miércoles, diciembre 27, 2006

Truenotierra.



Cuesta ser “objetivo” para hablar y escribir sobre La Renga. Recordemos que la “objetividad” no existe per sé, salvo como actitud que se tome. Concentrarse en el objeto, le dicen. Weno, todas esas mierdas no sirven para hablar de un sentimiento tan enorme como el de La Renga.

Ya he dejado claro en muuuchos caracteres anteriores la pasión que estos oriundos de Mataderos, en Buenos Aires, despiertan en la gente. De los paralelos que hago con Bruce Springsteen (aunque muchos fanáticos me lo nieguen, hay demasiadas semejanzas en espíritu) y de lo que despiertan en nuestros corazones. Por eso, la espera de 3 años se hizo larga en lo que respecta a material nuevo de la banda más emotiva de la Argentina. Por eso es que el Truenotierra (el nuevo disco de La Renga, recién aparecido hace un par de semanas) se disfruta más de lo normal. Un disco doble que consagra su evolución y nos muestra un nuevo paso en el andar de la vida del revelde.

La Renga tiene todos esos clichés que muchos pueden odiar fácilmente: música predecible y plana, letras obvias y llenas de lugares comunes, odiosa actitud de “lso mismos de siempre” (los fanáticos que repletan cad cancha en la que La Renga se presenta). Sin embargo, este Truenotierra muestra que incluso La Renga puede romper su propio molde.


Así es. La Renga, uno de los grupos más “conservadores” del rocanrol (digo “conservadores” en el sentido de lo terco, de no cambiar nunca y mantener una sola línea creativa), ha hecho lo inviable y han roto con su propio esteriotipo. ¿Cómo lo hacen? Entregando un disco doble, en el que encontramos unas 12 nuevas canciones en el Disco 1 y unas 5 zarpadas extensas en el Disco 2. En Truenotierra hay de todo.

El disco 1 (el de las canciones) parte con El Monstruo Que Crece (título para la risa, ¿cierto? :p), con el sonido “marca registrada” de los rengos: batería sólida del gran Tanque, líneas de bajo precisas y abiertas del Tete y los riffs guitarreros que sólo el Chizzo puede hacer, además de la cada vez más carraspeada voz del poeta Napoli. La línea de hard rock de power trío (aun no entran vientos) la sigue la efectiva Almohada De Piedra, con más protagonismo de los hermanos Iglesias en la base rítmica, acá el Tete y el Tanque toman más presencia que nunca.


Después, una de mis favoritas, la que me ha estado dando vueltas en la cabeza todo este tiempo: Ruta 40, destinada a ser un clásico de carretera (quiero manejar con esa canción puesta en la radio!!), y ya empezamos a escuchar los vientos del siempre preciso Chiflo y del gran Manu, quien nos da más de una sorpresa en este nuevo disco. Esa ruta nos lleva directo a La Boca Del lobo, donde los vientos se toman el poder en un solo delirante. Las aguas pasan por la sección más hard rock reposada con Montaña Roja, para llegar a un respiro a medio camino en Palabras Estorbantes. ¿Acaso las palabras estarán estorbando en Truenotierra? Chizzo muestra ahora mayor capacidad para encriptar ciertas cosas en el mensaje, sin dejar de ser directo y visceral.

La calma sigue para que Chizzo nos cuente Cualquier Historia, con un gran solo de guitarra, inspirado como pocos. El viaje se intensifica dentro de la relativa calma con la Mujer Caleidoscopio, la que nos lleva directo a una de las más bellas canciones escritas por Nápoli: Llenado De Llorar; acá, incluso, deja la eléctrica a un lado y toma la acústica, dando un precioso momento y una canción para que cualquiera de nosotros la toque en su tocarra de palo.


Pero La Renga es potencia, es intensidad, es pasión. Y esta llega de golpe en el primer single del disco, Oscuro Diamante, una canción perfecta, con el Chizzo gritando con esperanza, una de las mejores del Truenotierra. Le sigue la gran sorpresa de esta nueva entrega: Entre La Niebla, con voz y autoría de Manu, el gran Manu, ese que toca la harmónica como los dioses, el que está encontrando su propia voz dentro del mundo rengo, entregando la que es, probablemente, la mejor del Truenotierra. El disco 1 cierra con Cuadrado Obviado, con algunos zámpelos lúdicos al comienzo y un ritmo trepidante. Acá todos participan y dejan el espíritu por los cielos. Ya me imagino al tete corriendo con desparpajo en el escenario. Sin duda, será uno de los momentos más altos en vivo. Un cierre de lujo para la primera mitad.

Un video que Los Mismos De Siempre armaron para Oscuro Diamante...



El disco 2 es el de las “zarpadas”, esas jammings llenas de feeling, de las que ya tuvimos una muestra en Pasto Tomado, la escondida del Detonador De Sueños.. Acá, más que describir, se recomienda escuchar y tomar una impresión propia. Nombres como Alucinando Al Unísono, Sustancia Entre Las Plantas, Truenotierra (la que le da nombre a la placa doble), Anaximandro (de 15 minutos de duración!!) y Neuronas Abrazadas hablan por sí solos. Un viaje lisérgico (¿de cuál habrían fumado los cabros de La Renga? jejeeje), en el que dan rienda suelta a las formas.

El disco 2 es el mejor tapabocas para los que creen que La Renga es una banda cuadrada y plana. Acá demuestran que el camino, los años y las pistas han marcado su huella. Desde tocar en las calles de su barrio a llenar estadios, los de La Renga han crecido y lo muestran en este Truenotierra. Consíganlo pronto, que además viene con un diseño de aquellos.

Todos a esperar con ansias el show que darán en mayo de 2007 en el Santiago Arena. Por mientras, a incorporar el Truenotierra a nuestros sentidos.

martes, diciembre 26, 2006

James Brown - 1933-2006.


Me enteré sobre la muerte de James Brown al despertar ayer Lunes. Como es costumbre en cada Navidad, uno no se despierta temprano para ver las noticias ni meterse a sitios web e informarse de lo que está ocurriendo. Mal que mal, es feriado que sigue a una noche de recogimiento familiar y wenos deseos. Por eso, no deja de sorprender el enterarse del fallecimiento del rey del Funk, el padre del Funk, el exponente máximo de lo que es el ritmo negro, el ritual de juerga, eso que está a medio camino entre el blues y el rocanrol, como dejando el espacio para moverse con el espíritu sumamente cargado.

El funk, que tiene tanto espíritu y tanta vida, fue el que sacó (aunque no totalmente) a James Brown de su pasado cargado de desgracias, aprendizaje forzoso, calle desde niño y una eterna falta de adaptación con la “sociedad” y lo “correcto”. James Brown tenía, en vida obviamente, un prontuario no pequeño, que incluía asaltos a mano armada, violencia y delitos varios. Nacido en una familia pobre, desde pequeño tuvo que vérselas con la calle, con lo más peligroso, con lo más turbio. Por eso, resulta casi un cuento de hadas el que haya llegado tan lejos con su música y con su estampa. Un carisma que casi ningún entretenedor (James Brown era, sin lugar a dudas, un ENTRETENEDOR) ha tenido. Uno que dejó este mundo a los 73 años.

James Brown, sin dudas, era un ENTERTENEDOR. Cuando se está arriba del escenario, no basta con tocar ni cantar bonito. Hay que dejar las vísceras arriba de la tarima, hay que entregar la vida, como si fuese la última vez que se respira. ¿Qué importa el sonar perfecto? ¿Qué importa el que se te escapen un par de notas? ¿Qué importa eso, si eres incapaz de comunicar emociones al nivel de hacer comunidad con los que te ven? En un mundo en el que se prefiere la pulcritud y la perfección a la hora de tocar en vivo, nos estamos olvidando del verdadero sentido que tiene un show: entretener, hacer comunidad y lograr grados de identificación. El ser ENTRETENEDOR, como lo fue James Brown durante toda su vida.

James Brown personifica como nadie el sueño americano: el llegar a la cima desde muy abajo, casi desde el suelo. Se forjó a punta de trabajo, presentaciones y giras. Brown dio la vuelta al mundo mostrando su increíble show (si lo recuerdan, acá tuvimos la oportunidad de verlo 2 ocasiones, una en Santiago y la otra, la última, en Viña del Mar). Para muestra, un botón: Live At the Apollo Vol 1 es uno de esos discos en vivo esenciales de la historia de la música popular. En él, podemos encontrar todos los sonidos y la prestancia vocal de James Brown. Para verlo, hay bastante material de archivo, de todas las épocas, que dan cuenta de su habilidad única para moverse sobre un escenario. Mi número favorito es el que hacía en Please Please Please, donde parecía quebrarse, lo levantaban, y volvía raudo al micrófono para gritar desenfadadamente. Un lujo que muchos pudieron disfrutar en todos estos años de presentaciones en vivo.

Y se fue en Navidad. Un Lunes 25 de diciembre de 2006, a la 1:45 am, casi comenzando el día, en el primer par de horas. Falleció víctima de una neumonía que le precipitó un fallo cardíaco. Nada fuera de lo normal. Ni abuso de drogas, ni sobreingesta de alcohol. No fue un confuso incidente, ni un homicidio callejero. Simplemente, una baja a la salud que cualquier persona está propensa a tener, sobretodo si se está llegando a una edad considerable. En la muerte de James Brown no hay nada oculto, ni siniestro. Fue lo más normal del mundo en un tipo del que nunca pensábamos que tenía su fin tan cerca.

James Brown le enseñó a cantar, a bailar, a actuar y a sentir a generaciones completas. Mick Jagger, David Bowie y Michael Jackson, entre muchísimos otros, pasaron por la academia funk de James Brown. El mundo del Hip Hop siempre le rinde homenaje al usar sus pistas sampleadas. Su influencia es enorme, tan grande como su leyenda y su bitácora por el orbe. Es que no podía ser menos con James Brown. Con él, todo era grande. Todo era celebración. Todo era un ritual. Todo era fiesta.

De seguro está ahora en el olimpo, en el “cielo funk”, como lo dijeron los Chancho En piedra hace bastante tiempo atrás. Allá, haciendo bailar a los compañeros caídos y a los que los estaban esperando. ¿O estará en otro lado? Recordemos que James Brown no era un hijo modelo, sino que uno formado en la vida dura. Quizás llegó a recibir honores, como los que le dio el gobierno de su país, por su servicio comunitario (muchas veces cantó para las tropas norteamericanas en combate). Tal vez no quiso recibir ningún honor y los mandó a todos al diablo, no sin antes dejar la cagá. ¿Quién sabe?

Lo único que sabemos es que el Padre del Funk nos dejó un extenso legado. Muchos discos, muchas instantáneas, no pocos recuerdos. Un trabajador de la música, un músico criado “a la antigua”, luchando para ganarse al público, dejando todo de sí en cada presentación, como si fuese la última. Cantó hasta que la muerte lo llamó para ir al más allá. Murió con las botas puestas, con conciertos pendientes aún.

Ya vendrán los sentidos homenajes, los conciertos tributos y un sinnúmero de medallas, placas, calles, monumentos y estampillas de correo que recordarán el nombre y la figura de James Brown. Los tuvo en vida y de seguro tendrá más en los meses venideros.

sábado, diciembre 23, 2006

Nuevamente Navidad.


Otra vez llegó la Nochebuena, el Christmas Eve que le dicen los gringos, el Hannukah de los judíos y la Pascua que mal llamamos nosotros por estos lados (¿acaso Pascua no es en Semana Santa :P?).

Y comienzan un montón de rituales que sólo se dan por estas fechas: armar arbolito de pascua, armar pesebres, armar adornos, enviar tarjetas, etc.

Y la gente sale a comprar como loca los regalos. Nunca aprenderemos que el verdadero sentido de la Navidad es compartir con tu familia, con la gente que quieres y con la gente con la que tú eliges pasar el resto de la vida. Pero no. Los cabros chicos presionan a sus viejos por regalos imbéciles. Los viejos e encalillan y se desesperan. Los viejos se angustian pensando en cómo conseguir lo que les piden. Y, milagrosamente, lo logran. ¡Los niños se darán cuenta de la angustia que tienen sus pobres viejos en los días previos a la Nochebuena?

Y la gente, esa misma que va desesperada a las tiendas a comprar, colapsa con los 30 grados que hacen acá en la capital. Menos mal que hoy refrescó su resto, pero en la semana era asfixiante el calor capitalino. Como siempre nomás. Acá, en vez de nieve, hay rayos de sol que queman si no te cuidas. En vez de chimeneas, ventiladores y artefactos de aire acondicionado

Y lo pobres gallos disfrazados de viejos pascueros sufren en esos hornos llamados trajes navideños, en el Paseo Ahumada y en Plaza de Armas, aguantando que los cabros chicos los cargoseen. ¿Cuándo llegará el día en que asumamos que no estamos en el hemisferio norte y que acá no hace frío, para no exigir más ese requerimiento de traje rojo abrigo de Viejo pascuero?

Y esos trabajos extras que salen para los estudiantes, donde los negrean durante las 2 últimas semanas del año. Todo pa tener algunos pesos para salir de vacaciones o para tener para el año. Lo que no es malo, salvo por el abuso que sufren. Debería haber buscado uno, pero no lo hice. En vez de eso, estoy haciendo radio en Diciembre. Me quedan 2 programas más, el del Miércoles y el del Viernes. Y de ahí, vacaciones de radio, jejeje. A buscar pega nomá.

Y se vienen los balances tipo “lo mejor del año” y todos esos ejercicios pajeros de graduar lo que recibimos. En mi programa, no haré un recuento con “lo mejor de…”. ¿Para qué? Eso no tiene sentido, y ya escribí al respecto el año pasado.

Y se vendría (si es que logramos organizarla rápida y efectivamente) una medio atrasada “peña navideña de los Fother Muckers”. Lo más probable es que sea a mediados de semana, en la tarde (tipo después de almuerzo, así de temprano), en el patio de una casa, y para la “congregación Fother Mucker”, como le gusta decirle Cristóbal a los amigos y cercanos a la banda. No pudo ser antes porque no conseguimos lugar. Esto de negociar con “neo hippies scumb” es una mierda. Sólo les importa el dinero a esos usureros. Aprendan y aprehendan de nuestros errores y eviten hacer negocios con ellos. Son de lo peor.

Y hay fiestas navideñas pro todos lados. Ayer fui a la Fiesta Weichafera, una bonita manera de los Weichafe para cerrar el año. Nada de tocata, siuno que fiesta. Wen ambiente, wena música y wenas vibras en general. Todo a cargo de Negro DJ, Marcelo barman y Angelo Droguen. Hubo una sorpresa en vivo con los Weichafe acústicos, interrumpida por la siempre impertinente fuerza policial, más conocida como “pacos”. Los llamaron los vecinos que viven aún en un toque de queda mental. En fin, siempre pasa lo mismo. Ayer, conversando con una chica, me di cuenta de lo pequeño que es el mundo. De lo condenadamente pequeño que es. Todo eso confirma mi teoría de que, en Santiago, todos estamos separados por no más de 2 grados de separación. Disculpen las redundancias lingüísticas, pero salió así nomá. En otra entrega, detallaré mi afiebrada teoría de los 2 grados de separación en Santiago.

Y se viene la cena navideña, esa que es como un anticipo del consumo de Año Nuevo, pero sin tanto copete. ¡Las cenas navideñas son muy la raja! Al menos como las hemos vivido nosotros. Mi papá tiene la mejor mano del mundo pa cocinar. Aprendió con mi mamá, y podría afirmar que es tan maestro como ella para la cocina. Todo un chef, jejejeje. Para mañana, debería haber pollo al horno y unas exquisitas papas mayo recién hechas. Todo gracias al talento culinario de mi padre. En su caso, la práctica hizo al maestro. Para cocinar como el tendría que hacerlo, al menos, unos 20 años. Debería pedirle clases.

Y se vienen las películas navideñas. Un par de recomendaciones. Scrooged, con el genial Hill Murria en una adaptación ochentena de Scrooged; y Die HArd, con el gran Burce Willis como john McClane, el policía común que se enfrenta a situaciones inesperadas. El antihéroe loser al que nos encanta ver diciendo “Yippee-ki-yay, motherfucker!!”. Si alguien ha visto la película con doblaje al español, de seguro se habrá cagado de la risa con los “maldito” que salen a cada rato de la voz doblada de Willis. Un clásico, sin duda.

Y se viene la calma en las calles. En Nochebuena, nadie sale a dejar la cagá carreteando. El que quiera carretear en estas fechas es un weon o tiene la desdicha de estar solo en este mundo. Como dije de entrada, estas fiestas son para compartir con tus seres queridos. Son para regalonear, para decir “te quiero” y para olvidarte por un momento que todo está mal y llorar de felicidad, como dice la canción por ahí.

¿Algo más? Ahh! Feliz navidad, cabros!!! Pásenlo bien y digan “te quiero” más seguido.

miércoles, diciembre 20, 2006

Sobre Brian Wilson de juguete, los neo hippies y el EP adelanto.


Mientras hacía mi pega de reportear en algo para el especial del Pet Sounds para mi programa de RadioUC, La Bestia Rock, encontré esta gran foto de… un muñeco de Brian Wilson!! Sí, tal cual. Un muñeco de Brian Wilson, tal y como sale en la portada del legendario disco, el que es probablemente el mejor disco de la música popularsh de todos los tiempos (medio título, ejjejejeje).

¿Qué historia habrá detrás del misterioso juguete? Sólo se sabe lo de la info oficial de la página de Brian Wilson. Estará a 75 dólares y, si el cliente lo quiere autografiado por el maestro, le saldrá 150 billetes gringos. EL muñeco de colección está disponible desde mediados de noviembre, y se suma a la tradición que hemos visto de monos articulados del rocanrol como Ac/Dc (ese Angus en miniatura es notable!), un Flash de los Guns N Posers, los Metallica en pleno, Alice Cooper (era que no… ¿acaso el maestro del terror en el escenario no iba a tener su propio muñeco terrorífico? jajaajja) y, era que no, Kiss, los verdaderos expertos del marketing en esto del rocanrol. Gene Simmons bien lo sabe, bobardeando las tiendas y los bolsillos de sus fans devotos para que compren más Kiss memorabillia.

¿Se acuerdan que los mismísimos Beatles tuvieron sus propios muñecos? En plena Beatlemanía, Brian Epstein los encargó, aparte de una serie de objetos de los cuales, en un comienzo, no tenía mucho control. Es que esa manía daba para muuuchos dólares para los distribuidores. En una época en que aún se cagaban a los músicos y a los dueños y autores de material de propiedad intelectual (no digo que ahora no lo hagan, sólo que antes se sabía mucho menos del auto manejo, y la autogestión aún no tomaba forma, no al menos la que conocemos hoy), las estafas a músicos era bastante común. Partiendo por el hecho de que a prácticamente TODOS los rocanroleros de los comienzos se los cagaron los sellos. ¿Por qué creen que genios fundadores como Check Berry, Little Richard, Carl Perkins (mientras vivió) y el mismo Jerry Lee Lewis (que este año sacó un disco re weno por lo demás) se vieron obligados a tocar hasta bien entrados sus setentas? Porque estaban en la ruina. Imagínense: ser los fundadores de un estilo que ha dado de comer a toda una industria, y no tener prácticamente nada. Es lógico que reclamen su lugar.

Hablando de platas… ¿han cachado a estos neo hippies? Los hijos lejanos de aquellos inocentones (por no decir infantiles) hippies de los 60, que pregonaban la paz y el amor fumándose sus wenos caños y viajando en ácido todos echados en las calles (por ejemplo, en San Francisco)? Estos hijos de lo relajado salieron mejores contadores que los “yuppie scumb” que pulularon por la década de los ochenta (como ese Patrick Bateman, el personaje de American Psycho, que retrató lo más perverso de esa generación) han aprendido las lecciones del pasado. Se aferraron al cinismo de los setenta de ganar los morlacos y guardarlos en el bolsillo, pero con un poco de ironía.

En vez de mostrar su interés por los verdes, aparentan ser relajados, atentos con el prójimo, despreocupados de lo material y viviendo en una supuesta “comunidad”. Pues bien: tienen una mano en la caña y la otra en la billetera. ¡No dan puntá sin hilo! Primero, te muestran su lado amable. Hasta que hay primeros indicios de problemas. Ahí sacan sus garras, se quitan la máscara de hippies relajados y sus ojos se vuelven color billete. No del verde lindo, sino que del verde oxidado. Ese verde que inunda los bancos (en nuestro caso, el azul y el rojo también :p) es el principal motor de sus actividades. Personalmente, me ha tocado relacionarme con ellos. Behare of neo hippies!!
Con todo esto, me acuerdo de Tom Petty, el eterno díscolo, el eterno REVELDE (así, con V, como lo escribió el poeta Nápoli). El mismo Petty que lanzó un bellísimo disco este año, llamado Highway Comapnion, producido por el fan número 1 de los Beatles, Jeff Lynne, y girando nuevamente por gringolandia. Eso es de ahora, pero lo que les voy a contar es de, al menos, unos 4 años atrás: a sugerencia de un verdadero capo iluminado como Elvis Costello, escribió una serie de canciones dando cuenta de lo que le había pasado a la industria de la música, con la cual Petty ha luchado durante toda su carrera para que no lo consuma. Ese maravilloso disco, junto con sus caballeros de los Heartbreakers, se llama The Last DJ y dice muchísimas verdades. Varias que he tratado de tocar en este texto medio desordenado, medio sucio, medio apresurado y medio vomitivo. En fin: es weno probar la formulita de vez en cuando.

No todo puede ser tan malo. Nos fue bien en San Carlos, si tenemos suerte habrá tocata de fin de año con Fother Muckers en algún lado, ya estamos vendiendo el EP de adelanto de nuestro primer disco, a 2 lukas (hablar con cualquiera de nosotros, mande mail a fmuckers@gmail.com, o en las tocatas), pro si lo quiere regalar en navidad. ¿Llegará el muñeco de Brian Wilson por estos lados? Sería un wen regalo pa los obsesionados con el genio. Conozco al menos dos que lo agradecerían de por vida, jejejje.

domingo, diciembre 17, 2006

Sobre Fother Muckers en San Carlos y Pamela Jiles on my mind.


Volví hoy de San Carlos, a eso de las 2 de la tarde, molido por el viaje, que me lo pasé durmiendo tras el extenso carrete post tocata. Como Fother Muckers, la volvimos a hacer, a pesar de problemas con el sonidista de turno, el gran cáncer de prácticamente todas las sesiones en vivo (juntas, tocatas, shows de lujo y grandes conciertos) que nos toca presenciar en nuestra larga y angosta faja de tierra. Pero eso no debe empañar una gran excursión al pueblo de donde son oriundos leyendas como la querida Violeta Parar y los importantísimos Ángeles Negros. Deberían tener monumentos en el pueblo, y no alcancé a ver ninguno. Corríjanme si me equivoco en eso.

La foto que logré subir ahora me inquieta. Pamela Jiles sin maquillaje, con un vestido rojo bastante desagradable que dice “me vestí recién y qué”, mostrando su delgadísima pierna (con una rodilla marcada, como si hubiese estado apoyada mucho tiempo sobre ellas) y unos bototos firmes para patear culos en la calle, con una bandera de Chile colgada en su espada, a modo de capa. Sonriendo a la cámara (puta que es posera ella!) jejejeje), con la actitud de diva guerrillera siempre al pie del cañón. Esa foto, incluida en su columna del The Clinic especial que salió este Jueves (era que no iba a ser especial pue) me acompañó en el viaje en tren hacia San Carlos. Ver esa fotografía de Pamela la guerrillera de rojo me inspira, yendo al sur en un ferrocarril del Estado. En un Tren Al Sur, como escribió Jorge Gonzalez hace no tan mucho tiempo atrás.

Ver la foto me recordó algo que siempre ha estado metido en mi cabeza: ¡Me encanta Pamela Jiles! Me encanta ella, siempre me ha encantado, desde tiempos inmemoriales. De seguro la vi por primera vez en la tele cuando era yo un tierno pre púber de 9 años, quizás 10. Concretamente, en alguna emisión de ese nefasto show estelar llamado “Siempre Lunes”, el mismo que tenía como cortina la adaptación oportunista de “Monday Monday” de The Mamas & The Papas. Ahí al Jiles creo que hacía notas de no sé qué profundidad, usando chaquetas con hombreras y vestido, muy formal. Aún joven, aunque ni tanto, pues ya llevaba años de reporteo en su cuerpo, sobretodo en la resistencia, según cuenta. La resistencia, la querida resistencia. Donde el periodista se siente más a gusto, se supone. Donde se puede ejercer, aunque se arriesgue la vida, el que se la juega por completo a dar la visión que el oficialismo represor oculta bajo su yugo.

Ahí está Pamela, saltando como diva en la Plaza Italia...


En San Carlos nos recibieron como anfitriones los chicos de La Saint Charles Town (LSCT, que se pronuncia como “la San Charleston”), una verdadera orquesta de 7 integrantes, con bronces incluidos. Javier, el vocalista, fue el anfitrión estelar. El resto de los cabros, todos simpáticos. Acá no hay pose de rockstar desagradables ni egoísmos habituales que uno puede encontrar en la escena local. Acá todos trabajan juntos para un solo propósito: poder tocar, aunque cueste más que la cresta organizar y llevar a cabo como corresponde. Después de un almuerzo improvisado, los Fother Muckers en pleno no fuimos a encontrar algún lugar para tomar algo, y dimos con un restorán llamado “Santa Cecilia”, la patrona de los músicos. Mira tú.

De alguna manera, la calma de San Carlos me hace volver a pensar en Pamela Jiles. ¿Qué importa que te comportes como una diva odiosa, hablando como si estuvieses montada sobre un trono por encima de todos nosotros? ¿Qué importa que, en un deliro que da risa, pretendas darle un toque más “serio” a una weá tan insípida como es la farándula, en su pantalla diaria en SQP? ¿Qué importa que caigas en tremendas contradicciones vitales en más de una ocasión? ¿Qué importa si fuiste amante de un General del Ejército? ¿Qué importa que se las des de “seca” cuando más de alguien ha confirmado que eres una ineficiente que sólo se preocupa de mirarse al espejo y arreglarse? ¿Qué importan todas esos defectos que, a la larga, son las que te hacen humana y cercana?

Por esas cosas de la vida, encontré en mi casa el libro que ella escribió hace un par de años, “Fantasías Sexuales De Mujeres Chilenas”, ese que tiene en la portada un hermoso culo rozado con una pluma. Dicen que es el de la misma Pamela Jiles, pero ella no lo afirma ni desmiente. Una cuota de misterio no le hace mal a nadie, ¿cierto? No particularmente bien escrito, el libro es capaz de encender a cualquiera. Bien ganado el apodo de “la tetera de campo” tienes, bella Pamela. Después de leer ese libro, nos queda claro que te manejas muy bien en esas lides de las fantasías. ¿Imaginación o experiencia? Me inclino por al segunda, aunque quién sabe, en realidad. Tu divismo es algo que siempre ha estado en ti, pareciera ser parte de tu encanta. Que te la creas, que sí eres esa mujer madura de buena facha, que fue una niña de buena facha y una adolescente de buena facha en su pasado.

La tocata de ayer, a pesar de los problemas, fue increíble. La performance, a pesar de los infortunios de sonido, salió impecable, sólida y con mucha actitud. Como nos gusta. Como me gusta. Muchas gracias a los cabros de La Saint Charles Town por la hospitalidad. Y esperamos vernos pronto.

Yo, por mientras, sigo pensando en Pamela.

martes, diciembre 12, 2006

Sobre celebraciones, "fans", centro cercado y los queridos Who.


Camino muy temprano por el centro. Falta tinta para la impresora y mi viejo tiene que imprimir algo de manera urgente. A pesar de que le advertí el fin de semana “Papá, avíseme a tiempo si le falta la tinta, en la semana andaré medio ocupado”. Pero no. Con esto de su MBA a punto de terminar, parece veinteañero colapsado en un fin de semestre de universidad. Igual que la Mari y yo. Igual que mi mamá, hace unos años atrás, cuando sacaba sus ramos de Derecho impecablemente. Al final, había que ir nomás por la tinta. ¿Qué se le iba a hacerse pue? :p

Lo primero que me encuentro, al llegar a la altura de Moneda con Teatinos (vivo apenas a 3 cuadras del palacio de gobierno), es a La Moneda cercada completamente. Eran las 10 de la mañana y hacían cambio de guardia. Mi madre estaba más o menos preocupada, porque a esa hora se suponía que llegaba toda la gente a congregarse al frente de La Moneda. ¿Qué me harán?, pensaba yo. Total, tienen todo el derecho a manifestarse como quieran.

Las reacciones a la muerte del “huaso fresco e´raja”, conocido también como Pin8, me hacen ver que, en esencia, nada ha cambiado. En la ocasión anterior les había comentado que, al menos estadísticamente hablando, seguimos en el Plebiscito de 1988. O sea, en 18 años no ha pasado NADA. ¿4 gobiernos seguidos de Concertación? NADA. ¿Primera mujer Presidenta? NADA. ¿La Última Tentación De Cristo sin la censura que la dejó prohibida en su estreno, y por más de 10 años? NADA. Es como que nos hubiésemos quedado en una burbuja temporal, donde los polos jamás cambiaron. ¿Socialismos renovados, alianzas por Chile? Nuevos nombres, mismos ánimos. Si veo por la tele a un grupo de viejas histéricas llorando a su “tata”, me recuerda esas imágenes de la tele a colores del living del departamento donde vivimos gran parte de los 80, cuando Pin8 hablaba ante sus “fans”, diciendo cosas en contra de los “marxistas-leninistas” (¿Se puede ser ambos? ¿Existe eso? :p).¿En qué mundo viven? ¿Qué onda con esa gente? ¿No piensan?

En fin… seguía avanzando por el centro, y nada. Salvo un detalle: pacos por todos lados, con cascos y una especie de escudo en los brazos, preparados para una masacre. Y la masacre no llegó, al parecer. Estuve cerca de una hora pegado en el centro, entre esperar que abrieran el local (ahora, en prácticamente todos los locales están abriendo a las diez y media, ni más ni menos :p), pedir la carga de tinta y devolverme lo antes posible para dejar la impresora funcionando para mi juvenil progenitor. Y el caos “temido” nunca llegó.

Llegando a la casa, y después de dejarle la impresora lista a mi viejo obviamente, prendo la tele y me encuentro con la cobertura, en todos los canales de la tele abierta (los mismos que temen decir “Dictador” y, en vez, dicen “General en retiro”), del funeral del finao. Hablan sus nietos, dando sendos discursos. Habla una de sus hijas. Es normal que hable la familia en estos casos. Pero ver una “multitud” gritando vítores para el “festejado” me hace volver a lo que les había dicho antes, lo de que no ha pasado prácticamente nada acá en Chile. TVN y el mega sólo transmitiendo el funeral, CHV y Canal 13 cubriendo ambas caras de la moneda: además del funeral, la junta masiva de gente opositora al Dictador, celebrando civilizadamente y reunidos bajo la estatua de Salvador Allende. ¿Dónde estaba el caos para el cual los pacos estaban preparados y armados hasta los dientes? En ninguna parte. El tránsito desviado, los conductores colapsados y los peatones corriendo a no sé donde me dicen lo contrario. ¿Dónde está la destrucción?

Al contrario. Sólo celebración. Pareciera que acá en la plaza de la Constitución hay más ganas de empezar a ir avanzando, a pesar del dolor. De sacar algo bueno de todo esto. De cantar “adios carnaval, adios general!” junto a Sol y Lluvia en el acto que se hizo hace un rato. De sacarnos al “huaso fresco e´raja” de nuestras espaldas y de no olvidar, sino que pedir justicia. El que niegue lo que pasó está mal de la cabeza, y lo compadezco. No se puede estar tanto tiempo dormido sin que te afecte la salud mental. Esas “fans” del “huaso fresco e´raja” neecsitan un remezón, una sacudida que las haga ver que los otros, esos que no dudan en llamar “comunistas de mierda”, son sus hermanos, sus compatriotas. Pero lo más seguro es que se mueran sin haber despertado.

Caminando de vuelta sonaba por los audífonos A Quick One While He´s Away, de The Who. Una mini ópera que cuenta una sórdida historia de extravío, insatisfacción, virilidad, esperanza, calentura y perdón. La vida misma, en unos 7 u 8 minutos de puras canciones cortas. En la parte final, el coro dice “you´re forgiven”, mientras la guitarra del gran pete Townshend aúlla con sus molinos de brazo, el delirio de Keith moon en la batería, la voz potente que comenzaba a mostrar Roger Daltrey y las líneas de bajo que John Entwhistle combinaba tan bien con su falsete en voz. Una delicia para los oídos.

Esa línea final de la mini opera de mis queridos Who me hace preguntarme: ¿Llegará el día en que acá se digan “estás perdonado” esos dos mundos que parecen dos Chiles distintos? Lo único que me queda claro es que, desde el Domingo 10 de diciembre de 2006, ese camino está más cerca. Aunque sea un poco.

domingo, diciembre 10, 2006

Y la justicia divina... ¿cuándo?


El 10 de diciembre ya no será lo mismo. Un día en que se celebran internacionalmente los Derechos Humanos y en el que, dependiendo del movimiento de calendario, y si correspondía a ser un segundo Domingo de diciembre en un año de elecciones, sólo tendría una connotación circunstancial para la vida cívica de Chile, ahora marcará un cierre, un punto (no) final y una ruptura. Ho (y acá cito meros datos duros), Domingo 10 de diciembre de 2006, falleció el ex Dictador Augusto Pinochet Ugarte, a la edad de 91 años, debido a un empeoramiento de su condición cardiaca, una “descompensación aguda”. ¡Esas ironías de la vida! ¡Justo en el día Internacional de los Derechos Humanos!

Honestamente, yo esperaba que esto sucediera el mismo día en que confirmaron su ingreso al Hospital Militar, la semana pasada, por el infarto al miocardio. Pero, al parecer, aún le quedaba de sufrimiento físico terrenal, antes de irse derechito al más visceral de los infiernos imaginables. Hoy, finalmente, cayó. ¡Y ya cayó! ¡Y se murió! Como diría la canción popular: “adiós carnaval… ¡adiós general!”.

Es difícil no tener un juicio sobre Pin8. “Viejo culiao”, asesino, dictador, monstruo, demonio, “tata”, héroe, salvador, “mi general”. Términos tan opuestos despertaba el susodicho, que de seguro no descansa en paz. A mí se me ocurre otro: “huaso fresco e´raja”. Un weón caradura que no dudó en vender su alma al diablo y ascender a la cúspide del país, diciéndose un “patriota”. La cosa no es tan sencilla para pintarla de un solo color. O, ¿es lo más elemental del mundo? A veces, pareciera que sí.

¿Se acuerdan de los apagones, de la radio a pilas que escuchábamos informando al respecto y de las protestas? Yo sí. Era apenas un niño pequeño, de no más de 7 años de edad, y estaba plenamente conciente de lo que pasaba alrededor. El que diga que no pasaba nada es porque o quiere hacerse el weón o porque vivía en una burbuja de cristal mientras acá se peleaba en la calle por los derechos que nos son inherentes a todos.

Para mí, lo que pasó con la esencia del chileno es lo que pasó en la cúspide del poder. De tener a un dandy elegante, culto, inteligente y visionario como fue Allende, pasamos a tener a un huaso ladino, ladrón, oportunista y bruto como lo fue hasta su muerte Pinochet. Era cosa de revisar los archivos y verlos hablar en discursos y entrevistas. Son la metáfora precisa de lo que nos pasó como pueblo, con nuestra cultura y con nuestras aspiraciones. De querer trascender a querer sobrevivir. De expresarnos con una mediana civilidad a comunicarnos a grito pelao y prepotencia de cuartel. De querer formar identidad a adoptar cualquier mierda que alguien nos diga.

Pareciera que no han pasado estos 33 años. En Chile, aún no hay un consenso definitivo sobre su figura. Y vemos exactamente el mismo porcentaje que arrojó el ya legendario Plebiscito de 1988. Si se fijan en las encuestas (sé que están manejadas, pero algo es algo :p), un 55 % cree que NO se le deben rendir honores como “ex Presidente”. Prácticamente, el mismo porcentaje que, mostrando una inusitada y (gracias a Dios) no olvidada cultura cívica, le dijo que NO ese octubre de 1988. Necesitamos urgente, por nuestra salud cívica, decir las cosas por su nombre. ¿”Pronunciamiento”? NO! Golpe. ¿”Presidente Pinochet”? NO! Dictador Pinochet. ¿”Gobierno Militar”? NO! DICTADURA.

El legado de Pin8 es nefasto. ¿Acaso la “salvación económica” justifica el genocidio? Quien lo afirme, que revise su cabeza y su sentido común. Retrocedimos culturalmente. Retrocedimos moralmente. Retrocedimos cívicamente. Chile tiene una enorme herida que, esperamos todos, sane con el tiempo. Ojala que la historia se escriba como corresponde. La justicia no lo condenó y no pagó un solo día por todo el daño hecho. Ahora debe estar enfrentando ese juicio del más allá, de donde ninguno de nosotros se estaría librando. O quizás no. Quién sabe.

Lo único que me queda claro es que Pinochet fue un cobarde hasta sus últimos momentos. Es una pena tremenda para Chile que nunca en su vida haya pagado sentencia por lo que hizo. Una lástima que todos los procesos por Derechos Humanos queden truncados tras la partida de este viejo cobarde. No tiene perdón de Dios, el que tanto invocó en más de una ocasión. Quizás sí pagó, antes de morirse. Lo pagó con su salud, su estabilidad mental (si alguna vez la tuvo), su deterioro y su putrefacción física. Dejó este mundo hecho una mierda.

¿Morimos como actuamos? Si nos atenemos a este caso en particular, queda claro que sí. ¿Merece funeral de estado y honores como “ex gobernante”? No, pues su llegada al poder fue sucia, ilegítima y maricona. ¿Merece compasión? En lo absoluto; alguien tan soberbio, que nunca reconoció y asumió de verdad (¿acaso creen que fue “de corazón” la declaración de su cumpleaños número 91), no merece lágrimas.

De todo esto, lo único que me queda claro es que tenemos que dejar de decirnos “fachos culiaos”, “comunistas de mierda” y otros epítetos denigrantes que más de una vez he escuchado en mi vida, de un lado a otro, como si fuera un “ring de chuchás”. Frases tipo “si te pones comunista, te echo de la casa” no son las que deben decirse entre familiares.

Quisiera que todo mejorara. Que no le den honores que no se merece y que no se le recuerde por algo que no fue, aunque nos quisiera hacer creer lo contrario. Ojalá que el tiempo esclareciera las ideas y los juicios fuesen uno solo. Sólo así podremos aprender y crecer. Nada de olvido, que mata nuestra historia y adormece nuestra memoria.

Y la justicia divina… ¿cuando? ¿Llegará? ¿Le habrá llegado? ¿Seguirá el calvario que él mismo se forjó con sus decisiones? Eso no lo sabemos, sólo podemos creerlo.

miércoles, diciembre 06, 2006

Sobre la creatividad (o la falta de ella) y Mónica Bellucci.


El calor atonta la cabeza. Siendo las cuatro de la tarde, el cráneo se siente explotar. No hay mucho por hacer, salvo ir revisando la modesta colección personal de películas. Por los rayos catódicos de la tele se filtran imágenes que ya he visto más de una vez. Algunos diálogos los puedo citar, y otros los puedo recordar vagamente. Mejor me consigo un ventilador para la pieza, uno de esos pequeños, que no abultan mucho.

Mi creatividad es prácticamente nula. Mi primo/hermano/amigo, con su honestidad brutal habitual, me lo recuerda cuando estamos hablando. Debe ser de las pocas personas que me dice las cosas cruditas. Sin anestesia. Creo que nunca me ha felicitado por nada. Menos lo va a hacer cuando ve que yo no hago absolutamente nada con mis ideas. “Tu contexto te ha impedido ser creativo”, sentencia con la tranquilidad del que sabe que tiene la razón y que no lo pueden contradecir. Por más argumentos que presente, sé que está en lo correcto. Mejor que cuelgue el teléfono. El servicio es bastante caro como para estar escuchando cosas que nos e quieren escuchar.

Vuelvo a la pieza. En una de esas, me puedo quedar dormido. Como que necesito recuperar el sueño. Durmiendo a ratos por exámenes, pruebas y trabajos no le hace bien a mi gastado cuerpo de 25 años. Después de la experiencia de estar ocupado de Lunes a Domingo en lo de la grabación del disco y las clases, le tomé el valor al descanso y al, literalmente, no hacer nada. Mirar al techo, al horizonte o a un punto fijo se han vuelto wenos viajes temporales. No subestimen el tiempo de la nada.

Escuchar a la hermosa Joni Mitchell y su Both Sides Now me calma por unos momentos. ¿Podré crear algo a partir de eso? No lo sé. Pero se siente rico el escucharla, como si me estuviera susurrando con esos tonos altos a los que llega con facilidad. Ella es una de esas musas inspiradoras de las que hablé una vez por este mismo medio. ¡Ahora sí que haré algo! Pero nada sale de mi abultada cabeza, salvo el acordarme de algunos acordes que ella hace y del hecho de que está en la banda sonora de mi película favorita, Almost Famous.

¿Es dañino para la creatividad el ser tan busquilla? Creo que sí. Y debería funcionar de manera opuesta. Pero creo que tanto dato, tanta memoria, tanta weá en la mente como que no va ayudando en el proceso de encontrar tu propia voz y tu propia identidad. Me acuerdo que Paul McCartney se refirió a eso en alguna oportunidad, de la dicha de no saber de teoría musical, que le gusta maravillarse como cabro chico en todo momento. O la sencillez abrumadora del viejo y querido Neil Young, cuando conversaba con Jim Jarmush, mientras filmaban varios momentos de la gira con los Crazy Horse en 1996. Si Jim Jarmush salía con algo muy intelectual, Neil Young lo bajaba a sus términos, a lo más elemental, a la tierra misma. Uno se eleva, y el otro le recuerda que las cosas simples se hacen medir. Eso me deja contento y saco el DVD del Year Of The Horse del equipo.

Me acuerdo de Irreversible, esa película de mierda. Le digo así porque el directror, Gaspar Noé, recurre a lo más crudo y lo más maldito de nuestra condición de humanos para mostrarnos violentamente cómo realmente somos o, mejor dicho, de lo que somos capaces. Tanta crueldad, tanto sufrimiento, tanto dolor. Y lo peor de todo es que pasa. Lo que más duele ver es la horrible escena donde vemos a la increíblemente hermosa Mónica Bellucci tendida en el piso, en medio de un túnel de mala muerte, siendo atacada por un hijo de puta que la golpea y la viola. La escena es larga y te puede dejar con pesadillas. Ya no hay límites para mostrar el dolor en pantalla. Cada vez más “realista”.

Mónica Bellucci consume mis pensamientos. Es como una tía joven (la mujer tiene unos muy bien llevados 42 años), de esas de las que uno estuvo perdidamente enamorado en la preadolescencia. De esas tías que te van enseñando más de una cosa con tan solo su presencia. Pero Mónica Bellucci es inalcanzable. Es una diosa. Una diosa del olimpo, que no va a bajar de ahí porque un no creativo de 25 años se lo exija.

Ella me encanta, me cautiva. Es una de esas musas. Bastante lejana, eso sí. Hay otras musas que tengo que son más cercanas, chicas que conozco. A más de una se lo he dicho. Y se siente bien el decírselos. Podrían intentarlo. Pero decírselo a Mónica Bellucci cae dentro de lo platónico y lo totalmente improbable.

Pero sí sé que su sola presencia espiritual me ha motivado a escribir esta sarta de estupideces. Es un paso que sea. No puedo tocar guitarra a esta hora porque es re tarde y puedo molestar a mi gente acá, que intenta dormir mientras tecleo

¿Será creatividad? Ni idea. Pero es un intento, un pequeño paso que se da a estas horas en que el sol ya se escondió hace rato, pero que el calor sigue presente. Al lado la Kitty se estira en el sillón. La gata rollinga ni se preocupa de todo este rollo de la creatividad. Duerme con una sonrisa en el rostro.

Quiero hacer un dúo musical con una chica, en la onda de Johnny Cash y June Carter, de Gram Parsons y Emmylou Harris. Quizás ahí la creatividad fluya. Lo intentaré, al menos.

Mónica Bellucci me inspira. ¿A alguien más? No soy uno, sino mil. Recuérdenlo.