viernes, febrero 29, 2008

Sobre el rock muerto, la comunicación, la elite y la calle.


Es bienintencionado creer en el rock como una forma de ver al mundo y la respuesta a todas nuestras dudas sobre la vida, la existencia y el destino. Como si fuésemos superhéroes con poderes especiales en nuestra sensibilidad con la guitarra, las palabras y las canciones, tomándolas como armas más que suficientes para cambiar el mundo. Y nos lo creemos por toda una eternidad… si nos mantenemos viviendo en una burbuja. Seguir creyendo los clichés que nos ha dado la historia del rock y esas banderas de liberación es mantener la burbuja lo suficientemente inflada como para quedarnos cómodos ahí.

Cuando dicen que el rock está muerto, está más que justificado. El rock, como forma de expresión, perdió algo con lo que se originó su esencia primitiva, la rebeldía. El cuestionar lo que te rodea, el no tragarte lo que te dan para que todos tus sentidos consuman, el ser tú… tantas otras frases que el rock, como movimiento, hizo suyas, ahora sólo decoran las lujosas paredes del salón de la fama del rocanrol, en Cleveland, donde hay un museo dedicado a poner en un altar a los clásicos de todos los tiempos según el consejo que los elije. ¿Cómo mierda se forma un comité para eso? La respuesta es sencilla: el rock ya es parte del sistema. El rock ES el sistema.

En el momento en que facturó su primer billón de dólares (mediados de los 70, quizás antes), la cosa se acabó y se alejó definitivamente de la calle, de lo urbano y lo cotidiano. Lo que alguna vez tuvo una bonita intención detrás, prefirió el abuso del merchandising para asegurar los millones producidos. Y de ahí pasamos a algo mucho peor, la sobreintelectualización del rock como herramienta. Toda la parte pura, por decirlo de alguna manera, se fue a la mierda al momento de convertirse en algo tan de elite y, por consecuencia, con pretensiones “artísticas”. Siempre he reído que, en el momento en que empiezas a usar la palabra “arte” de forma deliberada y con tanta conciencia, ya no estás haciendo arte. Cuando quieres que tu musiquita, tu librito, tu peliculita y toda tu mierdita sea consumida tan solo por tu grupo de amiguitos, es el momento en que perdiste tu alma al vendérsela al diablo.

¿Qué tiene de malo que una banda como La Renga llene y llene estadios y se de el lujo de no solo no buscar difusión en medios, sino que los mismos medios los busquen? Se convirtieron en fenómeno de masas sin perder el norte ni olvidarse de sus raíces de barrio, sin abusar ellos mismos de eso. Todo fue creciendo de manera honesta, al igual que con Bruce Springsteen, quien aún tiene la fibra social en sus venas y sigue escribiendo con la mirada puesta en el prójimo, es por eso que sus conciertos derrochan energía pura, sin contaminación alguna. También pasa con Pearl Jam, quienes son lo suficientemente sabios para envejecer como el vino, cada vez mejores y teniendo en claro de que, si tu intención es llegar a todas las partes posibles con lo que haces, tienes que trabajar con gente con la que en algún momento te dio una pataleta. Pero tanto ellos como Springsteen y Neil Young, son capaces de asumir postura política en un mundo cada vez menos interesado.

Pearl Jam activista...


Pareciera que todo el espíritu de calle y de participación ciudadana quedó relegado al mundo del hip hop. Y pareciera que de ahí estuviesen saliendo plumas que vale la pena leer. Ahí no se usan palabras como “arte”, “poesía” o “revolución”, tan manoseadas por el rock como movimiento estilístico. El hip hop será todo lo chulo, excesivo y sucio que se quiera, pero tiene toda la calle que el rock perdió al venderle su alma al diablo. Demás que llegará un momento en que al hip hop le pase lo mismo, pero al menos sangre no le falta. La misma sangre que tenía Víctor Jara o Violeta Parra, dos estándares a los que nuestro entorno les preocupa más de usar como chapitas hype que difundir su obra.

Bruce Springsteen en 1975...


El que el rock se haya vuelto de elite es síntoma del exceso de estímulos de los jóvenes de hoy. A nosotros nos tocó fácil, al menos a muchos de nosotros. Si no fue por la buena cuna, la aparente calma social. No sé a qué se deberá el miedo al riesgo de verdad, la verdad que ignoro las razones. Pero no es una wena señal el que se quiera encerrar lo que se hace a un reducido círculo de las mismas personas de siempre. Es un círculo que se pudre rápidamente, si es que ya no está podrido. Pero en eso nos equivocamos. Las cosas, en esencia, no han cambiado. Sigue habiendo cosas que están mal, injusticias, robos, alucinaciones y desdén. Material suficiente para querer escribir algo y comunicarlo.

No nos volverán a engañar...


Al final, todo se remite a la comunicación. Esa que se encuentra en la calle. La de las pasarelas de moda y los lugares hype, esa no es comunicación sino que abstracción. Romper la guitarra, tal como se dio cuenta el maestro Pete Townshend, dejó de ser una protesta y pasó a ser un espectáculo rutinario. El cliché mismo. Un chiste. Al menos sé que Homero Simpson no vende pomadas y que le gusta The Who y Grand Funk y no me sermonea al respecto.

jueves, febrero 21, 2008

Sobre Fother Muckers, veintisiempre y otras cosas ná que ver.


Veintisiempre.

No recuerdo a quién le escuché esa palabra, pero me causó mucha gracia el toparme con ella, como pa referirse a los 27 años recién cumplidos. Y puta que lo pasé bien en la celebración del día sábado. Si revisan los archivos de este cada vez más abultado y menos actualizado sitio, podrán ver que ya subí textos sobre mi cumpleaños y demases ( http://www.fotolog.com/hecrock41/9119007 y http://www.fotolog.com/hecrock41/11047479 ), así que no me referiré mucho al tema, salvo por el hecho de agradecer nuevamente la presencia de la familia y los amigos que me acompañaron ese día, a la gente que llamó, mandó mensajes y posteó un saludo acordándose de que, hace 27 años, llegué a este mundo. Se pasaron, en serio.

Veintisiempre es como 27, está clarito. 27 es múltiplo de 3 y, obviamente, de 9, el número con el cual John Ono Lennon tenía una fijación considerable. Siempre creó que el numero 9 dominaba su vida, hay algunas coincidencias que podrían avalar esta teoría. Por ejemplo, nació a las 6:30 de un 9 de octubre (6+3=9 :O). El primer grupo que John tuvo se llamaba de Quarrymen, palabra de 9 letras. Brian Epstein vio por primera vez a los Beatles un 9 de noviembre de 1961 y les aseguró su contrato con la Parlophone un 9 de mayo de 1962; algunas de las canciones escritas por Lennon involucraban al nbúmero 9 (Nº 9 Dream, Revolution 9, One After 909). Él mismo siempre bromeaba con que el coro de uno de sus himnos tenia 9 letras (“all we are saying is give peace a chance”). Cuando fue a Las Vegas, Lennon le apostaba siempre al número 9, a pesar de perder todo el rato; si bien murió en la noche del 8 de diciembre de 1980, en su Inglaterra natal ya era 9 de diciembre. ¿Habrán sido puras coincidencias? En todo caso, Lennon era bastante supersticioso.

Nº 9 Dream...


La foto que subo ahora es de noviembre, de la sesión de fotos para ilustrar la entrevista/reportaje que nos dedicaron la gente de Zona de Contacto ( http://www.zona.cl ). Y esta en particular, donde yo estoy como boxeador siendo alentado por mis banmeits, fue la foto de encabezado de ese reportaje (que está acá: http://www.zona.cl/historicos/2007/11/20/Musica.asp ). Recuerdo muy bien la previa: “haz como que eres un boxeador en la esquina del ring y que el resto sea tu equipo técnico”). Prácticamente irrisorio y rayando en lo absurdo, pero divertido igual. Total, así son las sesiones de fotos, como un resfriado, incómodo pero necesario. Al menos, las que sacaron quedaron muy wenas. Y tuvimos una sesión de fotos promocionales de lujo, y se pasó bien en el rato.

El primer video...


Ya estamos teniendo presencia en medios los auténticos Fother Muckers: un par de veces en la Rolling Stone chilena, en la de diciembre de 2007 elegidos la “banda hot” de 2007, y en la de enero de 2008, con el No Soy Uno entre los 50 mejores discos de 2007; así, sin anestesia, recibiendo pergaminos. Una nota en la TV Grama (así es, tal cual lo está leyendo, en la TV Grama) de hace un par de semanas, de 2 páginas y con fotos tipo póster, sin ser póster. El video de Tres Caras Largas, que fue estrenado a fines de noviembre por los cabros de la Zona.cl, ya tiene rotación en ViaX; aún no me acostumbro a verme en la tele, es demasiado surrealista, pero lo disfruto como cabro chico, igual es re cuático. Y Fuerza y Fortuna, segundo single del No Soy Uno, está como destacado en la Rock And Pop, en la sección “Avanzada”. Y lo están pasando con cierta regularidad, según pude comprobar. Si verse en la tele da una extraña sensación de goce curioso y extraño, escucharse en la radio es derechamente un deleite. Dan ganas de subirle a la radio de la pieza o al personal radio cuando se va por la calle caminando. Y esa sí que la disfruto mucho; aún recuerdo cuando me pasó la semana pasada, fue demasiado la raja (como pa una lista de los 5 mejores momentos, a lo Charlie de Lost :p). Y puta que se escucha la raja en radioooo!! Si gusta (y si le gusta), pídala a la radio, me imagino que en la página web ( http://www.rockandpop.cl ) deben salir las coordenadas para comunicarse con ellos.

Un en vivo de San Carlos...


Algunos golpes recomendados:

Escuche a los Traveling Wilburys, uno de esos grupos formados de la casualidad y con toda el alma del Dark Horse en su esencia. Si puede, vea el documental de Tom Petty & The Heartbreakers, Runnin’ Down A Dream, un extenso material con TODA la historia de uno de los weones más íntegros dentro del rock. Vaya a ver Sweeney Todd y No Country For Old Men (esa es autorrecomendación). Y vea Lost, que está más wena que la miércale; hoy en al noche pasan en gringolandia el capítulo 4 de la 4ª temporada. Y, si puede, vaya a un show en vivo al aire libre. Tocan Weichafe, EL Cruce y Damajuana. Todo parte a las 11 de la mañana en el Centro de Eventos Monte Claro, en el Paradero 12 de Camino Lonquén, y el acceso cuesta 5 lukas. Los shows en vivo parten tipo 4 de la tarde y previo habrá carrete, lugares para hacer asado, derecho a usar piscina, etc. Se ve entretenido y todo termina temprano, tipo 9. Como pal knock out.

lunes, febrero 11, 2008

I'm Not There.


Queda exactamente un mes para la segunda visita a Chile del troesma Dylan, en el marco de su Neverending Tour, la misma que inició hace mucho tiempo y de la cual pareciera no cansarse nunca. Dylan, con 66 años y a punto de cumplir los 67, se mantiene más activo que nunca entre shows en vivo, vueltas por el mundo, programa de radio, memorias volcadas en crónicas y revisión generosa de su material en vida. Lo más reciente es un DVD con sus presentaciones filmadas del Newport Folk Festival, en un soberbio trabajo del realizador Murray Lerner, titulado apropiadamente The Other Side Of The Mirror. Lo único que faltaba era una biopic, género tan de moda por estos años de revisionismo a íconos culturales y populares.

Cuando se supo del proyecto de biopic sobre Dylan, no se sabía qué esperarse de él. Menos aún si el hombre a cargo de tamaño proyecto era el director Todd Haynes, conocido por su visión del glam en Velvet Goldmine y la tragedia tras la belleza en Far From Heaven. Haynes, fanático confeso de Dylan, retomó la vieja costumbre de hacerse cassettes compilados con canciones del troesma y, de a poco, haciéndose de cuanto bootleg pudo, desde la colección del Basement Tapes completa (el epítome del inédito) hasta los Bootleg Series que comenzó a sacar la Columbia a comienzos de los 90, con verdaderas joyas perdidas en el estante como Blind Willie McTell. Como todo dylanita, Haynes comenzó a darle su sentido personal al gran legado del troesma, elaborando una cada vez más compleja línea argumental.

El Trailer...


De a poco fue dándole forma al relato, pero la idea de Haynes llevó el concepto a otro lado, distinto al de una biopic promedio. Para Haynes, relatar la vida de Dylan de forma lineal no le haría justicia a su legado y lo más justo sería el poder retratar de manera efectiva esa característica tan evidente en Dylan: el cambiar constantemente, el nunca ser uno, sino que miles a la vez, ir mutando con los días, meses, años y eras. Es eso lo que Haynes quiso plasmar en I’m Not There. La película, era que no, está plagada de referencias al mundo (o mejor dicho, a los mundos) de Bob Dylan. Letras, personajes, períodos, citas. En I’m Not There, Haynes destruye la línea temporal y elige contar una historia desde la vereda de las vísceras en lugar de la lógica. I’m Not There privilegia el cambio de texturas y la multiplicidad de voces por sobre un único tono o un solo protagonista.

Y acá son seis: Un niño negro de 11 años llamado, al menos lo que dice él mismo, Woody Guthrie (Marcus Carl Franklin), la estrella folk Jack Rollins, que deja todo para convertirse en el pastor John (Christian Bale); el actor que interpretó a Rollins en la biopic Grain Of Sand, Robbie Clark (Heath Ledger, Q.E.P.D.); el joven y cuestionado poeta Arthur Rimbaud (Ben Whshaw); el ídolo folk que tomó la guitarra eléctrica y fue vapuleado, Jude Queen (Cate Blanchet); el forrajido que se retira al campo, Billy The Kid (Richard Gere). Esos son los Dylan de Haynes y a la vez no lo son. Cada uno de ellos representa ciertos aspectos de Bob Dylan, determinadas etapas, particulares fibras. Distintos personajes para tratar de construir a la persona, si poder lograrlo del todo. ¿Tiene que hacerlo?

Mientras la historia del Woody de 11 años recorriendo los Estados Unidos con la guitarra de palo al hombro está llena de colores y pod´ria ser de cualquier otro personaje, el Londres por el que Jude viaja de gira parece sacado de 8 1/ 2 del gran Fellini y es la sección que representa de manera más fiel el período del Dylan eléctrico, en gran parte gracias a la interpretación de Blanchet, digna de todos los premios de este año. A su vez, el tono de documental de la sección de Rollins y su forma casi caricaturesca de presentarse no tiene nada que ver con el ocaso de la relación de Robbie con su esposa (Charlotte Gainsbourg), con varios cortes del Blood On The Tracks de fondo, tan crudo que no se puede creer. El jóven poeta Rimbaud suena tan sabio como debe ser el forrajido Billy, quien huye de todo aquello que lo atormenta, del mundo acosador. Y ninguno de ellos es Dylan, no señores.

Otro trailer...


La presencia más evidente del legado del troesma en I’m Not There corre por cuenta de la música en la misma película, ya sea en las originales o en versiones correctamente realizadas por notables de la escena actual (Sonic Youth, Eddie Vedder, Jeff Tweedy, Yo La Tengo, Calexico, Jim James, la superbanda Million Dollar Bashers, etc), quienes cristalizan la esencia de las composiciones de Dylan. Pero el que más sorprende dentro del soundtrack es el mismo Dylan junto a The Band, en el track que da nombre a la película, y que había permanecido inédito hasta ahora.

Si no ubicas algunas referencias claves, I’m Not There te resultará incomprensible. Aún así, si conoces varios de los guiños, necesitarás ver la película una y otra vez. Yo voy por las 5 veces y se le disfruta siempre. Si la estrenasen en el cine acá en Chile, iría de todas maneras. Por mientras, me preparo para verla por sexta vez.

martes, febrero 05, 2008

Sobre Fother Muckers en vivo, rocanrol, disco y trabajo.


El fin de semana pasado fue sencillamente espectacular. Tocamos viernes y sábado, el viernes 1 acá en Santiago y el sábado 2 en San Carlos, con estadía hasta el domingo en la noche. El viaje fue de lujo y todo lo que involucró también. Es por eso que no puedo sino que partir este texto/volada agradeciendo a los cabros de la Saint Charles Town, nuestros incombustibles amigos de San Carlos, cuna de Violeta Parra y Ángeles Negros, quienes siempre nos han dado nada más que wenas vibras.

Poderosos, intensos, enérgicos. Me enorgullece poder ver que lo estamos logrando cada vez más: vamos convirtiéndonos cada vez más en un show en vivo digno de ver. En el caso específico del par de shows del fin de semana, una partida sin respiro con Los Ases Falsos y Fueron, un par de cobres como lo son Birthday de The Beatles ambos días, I Looked Away de Derek & The Dominos el viernes (por encargo) y I Fought The Law en clave The Clash (de puro gusto nomás), una triada de lujo de Aunque Todo Salió Mal (con sorpresa), La Culebra y Explorador (es la raja que canciones nuevas se mezclen con una del primer disco), momento sutil con Cajas y Paneles y cierre con Fuerza y Fortuna… así son los shows que me gusta tocar. Y lo mejor de todo es que la energía de esas primeras tocatas, cuando sonábamos mal y tocábamos pésimo, sigue ahí, pero ahora con la seguridad que el tiempo y el trabajo tanto en equipo como individual dan. Definitivamente, este cuarteto de Cristóbal – Héctor – Simón – Martín es todo un bólido de rocanrol en vivo.

Long Live Rock...


La foto es precisamente del show que dimos en el Bar de Marco el pasado 2 de febrero, ante un local lleno y cargado de rocanrol, partiendo por esos compilados que ponían de calados del rock clásico. Y debo reconocer que me encanta ver pegados a Black Sabbath, Ac/Dc, el Born To be Wild de Steppenwolf y tantos otros que se me han quedado grabados en la mente gracias a la exposición adolescente a radios de rock. El punto más alto era en cuarto medio, cuando funcionaba la etapa Rock y Guitarras de Radio Concierto, y la Futuro seguía dando el “mejor rock de todos los tiempos”. En días de personal estéreo con dial análogo, había que dar muchas vueltas a la perilla para ir de la Futuro a la Concierto y de la Concierto a la Futuro. Lamentablemente, en tiempos de listas de mp3ses y de descargas de discos en la que todos estamos inmersos, la radio pareciera importar cada vez menos. Realmente, ¿cuántos de nosotros seguimos escuchando radio religiosamente, si gracias a la tecnología podemos acceder de manera personalizada a lo que queramos? Hemos perdido la capacidad de asombro para sentarnos a disfrutar un wen disco; ahora sólo revisamos los archivos de una carpeta de mp3 y vemos si nos gusta o no. Es por eso que embarcarse en una empresa como la de editar un disco y lanzarlo tiene más de romántico que de práctico. ¿Quién chucha va a comprar un disco si ahora casi nadie lo hace?

Y nosotros lo estamos viviendo en carne propia todo esto. Recién hace menos de 2 semanas que el No Soy Uno está disponible en Feria Del Disco a un precio de … 9 mil pesos! (véanlo ustedes mismos acá: http://www.feriadeldisco.cl/cgi-bin/wspd_cgi.sh/WService=wsPFDD/MIXartista.htm?pr_partID=000000397908 ). Ya estamos dentro de la maquinaria, aunque no lo queramos. Desde el minuto en que decidimos grabar un disco para que la gente lo escuchase y después hacer un trato con un sello para distribuirlo, esto se transformó en un trabajo. En el mejor trabajo del mundo, obvio. Pero un trabajo con todo lo que conlleva.

¿Qué conlleva este trabajo? En primer lugar, tocar y toar mucho. Tocar como política de vida. Idealmente sin respiro, haciéndose una agenda nutrida de fechas. Aún no estamos en condiciones de decir que no a las opciones que tenemos para tocar en vivo, eso recién se logra con más tiempo de rodaje en vivo. En segundo lugar, no perder de vista el norte en cuanto a la creatividad se refiere, ir siempre más allá y mantener el bichito de la curiosidad como norma: en el momento en que se descubre una fórmula, se pierde el sentido de la vida. Tercero, y lo más odioso para muchos, las gestiones no-musicales: aunque se tenga manager y alguien que vele por tus intereses, hay que tener en cuenta que, sobretodo cuando se parte, no es recomendable cerrarse ventanas solo. Sé que es un fastidio, pero el ser llorón al respeto ni siquiera se asoma como solución. Hay que ir al frente nomás. Y, sobre todo, tener en claro qué quieres hacer. ¿Adónde queremos llevar todo esto? ¿A cuánta gente queremos llegar? En fin, ¿qué queremos con todo esto? Es importante tenerlo en claro.

Un ejemplo del trabajo: Fother Muckers en la tele...


Por mientras, a vivir febrero como un break. Recién en marzo volvemos al ruedo de shows en vivo. Ya les estaré avisando. Por mientras, si quieren conseguir el disco a tan sól 6 mil pesos, manden mail al fmuckers@gmail.com con el asunto “JULITO TE EXTRAÑO”. Teniendo a los primeros cincuenta inscrit@s, organizaremos algo para hacer entrega de los discos. Avisen nomás.

Nos vemos.