend Of John Henry´s Hammer!!” y Cash se las da en una prolongada y delirante versión. Y, sin darnos cuenta, el disco está en los descuentos. Llegan para despedir momentos hermosos: unas múltiples voces en el Gospel de Green Green Grass Of Home y una sorpresa.

El último track del disco es un momento notable. Cash anuncia que interpretará una canción escrita por el interno Glen Sherley. Cash le pide disculpas por lo rústico de la presentación y le rinde sus más sentidos respetos. Era la primera vez que la interpretaba en público. Y el resultado no puede ser más inspirador: la gente aplaude, los coros son celestiales, las cuerdas calzan a la perfección. Como si una mano divina tocara toda esa intepretación. El track sigue al infinito con la despedida instrumental y con el presentador, quien saluda a Ray Cash, padre de Johnny, quien estaba junto a su hijo en la presentación, quizás cerrando un círculo entre ellos.

Búsquenlo. Escúchenlo. Disfrútenlo.



Lunes 20 de febrero de 2006:

Ella.

Ella se asomó tímidamente por esa escala del Metro. Fue un Jueves, a mediados de Enero, cuando la vi por primera vez. Tenía una polera blanca, el pelo suelto y unos lentes afirmaban su pálido rostro. ¿Nunca había tomado sol? ¿Su casa será una guarida en penumbra, donde nunca entra el sol? Probablemente no, cómo podía serlo. Pero ahí estaba ella: esta visión de blanco, cabello castaño ondulado y una mochila medio verde con inscripciones que se notaban que estaban hechas a mano. Nos miramos y nos reconocimos de inmediato.

Nuestro inicio no podría haber sido más de cabros chicos: Por accidente, te llegó una de esas cadenas de varias preguntas personales respondidas. ¿Cadenas? Creo que lo malinterpreté en us momento. El amigo en común que originalmente me envió dicha actividad de ocio puro se lo envió a todos sus contactos, pero la respuesta debía ser para él nomás. Yo pensé que debía reenviarlo a todos. Craso error! Al par de días, me llega un mail que dice en el subject "cuestionario resuelto!". ¿Acaso había algo que responder? Lo abro, y veo que esas respuestas transmitían una energía indescriptible. Puede haber sido una mezcla de paz, amor, luminosidad y colores. Todo abstracto, todo maravilloso.

Yo lo dejé ahí, sólo lo leí. Pero no respondí. A los pocos días, me llega otro mail de ella. Ese lo respondí. Y nos llevó a una comunicación de 2 meses por correos. Nos intercambiamos datos de dirección y fono. El segundo Viernes de enero, como a eso de las 8 y media, recibo una llamada de ella. Quiere que nos juntemos y nos conozcamos. La conversa por fono duró más de 40 minutos. Acordamos juntarnos en esa estación de Metro contigua al lugar donde nuestra banda local preferida tocaría.

Cuando te vi por primera vez, eras la encarnación de esa letra del troesma Dylan, She Belongs To Me. "Ella tiene todo lo que necesita / es una artista y no mira atrás / puede sacarle lo oscuro a la noche / y pintar el día de negro".

Creo que aburrimos a los que nos acompañaban esa primera tarde en que nos conocimos personalmente. ¡Hablamos hasta pro los codos! ¿Cómo no nos pararon la lengua esa vez? Sería la primera de muchas conversas sobre la vida, lo banal, lo profundo, lo emotivo, lo freak, lo divino, lo profano, lo alucinógeno, lo lúdico y lo realista. ¡Cubríamos todo! Claro que tuvimos que quedarnos callados cuando comenzaba el show. Pasaron un video antes de la primera canción y mi rostro salió ahí. Pusiste rostro de sorprendida y pegaste un grito de alegría. Fue divertido ver tu rostro sonriendo ahí.

Después del show, te pasamos a dejar a tu casa. Una de esas calles tranquilas, justo en frente de un antro de las celebridades, mencionado en más de una canción. Quedamos de llamarnos y juntarnos más adelante. Nuestros rostros llenos de risa se despidieron afectuosamente.

Pasaron un par de semanas y nos llamamos para juntarnos. Te fui a buscar a la estación de Metro cerca de mi casa. Nos entreuvimos horas de horas ahí entre la música, las imágenes, la info, las palabras y la compañía. El tiempo volaba en esas tardes, ¿recuerdas? Lo que nos hizo conectar fue una melodía que toqué en esa guitarra de 6 cuerdas. Recuerdo cómo tus ojos almendrados brillaron al escucharla. Aún me emociono al tocar esa misma melodía hoy en día.

Con el tiempo, las visitas siguieron. Mi vida comenzó a cambiar drásticamente. Todo alrededor mío se iba tornando frágil. Pero ahí estuviste siempre, con esas palabras amables, ese apoyo que tanto necesité para poder seguir adelante por mis sueños y cosas que quería. Nunca me cuestionaste y siempre creíste en mí. De hecho, fuiste una de las pocas personas que creyó en mí en ese período de crisis.

Quizás fue por eso que te di tanta relevancia en mi vida. Sin haberlo previsto, me enamoré perdidamente de tí. Creí que por fin había encontrado a la compañera de mi vida, a la que caminaría conmigo durante un tiempo. Esos abrazos y cariños sólo derrochaban amor. Mientras mi mundo amenazaba con destruirse, ahí estabas tú. Y todo se confundía. Llegaron los besos y las dubitaciones varias. Los enredos. La incomodidad juntos. Tratar de hacernos tontos ante lo que seguía sucediendo. Y todos e empezó a desmoronar.

Una vez que mi mundo comenzó a reconstruirse y a realinearse, nuestra relación se fue dilatando en confianza y en agrado. Ahora veo todas las veces en que querías alejarte, pero en esos días aún estaba con los ojos vendados. Y encontraste una forma algo violenta para que reaccionara. ¿Sabes?, fue lo mejor que pudo haber pasado.

Nadie guarda rencores aquí. No es weno tenerlos. La amistad, la fraternidad, el amor (no necesariamente el de pareja)... todo se fue congelando. Por un tiempo, deseé que estuvieses en mi lugar. El seguir viéndote en nuestro círculo común. Pero el tiempo sana las heridas.

Fue así que, habiendo pasado un tiempo razonable, nos juntamos para devolvernos las cosas en la misma estación de Metro. Seguimos siendo, como tú lo dijiste, amigos distanciados indefinidamente.



Domingo 19 de febrero de 2006:

Batman Begins.

No sé porqué no escribí sobre Batman Begins (la famosa Batman Inicia, como la conocimos por acá) hace unos 7 meses, cuando la fui a ver al cine. Quizás no quise redactar algo sobre lo cual todos los ojos estaban puestos en ese momento. Pareciera que todo el mundo tiene cosas que decir con respecto al héroe encapuchado creado por Bob Kane en la DC Comics, hace varias décadas atrás.

Ahora que ha pasado el tiempo se hace un poco más cómodo referirme a esta última película sobre Batman. Para todos los que pensábamos que la versión de Tim Burton sobre el clásico héroe de los cómics era la mejor que se hubiera hecho jamás en la historia, nos equivocamos rotundamente. La Batman Begins dirigida por el brillante Christopher Nolan (el genio detrás de Memento e Insomnia) es, por lejos, la mejor película sobre Batman que se haya hecho. Me siento cómodo al decirlo tras meses de digerir la nueva película.

Es curioso que Batman Begins complete una especie de sutil trilogía sobre la neurosis de lo más coherente: si en Memento la neurosis de su protagonista venía condicionada por su incapacidad para generar nuevos recuerdos y su búsqueda de la venganza, y en Insomnia era la falta de sueño y la culpa lo que llevaba a la desesperación al personaje de Al Pacino, Nolan se dedica ahora a explorar las consecuencias que tiene en la en principio frágil personalidad de Bruce Wayne el trauma generado por el asesinato de sus padres y cierta fobia a los murciélagos que se explica por un episodio infantil.

Algunos datos previos: Justo cuando la Warner Bros quería renovar la franquicia de Batman, apareció en escena Nolan, quien se interesó por rescatar la historia del hombre murciélago y hacer cambios drásticos al relato. Trabajó en el guión de la historia con el experto en cómics y fanático de las ediciones de Batman, David S. Goyer. Ambos trabajaron en absoluto secreto mientras elaboraban el guión. Goyer tenía claro que debían partir desde el inicio de todo: explorar el porqué Bruce Wayne (Christian Bale) decide combatir el crimen y rescatar algo de justicia a una corrupta Ciudad Gótica. Para eso, el guión debía tener un elemento clave, como los conceptos de moral. De esta manera, a la trama social se añade el debate moral y personal de Bruce sobre el sentido de la vida, al borde del precipicio oscuro del odio y la violencia. Para ello, se basaron mucho en la serie de libros “Batman: Year One”, de Frank Miller y David Mazzuchelli.

Con todos estos cambios, el argumento quedó más o menos así: una compleja trama sobre el desasosiego de un tortuoso sujeto, que se representará a sí mismo como la más amenazante figura de la venganza, centrando sobre su condición el dilema interno que generará el tratamiento substancial del film. En Batman Begins se da la sutil mezcla de un ritmo dinámico de relato y la exposición de complejas temáticas.

Darles un repaso de la historia no sería muy apropiado, pues todos la conocemos. Lo que sí les puedo contar es sobre el notable reparto multiestelar en Batman Begins: Michael Cane (un excelente mayordomo Alfred), Liam Neeson (el mentor de Bruce, Ducard, que tiene un drástico giro), Morgan Freeman (Lucious Fox, quien, sin saberlo, provee a Wayne de la tecnología necesaria para armar su alter ego), Gary Oldman (el futuro Comisionado Gordon, quien acá de los pocos policías correctos en medio de un cuerpo corrupto), Cillian Murphy (el Dr. Crane, también conocido como el Espantapájaros), Tom Wilkinson (el mafioso Carmine Falcone) y Katie Holmes (la fiscal Rachel Dawes y motivo romántico del héroe de la película).

No a pocos les agradó Batman Begins en el momento en que se estrenó. La acusaron de inconsistente, mal lograda, pésimamente enfocada, débilmente manejada, de potenciales notables interpretaciones desperdiciadas por el no saber manejar los códigos de un tipo de superproducción como esta. Que los efectos especiales, el trabajo de arte y la visual en general de la película eran deficientes y que los estilos de Nolan y Goyer combinados no resultarond el todo para darle frescura a la tragedia del hombre murciélago.

Esas críticas, si bien algunas van bien direccionadas, son un poco exageradas. La gracia de esta Batman Begins es el logro que entrega Nolan en darle crudeza, veracidad y realidad a una historia que, perfectamente, podría haber sido desarrollada en su integridad con técnicas digitales. Nolan apostó por filmar con el mayor realismo posible. La persecución del Batimóvil (muy distinto al conocido por todos), las secuencias de acción. Todo es real.

Con todo esto, Nolan ha sabido sentar unas bases ciertamente sólidas para futuras continuaciones del personaje y no es extraño que, desde esa seguridad, el plano final de la película sea un serio aviso de que quizás no haya nada intocable en esas entregas. Nolan ya ha demostrado de sobra con esta magnífica película ser algo más que un digno sucesor de Tim Burton.

Totalmente recomendada. Y esperamos notables secuelas en el futuro.


Sábado 18 de febrero de 2006:

Mis 5 Habilidades Freak.

Recién estaba viendo el excelente y más reciente DVD Bruce Springsteen, el VH1 Storytellers. Para los que no conocen ese programa de la que una vez fue una sublime cadena de música, el Storytellers es un show en el que un cantautor, ya sea solista o una banda, toca sus canciones y cuenta el proceso en el cual fueron creadas. Cuentan historias, cosas en las que se inspiraron, interpretaciones de su entorno, etc.

La idea original fue de Ray Davies, el genio de The Kinks, quien deleitó a una selecta audiencia con sus dotes de relator y entretenedor. El primer Storytellers fue el suyo, por lo que, en los créditos de cada programa emitido, aparece un "Inspiration: Ray Davies" para recordar el origen de esta original propuesta. Notables han sido los de: Pete Townshend; R.E.M.; James Taylor; el de Johnny Cash junto a Willie Nelson (sólo lo he escuchado en audio, pero es increíble!); el precioso show de Crosby, Stills, Nash & Young; y el de The Boss que tengo en DVD.

La foto es de Diciembre de 2004. la tomó mi primo y wen amigo Francisco en la sala de ensayo que tenía Daniel Pierattini en plena Plaza Italia, lugar donde con el grupo en donde militaba antes, Los Paranoias, nos juntábamos a tocar. Ya no tocamos juntos, pero quedan wenos recuerdos. Mucho rocanrol (o, al menos, wenisimos intentos por hacer wen rocanrol), que ya están archivados. Esa hermosa guitarra sufrió un accidente en Marzo del año pasado y ahora toco con otras dos.

Sé que rompí una de mis costumbres de no subir fotos personales, pero la situación lo amerita. Me llegó una cadena de flogs de parte de www.fotolog.com/bob_dylan_, una chica de Argentina, para jugar a "Mis 5 Hábitos Extraños". ¿Hábitos extraños? ¿Es que acaso tengo hábitos extraños? En un mundo donde la objetividad no existe, y en donde todo lo filtramos por nuestra experiencia personal, un hábito no puede ser considerado "extraño" con sólo afirmarlo. Pero, para convenciones, lo aceptamos.

Acá van "mis 5 hábitos extraños" o, como quisiera llamarlos, "mis 5 habilidades freak":

1) RECORDAR FECHAS EXACTAS, LUGARES, NOMBRES, CONDICIONES DEL TIEMPO Y HORAS VARIAS. Soy capaz de relacionar muchas circunstancias, anécdotas y acontecimientos en mi vida con los días en que ocurrieron, la hora en que tomaron lugar, cómo estaba el tiempo ese día. Ella se sorprendió cuando le recordé el día y la hora exactos en que me llamó por primera vez para ver si nos podíamos juntar. Esta habilidad freak me ha servido mucho en la vida para construcción de escenas.

2) DEJAR LAS CUERDAS DE MIS GUITARRAS PERFECTAMENTE ORDENADAS EN SU CLAVIJA. La mayoría no se preocupa de esto, pero para mí es esencial dejar el clavijero despejado. No tengo mis guitarras chasconas como yo, sino que las dejo impecables.

3) ORDENAR CARPETAS DE ARCHIVOS CON PRIMERAS LETRAS MAYÚSCULAS. Desde siempre he ordenado discos que bajo de esa manera. ME da lo mismo que sea irrelevante, pero me encanta ver ese tipo de orden. ¿Ven que se ve distinto un "The Beatles - Revolver" que un "beatles-revolver"?

4) SOY CAPAZ DE VOLVER A PONER UNA CUERDA QUE SE CORTÓ A CIERTA ALTURA EN UNOS MINUTOS. Si tengo alicate a mano y el pedazo de la base de la cuerda que se cortó, no me cuesta mucho volver a hacer el respectivo nudo y dejarla lista para volver a tocar. Los cabros del grupo se sorprenden con esta habilidad freak que tengo. He salvado varios ensayos con esto. Como toco fuerte, las posibilidades de cortar las cuerdas son muchas, por lo que me hice rápidamente a la idea de que debo arreglarla y no comprar repuestos a cada rato. Simón, bajista de Fother Muckers, le llamó una vez a esto " milagro hectoriano con alicates". Salvé un par de guitarras en un ensayo previo a una tocata.

5) GUARDO ABSOLUTAMENTE TODAS LAS COSAS QUE LLEGAN A MIS MANOS Y ORDENARLO DE ACUERDO A SU ORDEN DE LLEGADA. Como mi madre, soy un cachurero nato. Debe ser por esto que acumulo y acumulo discos, videos, DVDs, revistas, recortes de diarios, y todo lo que llegue a mis manos. Mi pieza es un verdadero archivo masivo de material. Tengo, literalmente, cientos de cosas ahí. Me cuesta aburrirme en mi pieza repleta de pequeñas cosas. Los discos en sus cajas, las copias en grandes estuches, y así sucesivamente. Además, los ordeno de acuerdo a su roden de llegada. Por ejemplo, si ven mi mueble donde guardo los DVDs, verán que están en un cierto "orden" que le doy: el más reciente está más a la vista y el más antiguo, a su vez, más atrás. Me logro ordenar así, créanme.

Weno, esos son "mis 5 hábitos extraños". A continución, citaré el resto de lo encargado:

"Al final, debes escoger 5 nuevas personas a indicar y añadir el link de su flog. No olvidarse de dejar un comentario en su flog diciendo "Has sido elegido" y decirles que lean el suyo.
Las personas que son invitadas a escribir un mensaje en su respectivo fotolog a propósito de sus extraños hábitos deben también indicar claramente este reglamento".

Mis elegidos son:

www.fotolog.com/_bau_
www.fotolog.com/_atenea_
www.fotolog.com/dani_1985
www.fotolog.com/_xavi
www.fotolog.com/danulog

Esto es voluntario. Y, por lo demás, un autoanálisis siempre es necesario.


Viernes 17 de febrero de 2006:

No podemos vivir sin el Festival.

El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar (al cual, desde ahora, sólo me referiré como "Festival de Viña" para ahorrar espacio), visto en perspectiva, es una celebración que muestra nuestra "indiosincracia". Ahí aparecen nuestras aspiraciones banales, nuestra ansiedad desesperada por farándula, nuestro gusto siempre presente (aunque nunca admitido como corresponde) por los espectáculos con bombos y platillos con un montón de "figuras" en el reparto.

Es curioso y hasta penoso pensar en la "evolución" de este certamen tan nuestro y, a la vez, tan agridulce que tenemos durante seis noches seguidas en la Quinta Vergara de Viña del Mar. Para el periodismo de Espectáculos (que no es lo mismo que el de farándula, por si acaso les queda la duda), el Festival de Viña vendría a ser el equivalente a un mundial de fútbol para la prensa deportiva y una jornada de elecciones para los encargados de política. Aunque, visto en perspectiva, el Festival de viña sólo es relevante porque en Febrero, prácticamente, no pasa nada.

No vale la pena repasar los momentos más memorables que hayan pasado por el escenario de la Quinta Vergara. Ya todos sabemos lo poderosa que fue la presentación de Faith No More en 1991. También hemos oído hasta el cansancio de la edición más celebrada, esa de 1981. Tampoco nos podríamos olvidar de la presentación de Los Prisioneros en el 2003, con un sutil Jorge González que se las ingenió igual para atacar tranquilo... cantando. También está ese episodio de Coco Legrand a comienzos de los 80, cuando terminó en la comisaría al querer subir ante el clamor del público, pero un lote de carabineros lo atajó en el acto. Tampoco olvidarse de la épica espera de Jose Luis "Puma" Rodríguez por la Gaviota de Plata que el "Monstruo" pedía con clamor. Ahí, el Puma pidió escuchar "la voz del pueblo".

¿Se han fijado el rol que ha jugado el Festival de Viña en nuestra historia reciente? Imagínense cómo fueron las cosas en plena dictadura. Ya en el mismo febrero de 1974 se sentía la mano pesada sobre todas las manifestaciones de cualquier tipo. "Libre, como el sol cuando amanece, yo soy libre como el mar... camino sin cesar, detrás de la verdad, y sabré lo que es al fin la libertad", le cantaba el extremadamente "agradecido" "Bigote" Arrocet a Pinochet y su esposa, Lucía. En esos años, el festival era una triste muestra de la férrea censura que era el pan de cada día acá. Pareciera que no quedaba otra más que acatar y seguir viendo. El escenario que traía a los grandes astros internacionales de habla hispana del momento hacía que la atención se desviara hacia todo lo intrascendente, banal e irrelevante. Quizás en lo que más se notaba el control estricto de contenidos era en las rutinas de los comediantes que se presentaban. Había que hacer algo muy pero muy elaborado y críptico para que pasara piola ante la Junta. Y era una difícil tarea.

En ese clima, la actuación de Los Jaivas en 1983 fue un oasis en medio del desierto. Nadie lo recuerda, pero en plena década de los 80 fue cuando se presentaron más números anglo, desde unos The Police en apogeo hasta unos intrascendentes Mister Mister. En esos años, con el color ya funcionando en los televisores, el certamen seguía sirviendo de circo para un Chile convulsionado social y políticamente. Es por eso que, erróneamente, se esperaba mucho más de un Festival de Viña al volver la democracia. Prácticamente todos aquellos censurados, prohibidos y vetados de los años de dictadura se han presentado con aclamadas interpretaciones en estos años de transición. No ha habido mayor inconveniente en ese sentido.

Sin embargo, creo que fue demasiado lo que apostamos al Festival de Viña como certamen que reflejara lo mejor de nuestra cultura. Con los antecedentes de eventos anteriores, el Festival nunca pretendió ser un magno evento cultural. El certamen es mero entretenimiento. Nada más que eso. Actualmente, la parrilla del Festival está dominada por las cifras de popularidad de las radios masivas. Y no es una conducta actual, siempre ha sido así.

No creo que esté en los planes de los organizadores el traer números de peso y trayectoria para el show. ¿Para qué? En la cumbre de los rankings y las cifras de febrero, eso no importa.

Sin embargo, el Festival de Viña no deja de tener importancia para nosotros los chilenos. Al ser un reflejo fiel de nuestra esencia como pueblo, le hemos tomado cariño al maldito Festival. Incluso, lo extrañamos y lo esperamos con una cierta e inexplicable ansia leve cada año. Un verano no sería lo mimos sin esta fiesta chabacana, chula, soez, vulgar y despreciable de Viña del Mar.

¿Qué tiene que los escoceses de Franz Ferdinand sean los encargados de cerrar la noche de clausura del Festival número 47, junto a Tommy Rey con la Sonora Palacios y el cómico/sabor del mes Ruperto? Un cartel tan divertidamente diverso es como que Franz Ferdinand tocara en una fonda. ¿Y qué?

Digan lo que digan, sé que igual verán el Festival.


Jueves 16 de febrero de 2006:

Primeros años de mis 25.

Hace exactamente 25 años que llegué a este mundo. Nací en Santiago. Mis papás son de Talca y llegaron a vivir a la capital en Octubre de 1980, cuando mi papá consiguió trabajo acá. Llegaron a un pequeño departamento cerca de República con la Alameda. Mi mamá solía leer mucho y escuchar música mientras estaba embarazada.

El destino quiso que yo llegara antes. Parece que la ansiedad pudo más y llegué a los 8 meses. Mi mamá estuvo sola en el hospital, ya que mi papá debía ir a buscar al terminal de buses a su cuñada, la hermana menor de mi madre. Después de un parto un tanto difícil, mis ojos vieron la luz del mundo y mi mamá vio mi rostro. Hubo algunas complicaciones demás durante el parto, pero nada grave como para amargarles el relato.

Yo era un bebé muy pequeño. Y lo fui aún más porque tuve poca lactancia. Apenas tomé 28 días leche de pecho. Parece que los problemas y el stress le pasaron un poco la cuenta a mi querida madre, pues su leche comenzó a salir ácida. De inmediato, mis viejos decidieron que debía tomar una leche especial como sustituto. Como broma, mi papá me dice que al tarro terminé por llamarlo "mamá".

Recuerdo que mi infancia fue demasiado feliz. Doy gracias a Dios por los padres que me tocó tener. La sabiduría de ella, la chispa de él y la bondad de ambos fueron demasiado importantes en ese período en el cual aprendí a hablar, caminar y comenzar a desenvolverme. La foto que ven es un ejemplo de ello: mi papá al otro lado del lente, sacándonos una foto a mi mamá y a mí. Acá hay varias de esas fotos felices.

Pero también en mi infancia pude probar el sabor de la decepción y el abrir los ojos a la realidad de a poco. No vivía en una burbuja aislada de mi entorno ni de mis propios descubrimientos. No todo en la vida es de color de rosa ni de postal de Disney como para criarse con eso. Yo era un niño muy despierto, pasaba preguntando por todo y encontrando respuestas lógicas y racionales a esas inocentes dudas.

Uno de los primeros "golpes" fue la llegada súbita de 2 hermanos a mi vida: Juan Carlos, mi hermano mayor (hijo del 1er matrimonio de mi mamá) y la dulce Mari, con quien tenemos 2 años y 8 meses de diferencia en edad. Los celos afloraron y reaccionaba de manera infantil (obvio, ¿no? era un niño!!). Pero pronto se pasó y los quiero con toda mi alma.

Cómo olvidarme de la primera vez que me fueron a dejar al jardín infantil. Creía que me iban a dejar en ese lugar para siempre y que no los vería más. Afortunadamente, llegó la tarde y el auto de mi mamá en la puerta de jardín, lista para llevarme a casa.

Cuando estaba en Segundo Basico, me enteré en el colegio que el Viejo Pascuero no existía. Ahí me quedó claro el porqué nunca lo veía dejando los regalos en las navidades. Sentí como que me habían mentido y que me estaban ocultando cosas. Doloroso como para un niño de 7 años en 1988 podía serlo. Esa Navidad transcurrió igual que siempre y pasó piola. Pero, a la siguiente, me encuentro con que suena el timbre de la casa y aparece un viejo pascuero, con saco incluido, a dejarnos los regalos. Hasta el día de hoy me acuerdo que este viejo era muy weno pal "cola´e mono", jejejeje. Desde ese momento, me quedó claro que esto era un juego. Un elemento lúdico con el cual divertirse.

Una de mis mayores decepciones de la infancia fue la de los programas para niños. Mi papá nos consiguió a la Mari y a mí entradas para una grabación de Cachureos en TVN. Fue para el primer Sábado de mayo de 1989. Lo que en televisión me parecía que eran niños divirtiéndose, en la realidad eran los descartes de un caos horrendo de pequeños llorando desconsolados. Un caos total! El conductor, Marcelo, no era el sonriente "tío" que invitaba a la audiencia a cantar, sino que era un pobre y triste weón amurrado con cara de hastiado que gritaba "cállense, cabros de mierda! tenemos que grabar!". El caos lo había provocado el Tiburón. Los más pequeños se asustaban al verlo. Jorge Garrido, quien se ponía el disfraz y dirigía el programa en esos años, tenía que gritar "corten!" a cada rato para sacarse el abultado traje y decirles: "pero miren! ¡soy una persona, no se asusten!". Pero eso no funcionaba. Un caos horrendo, que no se lo recomiendo a los menores de edad.

1 de diciembre, 1988. Jueves en la mañana. En ese instante pasé de ser el hermano del medio al hermano mayor. Juan Carlos se iba de la casa peleado con mi mamá. Todo porque se enamoró ciegamente de una compañera de colegio. Al menos, eso es lo que sé por este lado. No he hablado con él desde ese día. Durante mucho tiempo, quise escuchar su versión de las cosas. Pero no se ha dado. Y no se si alguna vez se dé la instancia. Viéndolo a la distancia, ese fue un momento en el que pude darme cuenta de lo frágil que puede tornarse la solidez de una familia que se quiere. No es un hecho puntual, sino que varias cosas las que desencadenan los hechos. Mucho para los 7 años, ¿cierto?

En fin.. necesito más de 5 mil caracteres para poder resumir 25 años.


Miércoles 15 de febrero de 2006:

Live At Leeds.

Creo que ya he mencionado más de una vez a este sublime, impecable, perfecto, poderoso, intenso, desgarrador, destrozador y "kick-ass" disco en vivo. Y créanme, las palabras se hacen pocas para poder describir las emociones que despierta el Live At Leeds, el legendario disco en vivo de The Who.

Ya sé que me he referido a The Who hasta el cansancio, pero nunca se hace suficiente. Si hace un par de días afirmé que Pete Townshend rompiendo una guitarra era punk fue por la actitud, nada más que por eso. Me da lo mismo si estoy en lo correcto al respecto o no. Lo que importa es la intención con que lo hizo y la misma con al cual dejó de hacer tales espectáculos y se embarcó en aventuras sonoras que han sido tan injustamente subvaloradas por el gusto popular. No saben lo frustrante que fue para mi, a fines del 99, encontrarme con que The Who sólo salía en el número 93 en las 100 mejores canciones del Rock según Radio Futuro, y más encima con el single My Generation. ¿Dónde quedaban Baba O´Riley, Won´t Get Fooled Again, See Me Feel Me, The Seeker, Join Together, y un largo etc?

¿Y de qué me sorprendo? The Who siempre le habló al hombre común. Al pendejo trancado que era incapaz de hablar con una mina sin trabarse. Al cabro chico que no puede integrarse a los grupos populares. Al que nunca se consideró "cool". Al que apenas llega con las lukas a fin de mes. Al abatido. Al que tiene que luchar a diario. A la gente de verdad. Ese es el fiel público The Who y su audiencia son parte de un mismo todo. La identificación es total.

Si tuviera que elegir un disco para mostrarle a alguien que no conoce bien a The Who, sin duda que elegiría este cualquier día de la semana. Y la edición deluxe de 2 cedés, claro está. Aunque la legendaria es la edición original en vinilo, que sonaba aún más cruda de lo que cualquiera de nosotros podía haberse imaginado. Yo conocí el Live At Leeds en edición remasterizada en un CD, que contenía más canciones. Sin embargo, me referiré en la edición que es, para mí, la definitiva: la de 2 cedés, con el concierto completo que el cuarteto más poderoso que haya visto el rocanrol realizó en la universidad de Leeds un 14 de febrero de 1970 (que coincidencia que se estén cumpliendo 36 años de esa presentación), en medio de su nueva gira presentando (para disgusto de Pete, que ya quería dejar el material atrás y avanzar) el Tommy prácticamente completo.

Ese período en vivo es considerado por muchos de nosotros como el mejor dentro de la historia de The Who, y ya se estaban vislumbrando muchas cosas que quedarían reflejadas en el Who´s Next: la impronta y calidad vocal de Roger Daltrey, el sólido y protagónico bajo de John Enwthistle, la máquina de ritmos espontáneos y precisos de Keith Moon y el genio compositivo ya maduro de Pete Twonshend en la guitarra. Las presentaciones eran totalmente intensas. Una muestra de ellas visualmente la encontramos en un par de shows emblemáticos: el de Woodstock de 1969 y el de la Isla de Wight de 1970. Pero es ésta presentación en la Universidad de Leeds la que se lleva los pergaminos como la mejor de todos los tiempos.

EL disco 1 abre con Heaven And Hell, una poderosa canción de autoría Enwhistle, siguiendo con el clasiquísimo I Can´t Explain (tocada en prácticamente cada show de The Who como número de apertura), el cover de Fotrune Teller y una emotiva Tattoo. Una "breve" intro hablada de Pete para la power Young Man´s Blues, que es seguida por un medley de 3 clásicos: Substitute, Happy Jack y I´m A Boy. A continuación, la ópera corta con A Quick One While He´s Away, que "le lleva" incluso actuación previa. Al terminar esta mini opera seguían con el Tommy compeleto, pero el CD 1 se salta a la amplificada Summertime Blues, otro cover en Shakin All Over, una de las versiones más largas de My Generation que podamos escuchar en disco (que incluye guiños a Sparks), y el final de cada show, con la extensa y groovísima Magic Bus.

Ahí terminaba el show. Pero el orden de la edición deluxe dice otra cosa. El CD 2 contiene el Tommy en pleno, con una intro de antología del vocero definitivo del rocanrol que es Pete. De ahí para adelante, 20 tracks imperdibles, con muchos momentos altos. Uno de ellos es el Amazing Journey / Sparks, que está entre mis favoritos de todos los tiempos. no hay caso: Tommy es una obra perfecta que encuentra en esta interpretación cruda de guitarra, bajo y batería más una voz poderosa el vehículo suficiente para ser transmitida. ¿Qué sinfónicas, qué película, qué montaje en Broadway, qué disco en estudio? LA definitiva es ésta. Es, honestamente hablando, la mejor carta de presentación oficial para The Who. Desde la Overture hasta el We´re Not Gonna Take It- See Me Feel Me, acá no hay números bajos. Todos son destacados

Insisto: este es EL disco para mostrar y convertir a los aún no convertidos a la devoción por The Who. bien lo sabe Eddie Vedder, uno de los fanáticos más freaks de The Who (revisen el ensayo que escribió para la Rolling Stone especial con los 50 mejores del rocanarol, del 2004). ¿Se han fijado las tapas de los discos de la gira del 2000? Puro Live At Leeds, cierto?



Martes 14 de febrero de 1006:

Love Is Just A Four-Letter Word.

Y llegó otro "día de los enamorados". Curioso que haya sólo un día en el calendario para celebrar, regalar, mimar, recordar y salir con la pareja. Sin duda, todo un invento publicitario para recordar, en sólo un día, el amor en todas sus variantes. ¿Porque pensaban que esto se trataba sólo del amor de pareja? No señor, es mucho más que eso: amor filial, amor fraternal, amor espiritual, amor erótico, amor descabellado...

El amor es, sin duda, una de las pocas cosas puras que mueven al mundo y determinan nuestro accionar. El que dice ser inmune al amor sin duda está mintiendo. Pero eso da lo mismo. Al final, todos vamos cayendo en las redes del amor. Y así lo demuestran la infinidad de obras, escritos, cuadros, canciones, poemas, ensayos, novelas, películas, esculturas, grabados y un montón de otras formas de expresión dedicados al amor.

William Shakespeare escribió a menudo sobre el amor en sus diversas encarnaciones. Una historia trágica en Romeo Y Julieta; situaciones descabelladas de desencuentros lúdicos en Sueño De Una Noche De Verano; ¿cómo olvidar sus célebres Sonetos De Amor? Su pluma fue la que pudo interpretar de manera sublime los distintos tipos de amor que existen. Otro que también supo volcar en palabras lo que se siente como amor fue Miguel De Cervantes. Un ejemplo de ello es la épica aventura del Ingenioso Hidalgo Don Quijote De La Mancha (¿alguien me creería que yo leí ese libro a los 6 años?), con su viaje romántico y sus ideales sólidos... al menos para él. Ese es el "ideario cervantino", que tiene a Don Quijote como principal ejemplo de esos tipos que son conscientes de sus actos y palabras al enamorarse. Pero en la obra de Cervantes encontramos también que el deseo de sus protagonistas intenta ser vencido a través de métodos poco ortodoxos, lo que se conoce como "magia erótica" y que está presente en al menos tres novelas de Cervantes: El Licenciado Vidriera, La Española Inglesa y Los Trabajos De Persiles y Segismunda.

En el cine los ejemplos de amor abundan. Dejando aparte las películas obvias, se me viene a la mente lo de Love Story, esa clásica de 1970. Una historia sufrida y trágica como ella sola. También me acuerdo de esa historia puesta en dos películas como Before Sunrise y su continuación adecuada en Before Sunset. pero mi favorita es esa bellísima historia de Lost In Translation, donde los protagonistas sólo pudieron conocerse en un ambiente completamente ajeno a sus realidades y no para buscar amor de pareja, sólo para darse compañía y tratar de sentir pertenencia en ese lugar ajeno.

En la música hay muchísimos casos más. El siempre romántico Paul McCartney nos ha dado algunas de las mejores canciones de amor de todos los tiempos. Y su compañero John Lennon, por más que se le disocie con Paul, también compuso tonadas y letra sublime sobre el tema (ejemplos sobran: Jealous Guy, Love, Oh My Love, Grow Old With Me, etc). Pero la corona en la obra beatle bien se la podría llevar George Harrison, con el Something (que, aunque no lo crean, parte de la línea "something in the way she moves", una canción de otro de esos maestros que es James Taylor), la favorita de Sinatra. Y otra de esas que hablan de algo de a dos es la maravillosa Two Of Us, que es ideal para cantar en pareja.

Neil Young es uno de mis favoritos en cuanto a sus composiciones de amor, ya que es capaz de expresarlo de una manera tan dulce que resquebraja al escucharlo. Preciosa es esa Love In Mind, tierna es su Lotta Love. Sin embargo, de las mejores es Silver & Gold, que habla del amor maduro que bien puede ser una relación evolucionada o un matrimonio que se ha sostenido en el tiempo. También Bruce Springsteen, uno de los mejores en interpretar el sentir de la gente común, ha compuesto cosas interesante sobre el amor. De hecho, el Tunnel Of Love es un disco que lidia con distintos tipos de relaciones. Y cómo olvidarnos de esa épica Rosalita, tan inocente como clara en su mensaje.

Pero el que mejor escribe sobre el amor es, sin duda, el troesma Bob Dylan. y por eso subo esta foto de él junto a Joan Baez, uno de sus grandes amores de todos lso tiempos (por lo menos, uno de los que se le conoce). De Dylan es esa maravillosa pieza It Ain´t Me Babe, que habla sobre el no ser la pareja perfecta, y que les quedaba como anillo al dedo a Johnny Cash y June Carter en vivo. También es del troesma esa increible Love Minus Zero, la preciosa She Belongs To Me (que trata sobre lo maravillosa que puede ser ella... más de una vez la dediqué), y dos muy distintas que hablan sobre una misma relación: Don´t Think Twice It´s Alright e It´s All Over Now Baby Blue. Sad Eyed Lady Of The Lowlands es explícita hasta en el título.

To Ramona, aunque el troesma lo niegue, pareciera estar dedicada a Baez, así también lo estaría la más obvia Vissions Of Johanna. Pero por ahora, me quedo con Love Is Just A Four-Letter Word, que Baez incorporó a su repertorio y es una de las cosas que quedó de esa relación.

Como para dedicar.



Lunes 13 de febrero de 2006:

Punk: Attitude.

La historia le ha dado la razón al Punk. Y cuando hablamos de Punk no nos tenemos que remitir a sólo la música, la moda y los íconos habituales. El Punk es más que eso. Es una forma de ver la vida. Es una mirada distinta a la impuesta. Es mantener la reveldía como filosofía de vida y el ojo crítico ante lo que nos rodea.

El Punk es tener los suficientes cojones de gritarle "¡ándate a la mierda!" a lo que nos reprime, nos molesta y nos obstaculiza el camino para hacer lo que queremos. Con todas estas cosas es con las que nos encontramos en este genial documental de Don Letts, llamado "Punk: Attitude" (¿acaso hay un mejor título?), producido por la IFC y estrenado recién en Julio del año pasado (si contar que se estrenó en el ya célebre festival internacional de cine de Gijón, en noviembre del año pasado), y que tuve la suerte de ver hace un rato atrás en DVD.

Para los que no saben, Don Letts es realizador (dirigió varios de los videos de The Clash), músico y "activista" del dub y el reggae. De hecho, fue DJ en el célebre club The Roxy, luhar en boga en aquellos años de escena punk londinense. ¿Qué música ponía? Su amplia colección de discos jamaicanos de reggae, funk y música negra de esa para mover el cuerpo a niveles relajados. Entre tanto carrete con esa música de fondo, no es de extrañar que en la música que se hizo inmediatamente después se haya filtrado todo ese background.

El documental relata la historia del Punk rock como movimiento a través de sus protagonistas, sus contemporáneos y sus influenciados. Punk: Attitude no trata de convencernos que lo más original y novedoso salió de esa camada de bandas. Lo que hace este documental es mostrarnos cómo la clásica revelión adolescente, combinada con el entorno musical y social del momento, crearon el movimiento Punk, y asimismo nos muestra también cómo la naturaleza de este movimiento continúa definiendo la cultura juvenil.

El término "Punk" puede ser aplicado incluso a los rocanroleros de los 50. ¿El paso de pato de Chuck Berry, los destrozos de piano de Jerry Lee, el baile "obsceno" de Elvis? Punk. ¿La parada de Marlon Brando, la estampa de James Dean? Punk. ¿Lennon como un teddy boy vestido de cuero y tocando rocanrol? Punk. ¿Pete Twonshend rompiendo guitarras? Punk. Y así podemos seguir la lista eternamente, como para hacernos la idea de lo amplio y antiguo que resulta el término.

En "Punk: Attitude" no falta nadie: obviamente, dentro de las infleuncias inmediatas aparecen The Velvet Underground, MC5, The Stooges y The New York Dolls. Hoy en día cuesta creer que, en esos años, estos grupos prácticamente no tenían público masivo y sólo los seguían unos pocos que, por lógica, serían los precursores del movimiento Punk. Así como se dio en lo urbano y con un intento desesperado por volver a lo sencillo pero apuradísimo, en Inglaterra fue donde el Punk alcanzó su discurso con contenido, ya que permeó en una juventud sin oportunidades, golpeada por la crisis y la falta de identidad. Si en Estados Unidos fue una nueva expresión de underground ya presente, en Inglaterra fue todo un canal de voz y grito desesperado por expresarse.

En el documental no falta nadie. Aparecen The Ramones, Sex Pistoles, The Clash, The Dammed, The Buzzcocks, Talking Heads, Patti Smith, Television, Fugazi, Dead Kennedys, Black Flag, Agnostic Front, Sonic Youth, Nirvana y un largo etc. Hay metraje de presentaciones de todos ellos (un gran deleite para los melómanos que somos varios!). Pero este gran pedazo de documental va más allá. Y nos recuerda que el Punk, como movimiento, nunca fue para las masas, pues no hablaba sobre la felicidad ni mostraba metas de dicha. El Punk lidiaba (y todavía lo hace) con la eterna problemática de dar una voz que hable en contra de la injusticia, la disconformidad, la hipocresía, el empaquetamiento, el doble discurso... en fin, todos los vicios de la cultura occidental, en realidad.

Letts, al ser uno de los que vivió y participó activamente en eso, y por contar entre sus créditos ser el realizador de otra gran película de Punk como es The Punk Rock Movie, es el más indicado para ayudarnos a recorre el camino subterráneo del Punk como movimiento y filosofía. Y los entrevistados son varios: Henry Rollins, Tommy Ramone, Mick Jones, Paul Simonnon, David Johansen, Jello Briaffra, Chrissine Hynde, Jim Jarmush, Thurston Moore y John Cale, entre varios más. Letts sólo aparece mencionado en una pequeña parte, pero era absolutamente necesario para el relato. No hay voz en off ni nada externo ni omnipresente que nos guíe. Es la voz de los entrevistados y aquellos que vivieron el período tratado los encargados de construir la historia, resultando ser el recurso más adecuado para un testimonio.

El DVD contiene 2 discos. Uno con el documental y otro para material extra: secuencias que, más que descartes, son complementarias al material principal.

Lo prolijo del relato sorprende gratamente. Si quieren introducirse, este documental es el indicado. Espero poder mostrarlo durante el primer semestre. Ya está anotado.


Sábado 11 de febrero de 2006:

Feedback.

Recién estaba viendo el DVD de Rush de los 30 años de carrera, y no me deja de sorprender y agradar esta verdadera fuerza dentro del Rock y la escena popular. Nunca he sido un venerador del mundo progresivo ni de los virtuosos académicos de los instrumentos. Sin embargo, Geddy Lee (bajo y voz), Alex Lifesson (guitarra) y Neil Peart (batería) no entran en tal categoría. Rush salen de la norma. Rush es rocanrol de pies a cabeza. Rush es intensidad pura. Rush es sólido. Y Rush la lleva rompiendo más de 30 años.

¿Se acuerdan de este EP del 2004, aparecido en mediod e las celebraciones de los 30 años? El EP en cuestión se llama Feedback y fue visto por mal ojos por no pocos, que se preguntaban cómo era posible que un grupo de la talla de Rush sacara un pequeño disco con sólo covers y nada de temas propios. Eso de que la "pura nostalgia" es totalmente negativa y una decepción proveniente de una banda de la cual siempre se espera las mejores cosas. Pero, ¿qué carajo importan todas esas expectativas desenfocadas y exageradas de los que se dicen "conocedores" de Rock? Acá lo que importa es sólo una cosa: Rush la sigue rompiendo y no se olvidan de sus inicios adolescentes ensayando a fines de los 60 y sacando canciones que, para ellos, están ubicadas en un lugar importante dentro de su formación.

Ya sabemos que los discos de covers pueden resultar odiosos y que pueden ser innecesarios, pero todos esos juicios que nos podemos hacer frente a los covers los dejaremos de lado. Porque todos partimos tocando covers, ¿cierto? Es válido divertirse un poco, ¿verdad? Es lo que Rush hizo en este lanzamiento de 30 años. ¿Qué cajas, qué compilados, qué inéditos, qué mierdas? Sólo recordar la adolescencia y el rocanrol que le ponían desde el comienzo. De eso se trata este humilde EP.

A Rush no le queda mal ninguno de los 7 tracks que componen este breve pero intenso Feedback. Y vamos a ir mencionando en extenso cada uno de ellos:

1) Summertime Blues: El clásico rocanrol de Eddie Cochran, pero revitalizado por Blue Cheer, aquel pionero del stoner, y los siempre espectaculares The Who. Acá Rush combina las versiones de Blue Cheer con la de The Who, resultando un rocanrol de la puta madre en manos de estos tres grosos con polenta. Si la intro es puro Blue Cheer, el resto de la versión es un homenaje a Townshend, Daltrey, Entwhistle y Moon. Y no es el único tributo que le rinden a The Who en este EP. El final vuelve a Blue Cheer y al peso de lo stoner, pero la sensación de The Who queda en el aire y no se va en toda la escucha del Feedback.

2) Heart Full of Soul: Una canción originalmente grabada por el célebre grupo británico the Yardbirds (el mismo por donde pasaron Eric Clapton, Jeff Beck y Jimi Page como guitarras 1) y, del que se dice, uno de los primeros en incluir cambios de la música hindú en su estructura. Rush, en esta ocasión, le agrega potencia con guitarra de Lifesson ultra cargada con dinamita de overdrive y una línea exquisita de la batería de Peart. Hace que la emparentemos con otra que les gusta recrear en vivo (al menos, su intro), Paint It Black.

3) The Seeker: El perfecto single lanzado por The Who en 1970, como para mostrarnos que Tonwshend seguía con la vena llena de canciones pegadizas y reconocibles, esos potenciales himnos para las diversas emociones. Y Rush no hace más que confirmar la fuerza de la original. Acá todo es perfecto: la entrada y el demoledor solo de Lifesson, el redoble de Peart, la línea de bajo y la voz de Lee. No podía ser menos tampoco: para un grupo que gusta del rocanrol con potencia como es Rush (o acaso alguien lo negará?), The Seeker les viene como anillo al dedo.

4) For What It´s Worth: Es muy difícil el cubrir algo de Buffalo Springfield apropiadamente. La canción de protesta con más onda jamás grabada por un grupo de San Francisco es todo un reto. Y Rush se luce acá con la delicadeza necesaria para cubrirla bien y sobrevivir. ¿Qué mejor?

5) Shapes Of Things: Otra de The Yardbirds, una de aquellas extendible en jams pro su estructura libre, que Rush rescata con bríos y estatura enorme. La rescatan del baúl de los recuerdos para revitalizarla con vigencia.

6) Mr. Soul: Escrita por su compatriota Neil Young mientras militaba en Buffalo Springfield, esta rocanrolera tonada toma nuevas formas en las manos del power trío canadiense, conservando el riff característico pero ganando algo nuevo con la línea vocal del inconfundible Geddy Lee.

7) Crossroads: Escrita por la leyenda Robert Johnson y popularizada por el power trío más potente que haya visto la historia, Cream. Y Rush, al tenerlo como influencia fuerte en sus inicios, son ultra fieles a la versión que Clapton liderada en voz y guitarra 1. Un regalo para todos, sin duda.

8) Seven And Seven Is: De los legendarios Love, Rush le pone el botón de overdrive a una sicodélica canción, siendo un perfecto cierre para esta pequeña colección.

¿Qué mejor para celebrar que tocar viejos y queridos rocanroles a la Rush?


Viernes 10 de febrero de 2006:

The Best Air Guitar Album In The World... Ever!

Es muy divertido lo que pasa con estos discos compilados. En esta era de bajar música y armarse discos con canciones que uno elige (y ahora, con estos reproductores de MP3 portátiles de "gran" memoria), se ha perdido la costumbre de cargar discos completos, y ni hablar de coleccionar cajas ni nada de esas cosas. Lo weno de la "democratización de la tecnología" es que te permite conocer muchas cosas a las que nunca tenías acceso por los conductos regulares. Grupos, nombres, estilos, fusiones, tendencias y muchos etcéteras a los cuales se puede acceder.

Este disco está a medio camino entre e armarse un compilado y esas colecciones tan de fines de siglo que fueron apareciendo por ahí. El "The Best Air Guitar Album In the World... Ever!" es un doble CD compilado de canciones elegidas por Brian May, el legendario guitarrista de Queen. ¿Quién no ha tocado una guitarra imaginaria, es decir, una "air guitar" mientras escucha uno de aquellos riffs clásicos y grabados con fuego en algún rincón de nuestra mente?

Weno, acá May trata de concentrar en algunas canciones (43 en este par de cedés) y una introducción escrita en el reverso del booklet, que dice básicamente lo siguiente: "Consideren lo puro de una guitarra imaginaria. No hay problemas de afinación, ni de escuchar al resto de la banda menos lo que tocas con tus 6 cuerdas. No hay problemas para cargar equipo y, lo más importante, no hay problemas con los vecinos que se quejan del ruido. Tu "air guitar" está contigo, lista para ayudarte a dejar atrás todas tus frustraciones y hacerte una persona más agradable en la convivencia. ¿Quién no, en un momento difícil, ha tomado una de esas imaginarias y tocado ante un estadio lleno virtual?".

El disco lo abre, era que no, la kick-ass-era Tie Your Mother Down de Queen. La sigue Smoke On The Water de Deep Purple (bien editada, por cierto, algo que será una constante en esta colección de canciones) y la electrificante e intensa Song 2 de Blur. Después, el Walk This Way que fusionó el hard rock de Aerosmith con el hip hop de Run DMC, White Wedding de Billi Idol (acá hay de todo, así que no se asusten), Animal de Def Leppard y Since You´ve Benn Gone de Rainbow, con el maestro Blackmore repitiéndose el plato en las cuerdas. Una clásica Wild Thing versión The Troggs es sucedida por ese gran single que es Rebel Rebel de David Bowie (de ese espectacular Diamond Dogs), un Hi Ho Silver de Jeff Beck (monstruo de las 6 cuerdas, obvio) y un reconocido Rocky Mountain Way de Joe Walsh, cuando todavía no entraba a The Eagles.

La increible Sultans Of Swing de Dire Straits (con ese maestro de la guitarra sin uñeta que es Mark Knoffler) es seguida de un clásico de todos los tiempos, el Summertime Blues marca Eddie Cochran, la versión original. Un par de clásicos instrumentales le siguen, con Apache de The Shadows y Wipe Out de The Surfaris. La onda se torna modernosa y atractiva con el demoledor single que es Monkey Wrench de Foo Fighters, ese inmortal The Boys Are Back in Town de Thin Lizzy y un seminal como el Paranoid de Black Sabbath. Sliver Machine de Hawkind precedea la popular Black Magic Woman cubierta por Santana y el cierre del disco 1 con una editadísima Free Bird de Lynyrd Skynyrd.

El cedé 2 lo abre el maestro de maestros Jimi Hendrix, con la Experience y su Voodoo Chile; le sigue ese demoledor single que es My Generation de The Who (lo tengo que decir: Pete Townshend se merecía un mejor track en esta lista, pero weno :P). A continuación, la importantísima Layla de Derek And The Dominos, con todo el esplendor de Eric Clapton ultra inspirado... pero sin la parte del piano clásico de Bobby Whitlock. Un siempre vigente 20th Century Boy de T-Rex va pegado con una de las mejores de la colección: la versiónd e All Shook Up de Paul McCartney, con David Gilmour en las 6 cuerdas haciendo un rocanrold e la puta madre. ¿Qué mejor que pegarla con Johnny B. Good del maestro Chuck Berry?

Nancy Boy de Placebo le hace una extraña compañía al Ace Of Spades de Motorhead. Las cosas vuelven a ponerse surferosas con Dick Dale And His Del-Tones y su poderosa Misirlou, dejándole el paso al caladísimo All Right Now de Free y un Let Me Entertain You de Robbie Williams (recuerden que acá hay de todo :p).Resulta refrescante toparse con la juguetona My Sharona de The Knack pegada con la poderosa Run To The Hills de los inmortales Iron Maiden. Después, un Black Betty de Ram Jam, una texana Gimme All Your Lovin de ZZ Top, una reconocida lenta como Still Got The Blues de Gary Moore y otra de las fuertes acá: la versión de Crem para Crossroads, donde Clapton hace que la Gibson saque fuego.

La Down Down d Status Quo precede a la sonadísima Can´t get Enough de Bad Company, un Fool For Your Loving de Whitesnake, la motoquera de siempre que es Born To Be Wild de Steppenwolf y el cierre del disco 2 con (quien más) Queen y su joya inscrita en la historia: Bohemian Rhapsody.

Se extraña algo de Led Zep, pero nada es perfecto. Traten de conseguirlo.


Jueves 9 de febrero de 2006:

4 Way Street.

Hace como unos 7 años que buscaba material en CD de Crosby, Stills, Nash & Young, ese gran supergrupo que se reúne sólo de vez en cuando. Sólo tenía temas sueltos y algo poco de material en video. Recién a fines de abril del 2001 encontré en una de esas idas al Persa Bio Bio este gran disco doble en vivo, aquella emblemática placa doble que inmortalizó un par de shows (de esos habituales en 1970) en el Filmore de San Francisco. Claro que la edición en CD contiene más de alguna sorpresa en el contenido.

Con respecto al contexto en el cual se grabó el material de este doble álbum en vivo, la historia es más o menos esta: David Crosby, quien había sido expulsado de The Byrds, comenzó a juntarse con Stephen Stills, todavía en Buffalo Springfield, y cubrió la guitarra de Neil Young en el breve período en que el canadiense estuvo distanciado. Después de que Buffalo Springfield había terminado, Crosby y Stills comenzaron a escribir y cantar juntos. En una típica velada de carrete en San Francisco, estaba dando vueltas el inglés Graham Nash, quien estaba cada vez más alejado de su banda The Hollies. Como era costumbre, Crosby y Stills deleitaron a los presentes con tonadas juntos. En You Don´t Have To Cry es donde la atención de Nash se concentró. Les pidió que la tocaran otra vez. Y otra. A esa tercera, se les sumó con una armonía de voz. Y siguieron tocando y cantando juntos desde ese momento.

La presentación de Woodstock fue la segunda de Crosby, Stills & Nash y la primera de Crosby, Stills, Nash & Young. El viejo Neil se les sumó justo en medio de su primer disco junto a Crazy Horse ys equedó con ellos. Editaron un disco de estudio (Deja Vu) y una gira como cuarteto. Este disco doble da cuenta de dicha gira. Una colección de 21 canciones (en la reedición en doble cedé), que muestra todos los aspectos del supergrupo. Cabe decir que cada miembro nunca perdió su toque particular, y eso se ve reflejado en las distintas canciones. Algunas de ellas tiene el sello propio de cada uno.

El disco abre con la coda (más bien, los últimos segundos) de ese clásico de CSN que es Suite:Judy Blue Eyes, para invitar de inmediato al escenario a Neil Young y convertirse en CSNY, quienes nos muestran una inédita de estudio, la maravillosa On the Way Home. Siguen los 4 en el escenario con Teach Your Children. Sólo David Crosby queda en el escenario para cantar y tocar su canción Triad, una defensa a las relaciones abiertas tan habituales en esos tiempos. Enseguida, se le suma su, ya en ese tiempo, inseparable amigo y compañero Graham Nash, para cantar a dúo The Lee Shore. El show acústico sigue con ese tema dedicado a la convención demócrata en Chicago y un verdadero canto a la pureza humana en Right Between The Eyes.

De inmediato, presentan al canadiense solitario que es el gran Neil Young, quien nos brinda una sentida y transformada versión para su clásico junto a Crazy Horse, Cowgirl In the Sand. Sigue su set acústico introduciendo una canción "que los dejará realmente abajo (down)", esa conmovedora Don´t Let It Bring You Down, uno de los puntos altos del disco doble. Y es Young el que le da el pase a su colega de Buffalo Springield Stephen Stills, quiens e sienta al piano y mezcla dos tonadas, una "nueva" y una "vieja": 49 Bye Byes con For What It´s Worth. Se subenlos cuatro para cantar ese himno al amor desinteresado y generoso que relatan las palabras de Love The One You´re With. Después, se queda Nash solo con guitarra para King Midas In Reverse, luego Crosby solo con Laughing, seguido de Stills solo para Black Queen. El disco 1 lo cierra el viejo Neil solo, con un espectacular Medley acústico de clásicos de su repertorio: The Loner, Cinnamon Girl y Down By The River. Una vez más, Neil Young se anota otro de los puntos altos en la doble placa.

El disco 2 está dedicado al set eléctrico y lo abre una canción de Nash, Pre-Roads Down. Ahora podemos apreciar el notorio contraste de la calma de la parte acústica con la intensidad de las guitarras eléctricas. Le sigue un clásico firmado por Crosby, Long Time Coming. Y el track 3 es un imperdible no sólo de este disco, sino que de toda la historia de la música popular: Southern Man, la tonada con crítica a los típicos gringos sureños racistas y ultra conservadores, que sólo vio la luz en estudio a fines de 1970 en el tercer disco de Neil Young, y que en su versión en vivo alcanza casi los 15 minutos; para tocarla, se necesita de un duelo de guitarras tan intenso y poderoso como el que hacen Stills y Young acá.

A ese gran momento de todos los tiempos le sigue esa poderosa y contingente Ohio. Otro momento de larga improvisación junto a Carry On y la calma de las acústicas para cerrar la jornada (y el disco doble, obvio), con un verdadero rékiem para los caídos por el sueño, Find The Cost Of Freedom. Generalmente, cerraban los sets juntos los 4, con Young y Stills en las acústicas, y sus cuatro voces al unísono. Brillante.

Han sido pocas las giras de CSNY. Pero siguen de vez en cuanto. No falta la ocasión para, cada cierta cantidad de tiempo, juntarse y volver a tocar.



Miércoles 8 de febrero de 2006:

Kill Bill.

No sé porqué, pero siempre las películas de Quentin Tarantino, por más cargadas de clichés y eferencias obvias a toda la cultura popular de los últimos 30 años, logran atraer a todo el mundo. Esos verdaderos pastiches sobrecargados de información de ocio son una verdadera delicia para nuestros ojos y oídos. No importa cuántos años tengamos o cuán viejos creamos ser, pues este niño grande que es Tarantino siempre logra llamar nuestra atención. ¿Cómo creen que ha consolidado su nombre y ha establecido un estilo propio con "sólo" 5 películas?

Claro que las dos últimas, en realidad, debieran ser consideradas como sólo un gran largometraje de 4 horas de duración. Una historia de traición y venganza, donde el objetivo de la heroína es claro: matar a Bill. Esa es la consigna para vender Kill Bill (tanto el volumen 1 como el 2), ¿cierto? Acá las conocimos a estas películas como Kill Bill: La Venganza. Ese agregado ya dejaba en claro el motivo principal de todo el relato, pero bastaba con dejar el Kill Bill tal cual, sin explicaciones excesivas.

No quiero referirme mucho a la historia, pues ya todos la conocen y no sería un graaaan aporte para todos los noctámbulos y ociosos que andan deambulando por ahí. Pero acá les van algunas líneas: La Novia/Black Mamba (la bellísima, espectacular y diosa-musa inspiradora Uma Thurman) es masacrada por Bill (Keith Carradine, el legendario Kung Fu de la serie de los 70 - otro rescate setentero de Tarantino), un agente de asesinos a sueldo que ha reunido y entrenado a un despiadado grupo de sicarios, el denominado Comando Letal Asesino Víbora (Deadly Viper Assassination Squad o DiVAS). -y acá me voy con más detalle: O-Ren Ishii/Mocasín de Agua (una sorprendente Lucy Liu), Elle Driver/Serpiente de la Montaña de California (una ultra arpía Daryl Hannah), Vernita Green/Cabeza de Cobre (Vivica A. Fox) y Budd/Serpiente de Cascabel, el hermano de Bill (un siempre coolísimo Michael Madsen). Dejan a La Novia (quien era la más letal de todo el lote y antigua amante de Bill) en coma y despierta 4 años después con la idea fija de vengarse de todos ellos. Ahí comienza un viaje épico a ambos lados del mundo. Oriente y occidente van sucediéndose ante su sed de venganza. Pero el destino le tiene deparadas varias sorpresas que no detallaré acá. Si la vieron, está de más nombrarlos. Si no la vieron, no conviene arruinarles la sorpresa.

En Kill Bill (en conjunto, claro está), Tarantino le rinde homenaje a todo lo que vio de pendejo: spaggetti westerns, películas japonesas de samurais, películas chinas de artes marciales y animé. Tarantino describe el par de películas como una mezcla de todo el gore de los últimos 35 años. Sin duda, un proyecto ultra ambicioso, que nació en una de esas conversas en el set de Pulp Fiction con su musa inspiradora y actriz principal, Uma Thurman. Ambos pelaban el cable con este personaje de La Novia que quiere vengarse de a quel viejo amor que la deja casi muerta. Tarantino se quedó con la idea en la cabeza y desarrolló todo un mundo, el que derivó en el inmenso y épico guión para Kill Bill.

Si bien Kill Bill es un colectivo grande en dos partes, hay que diferenciar bien estas: la primera es una frenética muestra de lo mejor en artes marciales, western y violencia gore que podemos ver en este último tiempo, con coreografías espectaculares que es imposible ignorar y difícil de igualar. La segunda, en cambio, es una hermosa pieza reflexiva y armoniosa, deteniéndose en una más que exquisita poética determinada por una ternura inusual en la visión argumental de Tarantino, acostumbrado a magnificar el salvaje vigor de la imagen y el impacto. Si la primera utiliza la animación para crear personalidades cercanas a íconos, la segunda utiliza el desarrollo humano de los mismos, dándole matices únicos a su presencia. Si una es Oriente, la otra es Occidente. Si una nos deleita la vista con artes marciales inspiradas en lo mejor del cine oriental, la otra nos lleva por un viaje interior de los personajes.

Obviamente, Uma sería La Novia. Y Tarantino nos traspasa su fijación por ella: no le podemos sacar los ojos de encima. Es demasiado espectacular como para perderla de vista. Tarantino hace que logremos enamorarnos perdidamente de ella. Quedamos prendados de sus enormes ojos, de sus labios, de su nariz particular, de su penetrante mirada. Nos convierte en adoradores de Uma. Si eso pasa, es sólo porque el director es

En Kill Bill, Tarantino logra que nuestros sentidos no se despeguen de la proyección. Ambas películas son demasiado entretenidas como para sacarles un ojo de encima; y son demasiado intensas como para respirar en medio de ellas. Como es costumbre en su obra, estas están plagadas de detalles y guiños a todo lo que está ubicado en la memoria colectiva y nuestro inconsciente más recóndito. Nombrar todas ellas es un ejercicio que está sobrando, pues la gracia es descubrirlo personalmente.

Vean ambas. No lo lamentarán. Son 4 horas entretenidísimas.



Lunes 6 de febrero de 2005:

Elizabethtown.

Cuando Alberto Fuguet fue a la UC a dar una charla sobre su película Se Arrienda, pudimos hacerle preguntas y conversar con él al final de su exposición. Me acerqué y le comenté que su película me recordaba mucho el estilo de Cameron Crowe. Algo incómodo y sorprendido a la vez, respondió que consideraba que lo hecho en Se Arrienda tenía más que ver con el Woody Allen de Manhattan más que el Cameron Crowe de Say Anything, pero que sí reconocía tales semejanzas.

Luego, me cuenta que pudo ver Elizabethtown como a las dos semanas de haber sido estrenada en Estados Unidos. "¿Qué tal la nueva de Crowe?", le pregunté. "¿Sabes? Después de verla, me pregunté qué diablos habría querido hacer Cameron Crowe con el relato de la película, pues deja un extraño sabor luego de verla. Probablemente, ese es un lujo de tener un presupuesto millonario para filmar", respondió Fuguet.

Y su impresión no es para nada descabellada, al contrario. La sexta película de
Cameron Crowe provoca reacciones extrañas. Muchos la han acusado de ser inconexa y de no enfocarse en la esencia de la historia. También de que tiene elementos sumamente atractivos para los espectadores pero, lamentablemente, transita por caminos que terminan desconcertando. Es que Elizabethtown (Todo Sucede En Elizabethtown, como la estrenaron por acá) necesita varias pasadas para poder comprenderla. Tiene muchas capas, y el mismo Crowe da pistas

Drew Baylor (Orlando Bloom) es un diseñador que trabaja en una industria multinacional del calzado. Su trabajo que se suponía debía coronarlo como un triunfador resultó ser un fiasco que hará perder a la compañía casi mil millones de dólares (notable la secuencia junto a Alec Baldwin como su jefe, quien le va mostrando todo lo que se dejará de hacer por el fiasco). Justo en el momento en que decide quitarse la vida, su hermana Heather (Judy Greer) le avisa que su padre falleció de un infarto y que él debe representar a la familia en el pueblo de Elizabethtown, ya que su madre Hollie (una genial Susan Sarandon) nunca se ha llevado bien con la familia de su difunto esposo. En su vuelo conoce a una carismática y hermosa azafata, Claire (Kirsten Dunst), quien muestra interés en él, aunque Drew todavía está desanimado por el fiasco y la péridda del padre.

Ya en Elizabethtown, Drew tiene que lidiar con la familia de su difunto padre, una muestra clásica del espíritu sureño familiar de cualquier pueblo gringo. Pero acá es donde lo acompañará Claire con su presencia y un inesperado romance. También el recorrido de Drew deriva en un viaje por la carretera, el que siempre quiso hacer con su padre. "¿Cómo es posible despedirse de alguien si apenas le has dicho hola?", es lo que se plantea Crowe en esta película. Drew recién conoce realmente a su padre y sus propias raíces después de su muerte.

Cameron Crowe dice que uno de sus objetivos al realizar Elizabethtown fue hacer una película de las que tanto gustaban a su padre, conmovedoras y con sentido del humor. “Una película que mezclara las lágrimas con la risa era su combinación favorita”, cuenta al respecto. “De hecho, mi madre y él tenían un nombre para este tipo de cine, lo llamaban ‘Pan y chocolate’ por una película extranjera de la que se habían enamorado. Después, como realizador, también se convirtió en una de mis mezclas preferidas. La película debe tener personajes que parezcan reales, que consigan hacer participe de sus vidas al espectador y que, una vez terminada la película, les eche de menos”.

Si Almost Famous estuvo dedicada a su madre y contaba su propia experiencia de juventud, Elizabethtown está dedicada al padre que conoció muy poco. “Es curioso; al principio me resistía a escribir guiones muy personales acerca de mi familia y de mi vida. Incluso las novelas que me gustaban de joven no solían estar contadas en primera persona. Pero cumplí 18 años y escribí un artículo para ‘Rolling Stone’ titulado ‘Cómo lo aprendí todo acerca del sexo’. Era un encargo, y no conseguía escribirlo. Finalmente, opté por escribir en primera persona. Fue un auténtico descubrimiento para mí. Los lectores respondieron, me escribieron cartas. Algunos me decían: ‘Era como si hablases de mí’. No ha dejado de pasarme desde entonces. Cuanto más personal es la historia, más parece importar al espectador. Después de “Casi famosos”, mucha gente me preguntaba ‘Y tu padre, ¿cómo era?’ Había escrito un relato acerca de él titulado “My Father’s Highway”, pero dormía en un cajón hasta que un día me decidí a contarla".

Como ya es costumbre en la obra de Crowe, Elizabethtown está plagada de buena música que ayuda a pintar el cuadro de manera sublime. Canciones de Ryan Adams, Lynyrd Skynyrd, Tom Petty, Elton John y The Hollies, que abren genialmente la película con Jesus Was A Crossmaker. Crowe ha dicho al respecto: "Elizabethtown es probablemente más musical que Almost Famous. La música es tan importante como cualquier personaje. Es la voz interna de la película, una guía amigable y una musa secreta".

Tomará unos años lograr entenderla. ¿Quién sabe? No es llegar y decir que la película es mala. Se necesitan varias pasadas para tratar de comprender qué quiso decir Crowe esta vez.


Domingo 5 de febrero de 2006:

Yellow Submarine Songtrack.

¿Se acuerdan que en 1999 se reestrenó la versión remozada, corregida, aumentada y perfeccionada de ese clásico de la animación sicodélica que es Yellow Submarine? Weno, la edición remozada de la película animada con The Beatles como protagonistas no hizo más que reafirmar el valor de culto que ya tenía desde su estreno a fines de 1968? ¿Quién no la vio cuando niño? ¿Acaso no fue una de las primeras asociaciones que hicimos con Lennon, McCartney, Harrison y Starr?

La película es alucinante. Y aún más con esa mejora de colores y visión en general. Los Blue Meanies son aún más azules que esa copia en Laserdisc que se distribuía eternamente. Con el DVD, aún mejor: widescreen, con documentales extra, remezclado en DTS, y todos los etcéteras técnicos que se les pueda ocurrir. Sin embargo, lo mejor de todo este relanzamiento estaba en otro formato: el del disco. Un CD, sólo un cilindro de plástico que contiene melodías y canciones, todo bajo el nombre de Yellow Submarine Songtrack (ojo: es "Songtrack" y no "Soundtrack").

El Yellow Sumbarine Songrtack es, por lejos, el mejor relanzamiento de material de The Beatles desde el Live At the BBC. Es de los mejores por una sencilla razón: las 15 canciones escogidas para este disco fueron remezcladas en su totalidad. REMEZCLADAS. Nada de limpiadas digitalmente nomás. No, señores. Acá se deconstruyeron todos los elementos que componían estas ya esenciales tonadas y se crearon otras distintas. Weno, sé que las canciones las venimos conociendo de toda la vida. Pero estas son derechamente otras aproximaciones a las mismas melodías. Casi como si fuese un disco de canciones inéditas.

El disco lo abre, era que no, la voz de Ringo en Yellow Submarine; salvo que acá no sale por un solo lado, sino que en ambos lados del Stereo se siente su presencia. El resto, nuevos lugares para los mismos efectos sonoros y personajes extravagantes. Le sigue la que fue single de todo este relanzamiento, Hey Bulldog. Y la elección de este rocanrol de la puta madre no es casualidad, ya que había metraje de la sesión de grabación. Importantes imágenes que muestran a John y Paul cantando juntos bajo un mismo micrófono, a George elaborando el solo del medio y el riff característico y a Ringo preparando la batería. Estrenaron el videoclip con el montaje de esas sesiones para la canción y, créanme esto, parecía un grupo de finales de siglo XX y no tenía nada de retro. Onda Beatles “cosecha 99”, por decirlo de alguna forma. Imperdible!

El track 3 es el de una hermosa canción, Eleanor Rigby. Y este es un dato para fanáticos: ¿recuerdan que en la mezcla del Revolver la voz de Paul, en el comienzo de la estrofa, pasaba al canal derecho un poco desfasada? Ese detalle se corrigió al dejarlo al medio. Le sigue Love You To, cortesía de Harrison. Y un momento lúdico con al siempre efectiva All Together Now. Y otro punto fuerte en la nueva mezcla, con Lucy In the Sky With Diamonds, la que tiene un apoyo visual increíble en la película. Otra de Harrison a continuación: la poderosa Think For Yourself, que acá suena como nunca antes.

Un doblete de lujo (y metido en nuestro inconsciente colectivo): Sgt Pepper´s Lonely Hearts Club Band y With A Little Help From my frends, con Billy Shears y compañía cantándole a los amigos que nos ayudan a elevarnos... espiritualmente (jejjejje). Otro momento lúdico llega con Baby You´re A Rich Man, esa canción medio isnpirada en Brrian Epstein, el mítico manager de los Fab Four. Todoe sto sirve de antesala para una de las mejores de esas sesiones de Sgt Peppeer que tuvieron The Beatles, y un tema injustamente sacado del emblemático álbum, pero que vio la luz gracias a la película del submarino amarillo: esa pequeña obra maestra de Harrison llamada Only A Northen Song, la que hace referencia a la hegemonía de Lennon-McCartney. Toda una ironía brillante, por cierto.

Las 4 canciones que van quedando son emblemáticas por sí solas. Partiendo por el himno definitivo de la paz y el amor modelo 1967 que es All You Need Is Love, ahora sonando más nítida que nunca (¿se han fijado la cantidad de detalles y guiños que tiene?). Le sigue esa preciosa muestra de vaudeville que es When I´m Sixty Four (la que ya parece una profecía para Sir Paul, que los cumple en junio de este año). La llegada de Nowhere Man y esa perfecta armonía a tres voces, marca registrada de The Beatles, no hace más que comenzar a darle un cierre de lujo con un broche de oro a este maravilloso "Songtrack".

Para cerrar, los últimos minutos se los toma el genio de George Harrison y otra canción que sólo vio la luz acá, en medio de las animaciones. Una canción que perfectamente podría haberse extendido hasta la eternidad. It´s All Too Much es la que despide esta magnífica y perfecta colección de canciones vistas desde otra perspectiva.

Me faltan palabras para describirles lo espectacular que resulta encontrarse con estas refrescantes mezclas. Ojala lo hicieran con todos los demás. Por ahora, a disfrutar esta.



Viernes 3 de febrero de 2006:

Dead Man.

Me gustó el debate que se generó en el texto anterior, sobre el arte, los artistas y los "artistas". Necesariamente, al emitir juicios, se "zanjan aguas" y hay un compromiso con lo que se afirma. Me gusta que se forme debate! Así que ya saben, cualquier cosa la rebaten acá. Es parte de la libre expresión que he defendido en esta página desde el comienzo.

En este par de días me puse a ver DVDs. Películas, conciertos que me he conseguido y los de Arrested Development que me conseguí para la posteridad. Y volví a ver ese gran pedazo de película que es Dead Man, de 1995, dirigida por Jim Jarmush, el mismoq ue nos sorprendió gratamente hace poco con Coffee & Cigarretes y ese increible documental que es Year Of The Horse, donde hace un seguimiento a Neil Young & Crazy Horse en su gira por Europa de1996. Jarmush nos muestra bajo su perspectiva las emociones, las peleas, los años de carrete, la vibra y la majestuosidad de la banda de garage más importante del mundo, la misma que siempre toca como si estuvieran en una pequeña sala de ensayo, no importando que el escenario sea un teatro reducido o el Rock In Rio. Pero weno, eso es otra historia a la que me referiré con detención en una próxima oportunidad. Ahora, me referiré a algo que ocurrió justo antes de ese documental. Y es algo donde el viejo Neil también tiene algo que ver.

Dead Man nos cuenta la travesía de William Blake, el contador y no el escritor (interpretado magistralmente por Johnny Depp). Blake llega a un pueblo en mediod el oeste de los Estados Unidos en pleno Siglo XIX, donde las pistolas eran las encargadas de hablar por la gente y las que hacían justicia. Por circunstancias (y más bien, nefastas casualidades), Blake es perseguido por las autoridades y los poderes fácticos de ese pueblo perdido. Acusado de un crimen que no cometió, debe correr por su vida y alejarse para poder encontrarse a sí mismo. En el viaje, lo acompaña un ilustrado piel roja llamado Nadie (Gary Farmer), quien lo trata como si fuese el legendario poeta. Es Nadie el que lo lleva en un viaje hacia el reencuentro con su alma.

A medida que avanza el trayecto, y también que las heridas van desgastando su organismo, Blake va involucrándose ya no en el escape del pueblo, sino que en una nueva forma de enfrentar su destino. Ahora es un hombre muerto. Y debe matar para seguir avanzando, debe eliminar los obstáculos para continuar. Ya no está en ese mundo de las convenciones del bien y el mal. Sin saberlo Blake (el contador, no el poeta emblemático) se va convirtiendo en un espíritu.

La película, además, cuenta con un elenco estelar en los roles secundarios: d elos que me acuerdo ene ste instante, están Robert Mitchum, Gabriel Byrne, Billy Bob Thornton, Alfred Molina, Crispin Glover, Iggy Pop y Michael Wincott. Todos ellos como adversarios. Todos como obstáculo para el viaje de William Blake. Todos ellos en roles antagónicos, con las reglas de justicia del lejano oeste, buscando la recompensa que tiene la cabeza de este pobre Blake.

Como el poeta Blake, Johnny Depp vive una mezcla de inocencia y de extranjería. Y en su viaje iniciático no falta el paso por la muerte, el amor, el rito, la huída, el sueño, la compañía de Nadie, el indio piel roja, que también se siente fuera de toda pertenencia, aunque sigue vistiendo como un indio, pero de hecho vive solo aunque se lleva bien con su antigua tribu. Dos seres libres, o con vocación de serlo, que comparten durante un tiempo un tramo de sus caminos. Estos dos espíritus desarraigados y carentes de pertenencia van haciendo el viaje juntos.

En Dead Man, Jarmush deconstruye el clásico género del Western para darle una nueva mirada a una historia que perfectamente pudo haber sido lineal y falta de emoción alguna. En Dead Man, Jarmush logra darle la importancia magistral a la fotografía en blanco y negro (como lo he dicho en más de una oportunidad, el mejor formato de valores -y no colores- para un relato descarnadamente real). La fotografía apabullantemente emotiva de Dead Man es del galardonado Robby Müller.

Pero, para mí, la mención aparte de esta película es para el viejo y querido Neil Young, quien compuso la música incidental para Dead Man. En un tono ultra minimalista, Young elabora varios licks de guitarra en base a sólo unos 3 acordes o secuencias a lo sumo. Aparecen justo en el momento preciso. La Old Black se luce con sus intervenciones justas y le dan textura al viaje emprendido por Blake. Sólo una mano como la de Young podía dar con el tono justo de intimidad y ensimismamiento que resulta en una especie de particular avant garde. Justo para encontrar conexión con Arc, ese disco de experimentación sonora en un solo track y muy emparentado con la vibra de Sonic Youth. La banda sonora de Dead Man es todo un viaje en sí misma, y vale la pena conseguirla.

Dead Man está ahí, junto a Unforgiven (la d Clint Eastwood, otra de esas películas notables), como uno de los mejores Western de los 90. Totalmente recomendable.


Miércoles 1 de agosto de 2006:

Sobre artistas, "artistas" y sentido del humor.

Arte (según la RAE): "Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros".

Arte fue la palabra que se me vino a la mente ayer, mientras iba caminando por el centro, en una de mis 2 o 3 salidas diarias por trámites ajenos. El momento precios en que se me vino esta palabra a la mente fue cuando vi a uno de esos músicos callejeros que tocan en el Paseo Ahumada. Era un anciano ciego, que siempre se pone en el mismo lugar desde hace mucho tiempo. Años. Ahora lo vi con una guitarra "nueva" (distinta a la anterior, que estaba dañada por el uso) y un sistema rústico para sostener la harmónica. Ya no canta, sólo toca guitarra y harmónica. La mayoría de la gente puede pensar "la raja! todo un ejemplo del artista folclórico que se expresa en cualquier lugar. Notable!". Pero, en realidad, lo que él está haciendo es sobrevivir. No mostrar a los demás sus cualidades porque sí, sino que para poder comer cada día. Lo que para la mayoría es una "choreza", para él es la única forma de poder subsistir dignamente.

¿Qué nos hace pensar todo esto? Simple. Nos pone a pensar en la verdadera importancia de un concepto como el arte y la función que debe cumplir un artista. Ojo, no un "artista" (así, entre comillas... para diferenciarlo del artista).

¿Qué es un artista? Para mí, es una persona que utiliza las herramientas disponibles como un medio para lograr expresarse. El artista se mantiene apegado a la realidad y enchufado con su entorno. No escapa de lo que sucede a su alrededor, sino que se empapa de su contexto para poder crear y expresarse. El artista trata de comprender la realidad y de entender los porqué. Cuando el artista busca nuevas formas de expresión, éstas no son un fin en sí, sino que un medio para decir lo que hay que decir.

En cambio, el "artista" tiene como fin el medio. El "artista" deja el mensaje encubierto por miles de capas que condimentan lo que quiere decir y le da más de las lecturas necesarias a lo que se expone. Por ejemplo, el poner algún elemento a la obra: el "artista" lo hace por una mera razón estética; en cambio, el artista lo hace para intensificar y darle mayor profundidad a lo que quiere decir. El "artista" es necesariamente preciosista. El "artista" se desapega de la realidad y de su entorno para lograr crear una "obra alejada de la mugre circundante e ignorante", digna de ser entendida solamente por él. No trata de entender la realidad, sino de juzgarla. De esta forma, lo que el "artista" hace se transforma en el bien, antagonizando al resto. No es relativista (lo que en sí no es weno, pues nos hace perder principios básicos a los cuales ceñirse y juzgar bajo nuestro propio prisma), sino que es dogmático en exceso.

¿Algún ejemplo de artistas y "artistas"? Pete Townshend es un artista. Martin Scorsese también. Coco Legrand, nuestro gran comediante de larga trayectoria, es todo un artista. Neil Young es uno de los wenos artistas. Bruce Springsteen es un artista en el completo sentido de la definición dada. Roger Waters lo es, sin lugar a dudas. John Lennon, durante gran parte de su carrera, también lo fue. Por otro lado, están los "artistas": Brian Wilson es uno de ellos. También músicos con el perfil a la Radiohead y Sonic Youth. Grupos como The Strokes, que ponen por sobre la música la estética y cosas inconsistentes que no duran más de una tarde. Raúl Ruiz y la camada de directores dogma también lo son. Y, si seguimos con este ejercicio, me faltaría espacio.

Pero hay personas que están más allá del bien y el mal. Tipos que no son artistas ni "artistas", sino que seres humanos que van por la vida viviendo. Gente como Nicanor Parra y Bob Dylan son un fiel ejemplo de este tipo de individuos que no se fijan metas concretas a la hora de trabajar, sino que simplemente se expresan. No se proponen, a primera vista, crear conciencia ni nada que se parezca al "arte". Ellos desintegran lo que tienen alrededor suyo y lo reinterpretan con su propio lenguaje. De esa forma, van creando sus propios códigos sin caer en abstracciones innecesarias.

Una actitud así es imposible si no se tiene sentido del humor. Lo que permite tener una postura más crítica que comprometida con las cosas. Sólo el sentido del humor permite que podemos seguir avanzando en nuestro camino diario y no quedarnos entrampados en odiosidades. El sentido del humor sirve para poder atacar lo establecido. Como dijo Lorne Michaels, el creador de SNL, es un "ataque con encanto". Basta ver la obra de los Monty Python para comprobar la sarta de boludeces que estoy escribiendo en este momento. No mañana ni ayer, sino que ahora. Sirve para bajar del púlpito desde donde pontifican los "viejos vinagres" a quienes le cantaba Luca Prodan con ácida y sarcásticas líneas en la canción del mismo nombre y en varias más de la obra de Sumo.

En fin. Ustedes, consumidores... ¿con cual "bando" simpatizan?

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