domingo, octubre 28, 2007

The Who Sell Out


Unos adolescentes Beatles rayaban con Radio Luxemburgo, al igual que muchos cabros de Inglaterra. La Radio Luxemburgo era una de esas radios pirata que pasaban todos esos rocanroles que formaron mentes, espíritus y actitudes. Otra de las radios emblemáticas del mundo pirata era la famosísima Radio London, que tenía personalidad y jingles memorables, al menos dejando el recuerdo grabado para siempre en su audiencia. Y The Who, en 1967, tributó toda la mística de las radios piratas de rocanrol en su disco conceptual The Who Sell Out, una verdadera muestra de música popular, jingles y cultura pop. La primera vez que escuché el The Who Sell Out fue en la Radio Futuro, en ese gran programa que era Hard Rock Café, de mi amigo Carlos Costas, hace ya ocho años.

Viéndolo en perspectiva, y para lo que ha sido la carrera de The Who, este disco es de transición entre el power de banda especialista en hacer singles de 3 minutos de duración y perfecto pop y la banda comandada por un genio con ambiciones estratosféricamente altas a la hora de contar historias en forma de ópera. Pete Townshend sentía la necesidad de plasmar en visiones amplias esas historias que podrían cubrir todos los espectros posibles de emociones. Y lo logró en Tommy, una de sus obras maestras. Pero en The Who Sell Out, Townshend y compañía se enfocaron en la radio para el concepto. Y lo lograron de maravillas.

Las canciones de The Who van palmo a palmo con las típicas promos de Radio London y muchas cosas que los mismos Who iban construyendo para dar con una idea de continuidad radial, tal como si estuviésemos sintonizando radio London. Y el resultado, al comienzo es de lujo: una continuidad original de Radio London le da el paso a la primera canción, la muy acordemente sicodélica Armenia City In The Sky, si pausas, otro recordatorio de la “wonderful radio London”, pero la que sigue noe s una canción tradicional, sino que una especie de comercial llamado Heinz Baked Beans, la marca de frijoles que podemos ver en la sección de la potada donde sale el vocalista Roger Daltrey. Pegada (recordemos que, supuestamente, escuchamos una radio con continuidades y música non-stop :P), la maravillosamente lúdica Mary Anne With The Shaky Hand.

Una fanfarria de batería de la Radio London le da el pase a la canción Odorono, la marca de desodorante que vemos en la sección de Pete Townshend en la portada, cantada por él mismo, en un tono casi melancólico, el mismo tono que se mantiene en la preciosa continuidad de Radio London que le sigue pegada. La delicada y ominosa a la vez Tattoo se volvió una de esas joyas en vivo que rara vez se daban (revisen sus Live At Leeds ;)). Un coro de iglesia promociona la Radio London y sigue otra cantada por Pete, Our Love Was. A continuación, breves comerciales antes del que fue el único single de este disco, la clásica I Can See For Miles, que tiene una progresión de acordes y estructura demasiado atractiva como para dejarla pasar, de esas que te llama a sacar en guitarra de inmediato y a, obviamente, sacar esos bajos ultra elaborados y protagonistas de ese maestro que era el gran John Entwhistle, uno de los pocos lead bajistas de la historia.

The Who en el show de los Smother Brothers...


Y el lado A llega a su fin.

El Lado B sólo contiene una continuidad al inicio. Lo que queda del disco son sólo canciones, pero no simples canciones. En ellas, vemos los ensayo-error de Pete Townshend en busca de la ópera rock perfecta, con pequeños fragmentos, frases que parecen al aire pero que no son al aire, y canciones que no son tan fáciles de digerir ni incorporar a tu sistema, claro que ocupando muchos guiños de su esencia británica, el corazón de todo este asunto. Claro que eso no se nota en la adictiva I Can’t Reach You, nuevamente con pete en los lead vocals, una más de esas canciones con espíritu de single de 45 rpm. Después, un comercial para Medac, la crema para el acné que luce Keith Moon en su área de la contraportada.

El resto, las canciones de ensayo para esas futuras ideas de opera rock, con el sonido característico de la bandas británicas de la segunda mitad d e los 60, esa sicodelia con leves toques de distorsión, todo bajo una estructura de canción popular. Ese toque lo encontramos en la notable Relax, que hasta teclados tiene, cortesía del maestro cesionista Al Kooper (el que pasó a la historia con el teclado que grabó en Like A Rolling Stone, del troesma). Silas Stingy tiene esa métrica ultra británica en el fraseo y una percusión brillante del señor Moon.

Después de una relajada y casi solitaria por parte de Townshend Zuñirse, viene el apoteósico final con el intento de ópera rock llamado Rael 1. Y Rael, era que no tiene su historia detrás: un “capitán” es traicionado por su tripulación en pleno rescate de Rael. En lo musical, encontramos las primeras ideas de los instrumentales de lo que se convertiría en Sparks y Underture en el Tommy. Rael 1 alcanza casi los 6 minutos y cierra con un extraño sonido de despedida, el comercial de Track Records, cerrando el boliche y la transmisión de Radio London.

Les recomiendo que escuchen la edición remasterizada de 1995, que viene con unos 10 tracks más, entre los cuales se cuentan canciones descartadas y más comerciales (Coca Cola incluido), aparte de una versión refrescante de Mary Anne con el keyboard de Al Kooper como protagonista y la noción de que Radio London podía seguir y seguir andando.

Cómprelo, consígalo o bájelo. So no importa, con tal de echarle mano al The Who Sell Out. No se arrepentirá.

2 comentarios:

noesmasqueblabla dijo...

Yo quiero esos mega productos.

@lasnibat dijo...

"I can see for miles" es el tremendo tema!

SalU2
T.