viernes, agosto 11, 2006

Un archivo reciente: Festival Quieres Rock Volumen 1 del sabado.


La foto, como deben ya saberlo, es de Wiechafe. En unr ato más, vana subirse nuevamente al escenario de La Batuta. Pero esta no es una tocata más, sino que el cierre de un ciclo: la promoción en vivo de su tercer disco, Pena De Tí. Después del show de hoy, se dedicarán de lleno al cuarto disco.

Lamentablemente, me lo estoy perdiendo. No pude ir por cansancio, falta de plata y cabeza en otro lado. Ya les estaré contando con más detalle. Por ahora, otro archivo, esta vez muy reciente: la cobertura del festival Quieres Rock Volumen 1, que fue cerrado con una intensa y poderosa presentación de Weichafe. La foto es precisamente de la despedida de la jornada.

QUIERES ROCK VOLUMEN 1: LO MEJOR DE LO NUESTRO

Por Héctor Muñoz Tapia

Eclecticismo: 1. m . Modo de juzgar u obrar que adopta una postura intermedia, en vez de seguir soluciones extremas o bien definidas. 2. m . Escuela filosófica que procura conciliar las doctrinas que parecen mejores o más verosímiles, aunque procedan de diversos sistemas . (Real Academia Española).

Eclecticismo es lo que podemos aplicar en el caso que sigue a continuación. Hard, folk, metal, épico, raíces, vanguardia, crudeza… el rock puede tener muchos apellidos que lo diferencie entre sí mismo. Desde siempre, los pequeños y considerables matices han hecho la diferencia.

El cartel del “Quieres Rock Volumen 1” era completamente ecléctico. ¿Cómo hacer convivir distintas corrientes del Rock en una sola noche? Cuando tocan tantas bandas en un solo lugar como el sábado recién pasado, puede pasar cualquier cosa. Afortunadamente, en esta ocasión la convivencia y el disfrute fueron parte importante de la jornada. Nombres tan, en apariencia, disímiles como los de Weichafe, Dorso, Silencio, Six Magics y Matorral lograron mostrar lo que hacen en un margen de respeto y buena crianza por parte del público que, a eso de las 10 de la noche, repletaba el Galpón Víctor Jara.

Los que debían abrir la maratónica jornada fueron Matorral, el excelente trío de Rock con reminiscencias a la historia y a nuestro folclore. Casi a las 9 y 15 subieron al escenario. Ante una audiencia creciente y respetuosa de los números convocados. Matorral se ganó el respeto de la concurrencia a punta de guitarras poderosas de Felipe Cadenasso y la base rítmica de Gonzalo Planet en el bajo y Esteban Espinosa en la batería.


Canciones que se incluirán en su próximo disco se mezclaron con la conocida “Hasta que cubra el mar” y una sicodélica mirada a una gran canción de The Kinks, “See my friends”. Tras 30 minutos de show, los Matorral dejaron el escenario después de una poderosa presentación, que confirma la calidad musical del trío, como número importante para cualquier cartel de rock.

Matorral - Hasta Que Cubra El mar

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Después de una breve pausa, en la que el sonido de fondo se endureció como preámbulo a lo que vendría, los vítores del respetable pedían a Six Magics, la banda de metal épico que hace bastante rato que ya pinta para una internacionalización fuerte en el mercado europeo. El quinteto mostró su perfección técnica y su oficio dentro de la concurrida escena de metal nacional.


Prácticamente con la integridad de sus canciones en inglés, los Six Magics igual dan cabida a mitos locales como el Trauco y el Caleuche para dar títulos a las canciones de habla inglesa. Viéndolo desde atrás, era sorprendente ver la euforia que despertaban los Six Magics en sus enfervorizados fans, los que cantaban todo al pie de la letra. Obviamente, hubo bis.


La tercera banda programada en el cartel era Silencio, unos verdaderos “incitadores de masas”. Para los que los hemos visto en ocasiones anteriores, sabemos de la energía que derrocha este trío de metal más arraigado en el poder de un trío y con mínimos elementos, pero una garra como pocos la tienen. Canciones como “Cópula”, “Daño” y “Sangre” estaban en su set, que también incluyó la participación especial del weichafe Marcelo Da Venezia en la canción “Masa”. Con Silencio, cualquier lugar se prende. En la media hora que duró su intenso set, el galpón subió de temperatura, en contraste con el inclemente frío que hacía en las calles de plaza Brasil.


La espera entre bandas es cada vez más breve, y el tiempo ha pasado volando. Casi a las 12 de la noche se asoma una verdadera leyenda: Dorso. Con más de veinte años de carrera, el “Pera” Cuadra ya es todo un maestro de ceremonias y un showman como hay pocos en nuestra escena local. Con sendas introducciones, en las que deja que su particular sentido del humor fluya, dio el tono preciso para canciones ya conocidas por todos como “Deadly pajarraco”, “Horrible sacrifice”, “Cíclope” y la imperdible “Disco Blood”.


Por su parte, la respuesta del público alcanza el nivel de mayor algidez y descontrol. Los “Mosh” y el pogo se suceden en cada tema, especialmente en los viejos himnos del primer disco y de “El espanto surge de la tumba”. Son momentos en que todos cantan, desde el quinceañero que vibró con Six Magics hasta los presentes de más de 30 que crecieron escuchando a estos patrones del metal. Ni siquiera algunos acoples en algunos pasajes del show mermaron la emoción.

Como el oficio es algo que siempre hace ganar a las audiencias, los Dorso volvieron para un bis a pedido, con “Hidra”. Lo que el “Pera” ha formado en Dorso es un camino a seguir para muchos de los grupos nuevos.

Ya no queda nada para el último número de la noche. Si comienza a sonar por los altavoces “Al patíbulo” de Machuca, bien sabemos lo que se viene: Weichafe, en gloria y majestad. Salvo por un pequeño detalle que derivó en una grata sorpresa, cuando al finalizar el himno de Machuca, las luces se apagan y el telón proyecta imágenes a toda velocidad. Lo que pudimos ver en ese minuto fue el estreno de un nuevo video promocional del tercer disco “Pena de Ti” para la canción “Festín de muecas”.


Inmediatamente después, el power trío de Angelo Pierattini en guitarra, Marcelo Da Venezia en bajo y Mauricio “negro” Hidalgo, toma posiciones y saludan para dar el vamos final de la jornada con “Pichanga”.


En una de sus últimas presentaciones antes de grabar su nuevo disco, Weichafe se muestra recargado y con nuevos bríos. Como siempre, dan una presentación impecable, con momentos altos por doquier. Pasan por nuestros sentidos clásicos como “5:30 am”, “Silencio”, “Pan de la tarde” y “El rock del Poncho”, entre varias más. En esta ocasión, estuvo presente en todo momento “Dios es sólo para algunos”, cuando Pierattini citó en más de una ocasión los versos de la canción, a modo de intro para canciones (o sensaciones, si se quiere) o de un intermedio para las dosis de poder habitual de los Weichafe.

Con una hora y 10 minutos de show, el que incluyó un bis a punta de clamor popular, Weichafe cerró la jornada maratónica de Rock y música, donde primaron la tolerancia y la madurez de un público que ya está reflejando el para dónde van las cosas. Lo que ocurrió el sábado 5 de agosto demuestra que eventos con carteles diversos y eclécticos son completamente logrables. Sin lugar a dudas, eventos de esa diversidad contribuyen al crecimiento de la escena local.

PD: Ya les estaré contando novedades de Fother Muckers. Por ahora, a dormir un rato.

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