jueves, mayo 01, 2008

Sobre el día del trabajador, Lennon y mi padre.


Hoy dormí 14 horas seguidas.

14 horas.

No sé cómo pasó. Por lo menos esta semana chica, no he tenido una cantidad tan abrumadora de pega, ni tampoco he estado corriendo de un lugar a otro acarreando cosas como guitarras, amplificadores y bolsos, como era la tónica en este par de meses con varios shows seguidos. Ni tampoco estaba tan desesperado por entregar los trabajos ni cachos típicos de los ramos de la u. Fin de semana lago tranquilo, ¿qué más pedir?

Y dormir mucho. Simplemente, me tomé el día, casi sin proponérmelo. Y, hasta ahora, ha funcionado de maravillas. El día del Trabajador (así, con mayúscula, porque es así de importante), tomado completamente, durmiendo como un lirón sin siquiera escuchar la marcha o sentir a la cantidad de gente que se dirigía a tan solo unas cuadras de acá Los renovados reclamos por condiciones más justas ya son parte esencial de un día como este. Y las nulas ganas de las autoridades por atenderlas como corresponde, lamentablemente, también.

Desde que el mundo existe, el hombre ha abusado casi sin reparos de su prójimo. Somos una especie egoísta, canalla, depredadora y oportunista. No nos gusta compartir, sino que acaparar. “Mientras más tengo, mejor me siento; muchas veces, me sentiría mejor si tuviese más”. Así pareciera que actuamos instintivamente. Todo lo que nos enseña el deber ser no lo seguimos ni por si acaso. “¿Para qué? Es mi metro cuadrado, a la mierda con el de al lado, ¿no ves que me va a quitar esto que con tanto esfuerzo y sacrificios a mi persona he logrado conseguir?”.

Working Class Hero...


John Lennon escribió ese clásico llamado Working Class Hero, una letra poderosa, incendiaria, directa y demoledora. Ese era el Lennon activista, que dista bastante del Lennon utópico de Imagine. Es más el Lennon que, deliberadamente, hacía himnos para los movimientos sociales y políticos. En ella, Lennon puso plasmó todos los males de mundo y ofreció una sola solución: la lucha. Pero Lennon n o reía en la violencia, aunque se lo haya cuestionado en Revolution. Él creía en la movilización, en el salir a la calle. Todas esas palabras son sinceras, pero Lennon de ningún modo era un héroe de la clase obrera. Más bien, estaba lejos de serlo.

Pero Lennon hizo lo que pensó correcto: ocupar su plataforma de beatle y el interés mediático que su estampa generaba para meter esos mensajes y difundirlos de una manera popular y entendible, no desde una parada intelectual y filosófica, sino que de pueblo, mundana y cotidiana. Si hubiese una tendencia política basada en eso, estoy seguro que muchos la seguiríamos. Pero, a pesar de que han pasado casi 40 años desde que una canción tan directa como Working Class Hero fue escrita, pareciera que no ha pasado nada.

Give Peace A Chance...


Mi papá trabaja desde que tiene 15 años para mantenerse. Es hijo de campesinos, el cuarto de 16 hermanos y el primero de ellos en terminar sus estudios y una carrera. Y no solo una, sino que 5. Mi papá es de esa rara especie de trabajar bien, dedicado, honesto y correcto, en un mundo en que se opera con las cualidades opuestas a esas. Su vida ha sido trabajar, a pesar de haber tenido otros intereses. Mi viejo es de esos que tomaba talleres de dirección en la universidad, de los que estaba en el grupo de teatro… siempre con inquietudes que tuvo que dejar de lado por trabajar y seguir trabajando. Haciendo clases, en oficinas, viendo casos… la vida de mi padre se ha ido en medio de esas cosas. Y necesita distraerse cada día, de eso no hay duda. Se adormece con la caja idiota, viendo-pero-no-viendo esos horribles programas que pasan en la tele abierta, enterándose de la no-información, y quedándose dormido en medio de toda esa paja mental. El somnífero casi perfecto, ahí listo para el consumo general.

Mi papá nunca me mostró a los Beatles, ni a Hendrix, ni a Led Zep, ni nada del rock clásico que suena siempre en Radio Futuro, ese de puras “sandías calás”. A mi viejo no le interesa la música, al menos no como algo relevante. Y no es algo malo, sino que sólo no se dio. Simplemente, su vida no le ha permitido tener eso presente. Es lo que le tocó vivir y punto.

Ahora, a pesar de estar pensionado (tras 27 años de trabajo en el sistema público, toda una vida :o), sigue trabajando. Yo creo que, probablemente, nunca pare. Es lo que ha conocido por 40 años de su vida. Es su vida. A pesar de que dice cada cierto tiempo que está cansado y que ya no quiere trabajar más, no sé si logre en verdad retirarse del todo. O quizás me equivoque, no tengo cómo saberlo. Sólo sé que, por ahora, el retiro no lo tiene cerca. Igual me lo imagino completamente jubilado, no haciendo nada, disfrutando del día, sacando mucho al Dylan a pasear (sí, nuestro bello perro se llama Dylan, adivinen quién le puso el nombre p), y quizás escribiendo. No sé qué, pero escribiendo algo. Me gustaría ver sus memorias: es el tipo más reservado que he conocido en mi vida.

Ya se termina el día del Trabajador. Y no tengo sueño aún. Por esas 14 horas de sueño ininterrumpido.

1 comentario:

noesmasqueblabla dijo...

Puta, yo ni siento el fin de semana largo porque Corvalán nos hizo entregar el viernes (hoy) igual... del terror.