viernes, octubre 31, 2008

Sobre una historia para compartir.


Este debe ser el primer mes en que escribo tan solo dos textos. Y pensar que antes escribía uno diario, en esos tiempos donde quería volcar sobre caracteres todas las reflexiones posibles, escribir todas las reseñas que siempre quise escribir y dedicar todas las palabras que siempre quise a gente a la que no le podía dedicar esas mismas palabras en vivo y en directo. Este sitio se convirtió en mi pequeña ventana para contar cosas, lo que tuviese en la mente. Y, por lo que veo y sé, lo sigue siendo.

Me siento destrozado y abatido como jamás pensé que me podría sentir después de unos meses maravillosos en que crecí en cada aspecto en que un ser humano puede crecer. Me han pasado muchísimas cosas en estos 3-4 meses. Me atrevería a decir que he vivido en estos 3-4 meses lo que no había vivido en 3-4 años. Y eso no se puede dejar pasar de la noche a la mañana.

Hay historias cortas que por ahí generan grandes cambios en personas o que, al menos, las inspiran para moverse y mover-ser. Y yo tengo una que no involucra nombres ni espacios temporales. Sólo a dos personas que sus caminos se juntaron y que, a pesar de las circunstancias y los problemas, sus caminos siguen juntos de alguna forma.

Él, un cabro al que siempre le faltaban cosas por completar, que gustaba de tomar la guitarra y tocar todo el día. Ella, una chica apasionada por la vida, llena de energía, que derrochaba chispa a millas de distancia. Inevitablemente, comenzaron a hablar. Y siguieron hablando por las vías modernas, como wenos cabros 2.0 que son. Y hablaban hasta que se hacía tarde y se decían “¿vamos a dormir?”. En la primera cita, la pasión los llevó al vodka naranja, al cambio de marca de cigarrillos, al exquisito vino de una ceremonia de clausura, las tramas aburridas, los primeros besos y la conexión inmediata. Ya estaba la suerte echada: el chico tímido y la chica chispeante estaban unidos de por vida, no importando el nombre de esa conexión.

A él le pasaron varias cosas en la vida. Con al llegada de ella, también vino una oportunidad que él ansiaba por años y que casi se le había olvidado que existía. Y ella fue la primera en saberlo, acompañándolo en cada momento. Celebraron la confirmación de esa oportunidad y de lo que significaba. Caminaron libres por esos barrios que parecían antiguos, con historia, pero que ahora también integraban la historia de ellos dos. Él le empezó a introducir su mundo y a llevarla de la mano por el, le dio una seguridad que ella no había sentido en mucho tiempo.

No pasó mucho tiempo hasta que se empezaron a mimetizar. Él con la energía desbordante de ella, y ella con las onomatopeyas de él. No importaban las diferencias temporales ni nada de eso, tan solo que sonara un hermoso Harvest Moon de fondo. Y es curioso: esa letra del viejo y querido Neil Young se refiere a un amor ya maduro, no adolescente. ¿Tanto había crecido lo de ellos dos? Así lo sentían. Los “te quiero” y “te adoro” no eran arrebatos adolescentes, sino que amplios, lo más amplios que podían darse. Con ella, él aprendió cosas que ni sabía que tenía. Y ella aprendió que él no era lo que aparentaba en esas revueltas públicas de música desbordante. “Te falta rock y te sobra folk”, le decía con frecuencia.

Ambos eran rockstars, alguien dijo por ahí. Porfiados, mañosos, impetuosos, apasionados, impulsivos, como si el mundo se les fuera a acabar. Con ellos, nadie podía. El resto del mundo no lograba entender la vorágine en la que la pareja de estrellas que salían juntos muy seguido. Y veían películas sin terminar de verlas. Y asistían a los shows del ángel del tambor, coreando casi todas las canciones abrazaditos los dos. Se cantaban mirándose a los ojos y jurándose que nunca se perderían el uno y el otro. Y ella le dio vida a una vieja guitarra de él. Para inmortalizar el momento, una foto de celular siempre puede servir. Y en verdad funciona.

Pero no todo ha sido miel sobre ojuelas para la pareja de rockstars. Se estrellaron contra una pared de impulsos, excesos y equivocaciones de la que quedaron muy lastimados los dos. Ambos no entienden muy bien el impacto de lo que ocurrió, sólo saben que duele más que la cresta. Ella le dijo que todo podía cambiar en una noche, y él piensa que no. Aún están impactados

Pero para ellos dos no está todo perdido. Habrán cambiado las circunstancias, pero lo que siente el uno por el otro no. En sus rostros ahora es posible ver el impacto que dejó la estrellada contra el muro aquel. Ambos saben que lo de ellos no ha muerto. Ambos saben que lo de los dos está destinado a seguir de alguna u otra forma. Él, luchando por mantener las cosas que lo apasionan y creciendo con ellas. Ella, impregnándose cada vez más en la vocación que ya tiene clara. Y ambos, preguntándose siempre cómo están, qué es de su vida.

Como en Just Like A Woman. Como en Your Song. Como en Harvest Moon. Como en Don’t Let Me Be Lonely Tonight. Canciones que hablan de gente sencilla que une sus caminos para siempre, a pesar de las circunstancias.

martes, octubre 14, 2008

Sobre Weichafe, los archivos, flashbacks y cierre de ciclo.


Cuesta escribir sobre Weichafe. No es fácil al menos para mí, que he compartido muchos años con ellos, los he visto crecer y es ahí donde tengo a uno de mis grandes amigos. Los Weichafe me han acompañado durante todos estos años, los mismos 10 que celebraron el año pasado.

Con Weichafe pasaba algo que cuesta ver acá en Chile: una comunión única con la audiencia. Ese elemento tribal de las celebraciones que se ve en pocas cosas en el mundo, el cariño muto de los músicos y su público, la energía que va transmitiéndose. Con Weichafe siempre se dio desde el primer minuto y eso se lo agradeció siempre su público fiel.

Pero este lunes se comenzó a cerrar un ciclo. En su sitio web, anunciaron su separación para dedicarse a proyectos personales. Después de 11 años juntos y 5 discos editados, no hay más Weichafe. Sorprendió a la mayoría de los fans, quienes aún no pueden recuperarse del impacto de la noticia. Me toca subirla a la página de la Futuro y es difícil hacerlo sin sentir pena. Veo el titular de “Weichafe anuncia su disolución” y la bajada “Tras 11 años de carrera” y no puedo evitar tener flashes de todos estos años que he compartido con ellos.

La juventud...


El conocer a uno de mis grandes amigos, Ángelo, a fines de junio de 2001 en el mismo edificio donde ahora estoy trabajando, y hablando sobre Bob Dylan, Neil Young y los Traveling Wilburys y, por lo mismo, ganarme el apodo de “Bob Dylan” en su círculo interno. El compartir escena con ellos tanto en un poco concurrido homenaje a Dylan como en un show propio en el Pub Music. El redactar comentarios para su sitio web oficial. El ser testigo de ensayos y carretes con ellos. El ver de primera fuente los procesos que desembocaron en discos como Pena De Tí y Harto De Todo. El trabajar con ellos en el documental que sale en el DVD Yo Soy Weichafe. Los numerosos shows en vivo que les vimos. El haber compartido esa vibra con alguien muy importante hace varios años atrás. El ver entrar y salir gente buena y de verdad en estos años.

Nunca El Cigarrito había sonado así...


En fin. Son varias cosas las que se me pasan por la mente, mientras escribo esto desde el PC de la pega, cuando disfruto del cambio de hora y veo que se oscurece más tarde, y recuerdo también no pocas previas a las tocatas de los Weichafe. Una cerveza (o varias) como antesala a una celebración. El verlos crecer, el verlos renunciar al círculo de shows en pubs para tocar en espacios más grandes, como se merecían. El sentir la frustración de que no sonaron todo lo que tenían que sonar. Podría seguir y seguir enumerando cosas que he vivido en estos 10 años con Weichafe y en estos 7 años de conocerlos personalmente.

Pero las cosas cambian y se cierran los ciclos. Y mi amigo ha emprendido un camino en el que cree con una fe sobrecogedora, que con mi doling lo hemos visto jugársela el todo por el todo y tranquilo con lo que se viene. Si eso no es lección de vida, entonces no sé qué es. Sólo sé que sigue lo que su alma le dice. Y lo veo bien, sano, contento y esperanzado. Inspirado. Y eso se nota, claro que sí. He trabajado con él y se le nota la renovación en lo que cree. Es un gran compañero en esta ruta que caminamos los que seguimos nuestro espíritu y nuestro corazón en todo momento.

Ya he escrito varias veces sobre Weichafe. Es cosa de mirar los archivos de este humilde sitio para darse cuenta. Haciendo el ejercicio de revisar tanto texto, les puedo contar que este es mi archivo de escritos sobre esta gran banda que está cerrando su ciclo de vida:

-Sobre el rock chileno, destacando a Weichafe

-A propósito de su show de fin de año 2005 en el desaparecido Popol Vuh

-Una volada sobre la vez que compartieron con La Renga en el Novedades, de sorpresa

-Comentario de su show en la Sala Master del viernes 2 de junio de 2006

-Comentario del disco Pena De Ti

-Comentario de festival Quieres Rock Vol 1, del sábado 5 de agosto de 2006

-Comentario de disco Harto De Todo

-Reportaje de lanzamiento de Harto De Todo en el Galpón Víctor Jara, el viernes 3 de noviembre de 20006

-Comentario del show de los 10 años del sábado 4 de agosto, en el Galpón Víctor Jara

-Comentario de disco en vivo / DVD Yo Soy Weichafe

Ahí lo tienen. Al final, igual escribí un poco más de lo que pensaba. Ahora les toca a ustedes. Comenten y compartan sobre lo que ha sido Weichafe para ustedes. Las líneas están abiertas, sólo tienen que tomarlas.