lunes, mayo 22, 2006

Archivos mayo de 2005


Martes 31 de mayo de 2005:

Sobre Harrison, beneficencia y charla de Rock en la UC.

Por ser una forma válida y legítima de comunicación y un vehículo apropiado para llevar mensajes, la función del Rock es clara: llevar los mensajes que despierten a la sociedad y ser protagonista de los cambios que se originan.

¿No será demasiado pretencioso por parte de los músicos de Rock comenzar un activismo político y social? ¿Qué cambios concretos puede hacer un puñado de gente por medio de su obra? Si lo vemos a corto plazo, poco o nada se puede hacer. Debido a que se piden resultados concretos y tangibles para un corto plazo, la labor que puedan realizar los artistas, a lo sumo, podría verse reflejada en ayuda material para alguna determinada causa y obra que se quiera realizar. Bien sabemos que hay una infinidad de personas trabajando de buena voluntad para mejorar aunque sea un poco el mundo. Pensemos en los diversos profesionales y gente común y corriente que se suma a diario para trabajar desinteresadamente por su prójimo. Gente que deja de lado sus proyectos personales y que entrega todas sus capacidades para ayudar a quienes más lo necesitan. Ellos son los que en verdad deberían llevarse el crédito por las grandes cruzadas de "solidaridad" que hemos visto que se han emprendido desde hace más de 30 años.

Ahora bien, no hay que desmerecer la labor de los músicos y artistas que se involucran en este tipo de campañas. Ellos lo tienen más claro que nadie: su ayuda va por el lado de la difusión de la causa o principio que están respaldando. Saben perfectamente que, al "prestar" su rostro, están haciendo labores de relaciones públicas para la causa. No tratan de vender la idea de que son los gestores de la inmensa labor que se lleva a cabo detrás.

George Harrison lo tenía claro cuando su mentor en el misticismo hindú Ravi Shankar le contó sobre los problemas de pobreza extrema, necesidades y hambre que azotaban la localidad de Bangladesh. Profundamente conmovido por lo que pudo ver ahí, decide hacer algo hansta ese entonces nunca antes visto: organizar un magno evento para recaudar fondos para ir en ayuda de la gente en Bangladesh. Justo en un momento en el cual la industria musical iba creciendo y transformándose en lo que conocemos desde mediados de los 70, Harrison opta por la opción contraria a esos días: contribuir desinteresadamente en una causa determinada.

Para lograr llevar a cabo el evento, "Dark Horse" contactó a sus amigos músicos de ese entonces: Eric Clapton, en pleno período de trabajo en Derek & The Dominos, fue uno de los primeros en sumarse en esta misión. Le siguieron su ex-compañero de labores en The Beatles Ringo Starr, el tecladista de las sesiones de Get Back Billy Preston, el baterista de sesión Jim Keltner, el multitalentoso Leon Russell, Jesee Ed Daves (quien había trabajado con Taj Majhal) y el grupo del sello Apple, Badfinger. De sorpresa, se sumó Bob Dylan para dar su primera presentación en público en casi dos años.

Se realizaron dos conciertos a tablero vuelto en el Madison Square Garden de Nueva York y se registró tanto en audio como video para la edición de un disco doble y una película. El concierto fue alabado tanto por el público como por los medios especializados y, sin pretenderlo, inauguró una nueva forma de ayuda con fuerte carga social, siendo el antecedente directo para los futuros No Nukes, Live Aid (la celebrada labor que organizó el activista Bob Geldof) y el cocnepto de los conciertos de Amnnesty International.

De esto y mucho más se tratará la primera charla del Ciclo de Charlas de Rock en la UC.

Rock y activismo político.

Partirá con la exibición de "The Concert For Bangladesh", la película sobre el concierto benéfico que organizó George Harrison. Inmediatamente después, se realizará la charla en donde se revisará la labor del Rock en activismo, política y obras benéficas, apoyado de material audiovisual. Claudio García, líder de Los Miserables, estará como invitado.

Jueves 2 de junio
de 15 a 18 hrs
Microcine (sala COM 310, edificio de Comunicaciones), Facultad de Comunicaciones
Casa Central
PUC
Entrada liberada

Quedan todos cordialmente invitados!

La foto corresponde a uno de los conciertos realizados en el Madison Square Garden, el 1 de agosto de 1971.


Domingo 29 de mayo de 2005:

Michael Moore.

La importancia de gente como Michael Moore se entiende sólo si nos vamos directamente a la función principal del Periodismo; ser un ente fiscalizador de los poderes del Estado. Su gran misión es mantener al público despierto y atento con respecto a todo lo que lo rodea, y no crearles una burbuja de fantasía.

Muchos retrógrados autodenominados "periodistas serios" han afirmado que lo que hace Moore no es Periodismo. Lo argumentan diciendo que sólo pretende crear polémica en base a elementos exageradamente "sensacionalistas" y "efectistas". Y esos mismos no se quejan cuando dedican sus esfuerzos a dejar los temas que sólo a ellos les conviene en la carpeta. Como bien sabemos, los medios de comunicación masiva son controlados por unos pocos a nivel local y global. En otras palabras, "se acuestan con el poder", creando una red de protección para que las oscuras manos de los poderosos que han consolidado su influencia, y que durante mucho tiempo han hecho de las suyas, sigan llenando sus bolsillos con el sudor de todos nosotros.

Bajo este panorama Michael Moore, si bien no va a cambiar la manera en que las cosas se desarrollan, al menos funciona como una molesta mosca en la sopa de los hijos afortunados que se llevan todos los beneficios. A ellos de seguro no les hace gracia que haya alguien que utilice sus mismas herramientas para intentar mostrar su verdadera naturaleza: infinitamente ambiciosa. Moore lo ha hecho prácticamente desde los inicios de su carrera.

Pero Michael Moore no se ha lanzado en una campaña global de "voz independiente". Ha trabajado con los elementos que le son más familiares y propios de su entorno. Primero, realizó una persecución a Roger Smith, el entonces CEO de General Motors. Lo podemos ver en su primer documental, Roger & Me. Moore usa un lenguaje cercano y cotidiano para exponer un problema que le toca personalmente: el cierre de la planta que daba el mayor porcentaje de trabajo en su natal Flint. Con este documental, Moore logra mostrar los devastadores efectos que tiene la exportación de empleos en la clase media.

Con este documental, Moore logró establecer un estilo propio, que hemos visto desarrollarse en todas sus entregas: TV Nation, The Big One (notable su tono "chistoso" para mostrar crueles realidades y que desencadenó en algunos cambios dentro de Nike), The Awful Truth, y en sus conocidísimas Bowling For Columbine (el confirmador relato de la locura y paranoia gringa) y Fahrenheit 9/11 (el "guerrilla documental" que intentó evitar que Jorge Arbusto consiguiera la reelección. En vista de los acontecimientos, fue un total fracaso, a pesar de toda la fama que le dio a Michael Moore.

Gracias al prestigio que ganó con Bowling For Columbine, Moore se transformó en una celebridad dentro del mundo "progresista" a nivel mundial. Hasta un premio de la academia se ganó. Y ahí marcó la diferencia, al encarar a Bush en la plataforma más grande que puede conseguirse: una transmisión en vivo y en directo para todo el mundo. A sólo días de la invasión a Irak, fue capaz de decirle en su cara que era un presidente de mentira y que su guerra era de mentira. ¿Qué mejor publicidad para su siguiente documental?

La recepción para Fahrenheit 9/11 fue exagerada. "Artísticamente" hablando, Bowling... es mejor que Fahrenheit..., por lo que su premio en Cannes a la mejor película fue más contingente y políticamente correcta que por reales méritos. Acá, Moore se pone político y deja de lado la tan mentada "objetividad periodística", que todos sabemos que no existe. Nos muestra a Bush como lo que es: un imbécil con apellido. Y también nos revela que las clases más bajas son las que realmente terminan defendiendo la patria que siempre los deja de lado. Y aquí hago un paralelo con lo ocurrido en Antuco. ¿Cuántos de esos jóvenes con toda una vida por delante murieron congelados por no tener los contactos ni las oportunidades ni el apellido indicado para poder sacarse el servicio obligatorio?

¿Existe algún Michael Moore acá en Chile? Podríamos afirmar que lo es The Clinic, pero a éste le faltaría comprometerse más y dejar atrás los focos de crítica usuales y atacar a quienes verdaderamente el poder político y económico que, curiosamente, no son los mismos.

¿Necesitamos medios más cercanos al pueblo? Por supuesto que sí!!! La gente común y corriente tiene mucho que decir y cosas por reclamar y necesita una voz que hable por ellos.


Viernes 27 de mayo de 2005:

Star Wars Episode III - El final de una era con tímidos aplausos.

Como ya todos sabemos por el bombardeo mediático que se ha hecho, hace unos 8 días se estrenó la entrega final de la saga de La Guerra De Las Galaxias. Su episodio III, llamado La Venganza De Los Sith.

Me ha llamado la atención un detalle: la gente, al final de la película, aplaudió. No todo el público que asistió a una casi abarrotada función de fin de semana largo, sino que unos pocos. Eran aplausos tímidos y medio “cohibidos”, pero aplausos al fin y al cabo. ¿Por qué aplaudían, pensaba yo, si todo esto no es más que una película? ¿Será porque varios de ellos, ahora adultos de treinta y tantos, pudieron ver la trilogía original (esa de los Episodios IV, V y VI) en una sala de cine al momento de su estreno y habían esperado unos 28 años para el desenlace definitivo de esta saga? ¿Acaso fue por la “elaborada” trama que fue desarrollada en esta última película? De seguro fue el volver a sentirse niños lo que los hace volcarse a las salas de cine y dejarse atrapar por un mundo lejano, en una galaxia demasiado distante como para hacer paralelos con nuestra realidad. O, quizás, no tan lejana como pareciera.

Probablemente, y a grandes rasgos, la saga completa presenta temáticas que son demasiado cotidianas para nuestra cambiante humanidad. Si hacemos el ejercicio, encontramos varias cosas: redención, ambición, sed de poder, misticismo, heroísmo, compañerismo, bien y mal bien definidos, auge y caida de un "elegido". Sólo blancos y negros, sin grises de por medio. Acá no hay complejidad de sentimientos, ni segundas lecturas. Simplemente, se presenta un mundo simple y totalmente definido, en donde las formas están bien claras, pero el fondo se torna difuso y sin “profundidad”.

¿Le debemos pedir demasiado a estas películas? Creo que no. Y la razón es bien simple: basta ver el tono de aventuras de aquella primera entrega de 1977. Una Nueva Esperanza. Una historia entretenidísima de matinee, sin grandes pretensiones salvo la de disfrutar un buen rato en el cine. Ese episodio, al sacarlo del contexto de toda la saga, funciona solo: el jovencito de la película-granjero-soñador-bueno, el rufián con encanto, la princesa de alta estirpe, el malo de la película (de soberbio traje negro), el viejo maestro místico. ¿Qué más se puede pedir para dedicar 120 minutos e nuestro tempo? George Lucas consiguió lo que estaba buscando hace 28 años: lograr que la gente vaya en masa a disfrutar de la experiencia de vivir mundos lejanos por 2 horas gracias a una película entretenida y sin segundas interpretaciones adicionales.

Me imagino que la “culpa” de que esta saga haya adquirido tamaña importancia es el desarrollo dramático de trama y personajes en el Episodio V, El Imperio Contraataca (sin lugar a dudas, la mejor de todo este lote). Acá vemos el fin de la inocencia y el aterrizaje forzoso y súbito a la realidad. Aparece la imagen del padre personificada en la maldad y se fracasa ene l aprendizaje. Nadie es perfecto y así lo muestra el camino que recorre el hijo, que debe asumir un camino para el cual jamás estará completamente capacitado para terminar. Pero hay mucha fe en él. ¿Ingenuo? Probablemente. Todo eso termina con una siniestra revelación. En vez de encontrar la luz, cae en las tinieblas. Y eso basta para tenerla entre las preferidas.

Muchos de esos elementos volvieron a aparecer en este Episodio III. Pero hay un problema acá: Lucas no ha desarrollado una forma adecuada para desarrollar conflictos ni evoluciones (o involuciones) a nivel emocional y psicológico dentro de su mundo. Al estar todo definido en bien o mal, los cambios se tornan súbitos. No hay acá razones concretas ni completamente convincentes de la "muerte" de Anakin Skywalker y el "nacimiento" de Darth Vader. Las razones expuestas se acercan a un tono casi infantil y antojadizo, sin mostranos una transformación paulatina. Estoy seguro de un motivo poderoso para esto: ha cambiado el público objetivo. Los de treinta y algo se criaron imaginando aventuras de sables láser en forma de escoba y monos articulados con naves escasas. Los niños y pre-adolescentes de ahora han crecido con la pantalla del PC frente a sus ojos toda su vida. Y acá no hay lugar para evoluciones pausadas, sino que todo debe se inmediato. La era de la velocidad en las telecomunicaciones exige más inmediatez.

Quizás por esto esos aplausos eran tímidos y medio apagados: todo cambió en estos 28 años. Para ellos, se cierra definitivamente la niñez y los juegos. Por casi dos horas y media, volvieron a sentirse igual que en esas funciones rotativas de pequeños.



Miércoles 25 de mayo de 2005:

The White Stripes en Chile - En dos palabras: ¡LA CAGÓ!

Cuando anunciaron que The White Stripes vendrían a Chile para dar un único concierto en el Estadio Víctor Jara, sólo un pensamiento se alojó en nuestras mentes: HAY QUE ESTAR AHÍ!!!!

¿Por qué había de estar en ese evento? Simplemente, porque creemos desde hace mucho tiempo en estos verdaderos salvadores del Rocanrol. De ese tipo de gente que hace mucha falta en la escena: de aquellos que buscan en lo más esencial de las emociones para lograr crear mgia y catarsis. Gente que sea capaz de hacer explotar un lugar con tan sólo su energía.

La gente fue llegando paulatinamente. Primero la galería, en lo más alto, y con una visual de lujo para contemplar el cuadro cmpleto. Más tarde, la paltea. Finalmente, la cancha, con la gente calentando motores y preparando los ánimos para recibirlos como se merecían. De fondo, sonaban insistentemente Ac/Dc y wen rocanrol. Podíamos ver cómo se desplazaban los curiosos roadies, vestidos elegantemente y preparando todos los detalles (probando las guitarras, viendo el piano, checkeando la batería y los ampllificadores) para que, cuando el reloj marcara las 9 de la noche, comenzara el show.

Llegó la hora de la cita... y el duo no salía. El estadio repleto los pedía a gritos y con demasiada ansiedad. La cancha comenzaba a saltar. Recién a las 9:15 se apagaron las luces del recinto se encienden los focos especiales para el evento. Vemos que llega la hermosa Meg White, vesitda de blanco y negro, a sentarse al a batería. Jack White se apareció en el escenario con una marioneta de símismo, que dejó sobre el piano. Se colgó su guitarra y, junto a la batería de Meg y casi sin palabras, le dio el puntapie inicial al show con la potente Black Math. A estas altura, la gente en la cancha saltó y gritó con todas sus fuerzas, respondiendo a tamaño estímulo. Siguieron con varias canciones sacadas de casi todos sus discos. Así pasaron Little Room y la maravillosa Dead Leaves & The Dirty Ground. Además, tuvimos la suerte de escuchar, a modo de adelanto de su nuevo disco Get Behind Me Satan, un par de temas: el single Blue Orchid y My Doorbell. Otro notable momento se vio y se escuchó con Little Bird, en donde Jack White lució guiños a Led Zeppelin. Let´s Build A Home también se disfrutó muchísimo. La poderosa versión de Hotel Yorba no hacía más que coronar el momento.

El show alcanzaba niveles insospechados por la intensidad y el tiempo se pasaba volando. Uno de ellos vino de la mano de la versión que The White Stripes hacen de Jolene. Tanta potencia tambièn daba paso a pasajes relajados en tono "acústico" y con el piano. We´re Going To Be Friends y The Same Boy You´ve Always Known mostraron un lado más reposado, pero no carente de intensidad.

A medida que el show avanza, me doy cuenta de la importancia de el hecho de que el dúo se compelmente tan bien. Perfectamente, la guitarra poderosa y desafiante de Jack no se "come" a la batería firme y decidida de Meg. Y seguía la avalancha de rocanroles con toda la maquinaria rocanrolera que tanto nos gusta de The White Stripes.

Y la potencia tuvo sus víctimas: en dos ocasiones Jack White cortó cuerdas a sus guitarras. Primero, en medio de la energética entrega para Dead Letter, en donde demostró su pericia para dominar la guitarra slide. La cuerda se le entrometía cuando tocaba. La sacó del medio y siguió haciendo tronar la guitarra. La segunda vez ocurrió durante uno de los momentos más intensos del show: su entrega de I Just Don´t Know What To Do With Myself. La gente coreaba y Jack dejó que el estadio completo coreaba, a la vez que metía sus fuertísimos rasgueos, que cortaron una cuerda. Siguió tocando embaladísimo y haciendo más show, quizás sobrecogido por ese momento único que se dio junto a la audiencia.

Ya en los descuentos del show, la gente respondió de la manera más sublime en que se puede seguir un reconocido riff guitarrero: entonándolo como cántico de estadio. Jack dejó de tocar unos instantes y cantó en seco, por mientras que esa gran "guitarra humana" le hacía el majestuoso riff. La despedida vino con Boll Weevil y el público agradecido aplaudió estrepitosamente, poniéndole un broche de oro a la espectacular jornada.

El de anoche fue, sin lugar a dudas, uno de los mejores shows en vivo que han pasado por nuestro país. Espceialmente, fue la prueba indiscutible de que The White Stripes son, lejos, el mejor grupo de los últimos tiempos.

Basta de perder el tiempo buscando a los "nuevos Nirvana" o al regreso de la garra de GNR. El futuro del Rocanrol ya llegó y se llama The White Stripes.



Martes 24 de mayo de 2005:

El troesma Dylan a los 64 años.

Mi primer acercamiento al troesma Dylan fue a través de los Beatles, a través de un libro biográfico que leí a los 12 años. No se referían ni a música ni sus letras, sino al hecho de que fue el primero en darles a probar marihuana a los Fab Four. El episodio también ilustraba una de sus legendarias excentricidades: pidió sólo vino tinto, cuando el bar estaba repleto de "sólo" Whisky y Coca-Cola. Me parecía curioso este personaje. Me interesé por escuchar cosas de él, particularmente por su influencia en Lennon: I´m A Loser y You´ve Got To Hide Your Love Away son de las más "dylannianas" de John.

Esperaba con ansias el momento en que el troesma llegara a Chile en el marco de su gira por Latinoamérica, que lo tuvo incluso tocando junto a The Rolling Stones. Lamentablemente, el destino jugó en mi contra y no pude ir por varios motivos. Aunque podía comprar la entrada de 35 mil pesos de platea baja, debí quedarme en casa: mi papá tenía que hacer clases en la noche, mi mamá cursaba segundo de Derecho y tenía clases en vespertino y alguien tenía que ir a buscar a mi hermana menor al colegio. Esa pega me tocaba a mí y no encontré a nadie para que me reemplazara. Me quedaba el consuelo de que al menos lo transmitirían por la radio o que el canal R&P lo grabaría. En un despacho del programa "Plaza Italia", informaron que Dylan prohibió el registro oficial de audio y video de la presentación. Sólo los que fueron supieron lo intenso e inolvidable que estuvo. Lewin, en su tribuna de Rock y Guitarras de ese entonces, pasó casi un mes diciendo a diario lo espectacular del concierto del troesma. Creo que todavía lo menciona, si le preguntan.

Para el lanzamiento de "Love & Theft", Angelo Pierattini (de Weichafe) preparó una particular versión de Love Sick para la ocasión. Se sumó su compañero Marcelo Da Venezia. Me vieron con la harmónica en el cuello. Y me sumé a la presentación. Carlos Costas nos presentó como "la nueva generación de fanáticos de Bob Dylan" (los 3 menores de 25 años) y tocamos el tema. Tuvo una respuesta afectuosa por parte de los fanáticos. Después de Love Sick, tomé la acústica, me afirmé el gancho de la harmónica y toqué un tema del nuevo disco, que ya lo conocíamos y que lo sugirió uno de los franáticos cuando llegué. El tema era Mississippi. "La nueva generación" sacó aplausos de todos esos fanáticos viejos y experimentados. Fue uno de los mejores momentos en mi vida.

Uno de ellos tenía en su poder... el video con la presentación en Santiago!!! Lo registró una mujer ya mayor, que había perdido a su hijo, un artista en ciernes y fanático de Dylan, en un accidente a fines de 1997. Ella fue con su cámara al concierto y lo grabó. En su registro se nota que fue sólo a eso, y no a disfrutar del concierto. es impecable! La gente de seguridad la pilló al final del concierto y le confiscaron la cámara. Después de contar su triste historia, le devolvieron la cámara y el video. Cada vez que disfruto del show recuerdo esa historia. Gracias a su impecable registro, pude sentirme como si estuviese ahí, en platea alta, presenciando un momento único. Dondequiera que esté, muchas gracias!!!

Sus letras son tan completas, que gracias a ellas he podido identificar varias de las cosas que me han pasado,e specialmente en estos últimos 3 años. Quizás es el único en darle otro sentido al "te amo" que resulta cursi y reiterativo en manos de casi todos. La que tengo más reciente es la letra de 4th Way Street. Ilustró a la perfección el cierre de una etapa y sentí que hablaba de mí y de lo que ocurrió en ese momento. Más que rabia, la letra disfraza de manera sagaz e irónica la hipocresía en la que suelen caer algunas personas luego de una crisis. Dylan envuelve esta punzante letra en una música dulce y aterciopelada. Sólo como un troesma como él podía hacerlo. Y eso que este es sólo un ejemplo de los muchos temas que me han tocado en lo personal.

¿Les gusta algún tema de Dylan? El troesma hoy cumple 64 años. Y sigue girando como piedra rodante. Y se lo celebramos en grande!!


Sábado 19 de mayo de 2005:

Do You Remember Rock & Roll Radio?

Gracias a la radio hemos podido descubrir cosas que jamás hubiésemos podido encontrar en ningún lado. Gracias a la radio se nos abre la mente hacia mundos lejanos a nuestra realidad. La radio en sí encierra una energía especial que no tiene ningún otro medio: genera cercanía.

En lo que a Rocanrol respecta, la radio ha sido EL medio para darlo a conocer. ¿Qué mejor forma de saber lo que está pasando que no sea por las ondas radiales? Desde sus orígenes, cuando Alan Freed (el célebre DJ que inspiró la "Payola Blues"), "inventó" el término Rock And Roll, e incluso antes. Especialmente en todas aquellas emisoras independientes que cruzaban los Estados Unidos. Gracias a ellas, la música negra comenzó a ser difundida y muchísimos adolescentes comenzaban a familiarizarse con los grandes blueseros de Chicago y del Mississippi.

Cuando el Rocanrol comenzó a tomar forma como negocio, se descubrió una mina de oro. Y también los problemas. Se destapó un viejo vicio al que se recurría para pasar los temas en una radio, y todo cambió para la radio comercial gringa. Uno de los pocos nombres que se recuerdan de la época posterior a los escándalos de corrupción es la de Wolfman Jack. Lynnyrd Skynyrd le dedicó su "Clap For The Wolfman" para tributarlo.

Al otro lado del Atlántico, y gracias a las radios "piratas", los ingleses comenzaron a conocer una música que no tenía difusión en la tradicional BBC. Radio Luxemburgo es la más citada por todos nuestros rockeros británicos preferidos. Gracias a Luxemburgo conocieron a Chuck Berry, Buddy Holly, Little Richard y Jerry Lee Lewis. Y su mundo se abrió: encontraron su llamado y su pasión gracias a lo que descubrieron en esa estación de radio pirata. The Who dedica un disco completo para homenajear a estas radios en "The Who Sell Out", el que incluía comerciales y continuidad de Radio London entre los temas, semejando la programación de esas emisoras.

Afortunadamente, la BBC comenzó a incluir esta nueva música y abrió un espacio para un nuevo formato de música en vivo. Ejemplos para disfrutar hay varios. En los meses previos a la explosión de la Beatlemanía en el mundo, The Beatles realizaban programas donde tocaban en vivo todo su repertorio; varias canciones "inéditas" aparecen en el excelente "Live At The BBC". Led Zeppelin, The Kinks, The Who y Cream también han sacado sendos compilados con sus sesiones en la BBC.

Sin duda el mayor avance de mediados de los 60 es la aparición de la banda FM. Esta nueva modalidad traia consigo interesantes mejoras de calidad: se podía disfrutar de sonido en Stereo de alta fidelidad. Los equipos con FM se masificaron y una nueva música comenzó a difundirse. Cortes completos de discos y nombres que jamás habrían tenido cabida dentro del formato de radio comercial AM. La FM de esos tiempos generaba fidelidad absoluta entre sus devotos. Alguien que escuchaba FM tal vez no conociese un single del Top Ten, y alguien familiarizado con la AM no conocía a JImi Hendrix, Grateful Dead o Pink Floyd. Hasta que lograron irrumpir en la escena y se volvieron populares. Pero la FM siguió siendo el lugar predilecto para las radios independientes y universitarias hasta que la industria descubrió su potencial y se "mudó" casi totalmente a la Frecuencia Modulada.

Acá en Chile , hablar de radio y Rocanrol en sus inicios es hablar de Sergio "Pirincho" Cárcamo. Si nuestras memorias no fallan, recordaremos todos que hace unos 7 años se veía un clima bastante auspicioso para la difusión del Rock en radio en Chile: Concierto, en su versión "Rock y Guitarras", daba un espacio para la juventud que no necesariamente comulgaba con la sofisticación de la Futuro o la masividad de la R&P. Actualmente, de tener radios dedicadas al Rock hemos pasado a tener sólo segmentos y programas específicos cada vez más escasos.

¿Volverá a haber un entorno propicio para la difusión del viejo y querido Rocanrol? ¿Es la radio online la apuesta para el futuro? ¿Qué piensan ustedes? ¿Do you remember Rock & Roll Radio?


Lunes 16 de mayo de 2005:

Un poco sobre esos solos de guitarra que tanto nos encantan.

Debe haber una necesaria lista de los mejores solos de guitarra de toda la historia. Es un ejercicio demasiado ocioso y odioso de hacer. Y se debe, sencillamente, a que cada guitarrista imprime su sello personal a la seguidilla de notas que logra ejecutar en una sección determinada.

El solo de guitarra es la expresón más básica y accesible para comunicar sentimientos a través de una melodía. Y eso se lo debemos a la mística que envuelve a la guitarra. La fiel compañera del músico errante. Quizás es por su cercanía para tocarla y comenzar a tocar que la guitarra es la ideal para ese tipo de labor.

¿Qué tiene que tener un solo de guitarra para que logre emocionarnos?

Con la búsqueda de la perfección a la que los seres humanos siempre aspiramos, hemos sido capaces de complejizar el simple hecho de "hacer hablar" a un instrumento. Tiendo a sospechar del culto a la técnica depurada y a la perfección instrumental. ¿No se vuelve académico y latentemente "sistemático" volver el simple hecho de la expresión personal a una compleja red de pureza técnica? Este punto lo veo cada vez más exacerbado. Basta con ver ciertas tribus que sólo buscan la perfección y que rechazan de plano al resto, por no estar "intelectualmente a la altura" para "apreciar" y "comprender" con certeza las bondades de la música "de la mente"... ¡por favor! Se pierde la esencia de las cosas al querer complejizar lo que debería ser sencillo y cercano para todos.

Desde aquellos primeros solos "al aire" de los blueseros de los 20 hasta la técnica depurada de los "guitarristas estrella" de nuestros días, han pasado muchas cosas en lo que a solos de guitarra se refiere. Da para como escribir libros enteros dedicados a la importancia de esta expresión. En esta ocasión quiero referirme a un solo de guitarra en particular: el solo de David Gilmour, legendario guitarrista de Pink Floyd, para ese pedazo de emociones llamado Confortably Numb. Debe de estar ubicado entre los "guitar solos" más logrados de todos los tiempos. Por lo menos está en mi lista de los preferidos.

Escuchar ese solo de guitarra en su versión de estudio no es nada comparado con poder escucharlo (y verlo!) en vivo en una de las pocas presentaciones que Pink Floyd realizó de su obra cumbre The Wall en vivo. La escena es así: Roger Waters, completamente compenetrado en su rol de Pink, canta las primeras líneas dando la espalda al público y aislando su mirada para perderse ante el muro que se ha levantado sobre el escenario. Llega la parte del coro, en la que canta Gilmour. Y, definitivamente, ¡se roba el espectáculo! La foto que ven en esta oportunidad es prueba de ello, con Gilmour en medio de su épica entrega. El público es testigo de uno de esos momentos pristinos dentro de las puestas en escena más recordadas: David Gilmour tocando y cantando en lo más alto de ese muro. Marca su llegada a ese punto del espectáculo casi de forma celestial. Después de cantar, llega el momento del solo. Y no es uno cualquiera, sino que un solo con identidad propia. Casi tan único como el de Page para Stairway To Heaven. De esos solos que adquieren voz propia y logran traspasar las fronteras que establece la canción. Se sale de los marcos que ésta define y adquiere vida propia. Vida única.

¿Por qué defiendo un solo que, a primera vista, parece pulido y perfecto a nivel técnico? Porque en él no están presentes ninguno de los elementos que se asocian a la pulcritud docta de la progresión perfeccionista. Gilmour logra dar en el clavo para representar al mismo tiempo las sensaciones de dolor y dicha. Con su solo de guitarra, simboliza a cabalidad la sensación de la "confortable paralización" que sienten los adictos, los alienados y los que han entergado todo, incluso su alma, sobreexplotando sus sentidos. La majestuosidad en este tema en donde Gilmour pone toda su marca personal. Al hacerlo, lo acerca de inmediato a nuestras emociones más básicas. Y es precisamente por eso que genera cercanía. Su solo ya es una marca registrada. lo reconocemos al escuchar la primera nota que toca.

Hasta el día de hoy, sólo Gilmour es capaz de hacer ese solo como corersponde. Quedó clarísimo al ver a Roger Waters en su gira In The Flesh: ni con dos eximios guitarristas (Snowy White y Doyle Bramhall II en el disco doble y DVD de la gira de Waters) logra reproducir la emoción que le imprime Gilmour cada vez que lo interpreta. Por eso mismo, el mismo Gilmour lo recrea de forma notable en su presentación acústica, esa que anda circulando en DVD. Totalmente recomendable!!

¿Cual es vuestro solo de guitarra preferido? ¿Alguna lista de solos predilectos? La pregunta da para variadas respuestas. Dejen sus propuestas.

Saludos!!!!


Jueves 11 de mayo de 2005:

Beck.

Me acuerdo de cuando tenía unos 13 años y escuché por primera vez una canción que ya tenía algunos meses de circulación. Era la época en que recién tenía MTV, pro allçá por 1994. En uno de esos programas nocturnos que ya no se hacen, tipo Nación Alternativa y Lado B (con la ídola Ruth!!!), vi un video de un cabro gringo. La canción era Loser. El intérprete, Beck.

Ese single era una mezcla ecléctica de muchísimos eleentos: el tipo hacía algo intermedio entre cantar y rapear, ocupaba un riff bajo en Re, tenía cosas sampleadas y un ritmo sencillo y cautivador. Después averuigúé un poco más de este personaje y llegué a escuchar su primer disco para una multinacional, el Mellow Gold. Y me maravilló su capacidad de crear verdaderos collages culturales.

Ya en ese tiempo Beck se ganó adjetivos del tipo "el nuevo Bob Dylan" o "el David Bowie del siglo XXI". Esos calificativos se sustentan al sólo revisar su discografía. Y nos damos cuenta de otra cosa también: que hay 2 tipos de Beck, el de la multinacional (sus discos bajo el sello geffen) y el "independiente" (ese del comienzo, que siempre está presente). Sus 3 primeros discos antes del debut en la multinacional marcaron la pauta de lo que hasido la carrera de Beck hasta estos días: experimentación, búsqueda de raíces, un agudo sentido de lo lúdico a la hora de crear atmósferas y la capacidad demostrar lo más profundo de sus temores y desventuras si lo considera necesario. Además, con su participación en diversos festivales, pudo relacionarse con diversos grupos y personalidades dentro de la movida independiente. Por ahí hay un ejemplo en lsu colaboración con Jon Spencer Blues Explosion y su predilección por The White Stripes.

¿Se acuerdan del Odelay, su consagarción de 1996? Sin lugar a dudas, uno de los mejores discos de la segunda mitad de los 90, Beck estableció su marca definitivamente, con caballos de batalla como Where It´s At o Devil´s Haircut. Sun embargo, para el mundo del mainstream, llegó la extrañeza al ver el resultado de su disco de 1998, Mutations. ¿Beck estaba mutando? ¡Por supuesto! Esa tercera entrega bajo el sello Geffen trajo hermosas cancuiones acústicas y tonadas Bossa Nova. La hermosa Nobody´s Fault But My Own y Tropicalia son tan distintas (demasiado atmosférica la primera y juguetona la segudna) quer sólo se pueden atribuir a la mente compleja de este genio. Fue con este disco que ya quedaba claro para todo el mundo la coexistencia de los 2 Beck.

En este período, la industria masiva ya había dado un giro y dejó de dar relevancia a toda la corriente de rocanrol a nivel mundial. En vista de que aparecía un nuevo sector de consumidores potenciales, lo pre-adolescentes, decidieron volcar sus esfuerzos en crear fórmulas seguras de éxito. Y si no tenías un nombre posicionado dentro de la escena, se te cerraban las puertas. Con Beck no pasó eso, gracias a su "prestigio" y "credibilidad" ganadas en recepción del público y respaldo de la crítica.

En su trabajo de fines de 1999, Midnight Vultures, Beck llevó a límites insospechados la mirada lúdica y festiva. En contraste a las reposadas presentaciones de promoción de su disco anterior, podíamos verlo incluso bailar y vacilar desenfadado los nuevos temas. No fue muy bien recibido, pero mantuvo una continuidad. Hay temas notables allí; me acuerdo de un par de ejmplos: Mixed Bizness y Sexx laws. Hasta con el lenguaje y la sintaxis jugó Beck en esta entrega.

Casi a finales del 2002 llegó el nuevo disco de Beck, su quinta entrega para el sello Geffen. Les juro que no ha habido otra colección de canciones más melancólicas ni emotivas en muchísimo tiempo. Producto de su experiencia personal y el cierre de una relación, Beck quedó destrozado. Y volcó toda esa tristeza en hermosas melodías y desgarradoras letras de dolor y desesperanza. Al poner ese disco en el equipo y pasando la tercera canción, te dan ganas de sacarlo; es demasiado el dolor que hay allí. Y, al mismo tiempo, una obra maestra, con al producción de Nigel Godrich. Se llama Sea Change y contiene títulos así de depresivos: Lost Cause, End Of The Day y Already Dead. Con este hermoso disco, los 2 Beck se fusionaron en uno: sólo un tipo que decide hablar de lo que le pasa y dejarlo registrado, compartirlo y cerrar etapas. Me conmovía verlo presentar estos temas en vivo, acústico, sólo con una guitarra de palo y una harmónica. Sin duda, la comparación con Dylan le viene como anillo al dedo.

Recién hace un par de meses apareció su sexto disco: el ecléctico Gúero. Lo he estado escuchando desde que me lo pude conseguir. Y sçólo queda agregar una sola cosa: volvió el Beck lúdico e inquieto, mezclando todo lo que pille a su alrededor. E-Pro, Que Onda Géro, Hell Yes y Girl son distintas muestras de su genio disperso entre toda la gama de elementos que el entorno le provee. Un recomendado de este año. Traten de escucharlo y digan qué les parece.

¿Les gusta Beck?


Lunes 9 de mayo de 2005:

Crosby, Stills, Nash & Young.

Hay ciertas asociaciones que han durado eternamente, pero que han estado plagadas de desencuentros, problemas de ego, diferencias creativas y exceso de energía, pasión y buenas ideas. Lo que las mantiene es el espíritu de búsqueda y experimentación.

Invencible. Así se sentía un joven David Crosby (en la foto, de bigote y guitarra de 12 cuerdas eléctrica) en el momento en que comenzaba a tomar protagonismo en The Byrds. Roger McGuinn y compañía lo echaron del grupo por su desbordante ego. Si han podido ver y escuchar la presentación de The Byrds en el festival de Monterey, sabrán a lo que me refiero: su presencia en la banda opacaba a todo el resto. No tardó en unirse a su amigo Stephen Stills (en la foto, el rubio de atrás con la guitarra Gretsch blanca), quien lo invitó para que se sumara para algunas presentaciones. No tomó mucho tiempo antes de que se sentaran a escribir canciones juntos.

El chico de Manchester Graham Nash (en la foto, el flaco de la guitarra acústica negra) ya no se llevaba bien con la gente de su primer grupo, The Hollies. Se fue de la banda y no quería tener nunca más que ver con una. Gracias a su novia de entonces, Joni Mitchell, conoció a Crosby y a Stills, quienes estaban practicando un tema nuevo. Nash queda fascinado y les pide que lo toquen de nuevo. Lo interpretan otra vez y les vuelve a pedir que lo toquen. Para esa tercera vez en que Crosby y Stills tocaron, Nash cantó con ellos e hizo una armonía. Los tres supieron de inmediato que estaban destinados a crear cosas juntos. En esa tarde se formó Crosby, Stills & Nash (CSN).

Para mediados de 1969 ya tenían grabado su disco debut homónimo y eran capaces de tocar todas las canciones en tu propio living. Empezaron a hacerse reconocidos entre sus pares... pero aún no debutaban en sociedad. Con apenas una presentación, CSN toca la noche de Domingo en el festival de Woodstock. Antes de comenzar la primera canción, se preguntaban si debían decir quienes eran, pero quedaría claro sólo con escucharlos. El presentador los anuncia: "damas y caballeros, reciban a Crosby, Stills, Nash... & Young!!"

¿Young? ¿Quién es Young? ¿Cuándo entró a esta historia? Neil Young (en la foto, cantando frente al micrófono y con una Gretsch eléctrica blanca al hombro) comenzaba su carrera en solitario tras la disolución de Buffalo Springfield. Luego de un espectacular debut, comenzó a tocar con The Rockets, quienes se plegarían definitivamente a Young bajo el nombre de Crazy Horse. Pero este nativo de Winnipeg, Canadá, era demasiado inquieto como para quedarse en un solo lugar. Fue así que llegó a uno de esos ensayos de CSN y se reconcilió con su amigo Stills. Y se unió también a la dinámica de trabajo del naciente trío. Debutaron en vivo en esa legendaria presentación en Woodstock, pero Young siempre tuvo problemas con la sobreexposición, quedándose prácticamente en las sombras para no ser enfocado por las cámaras. De esa memorable presentación, quedó inmortalizada en la película la primer canción, Suite: Judy Blue Eyes. Y también el debut escénico de Crosby, Stills, Nash & Young (CSNY).

Después de ese célebre debut, CSNY siguieron presentándose, haciendo giras a tablero vuelto y logrando momentos demasiado intensos en sus conciertos. Generalmente, éstos consistían en un set acústico en que tocaban algunos temas los cuatro juntos, para pasar a presentarse individualmente. La segunda parte era eléctrica y era la más esperada por los fanáticos: los duelos de guitarra entre Young y Stills ya son de antología.

La cosa comenzó a ponerse aún más interesante cuando comenzaron a componer juntos. Una verdadera muestra de "crónica musical contingente" fue el lanzamiento del tema Ohio, que Neil Young escribió denunciando la tragedia ocurrida en Kent State, apenas una semana después de haber ocurrido. Ya en camino a su tercer disco, Young preparó temas dentro de CSNY, los que eran mostrados con intensidad y poderío en las presentaciones. Les recomiendo que escuchen el disco doble en vivo 4 Way Street y revisen el solo doble en Souther Man. Quizás el punto más alto de cualquier presentación eléctrica de CSNY.

Alcanzaron a editar un disco en conjunto, Deja Vu. Y comenzaron los problemas de ego y protagonismo. Stills comenzó a desarrollar sus ideas en el proyecto Mannassas; Crosby y Nash consolidaron su amistad y comenzaron a trabajar juntos como dúo; Young entró en un período de instrospección y búsqueda, que se reflejó en Harvest y Times Fades Away.

Cada cierto tiempo, se vuelven a juntar. CSNY han editado apenas 3 discos de estudio en conjunto, pero siempre se están juntando para tocar en vivo y hacer alguna que otra gira. Y la energía no se ha perdido. Tampoco la pasión. Todavía se pueden ver esos elementos en sus presentaciones.


Jueves 5 de mayo de 2005:

Pet Sounds.

La búsqueda espiritual y la experimentación pueden llegar a niveles insospechados. Esta búsqueda no está exenta de aislamiento y dolor. Algunas veces, puede llevar incluso a la locura. O a crear belleza.

Brian Wilson siempre ha sido un tipo que mira al lado. De naturaleza competitiva, quería superar todo lo que escuchaba para probarse a sí mismo que se la podía. Que era capaz de lograr el mismo nivel de la gente que admiraba. De seguro en un principio no le gustó ser parte de un grupo que no pretendía hacer más que sencillas canciones de Surf. Esa fue la idea que le propuso su primo Mike Love. Junto a sus hemanos Dennis y Carl, más el amigo de colegio Al Jardine, Wilson se involucró en The Beach Boys. Y le dio una vuelta de tuerca a las sencillas estructuras de la música Surf al incorporar el elemento de la melodía de la canción y las armonías de las voces. Brian había escuchado durante toda su vida a exponentes vocales, desarrollando un agudo sentido de la armonía. Como él mismo lo dijo, "lograr mezclar la belleza vocal con el Rocanrol". Y lo logró hacer, desarrollando una fórmula que llegó a detestar en su momento más alto: decidió marginarse de la agitada actividad de promoción y tocatas en vivo.

Encerrado en el estudio, Brian se propuso lograr el nivel de produccón de Phil Spector y su "wall of sound", logrando algunos efectivos singles. Pero cuando llegó a sus manos el recién aparecido Rubber Soul de The Beatles a fines de 1965, Brian se obsesionó de inmediato con el salto evolutivo en el nivel de composición de Lennon-McCartney. Con su espíritu competitivo siempre presente, decidió volcar sus esfuerzos en superar lo que escuchó de ese nuevo disco. Y se puso de cabeza a escribir canciones junto a su nuevo amigo músico Tony Asher. Siempre con sus inquietudes espirituales en mente, Brian quería escribir una gran plegaria a Dios en clave de canciones. Nada de sermones baratos, sino que palabras personales de búsqueda, esperanza, amor, experiencias, lecciones de vida. Quiso volcar en letra y música todo lo que había vivido en su autoexilio del mundo del Pop.

Al regresar los Beach Boys de su gira para reunirse con Brian, éste ya tenía prácticamente listas todas las canciones del futuro nuevo album que el sello Capitol esperaba sacar. Ahora ellos sólo actuarían casi como músicos de sesión. Y Brian llenó de misticismo y espiritualidad todas las sesiones del futuro disco, aún sin nombre: antes de grabar, hacía una "sesión de oración" en la que obligaba a los demás a participar; buscó a los mismos músicos de sesión que empleaba Spector para sus grabaciones; determinó cada nota, cada voz, cada melodía que sería grabada; cantó voz principal en casi todos los temas. Más que ser un nuevo disco del grupo, es un trabajo casi íntegro de Brian Wilson. Mike Love incluso mostró rechazo por las nuevas ideas de Brian, al igual que en la disquera, donde pensaban que estas nuevas tonadas asustarían al público fiel de la banda. El mismo Brian le eligió el nombre a su obra más personal para esa fecha: Pet Sounds.

El disco comienza con un climax sonoro y armonico llamado Wouldn´t It be Nice, con una variedad de sonidos y un aura venida de lo más profundo de Brian, una bienvenida impecable a la obra. Le sigue la emotiva You Still believe In Me, con Brian en la voz principal, logrando hermosos tonos altos, y con un tono casi de villancico navideño. Después llega That´s Not Me, con increíbles arreglos de cuerdas. Le sigue la depresiva Don´t Talk, y la monumental I´m Waiting For The Day, con cambios de ritmo complejos y arreglos espectaculares. Llegando casi a la mitad del disco, nos encontramos con la instrumental y sicodélica Let´s Go Away For A While.

La segunda mitad del disco comienza con la efectiva Sloop John B. y es inmediatamente seguida por una de las canciones más bellas jamás escritas: God Only Knows, en la que canta Carl Wilson. Brian cuenta que la estructura de acordes la escribió en... ¡apenas 20 minutos! I Know Theer´s An Answer y Here Today refuerzan el tono melódico y melancólico de toda la pieza. Brian escribe una sentida confesión y declaración de principios en I Just Wasn´t Made For These Times. Casi cerrando el dicso viene otra instrumental, Pet Sounds. Y dándole un broche de oro y un clásico de la banda, Caroline No.

Así pasaron 13 bellas canciones en el que ha sido nombrado como uno de los mejores discos de la historia. Incluso sirvió de vuelta de mano para The Beatles. Paul McCartney reconoce que fue Pet Sounds la inspiración para muchas de las ideas de Sgt. Pepper.

Al parecer, Brian logró su objetivo de superación, pero ganó algo más: inmortalidad.

(Traten de escuchar y comparar la edición original en Mono, y la remezcla en Stereo, supervisada por el mismo Brian).


Lunes 2 de mayo de 2005:

Martin Scorsese.

"La historia se escribe en la calle, con gente de verdad".

En la práctica, resulta sumamente complicado tratar de ser fieles a la realidad a la hora de contar historias fabulosas. Posiblemente, porque estamos más dispuestos inconscientemente a evadirnos de nuestro entorno para disfrutar de maravillas de fantasía. Todas en Technicolor, como esas películas de fines de los 30. Alguien que ha dedicado toda su vida a reflejar sólo la realidad en sus entregas es un director italo-americano llamado Martin Scorsese.

Scorsese es un talento que, lamentablemente, no ha sido reconocido con el "honor" máximo de la industria cinematográfica. Pero Scorsese tiene algo que lo identifica plenamente: es de los pocos que es capaz de plasmar realidad en su obra.

Un observador curioso, despierto e intenso. Jamás ha perdido esa chispa de intensidad en sus películas, ni su defensa a barzo partido de la independencia absoluta de la visión del realizador en las películas. En otras palabras, Scorsese no transa sus principios para complacer, sólo pretende mostrar lo que ve.

De muy joven, Scorsese manifestó las temáticas que recorren toda su filmografía: redención, religiosidad, violencia, la calle, la realidad. Los personajes de sus películas tienen una marcada obsesión con la redención. Basta citar a dos: Charlie, de Mean Streets, y Travis Bickle, de Taxi Driver.

Especialmente en Travis se ven todas las características intrínsecas de los llamados "antihéroes". Para mí, son sólo seres humanos que ya están hartos de la mierda en la que están sumergidos. Son gente como cualquiera de nosotros, que pueden estallar en cualquier momento. La rutina de la vida monótona y mecanizada, salir a ganarse la vida en lo que se encuentre, hacer cosas para sentirte "emprendedor" Y "digno". ¿Acaso no es el gran conflicto al que nos enfrentamos cada día? ¿Creen que no existen tipos como Travis Bickle? Decepcionados de la vida. Con los horarios alterados por el duro trabajo diario para llevar el pan a sus casas. Gente que no puede darse el lujo de interesarse por el "arte" ni por lo políticamente correcto. Tipos sin mayores ideologías políticas ni compromisos dogmáticos. Tipos regulares. Los tenemos frente a nosotros a diario, es cosa de ir atento nomas.

Mención aparte merece su particular mirada hacia el mundod e la mafia de los barrios italo-americanos en Nueva York. Puede parecer un cliché, pero Scorsese, simplemente, nos muestra todo lo que óbservó siendo un niño en esos barrios. Esos mafiosos carismáticos y cercanos son el tipo de gente que uno puede ver a diario en cualquier esquina. Tipos que pueden ser los bastardos más desalmados a la hora de hacer su pega, pero que mantienen un estricto y extraño código de la ética: defienden con todo a sus familias, sus amigos, y la gente de su barrio.

Personalmente, defiendo a Scorsese por ser el realizador del, a mi juicio, el mejor de los documentales de Rock jamás concebidos: The Last Waltz. EL emotivo último concierto de The Band tal como se le conocía hasta fines de noviembre de 1976.

En la foto, pueden ver a Scorsese dándole instrucciones a Robbie Robertson, guitarrista y director de The Band. Para tan magno evento, contaron con la presencia de muchos de sus amigos, colaboradores e influenciadores: Bob Dylan, Neil Young, Van Morrison, Muddy Waters, Dr. John, Joni Mitchel... la lista es larga e interesante.

Scorsese se interesó en filmar elo último concierto de The Band, y lo quiso hacer con todos los recursos posibles, y prácticamente por amor al arte. Lo filmó en 35 mm, participando en el cocnepto del show y en el decorado que daría el emblemático Winterland, de San Francisco. En el documental también podemos apreciar el gran ojo que tiene Scorsese para reflejar e interpretar la realidad, al hacerlas de efectivo entrevistador. Si no han visto esta maravillosa película, les recomiendo que la vayan a conseguir de inmediato!!!

De seguro me dirán "pero si este tipo ya no logra la genialidad que se le vio hasta Goodfellas, se ha desinflado y ha impersonalizado sus entregas". Son cosas a discutir, no hay duda de eso. El estruendoso "fracaso" de sus dos últimas entregas es relativo pues, a estas alturas, de seguro a Scorsese lo que menos le importa es ganarse un Oscar. Esa estatuilla es sólo para los que cumplen con los cánones "correctos", no para narradores de realidad como lo es él.

¿Cual es vuestra película favorita de Martin Scorsese? Yo estoy esperando al documental de Dylan que está preparando para mediados de este año, No Direction Home.

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