lunes, mayo 22, 2006

Archivos abril de 2005


Sábado 30 de abril de 2005:

Vinilos.

El disco de vinilo. ¿Quién iba a pensar que aún en estos días de digitalización extrema íbamos a seguir hablando de aquellos clásicos álbumes que nuestros antepasados hacían girar en las vitrolas primero y en los tocadiscos después. Ese círculo negro que gira nos ha dado muchísimas alegrías a nuestra especie como para dejarlo botado de un día para otro.

¿Cómo podemos explicar la fascinación de muchos nostálgicos por esos viejos discos? Fácilmente podemos argumentar que el sonido digital supera con creces a la tecnología análoga. Pero eso es sólo cosa de gustos. La esencia de ese sonido poderoso e imponente de los viejos álbumes es difícil de conseguir en cualquier tipo de tecnología digital de cualquier estudio sofisticado de nuetros días. Esos cientos de canales para grabar en el mejor registro digital muchas veces ni siquiera logran acercarse a la precisión y genialidad de aquellas obras maestras grabadas en 8 y 16 canales.

Por este lado del mundo conocíamos todos los temas del mundo anglo con su título en español. Esto se lo debemos a la industria discográfica y al contexto dentro de cada país: se fomentaba la producción nacional. Así, muchos de aquellos primeros DJs en radio nos presentaban "socorro", "satisfacción", "la blanca palidez", etc.

Mi relación con los vinilos es especial. Mis papás no se llevaron sus vinilos que tenían en sus respectivos hogares de solteros. Mi mamá recuerda que su hemana mayor coleccionaba un montón de sencillos, pero ella no adoptó la misma costumbre. Mi papá, fanático del cine y las artes de la representación (teatro, actuación), no muestra mayor interés en la colección de discos. Así que, cuando llegué a este mundo, nunca vi un vinilo en mi casa. Sólo radio con cassette. Como a los 10 años, en la casa de unos vecinos vi algunos vinilos, pero no tenían el tocadiscos bueno. La típica falla de la aguja. También vi un par de vinilos de The Beatles (de edición local!!!) en la casa de unos tíos. Y no puede escucharlos porque ya no tenían tocadiscos. Sólo descansaban ahí como unas viejas reliquias.

Recién vi funcionar un tocadiscos a comienzos de diciembre de 1997. Fue en un local del Eurocentro. Entré a una tienda del 2º nivel subterráneo, en la que tenían uno de esos equipos Aiwa que traían incorporado un tocadiscos para los nostálgicos. Tenían también algunos vinilos de Led Zeppelin, Black Sabbath y Deep Purple. Clasiquísimos del Rocanrol que pude disfrutar por primera vez con el sonido del cual sólo tenía referencias: definitivamente más potente que el de los cassettes y con una presencia que todavía recuerdo hasta estos días. Volví a pasar a los pocos días, pero ya no tenían el equipo en el local. Obviamente, tampoco los discos.

Mi interés por ellos fue aumentando, pero siempre como piezas de colección. Y, como tales, éstas han aumentado su valor considerablemente. Así encontramos pocas tiendas especializadas en el rubro. Un lugar en el cual el vinilo sigue vivo es en el Persa Bio Bio. Ahi, vitrineando, me he encontrado con muchísimas sorpresas: ediciones de lujo, en distintos idiomas, compilados que jamás he visto editados en CD, discos que jamás vieron la luz de la remasterización digital.

Hay algunos músicos que defienden el vinilo. Por ejemplo, Neil Young se rehusó por mucho tiempo a editar su discografía completa en CD por la, a su juicio, deficiente labor de remasterización que lograba la tecnología digital en sus inicios; ahora está reeditando sus discos en DVD audio y SACD. Y Pearl Jam compuso un poderoso rocanrol llamado "Spin The Black Circle", como para recordarnos la importancia de los vinilos. Aparece en "Vitalogy", el cual tuvo una edición de lujo en el clásico formato.

Actualmente, muchos nombres influyentes de la escena contemporánea editan ediciones especiales de sus discos en vinilo: aparte de Pearl Jam, Radiohead, Red Hot Chili Peppers, Primal Scream y R.E.M. han editado versiones en vinilo de discos importantes. Por su parte, grupos relativamente nuevos como The White Stripes, Black Label Motorcycle Club, Yeah Yeah Yeahs y MUSE han sacado al mercado verisones LP de sus discos.

¿Tienen vinilos escondidos en su casa? ¿Discos llenos de polvo? Les aconsejo rescatarlos de los baúles y comenzar a tocarlos!!!

See this needle...a see my hand...
Drop, drop, dropping it down...oh, so gently...
Well here it comes...i touch the plane...
Turn me up...won’t turn you away...

Spin, spin...spin the black circle!!!!


Jueves 21 de abril de 2005:

Blind Faith.

Con los supergrupos puede pasar dos cosas: o logran cumplir las expectativas y prejuicios que tenemos por los antecedentes de sus miembros, como el caso de Velvet Revolver y su debut del año pasado, o nos pueden sorprender con algo novedoso, original y fresco, como lo lograron hacer Audioslave hace casi 3 años. Quizás el caso más emblemático de un supergrupo es el de Blind Faith.

Hacia finales de 1968, Eric Clapton venía atravezando el proceso de disolución de su grupo Cream. No pudo más con las presiones constantes en su grupo debido a la siempre presente tensión entre el bajista Jack Bruce y el batero Ginger Baker. Hicieron una gira de despedida y hasta ahí nomás llegaron. Pero Clapton es de los tipos inquietos, que le gusta estar tocando todo el tiempo. Es así como lo invita su amigo George Harrison para que toque el solo de guitarra que se convertiría en legendario en While My Guitar Gently Weeps, y también por lo mismo acompañó a John Lennon en un improvisado conjunto para el Rock And Roll Circus, The Dirty Mac.

Clapton disfrutaba de ir a las sesiones de grabación de otros músicos. Y en una de ellas, se queda tocando con el jovencísimo Steve Wimwood, quien venía saliendo de Traffic. Encontraron que había química para tocar e imrpovisar cosas interesantes. Invitó a Ginger Baker a tocar la batería y se conformó un interesante trío. Comenzaron a ensayar firme desde febrero de 1969. Eventualmente, fueron al estudio de grabación a registrar las primeras ideas para un futuro disco. En cosa de 3 meses el álbum toma forma y Clapton integra al ex-bajista de Family, Rich Grech.

Bien sabemos que todo supregrupo genera altas expectativas. El caso de este proyecto, aun sin nombre, no fue distinto. Clapton y compañía se encontraron con que ya tenían compromisos para tocar en una gira por Europa y un mega concierto en el Madison Square Garden para julio. Slowhand tenía una fe ciega en esta nueva agrupación y así decidieron llamarse... Blind Faith.

El disco en sí es maravilloso. Una joya de canciones bien elaboradas y logradas con elegancia, en donde lucen cada uno de los genios que integraban este supregrupo. La guitarra de Clapton, impecable, efectiva, majestuosa, sutil. La voz de Winwood, etérea y dulce, con la dosis justa de potencia para levantar cuasi himnos, además de su presencia instrumental en el teclado y el piano. La batería de Baker, sincopada y precisa, potente y veloz.

El álbum tenía apenas 6 canciones. Parte con el reconocible riff the Clapton en Hard To Cry Today, ya evidenciándose cada una de las partes de esta banda. Con sólo un tema así ya estaban listos, pero el disco "le lleva" más sorpresas. Y no tardan en aparecer en el track Nº 2, la hermosa y perfecta Can´t Find My Way Home, quizás la única razón por la que baste inscribir a Blind Faith dentro de la historia del Rock; esta bellísima balada acústica hace lucir la dulzura de la voz de Winwood y lograr un himno para finales de los 60s. A continuación, un bien logrado cover de Buddy Holly, Well All Right; logran imprimirle una onda rítmica exquisita. Clapton nos brinda en la composición una celesital tonada en Presence Of The Lord. Le sigue otro riff clásico de la mano de Mano Lenta combinado con las melodías de Winwood para Sea Of Joy. Y cierra el maravilloso y único album del supergrupo una pegadísima Do What You Like, en la que se lucen los tambores de Baker.

Tanta confianza ayudó a que existiera un relajo en todo lo que concernía a las actividades venideras. Hasta lo de la carátula salió de lo más natural posible. Como pueden ver en la foto, aparece una pre-adolescente desnuda, soteniendo una avión de "sospechosa" figura. La carátula de por sí es hermosa, no tiene nada de obsceno ni vulgar. Pero causó una polémica nada despreciable, siendo censurada en muchas partes y reemplazada por una foto "fome" del grupo.

Sus primeras presentaciones fueron bien recibidas tanto por la crítica como por el público. Si se esfuerzan, pueden conseguir por ahí una parte de su presentación en el Hyde Park, donde aparecen un pedazo de Sea Of Joy y Do What You Like. En vivo, Winwood lograba robarse el show, al igual que Baker y su solo de batería. Clapton comenzó a quedar en un segundo plano. Y comenzaron los problemas de ego, sumado al hecho de que le incomodaba que los trataran como unos mega-Cream. Para octubre, anunciaron que no grabarían un segundo disco y que no harían más presentaciones en vivo.

EL supergrupo duró apenas 7 meses. Fue apenas un suspiro en medio del cierre de los 60s. Pero dejaron un hermoso disco de lo que podría haber sido el comienzo de una seminal agrupación. Pero sólo fue eso, un suspiro.


Lunes 18 de abril de 2005:

Traveling Wilburys.

En octubre de 1992, Nelson Wilbury (en la foto, el primero de derecha a izquierda) presenta a su compañero y medio hermano Lucky Wilbury (en la foto, el quinto de izq. a der.) como el festejado de honor de una fiesta que un leñador de Winnipeg llamó afectuosamente "Bobfest". Más que indicarle lo "afortunado" que era, Nelson se refería a su colaboración musical. La de los Traveling Wilburys, o como diría Pirincho, los Wilburys viajeros. 5 medio hermanos de un mismo padre, Charles Truscot Wilbury.

El proyecto de los Wilburys viajeros se remonta a los momentos en que Nelson le pidió a Otis Wilbury (en la foto, al lado de Lucky), su medio hermano hermano menor y fan Nº 1, a colaborar en unas canciones para cierto lado B. Nelson quedó sorprendido de que ese otrora mocoso que lo seguía a todas partes y lo emulaba supiese tanto de unos amigos suyos, los Monty Python. Otis, como buen chico aplicado fanático a morir de sus hermanos, también colaboraba con el primo mayor y músico revitalizado Lefty Wilbury (en la foto, al lado de Nelson) y con un medio hermano lejano, el rubio Charlie T. Jnr (en la foto, al medio). Otis los invitó a ambos a la eventual grabación. El único estudio disponible para grabar era el del hermano Lucky, por lo que le preguntaron si también quería unirse.

Fue así que un Miércoles en la mañana se encontraron los 5 Wilburys en la casa de Lucky. Nelson andaba con una melodía dando vueltas en su cabeza y primero la cantó para todos. Al ver al mayor del lote, se le ocurrió darle una estrofa para que la cantara, y también algo a los demás en el medio. Una vez que Nelson tuvo la idea básica más o menos estructurada, no fue difícil que el resto de la tropa se fusionara con él. Nelson le pidió algo a Lucky: "¡Ya pue, danos unas letras, célebre letrista!". Lucky miró en el garage donde se habían instalado y vio una caja de embalaje que decía "Handle With Care" (manéjese con cuidado, "frágil"). La nueva tonada estaba lista con el título que Lucky, de puro suertudo, encontró.

Cada uno puso su marca registrada en Handle With Care: Nelson, sus cambios celestiales de acordes y su slide en el solo; Lefty, su angelical voz para el "lonely bit" que Nelson había preparado para él; Lucky, su siempre efectiva harmónica en el fade; Charlie T, su capacidad de mímesis con el primo Lucky reforzando su línea vocal; Otis, su aventajado ojo para las perillas en el estudio y, en cierta medida, sus ganas y energía heredada del ya viejo grupo de Nelson, los Beatlos (léase tal cual :p). Todos estos elementos combinados dieron una canción dulce y encantadora. Quizás demasiado trabajo para quedar relagado al segundo plano de un lado B.

Los 5 Wilburys viajeros se entusiasmaron y siguieron trabajando en el viejo garage de Lucky. Compartieron un buen tiempo juntos escribiendo canciones, jammeando y grabando. Escribían en cualquier superficie y sacaban ideas de cualquier lado. En permanentes asados, sacaban las acústicas y terminaban la idea para una nueva canción. leían el diario y jugaban con los títulos y más de alguna letra salió de eso. El relajo era enorme. Y se reflejaba en lo bien que fluian las grabaciones.

Todo este trabajo de relajo de estos hermanos dio como resultado un disco que titularon "Traveling Wilburys, Vol 1". Estaban tan entusiasmados que habían decidido irse de gira e invitar a quien quisiese de sus amigos cercanos a unirse al viaje. Todo parecía ir sobre la marcha para los 5 medio hermanos.

Pero el destino les jugó una mala pasada y les quitó el viento de sus alas: el hermano mayor, Lefty, falleció de un atque fuliminabnte al corazón. Los hermanos quedaron desconsolados. De inmediato cancelaron los compromisos del nuevo proyecto y sólo se jntaron a grabar en algunos momentos. Los 4 hermanos sobrevivientes participaron con una canción en un disco benéfico y editaron el segundo album de su proyecto, "Traveling Wilburys, Vol 3".

Con el paso del tiempo, los 4 hermanos que quedaban se seguían juntando en privado. Hace poco tiempo, el hermano gestor de la reunión, Nelson, dejó este mundo para cuidar a los demás desde el más allá. Se lo llevó el cáncer tras una ardua lucha. Los Wilburys sobrevivientes lo recuerdan siempre en cada presentación que realizan por separado.

En una de esas, pueden reunirse a grabar un nuevo material. Oficialmente, los Traveling Wilburys no se han separado. No está dicha la última palabra en la vida de estos 3 medio hermanos sobrevivientes.


Jueves 14 de abril de 2005:

Almost Famous.

Hay ciertas películas que llegan a lo más profundo de nuestro corazón. No tienen porqué ser obras maestras de la cinematografía, ni tener una compleja narrativa para cautivarnos. Sólo basta con que toquen cierta fibra sensible en nuestras almas. Y eso lo logran las historias más sencillas.

De eso sabe mucho el realizador Cameron Crowe. Y lo muestra en su obra maestra Almost Famous. El mismo que dirigió Say Anything, Singles y Jerry Maguire. Crowe es uno de los pocos realizadores norteamericanos capaz de mostrar historias sencillas de gente común y corriente, y apelar. Ya sea en el Seattle de comienzos de los 90 o en la California de 1973, donde desarrolla el relato de Almost Famous.

Su habilidad de contar historias no es casualidad. Durante la mayor parte de los 70s trabajó para la revista Rolling Stone, entrevistando a todos los músicos de la escena. Con su mirada honesta y desprovista de cinismos, no nos mostraba a esos "dioses del rocanrol" inflados y poderosos, como le gusta a mucha gente describir a los íconos, sino que nos presentaba a personas muy parecidas a nosotros: con defectos, vulnerabilidades, sueños y anhelos. Y, por sobre todo, con una sensibilidad cercana y cotidiana.

Para Almost Famous, Crowe recurre a su propia vida para elaborar el relato. No se los contaré acá con detalle, pues no quiero arruinarles la grata sorpresa de ver esta película. Lo que sí les daré es una pequeña sinopsis: un adolescente fanático del Rock tiene la oportunidad de ir de gira cubriendo a un grupo en el umbral del éxito. De madre protectora y formadora (una profesora universitaria) que siempre ha estado presente, el chico mira el mundo con sus propios ojos, inocentes e inexpertos. Se inicia en la pasión por el Rocanrol gracias a un hermoso legado de su hermana mayor, una colección de discos clásicos. Si mi memoria no me falla, son los siguientes: Pet Sounds, Blonde On Blonde, CSN, Revolver, Axis (Bold As Love), Get Ya-Ya´s Out, Wheels On Fire, Led Zep II y Tommy.

En todo el viaje que realiza el protagonista, jamás deja emocionalmente el hogar. La figura de su madre está siempre presente. La mamá que piensa que el Rock es una tontera, pero que al mismo tiempo fomenta la búsqueda y la inquietud intelectual en su hijo. Esa madre que le insiste en que no caiga en los excesos de los "rockeros". El chico no se rebela ante esa situación, más bien busca su porpia identidad y absorve con asombro todo los estímulos que recibe. Es capaz de conjugar el gusto fomentado por su mamá hacia los libros y la búsqueda humanista con la pasión genuina y humana que desborda el Rock.

La chica del afiche es el amor imposible del joven protagonista. Una chica que sigue a las bandas. Una cándida pero enigmática muchacha. La musa inspiradora de muchos. Parece sacada directamente de un cuento de hadas. Ni siquiera da a conocer su verdadero nombre. Todos la concoen como Penny Lane.

Momentos notables en la película hay muchos. Y vienen de la mano de una excelente banda sonora, la que ayuda a crear cuadros magníficos e inolvidables. Destaco sobre todo la inclusión de Tiny Dancer, de Elton John. La mejor escena muscalizada de todos los tiempos, según mi humilde opinión.

Recuerdo muy bien el momento en que vi esta película por primera vez: un Sábado 17 de marzo de 2001 en la función de las 14:45 de la sala 6 del Cine Hoyts San Agustín. Había sólo 4 personas en la sala, lo que le dio un toque íntimo a la experiencia de verla. Y la historia me identificó en demasiados aspectos: mi relación con mi mamá, que es exactamente la misma que tiene el protagonista con la suya; el recuerdo de mi hermano mayor que no he visto en más de 16 años; mi gusto por el viejo y querido Rocanrol; mi siempre presente y genuino sentido del asombro ante las cosas que me rodean; mi enamoramiento por chicas como Penny Lane, musas inspiradoras; mi pasión y vocación por contar historias y compartir con el resto la maravillosa experiencia de estar vivo; mis ganas de seguir luchando por mis ideales. Mis ganas de seguir siendo fan de las cosas que me apasionan.

Si la han visto, sabrán de lo que hablo. Si no lo han hecho, ¡consíganla ahora mismo! De seguro se incorporará a vuestros corazones. Esta es de las películas por las que vale la pena seguir contando historias y compartiendo experiencias.

Ustedes... ¿tienen alguna película que los haya marcado o identificado de alguna forma? ¿Hay alguna historia que haya llegado hasta lo más profundo de sus vidas?


Lunes 11 de abril de 2005:

Mick & Keith.

Un apretón de manos puede no significar gran cosa. Pero cuando viene de dos sujetos que se conocen por décadas, éste tiene mucho significado: una sociedad basada en el complemento, una amistad que va más allá de sus distintas personalidades. Esa es la unión entre Mick y Keith.

Ambos se conocían ya desde pequeños, a los 4 años. Nunca fueron particularmente amigos. Sin embargo, compartían tiempo juntos en la escuela y se les podía ver jugando. Al sonar la campana, ambos vuelven a sus respectivas salas. Se saludan y hablan simplemente porque son vecinos en el mismo barrio, Dartford.

Desde chicos, se cruzaban en los pasos de triciclos. Keith usaba un sombrerod e cowboy y ya respondía qué era lo que quería ser cuando grande: guitarrista. El sombror de cowboy no es casualidad: estaba obsesionado con los Estados Unidos, pegando un mapa de California en la pared de su pieza. Mick era un niño demsiado correcto como para salir a jugar al barrio, cumpliendo siempre con sus deberes escolares y siendo un “modelo ejemplar”. Los chicos dejaron de verse cuando la familia de Mick se mudó a un mejor barrio y mejoró su condición económica. Mick pudo estudiar en el mejor colegio de la zona, sintiéndose un poco fuera de lugar.

La llegada de la adolescencia trajo consigo nuevos códigos y el nacimiento de un lenguaje propio. Una forma de expresarse distinta a la que enseñaban los padres. Un mundo nuevo, que les daría todo lo que buscaban. Y vino de la mano con música sencilla y desgarrada. La catarsis hecha melodía y ritmo: el Rocanrol. Y Mick y Keith, ya separados socioeconómicamente, lo vivían de maneras similares. Mick se interesó por la oscura vida de muchos músicos de Blues en avanzada edad, y por los nuevos rocanroleros. Escuchaba constantemente a Bo Didley, Eddie Cochran, Buddy Holly, Chuck Berry y Little Richard. Le intrigaba particularmente todo el misticismo de los exponentes más viejos. Por su parte, Keith supo exactamente lo que quería hacer tras escuchar a Chuck Berry: tocar la guitarra como él. Y también se dejó atrapar por los enigmáticos blueseros, complementando lo que escuchaba de siemrpe en su casa, gracias a su madre, quien le mostró a Ella Fitzgerald y Count Basie. Junto con su fascinación con Berry, el joven Keith se impregnó de la leyenda del Blues, Robert Johnson, al igual que muchos jóvenes ingleses de clase obrera. Ambos, sin saberlo, están conectados por su pasión por el Rhythm & Blues y su gusto por la música americana.

Siguiendo los consejos de su padre, Mick entra a estudiar Ciencias Económicas para convertirse en un diplomático. Su estilo de vida acomodado le permitía darse el lujo de comprar discos importados de EE.UU., llegando a poseer una considerable colección de musica negra y de raices afroamericanas. Howlin´Wolf y Muddy Waters ya eran nombres familiares para él. Keith buscaba desesperadamente material original, a la vez que se devoraba todos los programas de las radios piratas que podían ser captadas en Inglaterra. El joven Keith absorvía como una esponja todo lo que escuchaba, y lo volcaba en su guitarra.

Una mañana de sol primaveral, en una estación de trenes, Mick y Keith se encuentran de sorpresa. Mick andaba muy formal y bien peinado, dirigiéndose a la London Scoll Of Economics; Keith trae su guitarra bajo el brazo, yendo hacia la Sidcup Art School, donde se perfecciona en dibujo, tras haber sido expulsado del Dartford Technical School. Ambos se recuerdan de la infancia y comienzan a conversar. De repente, Keith nota que Mick tiene bajo su brazo un par de discos importados, un compilado de Muddy Waters y uno de Chuck Berry, Rockin´ at The Hops. Sorprendido, le pregunta “¿dónde conseguiste los discos, carajo? ¡Los he buscado desde siempre!”. De inmediato comenzaron a hablar de música. Charlando, descubren que ambos fueron iniciados en el Rhythm & Blues por la misma person: un compañero de Keith llamado Dick Taylor, quien tocaba en el grupo Little Blue And The Blues Boys, donde Mick oficiaba de cantante y toca la harmónica. En la tarde, toman un té juntos y exscuchan los discos. Acuerdan juntarse unos días después en el garage de Taylor, para tocar.

La música es el único punto en común entre estos dos jóvenes casi opuestos: Mick ya tenía todas las maneras de la clase burguesa. Medido y controlado, bastante calculador y ciertamente ambicioso, pero con un fuego interno que lograba desbordar en aquellas primeras invitaciones a subirse a un escenario. Keith, fascinado por las leyendas de Blues y canalizando lo que ve en su barrio, comienza a adoptar un estilo de vida “al borde del precipicio”, llevando los excesos a unos límites peligrosos.

Los jóvenes opuestos se complementan a la perfección en la interpretación de la música de sus ídolos. Todavía se les puede ver presentarse, esta vez alrededor del mundo y ante audiencias enormes. Girando por el mundo, como piedras rodantes.


Miércoles 6 y Sábado 9 de abril de 2005:

Bob Dylan en 60 Minutes.

[La siguiente es la primera entrevista que Bob Dylan dio a la televisión en 20 años, realizada por el programa de CBS, 60 Minutes, y fue transmitida el 5 de dicembre de 2004].

No hay ninguna leyenda de la música viviente de más influencia que Bob Dylan. En una carrera de 44 años, su gangueo distintivo y sus poéticas letras han dado algunas de las canciones más memorables que se hayan escrito. En los 60s, sus canciones de protesta y confusión le hablaron a una generación entera.

A pesar de que su vida ha sido el motivo de innumerables interpretaciones, Dylan ha permanecido largamente silencioso. Ahora, a los 63 años, publicó sus memorias, tituladas “Crónicas, Vol.1”. Esta es su primera entrevista en televisión en 20 años.

Dylan es misterioso, elusivo, fascinante... como su música.

Por más de cuatro décadas, Dylan ha escrito más de 500 canciones en más de 40 discos. ¿Mira hacia atrás lo que ha escrito con sorpresa?

“Solía hacerlo. Ya no lo hago. No sé cómo llegué a escribir esas canciones. Esas primeras canciones fueron escritas casi mágicamente”, dice Dylan, quien cita su clásico de 1964, “It´s Allright Ma”.

“Trata de sentarte y escribir algo así. Ahí hay magia, y no la del tipo Siegfrield & Roy. Es un tipo distinto de magia penetrante. Y, ¿sabes? La hice. La hice en algún momento”.

-¿Cree poder hacerlo de nuevo?
“No. No puedes hacer algo para siempre. Lo hice una vez, y ahora hago otro tipo de cosas. Pero como esas, ya no”.

Dylan ha estado componiendo desde que era un adolescente en el remoto pueblo de Hibbing, Minnessota. Era el mayor de los 2 hijos de Abraham y Beatty Zimmerman.

¿Cómo fue su infancia? “Realmente nunca me consideré feliz o miserable”, dice Dylan. “Siempre supe que había un lugar allá afuera al que necesitaba llegar, pero no era en el pueblo en que vivía en ese momento”.

En su libro, Dylan cuenta que vio la vida a los 19, cuando se mudó a Greenwich Village en New York el cual, en ese tiempo, era el frenético epicientro de la contracultura de los 60s. En sólo unos meses, Dylan había firmado un contarto discográfico con Columbia Records.

-Usted se refiere a New York como la capital del mundo. Pero cuando se lo dijo a su padre, él pensó que era una broma. ¿Sus padres lo apoyaron en su decisión de ser un cantautor y mudarse a New York?

“No. No querían eso para mí. Pero ellos jamás salieron de ahí. Mi padre pensaba que donde él viviese, esa era la capital del mundo. Y no podía estar en otro lado. Sólo en el lugar donde estuviese su esposa y su familia, ese era el centro del mundo para él”

Entonces, ¿qué hizo a Dylan diferente? ¿Qué lo empujó a salir?

“Escuchaba mucha radio. Iba a las tiendas de discos. Y azotaba la guitarra, tocaba piano y aprendía todas esas canciones que hablaban de un mundo que no existía a mi alrededor”.

Él dice que, incluso en ese entonces, sabía que estaba destinado a ser una leyenda de la música popular. En su libro escribió: “Me dirigía hacia las luces fantásticas. El destino me estaba buscando a mí y a nadie más”.

¿Qué significa “destino” para Dylan?

“Es una sensación que tienes de que sabes algo sobre ti mismo que nadie más sabe. La imagen que tienes en tu mente de lo que vas a convertirte. Y es algo que tienes que guardar para ti, porque es un sentimiento frágil. Y si lo sacas, alguien lo puede matar. Así que es mejor mantenerlo en tu interior”.

Cuando se le pregunta porqué se cambió el nombre de Zimmerman a Dylan, dice que también fue el destino. “Algunos simplemente nacemos con los nombres equivocados. Sucede, nada más”, dice Dylan. “Tú te llamas como quieres llamarte. Esta es la tierra del libre”.

Dylan creó un mundo inspirado en la vieja música Folk, con letras poéticas y penetrantes, en canciones como “A Hard Rain´s A- Gonna Fall”. Estas canciones refeljaban la tensión y el descontento de los movimientos de Derechos Civiles y anti-bélicos de los 60s.

Fue una mezcla explosiva la que convirtió a Dylan, a los 25, en un ícono cultural y político, presentándose en conciertos en salones repletos alrededor del mundo, y seguido por la gente dondequiera que fuera. A Dylan se le llamó “la voz de una generación”, y se le trataba como un profeta, un mesías.

Sin embargo, Dylan siempre se vio a sí mismo como un músico. “Te sientes scomo un impostor cuando alguien cree que eres algo y en verdad no lo eres”.


¿Cual era la imagen que la gente tenía de él ¿ ¿Y cuál era la realidad?

-La imagen que tenían de mí ciertamente no era la de un cantautor o un cantante. Era más bien la de una especie de amenaza para la sociedad en alguna forma.

¿Cuál fue la parte más dura para él personalmente? “Era como estar en una historia de Egar Allan Poe. Y simplemente no eres la persona que todos creen que eres. Aunque te llamen de esa manera todo el tiempo”, dice Dylan. “`Eres el profeta. Eres el salvador`. Nunca quise ser un profeta o un salvador. Elvis quizás. Podría fácilmente verme convertido en él. ¿Pero profeta? No”.

Tal vez él no se vea como la voz de una generación, pero sus canciones fueron vistas como himnos que iluminaron un momento.

-Lo mío eran las canciones, ¿sabes? No eran sermones. Si examinan las canciones, no creo que vayan a encontrar nada ahí que diga que soy realmente un vocero de alguien o algo.

-Pero la gente sí lo vio.

-Entonces, no debieron haber escuchado las canciones.

-Es irónico que la gente lo haya visto como el opuesto de lo que usted ve en sí mismo.

-Que curioso, ¿no?.

Dylan hizo casi de todo para destrozar la imagen magnánima que la gente tenía de él. En su libro, escribió que hizo intencionalmente malos discos, y que una vez vertió whisky sobre su cabeza en público.

También escribió que, como un truco, fue a Israel para sacarse una foto junto al Muro de los Lamentos envuelto en una capa cadavérca. Cuando llegó a Israel, cuenta que los periódocos lo transformaron de la noche a la mañana en un zionista. ¿Cómo ayuda todo esto?

-Si la percepción común de la gente sobre mí fuese de ser un borracho, o un sicótico, o zionista, o católico o mormón, cualquiera de esas cosas hubiese sido mucho mejor que ser considerado “Arzobispo de la Anarquía” - dice Dylan, refiriéndose a ser considerado la voz de una generación opuesto a todo.

Dylan se opuso especialmente a la prensa, la cual siempre trató de comprometerlo. Sobre eso, escribió: “A la prensa, me imagino, le debes mentir” ¿Por qué?

-Me di cuenta en ese momento que la prensa y los medios no pueden juzgarte. No son el juez. Dios es el juez. A los únicos que debes pensar dos veces antes de mentirles es a ti mismo o a Dios. La prensa no es ninguno de ellos. Y consideré que eran irelevantes.

Dylan intentó escapar de todo aquello. A mediados de los 60s, se marginó con su esposa y sus 3 pequeños hijos a Woodstock, NY. Pero incluso ahí, no podía escapar de la legión de fanáticos que bajaban hasta su casa, rogando por una audiencia con la leyenda en persona. Dice que la gente llegaba a su casa, esperando “discutir cosas conmigo: política, filosofía, cultivo orgánico y cosas así”.

-¿Sabía algo de cultivo orgánico?

-Nada.

¿Qué quiso decir al escribir “lo gracioso de la fama es que nadie cree que eres tú”?

-La gente, te dicen ´¿Es usted quien creo que es?`. Les respondes ´No sé`. Luego, te dicen ´usted es él`. Y les terminas diciendo ´ok, tú lo sabes – sí`”, dice Dylan. “Luego, lo próximo que te dicen es ´bueno, no, ¿sabes? ¿de verdad es usted? Usted no es él´. Y pueden seguir eternamente así.

Dice que no le gusta comer en restaurantes debido a toda la atención que recibe. Y afirma que nunca se ha acostumbrado a la idea.

En su momento más alto, la fama le cobró su precio a Dylan. Estaba divorciándose de su esposa Sara. Y en los conciertos, usaba maquillaje blanco para enmascararse. Sin embargo, sus canciones dejaban en evidencia su dolor.

Sobre su ex - esposa, Dylan afirma: “Estuvo conmigo en las buenas y las malas, ¿sabes? No era el tipo de vida que ella había previsto para ella, ni menos la vida que yo había previsto para mí”.

A mediados de los 80s, Dylan pensaba que había tocado fondo. Y escribió algunas duras palabras sobre sí mismo. “Soy un trovador de los 60s, una reliquia del Folk Rock. Un mito hablado de días que ya pasaron. Estoy en lo más profundo del olvido cultural”.

-He visto todos esos titulares escritos sobre mí. Lo creí, de todas maneras. Ya no obtenía ninguna emoción al presentarme. Sentía que ya era tiempo de parar definitivamente... había pensado antes el parar un tiempo, hasta que me dije “¿sabes? Ya es suficiente”.

Pero en tan sólo unos años, Dylan dice haber recuperado su chispa creativa, y volvió al ruedo. Se presenta en más de 100 conciertos al año. Y ganó 3 premios Grammy en 1998 por su album “Time Out Of Mind”.

A los 63, Dylan permanece como la voz más poderosa y única dentro de la escena musical americana.

Sus pares músicos le rindieron tributo cuando ingresó al Salón de la Fama del Rock & Roll, acompañándolo en una enardecedora rendición de su canción más popular, “Like A Rolling Stone” Recientemente, dicha canción fue elegida por la revista Rolling Stone como la mejor de todos los tiempos. Además, tiene otra docena de canciones dentro de la lista de las 500 mejores.

-Debe ser bueno tener parte en tamaño legado.

-Bueno, quizás esta semana. Pero, tú sabes, las listas cambian de nombre frecuentemente. No les presto mucha atención.

-Pero es un espaldarazo...

-ESTA SEMANA. Pero, ¿quién dice cuánto va a durar eso?.
Su éxito, no obstante, ha durado bastante tiempo. Dylan continúa tocando todos sus temas en sus giras, y afirma que no da nada por sentado.

Entonces, ¿por qué sigue ahí afuera?

-Se remonta a lo del destino. Hice un pacto hace mucho tiempo. Y retraso mi final... para estar donde estoy ahora -, dice Dylan.

¿Y con quién hizo el pacto? “Con el comandante en jefe”, dice Dylan, riendo. “En este mundo, y en aquel que no podemos ver”.
Recientemente, Dylan fue nominado para el Premio Nóbel de Literatura por sus composiciones. Su nuevo libro ha sido un best seller por meses. Y planea escribir dos volúmenes más con sus memorias.



Domingo 3 de abril de 2005:

Live, from New York, It´s Saturday Night!!!

Live, from New York, it´s Saturday Night!!!!!

Ese es el grito de guerra que dio el puntapié inical una de las instituciones más sólidas de la televisión. El Sábado 11 de octubre de 1975, a las 11:30 PM, partió Saturday Night Live (SNL).

Una notable mezcla entre la comedia de buena factura y la música en vivo. Como lo definió su creador y eterno productor Lorne Michaels, una mezcla entre Monty Python y 60 Minutes. Durante 30 años, SNL mantiene viva una mirada lúdica de la realidad. En sus primeros días, se respiraba una urgencia inmediata por reflejar en forma definitiva la revolución cultural de los 60s en la televisión. Y, por sobre todas las cosas, darle su espacio inamovible al Rocanrol con notables presentaciones en vivo.

SNL abrió la ventana para nuevos talentos de la comedia, convirtiéndose en verdadero trampolín para los miembros del elenco. Y algo que lo ha mantenido vivo: la constante renovación del mismo.

Sin duda, otra de las razones de su sobrevivencia y trascendencia en el tiempo es la parodia a la contingencia. Geniales caracterizaciones e imitaciones, junto con brillantes y agudos libretos, le han dado a las nuevas generaciones la posibilidad de acercarse a temáticas que no suelen ser seguidas con entusiasmo. Gracias a SNL se desacralizó la política contingente.

Un segmento que ya es un clásico es el noticiero para emitir juicios, siempre enmarcado dento del contexto lúdico del programa. Así vimos pasar por Update al gran Dennis Miller y al ídolo Norm MacDonald, cada uno desarrollando un estilo propio, y mereciendo mayores análisis en futuras entregas.

Mención honrosa a las múltiples presentaciones en vivo de los nombres más contemporáneos del mundo musical. En todo el tiempo que lleva, SNL ha sido un referente obligado para la música popular. Junto con , SNL es el lugar de la TV preferido por los nombres más influyentes dentro del Rocanrol para tocar en vivo. Algunos: la poderosísima presentación de Neil Young en 1989; la primera aparición de Nirvana en 1992; la previa a la despedida de The Band en 1976; Elvis Costello cambiando la canción en plena presentación, a fines de 1977; Paul Simon y George Harrison en 1976. Y un larguísimo etc

Quien lleva la batuta en el estilo de comedia en el actual SNL es la jefa de guionistas y miembro del elenco, Tina Fey (en la foto). Primera jefa de guionistas en toda la historia del programa, fue capaz de levantar el programa en un momento en que se estaba desgastando. Ella es la actual mujer ancla en Weekend Update, y mantiene viva la sátira política con sus agudos comentarios y fuertes críticas en clave de comedia a la administración Bush. Y también da espacio para momentos surrealistas y extraños.

Gracias a la ventana que le da Update, Fey ha logrado mostrar un nuevo tipo de mujer para el siglo XXI: la inteligente y despierta, sumamente atractiva y de una presencia enorme. Una mujer que ya no se queda sentada tras la figura del hombre, sino que es capaz de quitarle toda su tribuna y afirmar su posición. Una mujer que defiende su derecho a divertirse con la misma intensidad que los hombres. Una mujer de convicciones claras, que no tiene ningún pudor en desinhibirse con sus sentencias. Una mujer que hace que los anteojos vuelvan a ser sexies y que no teme en mostrar una enigmática cicatriz en el rostro. Una mujer que deja en segundo plano a sus coanimadores. Una guionista capaz de darle otra mirada al mundo de las adolescentes (Mean Girls, 2004). Una comediante que siempre mantiene viva la chispa y el ingenio con sus acertadas intervenciones. Y, sin pretenderlo, una líder de opinión.

Es precisamente la gente como Tina Fey la principal razón de porqué SNL sigue manteniéndose al aire y vigente dentro de la cultura. Gracias a su aguda y despierta mirada, nos llaman a reñirnos de nosotros mismos y mantener un estado mental saludable. En cada programa, logran (o, por lo menos, lo intentan) mostranos la mejor forma de ser partícipes del mundo que nos rodea: mantener el espíritu joven y la actitud de Rocanrol frente a la vida.

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