lunes, octubre 09, 2006

Entrevista a Matorral en ww.toma.cl!!


Al fin! Después de muchas horas de transcribir y editar, ya está publicado: la entrevista que hice a Matorral, específicamente, a los dos miembros que va quedando y luchando, Felipe Cadenasso y Gonzalo Planet, para Toma.cl. Hablamos de todo y esto fue lo que quedó para la entrevista. También la pueden encontrar acá.

EL LARGO Y EXTRAÑO CAMINO DE MATORRAL

En una íntima y extensa entrevista, la banda habla de todo y de su presente y futuro en la escena nacional.

Por Héctor Muñoz Tapia.

EL LARGO Y EXTRAÑO CAMINO DE MATORRAL

En una íntima y extensa entrevista, la banda habla de todo y de su presente y futuro en la escena nacional.

Por Héctor Muñoz Tapia.
Es extraño lo que pasa con Matorral, la banda de Folk Rock más relevante de la escena local por estos días: después de un aplaudido disco debut, “Voces del Rincón” (2003), que los catapultó como una de las bandas más respetadas del circuito, se han enfrentado a situaciones adversas, como el alejamiento definitivo del baterista fundacional Iván Molina, el atraso de su próximo disco (el cual es doble), cambios de casa, búsqueda de nuevo integrante en la batería, cumplir con la muchas veces copada agenda de presentaciones en vivo, y seguir adelante con, según ellos mismos definen, este modo de ver la vida.

Me reciben en su nuevo hogar, un Miércoles en la tarde, casi cuando el sol se va escondiendo. En la enorme y acogedora casa en la que están hace no más de tres meses, una preciosa casa en una zona en la cual ya no van quedando casas de las antiguas, con cada vez más edificios de departamentos rodeando las otrora calles de vecindario.

“La idea es vivir acá y tocar, ensayar, poder grabar nuestros discos”, cuenta el bajista Gonzalo Planet. En su rol de encargado de las relaciones públicas de la banda y de Cápsula Discos, el sello que los edita, agrega: “La idea es que, como nosotros aquí controlamos toda la difusión, manejar todo desde esta casa”.

Como cuenta Gonzalo, abrigado con un grueso chaleco en esa fría tarde (la casa inmensa necesita de calefacción para poder dejarla en su punto; por mientras con tazas de té) llegaron casi de suerte a su nuevo hogar y centro de operaciones: “Un conocido nuestro, que tocaba en una banda llamada Los Caníbales Surf Combo, vivía acá y lo conocí. Me invitó un día acá, y después perdí contacto con él.

Al tiempo después, me llega un mail que este tipo le mandó a todos sus contactos, diciendo que se iba de la casa y preguntando si alguien se interesaba en arrendarla de inmediato para que la corredora no tuviera meses vacíos. Justo nosotros estábamos buscando casas, habíamos visto algunas pero ninguna se acomodaba a lo que queríamos. Llegamos acá y se daban todas las condiciones que estábamos buscando: el jardín que necesitaba mi pareja, las piezas como para instalar una sala de ensayo.


El cambio de casa los ha encontrado trabajando en lo que es el proyecto solista de Felipe Cadenasso, guitarrista y vocalista de Matorral, quien llega un poco después para la entrevista. Delgadísimo, y abrigado con más de un abrigo pro el frío, parece directamente sacado del Londres de mediados de los 60; definitivamente, Cadenasso pareciera haber sido parte de alguna banda de esas que al rompían en plena invasión británica, no sería extraño si hubiese sido un Stone más.

A propósito de los Stones, Matorral ha hecho varias veces el cover de “Happy”, ese himno del “Exile On Main Street”, aparte de otras canciones de seminales británicos como los Kinks y la Jimi Hendrix Experience. De inmediato, el tema de las influencias es uno que queda claro. “Ahora he estado escuchando Chet Baker, música clásica bastante, Devil Sea.

Los dos escuchamos jazz y folclore. Nos gusta mucho investigar. Pillamos a un grupo que se llama Rain Parade, que es de 1985 y suena mucho como los Byrds. Yo llegué a la música por el hard rock, me gustaba mucho Ac/Dc, tocaba guitarra, disfruto un montón de escucharlos siempre. No se reemplaza música, se van agregando”, confiesa Felipe, ya instalado en la mesa, con su taza de té llena.

Desde mediados de año estrenaron esta nueva aventura, el proyecto solista de Cadenasso, junto a Bernardita (bajista de Guiso y novia de Felipe) en el contrabajo y Alvaro Gómez de Guiso en la batería. Un proyecto de naturaleza acústica, con canciones más reposadas que lo acostumbrado a escuchar en Matorral.

“Acá estamos ensayando con mi proyecto solista. He aprovechado de pasar tocando y cantando acá, pero siempre con guitarra acústica, pues en la casa suena bien. Lo hemos ensayado con Alvaro y Bernardita, además de Gonzalo y yo. En general, lo hemos ensayado en las previas de las tocatas. Como recién el proyecto está partiendo, aún no hay cosas definidas, ritmo de ensayo, horarios. Con Matorral todavía no ensayamos aquí porque queremos acondicionar la sala primero”, cuenta Felipe.

Varias de las canciones que conformarán el nuevo disco ya han sido estrenadas en vivo, incluso cuando todavía tocaban con Iván en la batería. “El disco es largo y sólo estamos tocando casi la mitad de él. Cuando estaba Iván alcanzamos a tocar más canciones nuevas; pero, cuando llegó Esteban, tuvimos que reducir el repertorio de temas tocables de los nuevos. Siempre estábamos viendo canciones, teníamos como unas 40 para elegir repertorio, las que pensábamos que eran más coherente con cierto momento, lo que queríamos mostrar. Eso se redujo.

Cuando saquemos el disco nuevo, aún quedarán sorpresas en los temas que todavía no hemos podido tocar”, cuenta Felipe sobre el extenso nuevo trabajo, que tentativamente podría ser lanzado durante el mes de diciembre. Gonzalo lo confirma y agrega: “Va a ser un disco doble, de 2 CDs. No sé si tan llenos cada uno, pero el total no cabía en un solo cedé”.

Felipe cuenta también que “no nos alcanzaba en un CD todas las canciones, aunque aún no sabemos si vamos a dejar alguna de las elegidas fuera del disco. Los descartes pueden quedar como lados B, pero lo que ay va seguro no alcanza en un solo CD. Es un riesgo tratar de editar algo así, pero qué más vamos a hacer”. Sin duda, un riesgo a la hora de distribuirlo, pero ellos tienen claro que no quedaba otra opción. Felipe lo deja en claro: “No tendría sentido dividir este disco más., El proceso fue súper raro, es poco normal. Nosotros grabamos como 2 discos seguidos. En las mismas sesiones sabíamos que estábamos haciendo 2 discos. Sacamos primero, “¿Conoce usted a Matorral?”, que para nosotros era como el disco “menor”, un EP de descartes.

Te aguantas el disco y entremedio pasan cosas: que se va Iván, que nos cambiamos de casa… un montón de situaciones personales que afectan al grupo. Por la demora, de repente baja la desesperación, pero cuando lo piensas no ha sido tanta para todo lo que ha pasado debajo del puente”.


Sin duda que este último año ha sido de los más difíciles que han tenido que enfrentar como banda. La salida de Iván (“Hay grupos que se habrían separado con la salida de un miembro importante”, confirma Gonzalo) los ha obligado a ir replanteando el nuevo disco de maneras distintas en este último año. Tal como declara Gonzalo: “Depende de cómo uno quiera direccionar el trabajo. Podríamos haber optado porque el disco hubiese sido una foto del momento y dejar las voces que estaban, pero pensamos que éste era bien simbólico del fin de una etapa de Matorral, porque se va Iván, y es el último disco con la formación casi original, y pensamos que como habían pasado tantas cosas entre medio, lo más coherente era plasmar esos cambios en el sonido también.

Todos estos atrasos han sido necesarios para ellos debido al cómo ven a la banda. Gonzalo lo explica de forma sencilla en una declaración de principios: “Para Felipe y para mí, Matorral siempre lo pensamos como un proyecto a largo plazo. No es como algo que nos dio ganas de tocar por un momento, sino que un proyecto de vida. Entonces, siempre hemos pensado la banda un poco no sólo como un grupo de música, sino que de personas también. Entonces, la salida de Iván fue por un asunto personal, que él tenía una enfermedad. Nunca pensamos que el grupo se iba a acabar, y la idea es continuar de otra forma. En Matorral siempre ha habido cambios, antes había otro bajista y respondía un poco a ese momento”.

Este no es el único hecho complicado que ha debido enfrentar Matorral en su trayectoria. “Las cosas se van dando de ciertas maneras”, cuenta a modo de introducción Felipe, el único miembro de la formación original de Matorral que va quedando. “Por ejemplo, con Iván continuamos con la banda después que se fue Fernando Stern. Pero también producto de una montón de situaciones y cosas que van pasando, también la salida de Iván fue la solución más lógica para una serie de problemas. No pongo en juicio su calidad musical ni personal, pero siendo lo más honestos posible, teníamos que optar por no seguir tocando juntos.

Moralmente, era nuestra obligación tener que dejar de tocar con Iván porque no había otra salida. Habría sido muy cobarde de nuestra parte tratar de continuar con esto así como fuera. Para nosotros fue muy difícil dejar de tocar con él. A nivel personal, nos vinieron un montón de bajones. A mí me agarró súper fuerte: cuestiones de salud y tu vida privada. Al final, como es un proyecto de vida, nosotros queremos expresarnos tocando y necesitamos comunicarnos bien y tener no sólo fiato musical, sino que personal”.

Está claro que si no hay fiato ni feeling entre compañeros, no es mucho lo que se puede hacer por mantener la situación. Tal como dice Felipe: “El fiato estaba desapareciendo e Iván te podría decir lo mismo; no se trata de buscar culpables ni nada de eso. Lo que es un hecho es que Iván estaba pasando por crisis fuerte, y ya lo habíamos pasado por 5 años, y era muy riesgoso seguir por su enfermedad; había afectado la comunicación a nivel personal. No nos llevábamos mal, pero ya notas un desgaste porque no das más físicamente, porque sicológicamente más que pensar en música estábamos pensando en otro tipo de problemas, de cosas antes de tocar.


El nivel de stress para planificar lanzamiento de disco, tocatas, y estar viendo que un amigo tuyo está mal era demasiado estresante, era insostenible. Si seguíamos así, íbamos para el final de la banda y quizás cómo habríamos terminado de o actuar con esa lógica. Tomar una decisión que, desde nuestro punto de vista, protegía a Iván en términos de su salud, sacrificando un poco a Matorral por eso, pero sí conscientes de que igual nosotros dos íbamos a seguir como fuese, y que la banda siempre está en movimiento, así que no sentimos el dolor de dejar una etapa musical que no se va a repetir. Para nosotros, siempre está pasando en el momento”.

Para la banda, el proceso ha sido largo y traumático “porque nosotros éramos bien amigos”, cuenta Gonzalo. Y agrega: “Cuando se va Iván, claramente empieza una transición, y en esa transición es donde entra Esteban Espinoza (quien toca la batería con ellos en este último año), y ayudarnos con el compromiso de que fuera una colaboración temporal, peor nos hemos sentido muy bien con él. Es un muy buen baterista y nos ha ayudado mucho para poder seguir tocando en vivo. Como es un músico invitado, no podemos avanzar en términos creativos. Nos ayuda a tocar en vivo, pero lo otro lo vemos Felipe y yo”.

Para Gonzalo, “el cierre de la transición viene naturalmente cuando se publique el nuevo disco y parta una nueva etapa, cuando probablemente tengamos un baterista estable y permanente. Esteban nos va a ayudar hasta el lanzamiento del disco. Él tiene otros compromisos, su banda Bocallave, donde canta y toca guitarra y es su proyecto principal”. ¿Y qué pasaría con un eventual nuevo baterista? Para Gonzalo, “es difícil, porque no nos gustaría que llegara alguien sólo para tocar aquí y allá, sino alguien que le gustara mucho la banda, que pudiera involucrarse en todos los procesos que significa tener un grupo (tocatas fuera de Santiago, planificación de grabaciones, etc), y que esté involucrado y le guste todo esto. Somos un poco regodeones”.


Hasta ahora, con Esteban no han tenido problemas. Su forma de tocar la batería, poderosa y matizada, se ajusta perfectamente a la puesta en vivo de la banda. Además, es un músico completo, según nos cuenta Felipe: “Esteban es hijo de un músico de jazz. Cuando yo lo conocí, estaba en Fruto Prohibido y era uno de los bateristas preferidos de Iván. El tipo es muy talen toso y tiene buena “paila”, es un monstruo en la batería, canta y compone súper bien, y ese es su nuevo camino. Se sienta en la batería y es alguien que puede tocar fuerte.

Cuando él llegó, nosotros habíamos probado algunas personas antes porque teníamos fechas para cuando Iván se fue y no las queríamos cancelar. Fue Esteban quien se ofreció para tocar en Matorral, nosotros no se lo pedimos. Igual fue bonito su gesto, nos vio que estábamos pasando por un momento difícil, se ofreció a ayudarnos. Empezamos a tocar, y en el primer ensayo cuando se sentó en la batería nosotros teníamos una sonrisa porque de nuevo sonaba fuerte todo.

Con todos los otros bateristas que probamos habíamos bajado el nivel de los amplis y con Esteban los tuvimos que subir. Es alguien que puede tocar así y es distinta su manera de tocar a la de Iván, habría sido fome tener una especie de clon de él. Esteban le da su onda a los temas, los interpreta y tiene fácil lo de la improvisación. Han ido bien las tocatas con él”.

La propuesta en vivo de este Matorral de transición la podemos ver bastante seguido por estos días. Con 2 presentaciones por semana en promedio, en los más diversos lugares de la capital e incluso en regiones, Matorral va sumando tocatas en el cuerpo, a modo de óptima terapia.

Una de esas veladas ocurrió en el marco del primer Festival Quieres Rock, a comienzos de Agosto de 2006. “En el Quieres Rock fue bien fuerte. Elegimos el repertorio más duro para ese día. Con Esteban me he sentido bien cómodo. Él, como reemplazo momentáneo, es el mejor que nos podría haber tocado”, confirma Gonzalo, en su calidad de bajista y parte de la sesión rítmica del trío. Felipe agrega: “Más allá del nombre del grupo, que es importante porque le da una continuidad a la historia, somos 3 personas tocando en ese momento. Tiene que haber comunicación cuando tocas y yo creo que se logra.

Hemos tenido momentos súper buenos con Esteban tocando. Hay varias que han sido súper buenas. Siempre hay un piso, pero hay tocatas que uno está más metido que otras por varios motivos y ha habido varias muy buenas con Esteban”.

Todas estas circunstancias inesperadas en este par de años los ha obligado a replantearse el cómo proceder frente a los desafíos. Y aquí Felipe vuelve a lo que Gonzalo había dicho antes en esa declaración de principios: “La cosa es que no funcionamos en base a lo que podamos hacer, sino que componemos y eso es lo que pasa en Matorral en ese momento.

Eso no pasa por la línea de quien llegue, pero puede aparecer alguien que toca distinto a Iván y Esteban, y bienvenido sea. Estamos concientes de que lo de Esteban es temporal y que tiene un fin, ye es divertido porque te encariñas con la formación, pero a la vez también eso le da un valor, porque cada vez que tocamos con Esteban pienso que quiero disfrutar de tocar con él y este momento de Matorral hacerlo bien. Es bonito el ir pasando estas etapas, y quedan marcadas de alguna forma. Puede llegar alguien que calce muy bien y que nos lleve a tomar otros rumbos, que aporte un montón o que su personalidad nos haga muy bien.

“Habría sido peor haber parado las actividades tras la ida de Iván”, acota Gonzalo. Sin dudas, la ida de uno de los fundadores es un golpe del cual es difícil recuperarse del todo. Felipe agrega: “Si parábamos, iba a ser muy deprimente. Para nosotros ya era suficientemente malo dejar de tocar con Iván y además fue triste como se dieron las cosas, no es como hubiésemos escogido que se hubiera dado el alejamiento con Iván.

Entremedio de eso pasaron otras cosas (robo de computador y de guitarra, problemas de salud). De hecho, Felipe se desmayó en el escenario una vez. “Fue en una de las primeras tocatas con Esteban. Estábamos partiendo la primera canción y Felipe se desplomó en el escenario, el stress fue mucho por toda la situación. Fue bien jodido todo con la partida de Iván y lo de los robos”, comenta Gonzalo.

Sacando balances del último año, Felipe es drástico: “Pasaron hartas cosas malas y anímicamente no estábamos bien. Es complicado. Igual son 5 años de tu vida con alguien. Siento que todavía no estamos al 100 %, estamos recién como después de un golpe, recién cachando dónde estamos parados. Lo que sí reconozco es que, en algún momento, yo quise parar las tocatas y para todo.

Lo conversamos con Gonzalo y me decía que podríamos tocar igual, eso es lo bueno de que somos 2 y que somos muy unidos. Al final, fue una muy buena decisión tocar, porque era una cosa práctica igual, era bueno pararte y tocar con gente que tú sabías que estaban pensando que no éramos lo mismo. Era bueno enfrentarse a eso y tocar, al que le guste bacán y el que no, que no lo escuche más. Nosotros nos sentimos bien tocando. Todo ha indicado que esto ha funcionado”.

Todo esto ha afectado incluso el aspecto organizacional de la banda y su funcionamiento fuera de lo musical. “Por el otro lado, también se siente el peso de que no es un trío formal, sino que ahora nosotros 2 estamos viendo todos los aspectos de gestión. Esteban, en su rol como colaborador, no se involucra en esos aspectos y es el trato al que se llegó.

Son distintos caminos, pero nos gusta estar involucrados en todos los procesos”, cuenta Gonzalo, quien como periodista es el encargado de las relaciones públicas en Matorral y en Cápsula Discos. “no hay mucha gente involucrada en la música que pudiera hacer esa pega. No existen muchos managers disponibles y que lo pudieran hacer bien. Al final, nos gusta estar metidos en las cosas porque pueden funcionar mejor para nosotros”, agrega Felipe.

Con respecto a las eventuales actividades para el próximo disco, Gonzalo afirma que “eso obliga a organizarse bien. Tenemos este disco que queremos sacar pronto, ser bien ordenados con los horarios de conciertos, los horarios de mezcla, el arte gráfico, la distribución, elegir un single, todo para que no se escape algo de las manos. Nos preocupamos harto del asunto de la gestión porque queremos que la música llegue a más gente; y eso implica enviar comunicados, hacer videoclips y otras actividades”.

Matorral forma parte del movimiento de bandas independientes que, aclanadas en sellos pequeños y manteniendo filosofías de vida y posturas definidas, han ganado una cierta notoriedad y presencia en medios como Internet, la democracia casi definitiva en cuanto a auto difusión.- Pero Felipe Cadenasso, quien ha tenido experiencia tocando al menos en 2 bandas previo a Matorral, ve el panorama de manera particular: “Hablando muy a nivel personal, yo pienso que es incierto.

Si me preguntas si yo quisiera vivir de la música, sí me gustaría que las tocatas fuesen en vez de bares en escenarios como el Galpón Víctor Jara y que fuesen más seguido, no tener que hacer puros festivales, y llevar cómodamente unas 300 personas por vez. Eso también pasa por un tema de las radios y los medios, que apoyen la difusión”.

Todos tenemos claro que los medios de comunicación en conjunto (la prensa escrita y de Internet, la radio y la televisión) deben jugar un papel importante en la difusión de la escena nacional. Sin embargo, acá hay vicios que no permiten que se avance. Felipe es categórico al dar su juicio al respecto: “Pienso que la gente que está decidiendo qué se escucha y qué no hace un daño súper grande a nivel cultural como país".

Aunque suene exagerado, yo creo que el rock y lo popular es gente expresándose y algunos tratando de tocar y hacerse conocidos, y otros tratando de hacer arte. Eso es patrimonio cultural y es construir una vida nocturna en una ciudad, abrir espacios para que la gente pueda ir. Hay sellos que son sólo personas que ponen plata de su bolsillo para sacar discos.

Es divertido que la gente que dice, por ejemplo, “compra esta caja de fósforos, que está hecha en Chile”, y todo un discurso cultural parafernálico de apoyo al cine y a la música, a la hora de los “qué hubos” los tipos no conocen quienes tocan en realidad, no van a las tocatas, no pasan estos discos y sí pasan todo lo que viene de afuera. Ahora en Radio Concierto están pasando bandas argentinas independientes, y la SCD todavía no ha peleado por una ley para subir el porcentaje de música nacional que debiera tocarse por ley.

El problema es complejo, pues involucra varias cosas. “La excusa que da esta gente es perfecta, porque dicen “no, esta banda no tiene singles o no suena bien” y, como la gente no escucha a estas bandas, se debe imaginar que eso es verdad, y es mentira”, afirma Felipe. Según Gonzalo, “gente como Weichafe, que son más duros en sonido, pueden tener perfectamente un single en radios, pero en parrilla no hay casi nada.

Sólo ventanas pequeñas como programas en vivo, pero es menor”. Felipe cree que “sería un negocio interesante para ellos, pero argumentan que no lo es. ¿Cómo Los Tres sí son un negocio? Y lo son porque los pusieron en parrilla y la gente los conoció, y los puedes llevar a entrevistas y puedes hacer conciertos. Sería tan genial que existiese una industria en que las publicaciones masivas dieran espacio a bandas., el generar un espacio, que la gente supiese que existan y que hay una alternativa. Seguramente a los locales entraría más gente y estos podrían tener mejor sonido, los sonidistas ganarían más plata y las bandas generarían más y los discos sonarían mejor.

No es sólo que nosotros queramos ser populares porque sí ni nada de eso. El tema es que toda la industria sería más potente acá en Chile, como país tendríamos algo que ofrecer. Los argentinos están a años luz con respecto a nosotros porque han generado una industria súper grande, y nosotros siempre estamos mirando que es la raja porque estos gallos tienen como verdaderos ídolos que pueden llenar un estadio. Acá estamos recién en eso. Bienvenidos sean Los Tres y muchos otros, pero también hay más música que está saliendo.

Es increíble que Los Tres dejan de tocar, vuelven y es como si no hubiese pasado nada. ¿Qué pasa cuando una radio te dice que es “la radio de rock chileno” o te llevan a un programa y después no estás en rotación?”

Para ellos, los que sí han dado cuenta de la escena en movimiento han sido, primero, los periodistas de prensa escrita. “A nosotros nos sorprendió un montón cuando editamos el EP “Antejardín”, que lo habíamos grabado muy precario, y Felipe Rodríguez de Las Ultimas Noticias hizo una crítica muy buena, no llenándonos de flores, pero sí reconociendo el disco por lo que era, relacionándolo con otras cosas.

Nos sorprendió mucho que un EP saliera en un diario que se vende a nivel nacional, y que haya salido comentado tan fácil; era lo primero que sacábamos, y pensábamos que también en prensa sería complicado. Nos sorprendió que no fuera así”, comenta Felipe. Y agrega: “Los diarios hacen su trabajo bien. Yo no les pido más que eso, no les pido que pongan a las bandas en portada. No tengo nada que decir en contra de los diarios y la prensa en Internet. Lo raro es que, si estos periodistas que trabajan en diarios y critican muy bien los discos, y que también eligieron a Guiso como banda del año en una ocasión, que en radio no pase nada. No hay coherencia.

La pega de los tipos está mal hecha, no a nivel técnico, pero sí en términos de aporte cultural, es una pega incompleta. No creo que estar a cargo de una radio significa sólo agarrar el disco que te mandan de afuera y pasarlo, porque poco menos que sería lo lógico. Creo que la pega de la radio debería ser la de informar lo que está pasando, sobretodo si utilizas muletillas como decirse “radio de rock” y no tienes ni idea de lo que pasa en materia de rock en tu país, eso es lo que no puede ser. Lo raro es que muestran tanto a las bandas que ha sacado La Oreja, que son como los mismos que estaban en las multinacionales, y son los nombres más oficiales. Es mantener la misma cosa de antes”.

Sin embargo, hay luz al final del túnel y ventanas que se abren. “Hay radios como Horizonte que están abriendo más espacios para mostrar más rock chileno. Radio U de Chile siempre ha apoyado y el Via X en la tv también y la cosa se mueve. Pero si las radios apoyaran como política el mostrar lo que pasa acá más allá de si te cae bien o mal un grupo o si no es tu amigo, etc… es divertido.

Casi todas las bandas que Aldunate programa son las que descubre o está relacionado directamente con ellos, es muy amigo o cercano a los músicos; ¿cómo entra el resto ahí? La generación independiente es más “chúcara”, son más parados y no están muy dispuestos a sobarle el lomo a estos personajes. Se generó u quiebre. Una guerra no declarada que existe. Es verdad que no nos están poniendo y ellos lo saben”, comenta Felipe. Gonzalo comenta que “cuando ellos ven los diarios y los buenos comentarios de los discos de estas bandas, que los nombran banda del año, ¿no les importará? Ya tiene que ver con una toma de decisión.

El juicio es duro para las radios comerciales y para los que están a cargo de ellas: funcionan como tapón, según Felipe: “Los tipos están evitando que esto crezca y no sólo la pega como nosotros como bandas, sino que la pega de periodistas, de imprenta, de fabricación de discos, de que toda la industria que tiene relación con la música podría ser más fuerte, más profesional.

Para eso, tiene que haber movimiento de plata y conocimiento, generar expectativas, que la gente vaya a las tocatas. Ahí es donde la decisión de ellos es más sesgada y están como protegiendo algo, quizás su orgullo, porque no descubrieron ellos todas estas bandas. Chile todavía funciona como un fundo en muchas cosas”.

Todo esto hace muy difícil el panorama para los que parten. Sin embargo, Gonzalo y Felipe recomiendan perseverar: “la mejor recomendación en base a nuestra experiencia, y como está la industria ahora, hay que preocuparse tanto de la música como de la gestión. El asunto no se reduce sólo a tocar, la música debe ser buena y los músicos talentosos, hay que tocar mucho en vivo, difundir el trabajo aprovechando las nuevas tecnología. El asunto ahora está mucho más en manos de los músicos que en manos de otra gente si uno quiere sobrevivir. Si nunca nos tocan en radios, nosotros igual vamos a seguir tocando”, dice Gonzalo.

Afuera ya es de noche y han pasado casi dos horas y media de conversación sincera con Gonzalo y Felipe. Hace muy poco que llegó un balón de gas para temperar un poco esas heladas pero acogedoras paredes de la nueva casa. Al salir, las hojas grandes de la entrada van creando una ilusión de bosque perdido en medio de las pocas casas que van quedando en el barrio. Así como Matorral, una de las pocas bandas de su especie que quedan en al escena local. ¿Cómo resultará todo? El tiempo lo dirá, pero su perseverancia y su integridad es lo que los seguirá manteniendo, a pesar de los cambios.

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