miércoles, mayo 21, 2008

Sobre Fother Mucker en el Onaciú fútbol, religiones y demases.


La verdad es que nunca jugué tanto videojuego en mi vida. De que jugué, jugué, y eso lo aseguro. Pero no llegué a desarrollar un vicio por los videojuegos. Como que me rayó primero The Beatles, en una etapa en la que es fácil rayarse con las cosas. Cuando se es niño, la vida te parece una aventura completa, y te sumerges y embalas ante cosas que parecen más grandes que la vida misma. Es fácil sucumbir tu vida ante una pseudo religión, ¿no es eso lo que todos buscamos? Algo a lo cual aferrarnos y que le de un sentido a la vida, el mismo sentido que los Monty Python trataron de responder en su obra maestra. Darle a la vida un sentido, casi como si tuviésemos que inventar a Dios por necesidad, como dicen por ahí algunas lenguas.

El fútbol puede ser así para mucha gente. Es más: creo que es algo que aprendes por crianza. A mi papá no le gusta el fútbol, y yo vine a conocer el balompié cuando entré al colegio. Y no me llamaba mucho la atención, lo veía como algo de otro planeta. Ya volveré a referirme acerca del fútbol desde mi alienada posición sobre él.

Volviendo a la devoción de cabro chico por algo que puede parecer una religión… no es extraño que Kiss tenga una fanaticada tan grande en el mundo, con gente que sólo quiere volver a ser niño de 10 años. Se lo dije a un par de fanáticos acérrimos de Kiss y casi me golpean brutalmente; o, al menos, lo hubiesen hecho, pero en vez de hacerlo, salieron con argumentos de fan nerd de Kiss, dándome al lata de lo bakanes que eran como instrumentistas y todas esas cosas de datos trivia que aprendes cuando no tienes mucho que hacer. Y tampoco es extraño que Iron Maiden cada vez que visita nuestro país llene el lugar donde toca, y que su público les exija tocar clásicos para volver a sentirse cabros chicos. Y tampoco les debe extrañar que Bruce Dickinson use pantalones como los de Peter Pan, pues es eso lo que precisamente son: gente que se niega a crecer, y quieren ser unos eternos cabros chicos, disfrutando de tomar chelas y de sacudir la chasca con la polera negra y el estampado de Eddie como si fuera un tatuaje para toda la vida.

La no venida de Maiden en 1992...


No me malinterpreten. No soy un viejo amargado que nunca haya jugado videojuegos y que gusta de amargar al resto con frases como” ¿y que le ven a la weaita?”. Yo tuve tanto un Nintendo como un Super Nintendo (se me cayó el carnet en mala :p). Y recuerdo muy bien cuando me llegaran en navidades, y l mucho que disfruté de dar vuelta los Mario BROS que venían en ellos. Por si no me creen, hace un tiempo me mandé un textazo homenaje a Super Mario Bros (http://www.fotolog.com/hecrock41/10852460 ), el juego que me hizo familiarizarme con los controles de videos.

Super Mario Bros en 5 minutos...


De cierta forma, era muy divertido tener Super Nintendo en la casa. Con el tiempo (nada más que un par de años seguidos), mis amigos iban a mi casa a juntarse a jugar torneos de Street Fighter, a sacarse al chucha en Mortal Kombat o a competir en las pistas del Mario Kart. Pero yo era el más malo, el más débil, el más vergonzoso para jugar. Prefería poner mis cassettes de The Beatles de CrO2 en mi (en ese entonces) la raja equipo Crown que me habían regalado a comienzos de agosto de 1993, un sábado al mediodía. Era feliz con ese tremendo armatoste negro, de 2 parlantes que me parecían gigantes y que apenas cabía en el mueble donde tenía mi antigua radio. Ahora que lo pienso, yo disfrutaba más con ese equipo que con el Súper Nintendo, el que dejé definitivamente a fines de octavo básico. Simplemente, lo dejé de pescar.

Salvo los juegos de Mario Bros, lo único que disfrutaba un poco eran los juegos de fútbol. No el típico Winning Eleven (¿se dice así?), ese que se juntan a jugar banmeitos y amigos en verdaderos circuitos. Me acuerdo de juegos donde los jugadores no giraban mucho y me proyectaban virtualmente a un mundo que, ya con 27 años míos, aún no entiendo del todo. Si hablan de fútbol, sé lo mismo que una reina de belleza sobre energía nuclear y física cuántica. O sea, NADA. Traté de integrarme a ese apasionante mundo (de que es apasionante, lo es), pero nunca pude. Y cuando traté de hacerlo, sólo me trajo desgracias, licencias médicas, mareos y preocupaciones de que mi pobre cabezota haya sufrido mucho el impacto de ese golpe en seco. Pero weno, eso pasó hace muuucho tiempo.

Fother Muckers en Hora 25 de TVN...


¿Por qué digo toda esta sarta de incoherencias? Porque el ver este afiche que estoy subiendo me hizo pensar sobre varias cosas. Pero la principal es esta. Es uno de los mejores afiches que he visto en mi vida. Y da promoción al show que tendremos este sábado 24 de mayo en el Bar Onaciú, en Loreto 460 en el barrio Belalvista. Y este show será especial, ya que tendremos invitados de honor: nuestros amigos de San Carlos, La Saint Charlestown, que nos han recibido ya en 2 ocasiones con la mejor de las hospitalidades. Ellos debutarán en la capital este sábado y presentarán en vivo su primer disco, Rock De Pueblo, así que trátenlos con cariño. Y tocaremos un set más extenso que la otra vez, lo juro.

Nos vemos el sábado.

1 comentario:

noesmasqueblabla dijo...

Jaja... yo tampoco he sido asidua a los video juegos y acá me ves reporteando acerca del Nintendo Wii.