viernes, junio 27, 2008

Sobre un breve paseo por las sesiones en El Consistorial.


En un principio, mi idea era la de ir escribiendo un diario para ir registrando el proceso de grabación. Rápidamente, me di cuenta de que sería demasiado intenso el proceso. Las sesiones de grabación eran extensas. Estábamos todo el día en eso; cuando no se grababa una parte, se ensayaba y preparaba la siguiente. El calendario lo cumplimos al pie de la letra y de forma intensa, lo que nos daba pocas ventanas. Salvo por contadas veces (partido de Chile, celebración de cumpleaños, algún video entremedio), pasábamos de largo grabando. Y rindió frutos. En ese sentido, fue el compromiso de Ángelo a la hora de grabar el que nos motivó cada jornada. Su paciencia, sabiduría, oído y gusto musical, disposición y ganas fueron uno de los pilares en estos días de grabaciones, los que partían bien temprano, entre 9 y 10 de la mañana, y se extendían hasta pasadas la 1 o 2 am fácilmente. Incluso, hasta más tarde podían extenderse las sesiones.

Yo alcancé a estar el primer día, el domingo 15 de junio, donde 4 bases quedaron listísimas. 3 canciones que nos sabemos de memoria y una más nueva, que tenía el groove suficiente para sostenerse por sí sola. Después, me tuve que volver a Santiago para cumplir deberes. Mientras yo estaba acá, el resto seguía trabajando. Cristóbal y Simón iban avanzando en ideas concretas para las bases que seguían y Martín aplicó el acelerador definitivo por sus compromisos en su pega. De viaje, hizo varias de sus baterías. El miércoles temprano debía volver a Santiago, así que si no lo hacía, todo se atrasaría. Pero Martao le puso corazón y entregó unas baterías de lujo, un pulso magistral y toda la entrega que ustedes le han visto en vivo con Fother Muckers.

De inmediato, y tras una calurosa bienvenida, a grabar guitarras. Explorador era la partida lógica de grabaciones de guitarra. Y en esto hablo por mi cuenta: el proceso de grabar guitarras es más lento de lo que uno podría pensar. Primero, acostumbrarse al tempo de la base. Segundo, a cuidar la afinación a nivel milimétrico. Tercero, a relajarse frente al micrófono. Y una guitarreada prolongada en la madrugada, a 3 guitarras y todos cantando, con el ambiente relajado y listo para enfrentar un arduo día de trabajo. Al menos, para mí.

Para la guitarra de La Culebra, el relajo ayudó mucho a motivar, incluso, nuevos arreglos. Ese jueves casi fue exclusivo de guitarras. Con Ángelo no somos asiduos al fútbol, pero el resto sí. Ya había llegado Gonzi para grabar las baterías que faltaban, pero el partido de Chile con Venezuela tiraba. Mientras los cabros celebraban los goles, yo con Ángelo grabábamos guitarras. Hasta me di el gusto de incluir un par de líneas de mi guitarra vieja.

Con Gonzi sentado en la batería, venía uno de los 2 desafíos: la base de una canción que fuimos a buscar allá, de la cual no diré nombre para mantener el factor sorpresa. Sólo teníamos la idea principal de Cristóbal y sobre eso se fue trabajando. Gracias al pulso preciso de Gonzi, la idea se fue concretando, pero el proceso fue un poco más sufrido. Pero nada que una agradable cena y una jammeada beatlesca entremedio no pudiesen solucionar. Con el sábado ya a cuestas, uno de los momentos más mágicos que he vivido: ver la evolución en tan solo unas horas, de una canción. Una nueva, claro está. Y con los 4 grabando juntos. Simao en el bajo, Crisantemo en la guitarra eléctrica, Gonzi en la batería y yo en la guitarra acústica, con Pierato como un motivador como pocas veces he visto. Un pulso exquisito y mucho espíritu, más el trabajo arduo, nos regaló una nueva canción que ya escucharán.

Después, la celebración. Visitas desde Santiago y un cumpleaños feliz al Pihuelo, con música de fondo, conversa relajada, ambiente familiar y karaoke de ebrios al final, con champañazo (de botella de champagne) incluido. El domingo trajo el asado del wen Jorge, y un paseo a la playa. Afortunadamente, el ritmo intenso de las grabaciones nos permitió un día de distensión. Sin embargo, ya en al noche reanudamos las grabaciones. Un solo de aquellos y arreglos en las acústicas siempre son bienvenidos, sobretodo si adelantan trabajo para después.

El frío lo paleamos con té, cigarros y comida. Ya sin calefacción, esta última ayudó a combatir un poco el frío intenso de la playa, que puta que es crudo en estas fechas. Las últimas guitarras y la revisión general y exhaustiva de cada base completarían el cuadro y el panorama del par de días que quedaban. Y, obviamente, tertulia sobre la vida, la música, el amor, los anhelos y todas esas cosas que nos mueven en la existencia. Todas esas cosas que hicieron de la convivencia en estos días algo agradable.

Ahí está. Me contuve mucho de contar tanto detalle para entregar, en 5 mil caracteres, una pincelada de lo que fueron esos días allá en El Consistorial. Muy pronto, estarán escuchando los resultados. Por ahora, prepare sus fuerzas para ir a vernos en vivo el viernes 11 de julio, a la Sala Master, junto a Jirafa Ardiendo. Más info, pronto. Nos vemos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

To the author of this blog,I appreciate your effort in this topic.

Totis dijo...

Estan bacanas las fotos.

(Cosa que no podia decir en el fotolog, no las habia visto)

Copiaría lo que puse ahi, pero pa que.
Chao!

noesmasqueblabla dijo...

Que barbón Simón!