viernes, julio 20, 2007

Sobre Fother Muckers, los compromisos, las guitarras y la playa.


Se van acabando las vacaciones, pero estos días han sido más reponedores que la mismísima miércale. Partiendo por el furioso show que los auténticos Fother Muckers dimos el Sábado pasado en el Whitetrash nuevamente. Por cierto, nunca está de más recordarles que visiten el My Space de Fother Muckers, y el Fotolog. Pronto se viene con todo la págia oficial. Si la visitan ahora, pueden encontrar un monito alusivo que sea, y un par de links conocidos. Me comprometo a hacer las gestiones para que la página ande como corresponde.

Y la foto que subo da cuenta del Whitetrash… pero de una fecha distinta. Sí, tal cual: tocamos 2 veces seguidas en el Whitetrash, en plan de fiesta. Y me imagino que saben para donde va ese contexto de fiesta: primero, se toca; y se toca con fuerza y ganas, ya que todo está como para celebrar. Y luego, se baila hasta el cansancio. Y el único gran problema para el músico en una tocata con fiesta es que el carrete para uno parte de temprano, con toda la gestión: instalar, probar sonido, prepararse sicológiamente, esperar a que sea la hora de tocar y subirse al escenario para entregar la vida completa. Mucha energía para después, más encima, ponerse a bailar. Al final, todo depende del alcohol, el jugo y la adrenalina con la que uno ande. Al menos el Sábado, terminé raja de cansao. Y así no se puede bailar. Me comprometo a hacerme de energías y reunir el jugo suficiente para sacarle lustre a las pistas de baile.

Es que más encima el Domingo temprano nos íbamos a la playa. Y nos fuimos a la playa el Domingo. Llegamos justo para ver el partido de Chile de la Sub 20, ese en que olearon a Nigeria. Yo no sigo el fútbol ni por si acaso. No tengo idea de sus reglas, ni de la calidad de jugadores, y tampoco sigo ningún equipo. Pero sí reconozco que el fútbol despierta una pasión demasiado inconmesurada para ignorar. Ahí veía yo a mis bandmeits y al bozz, absortos en el partido, angustiados al ver que el partido se alargaba y eufóricos celebrando cada gol. Esa celebración por la vida es la misma que veo en conciertos masivos, donde un montón de almas se juntan por una sola razón. Y ahí está la hermandad del fútbol con el rock. ¿Qué mejor ejemplo que un show de La Renga o de Bruce Springsteen? Me comprometo a entender mejor el que dicen que es “el más lindo de los deportes”, a pesar de que estoy viejo ya.

Ese viaje fue de absoluta relajación. Durmiendo hasta la hora que a uno se le antojara, viendo películas, escuchando mucha música, expuesto a vistas inmejorables y respirando un aire distinto. Y pude comprobar algo: el frío de allá en la playa no es el mismo que el de acá, el valle de Santiago. Parece que el estar encerrados entre cerros nos afecta de mala manera. Pero, en la playa, ese mismo frío se filtra por la presencia del mar y de mayor naturaleza que acá en la capitale. Mili ayer me decía que yo pensaba eso exclusivamente porque no vivía al lado del mar y que todos los turistas se vuelven locos ante la presencia de playa y costas. Pero nadie me saca el recuerdo de un verdadero Shangai-la allá en El Consistorial. Y la guitarra de viaje, esa pequeña sobreviviente, acompañó a cada momento. Me comprometo, como una vez lo hice, a seguir tocando.

Esta abre un disco del viejo y querido Neil Young que se llama On The Beach...


Y no es primera vez que me pasa: la experiencia me dice que mientras más viejo me pongo, disfruto mucho más de las salidas. Con mi familia siempre salíamos todos los veranos por, al menos, unas 3 semanas. Cada verano salíamos hasta que tuve 17 años. Yo mismo decidí no seguir saliendo y los viajes empezaron a disminuir. Creo que llevamos 10 años sin veranear todos juntos y estuve por 7 años sin volver a la playa (recién volví para un paseo con mi curso de la u, en segundo, por allá por el 2005). Ahora, siento que debo destinar un tiempo que sea para viajar. Mi psiquis me lo pide con mayor urgencia. Me comprometo a salir fuera de Santiago con más frecuencia.

Veo la foto y no puedo creerlo: puta que se ve linda mi guitarra!!! La pobre guitarra que tiene unos 11 años, en la que aprendí a tocar a puros tropiezos y a ciegas. La pobre guitarra que recibí una gran cantidad de porrazos y golpes contra el piso. La guitarra que lleva un sticker de Weichafe (que celebrarán con todo su décimo aniversario como banda, en un gran show gran el Sábado 4 de agosto, en el galpón Víctor Jara de plaza Brasil), un sticker rojo con la tremenda “W” puesta, que me recuerda la pasión, la garra y la honestidad con la que uno siempre debe contar en la vida; la misma guitarra que regresó de la muerte prematura el año pasado, re-armada y re-vigorizada desde las cenizas y esperando su próxima revitalización. Lo sé. Quiero comprarme una nueva guitarra y darle con todo; pero no por eso dejaré a mi querida de lado. Me comprometo a irla mejorando de a poco y nunca botarla a la basura.

Un gran rompedor de guitarras...


En casi cinco mil caracteres, me comprometí a no pocas cosas. Como que asusta, ¿cierto? Y es que los compromisos están hechos para cumplirlos. Me comprometo a cumplir los compromisos.

2 comentarios:

noesmasqueblabla dijo...

Mis vacaciones reponedoras recién están empezando... cuando queda apenas una semana más de vacaciones... damn... siento que no alcancé a descansar de verdad.

facmedicinaveterinariauss dijo...

Hola Hector, me informaron que me contactara con ustedes por el asunto de un baterista, soy Cristian Soto U. ex baterista de Primavera de Praga (del 1er disco), te dejo mi mail y mi celular haber si estamos en contacto, suerte y exito en todo, nos vemos.

mail: tatan525@hotmail.com
cel: 99679180