miércoles, junio 28, 2006

Archivo de noviembre de 2003: La Renga - Detonador De Sueños.

Seguimos con los archivos de años anteriores, esta vez de un gran disco: Detonador De Sueños, de La Renga, editado a fines de 2003, y lanzado en un histórico show en el Estadio Chateau, de Córdoba, en pleno corazón de Argentina. El comentario que leerán a continuación apareció originalmente en el sitio web de Rockaxis. En aquel período particularmente complicado en mi vida, la música de La Renga era el alimento que mi alma necesitaba. El disco de la estrella llegó a ser un himno y una banda sonora necesaria para mi diario vivir. A los casi 3 años después, siguen siendo unos indispensables…



La Renga - Detonador De Sueños. (La renga Discos, 2003).

Por Héctor Muñoz Tapia.

Después de tres años desde aquel maravilloso "La Esquina del Infinito", llega el esperadísimo nuevo disco de los argentinos La Renga, el primero lanzado de manera independiente (La Renga discos). Se hizo muchísimo más esperado ahora, luego de verlos en sus inolvidables conciertos en el Estadio Víctor Jara y en la espectacular sorpresa en el teatro Novedades.


Ya conocíamos por lo menos 3 temas de este "Detonador de Sueños" gracias al mini CD que lanzaron en su gran concierto-hito en el estadio River. Esos cortes tenían mucho de sonido ’garage’, sin sobreproducción, muy crudo y de sala de ensayo (tal cual). De todas maneras, es el disco más pesado en sonido de todo lo que han hecho hasta ahora, incluso hay menos vientos en esta última entrega, tal como lo veníamos notando en "La Esquina del Infinito". Mucha crudeza de rock and roll, el espectacular hard rock al que nos tiene acostumbrados un grupo potente y sólido como sólo lo es La Renga.


Tomen atención al arte del disco, quizás el más dedicado de una banda independiente. Ya desde este detalle nos quieren mostrar la evolución y potencia de su nueva entrega. Vamos revisando los temas de este nuevo disco. Todo comienza con ’A Tu Lado’, un tanque que da el punto de partida con la batería cargada, el Tete sólido en la base y el Chizzo inspiradísimo en la voz y la guitarra, tanto en el riff como en el solo. Le sigue un viejo conocido del "Documento Único", ’Detonador de Sueños’, que le da el título a la placa. Aunque hay diferencias notables en el sonido, pues se escucha muchísimo mejor y hay un leve cambio al medio.

Pegado viene un tema que promete ser un nuevo himno en el repertorio de la banda, ’El Ojo Del Huracán’: Tiene los elementos característicos clásicos de La Renga: un potente riff guitarrero, gran base rítmica y saxo en manos de Chiflo. Además, acuña el nuevo gran concepto rengo, "no existe ciencia..." Una gran balada poderosa se asoma al comenzar a sonar el track 4, ’La Razón que Te Demora’, primer single del disco, que cuenta con video clip. Canción de gran potencia y confirmando lo grandioso del hard rock más clásico que tiene el grupo como power trío.


En este disco, La Renga se ha dado el lujo de experimentar un poco tanto en atmósferas como en modernidad. ’Dementes en el Espacio’ y ’Estado’ son prueba de ello. ’Dementes...’ ya lo conocíamos del mini CD -tiene una gran mejora sonora y de producción- muestra al grupo jugando con una base media jazz y de ’jam’. Lejos, uno de los puntos más fuertes de esta entrega, pues es el track más arriesgado musicalmente... la banda fluye de manera notable. En ’Estado’ nos topamos de frentón con la modernidad absoluta, con un frenesí medio punk, con mucho de R.A.T.M. Una gran letra -denuncia ("el estado que disipa la forma vivir..."), efectos a la orden del día, muy efectivo. (Por el scratch del comienzo, Chizzo se ganó el apodo de DJ Winco).

Por su parte, ’Las Cosas que Hace’ tiene una gran partida, con un curioso solo de guitarra medio oriental y una buena letra, con muchas metáforas. En ’Noche Vudú’ se luce el Manu con su poderosa harmónica, en un tema de rock & roll puro, haciendo guiños a los Redondos. Con este tema La Renga nos prueba que el rock de sus comienzos sigue intacto. Le sigue ’En los Brazos del Sol’, con un clásico riff otorgado por Chizzo que da la partida a este poderoso tema, en la misma línea que el track 3, acompañado del poderoso saxo de Chiflo. Hay una nueva power balada, ’Míralos’, con Chizzo cantando bajísimo, en la línea de ’El Cielo del Desengaño’ y ’En el Baldío’, de "La Esquina...". Vuelve a brillar esa poesía urbana y efectiva del guitarrista.


El hard rock como power trío vuelve a brillar en ’El rastro de La Conciencia’. Faltando un tema para terminar el disco, puedo comprobar que La Renga se afirmó como banda, pues cortes en que actúan como trío son demasiado efectivas y nos confirma el rumbo que comenzó a tomar en "La Esquina del Infinito". El álbum cierra con ’Hielasangre’, el tercer track del aquel "Documento Único", con una mejora sonora increíble. Si dejan corriendo el track se toparán con una zapada instrumental a lo Neil Young & Crazy Horse. Varios acá hicieron el paralelo con el instrumental ’Zeta’ de Weichafe, pero la leyenda canadiense es una influencia en común entre estos poderosos del Rock en español.

Aquí la banda fluye como nunca. Un gran disco, absolutamente recomendable, que nos confirma el gran momento de La Renga.

Algunas muestras...

La Renga - La Razón Que Te Demora

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La Renga - El Ojo Del Huracán

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El video de A Tu Lado, grabado del show de Chateau


Y La Razón Que Te Demora en vivo del Estadio huracán, de diciembre de 2004

lunes, junio 26, 2006

Por mientras, un archivo: U2 en Chile, 26 de febrero de 2006.

En fin de semestre, todos andamos al borde del colapso. Es por eso que, para esta ocasión (y quizás en algunas más, who knows), recurro a los archivos. Acá va algo que ya pudieron ver en Toma.cl a fines de febrero: U2 en Chile.


U2 METIO 75 MIL CHILENOS A SU GOLDEN CIRCLE

Un espectáculo de gran calidad, imponente como pocos y recordable para muchos fue el que se produjo en el Estadio Nacional. A continuación, el relato de Héctor Muñoz, quien vivió el show desde las 7 a.m. del domingo.

Textos: Héctor Muñoz

Domingo 26 de febrero
Estadio Nacional
75.000 personas

La segunda venida de U2 fue muy distinta a la de febrero de 1998. De partida, la elevada expectación que se tradujo en el rápido agotamiento de las entradas, una euforia masiva por el show que presentan en su Vértigo Live, los nuevos seguidores que han ganado gracias a sus dos últimos discos de estudio y la marcada presencia de Bono Vox en campañas contra el hambre del tercer mundo y activismo en general.

Si para el primer concierto del ya lejano 1998 apenas hubo unos cuantos que acamparon afuera del recinto ñuñoíno, esta vez fue distinto: Para las 10 y media de la noche del Sábado ya había en los alrededores del estadio unas mil personas aproximadamente. Todos se quedaron acampando para guardar sus puestos en la fila que habilitarían en los primeros minutos del domingo para el tan ansiado Golden Circle

Con mi primo teníamos entrada para cancha y la posibilidad de estar entre esos 4 mil quinientos. Llegamos a eso de las 7:15 am y pudimos ver una enorme fila en Pedro de Valdivia, que daba la vuelta hasta Guillermo Mann. De inmediato, pensamos que no alcanzaríamos a quedar en el Golden Circle y nos pusimos a hacer la fila igual. Ésta fue avanzando y llegamos al control de la entrada. Para nuestra fortuna, recién habían pasado los 3 mil de los 4 mil que dejarían entrar antes (los 500 restantes estaban reservados para los concursos de Coca Cola y DG Medios). Nos hicieron cruzar el acceso y nos llevaron al Estadio Atlético, un campo abierto que está justo al lado del estadio grande.


No nos quedaba más que sentarnos a esperar a que nos dejaran entrar a la zona del Goleen Circle a las 14:30, cuando abrieran los accesos para el concierto. Si bien la entrada en la mañana fue bastante ordenada, dicho orden se perdió una vez que todos comenzaron a dispersarse. Era como estar en un parque o una plaza gigantesca, con mucho tiempo libre para esperar. A las 11 de la mañana, se sienten ruidos de equipos de amplificación y una batería. Para nuestra sorpresa, escuchamos la prueba de sonido de U2! Bastó sólo el testeo de un par de canciones para que todos aplaudieran entusiasmados.

La hora avanzaba y el sol amenazaba con quedarse durante el día. Para evadirlo, muchos agarraron unas tablas livianas de madera tipo cartón para usarlas como techo y protegerse. Varios lograron armar verdaderas cuevas para esconderse del sol. Otros, hacían que el resto se riera de sus intentos fallidos por armar algo para protegerse. Afortunadamente, pasado el mediodía el cielo se cubrió de nubes.

Pero la distensión y la falta de organización jugaron en contra. No ayudó nada que hubiese sólo un par de encargados del control para el eventual ingreso a la cancha del estadio. Menos que utilizara un megáfono y no recorriera todo el lugar para que lo escucharan. Lentamente, y con la ayuda de dos o tres voluntarios del mismo público, se organizaron filas para ordenar a la gente por su número de llegada. El intento llegó hasta el número 2.500 aproximadamente.


Después de una levemente caótica fila para el segundo control, pudimos finalmente ingresar a la cancha y a la zona del Goleen Circle. Como estábamos ordenados por número, cuando llegamos ya estaban todos ubicados para estar lo más cerca posible del escenario. Aún así, el Golden Circle permitía que toda la gente se ubicara cómodamente, sin estar apegados unos con otros.

Al entrar al estadio, sorprende de golpe el escenario dispuesto: un par de columnas con el sistema de amplificación externo, dos pantallas ubicadas en los extremos superiores, una gigantesca muralla transparente para proyectar imágenes y gráficos especiales, además de las luces ubicadas lateralmente. EL escenario no tiene techo y los equipos y batería están cubiertos para su protección. Dos pasarelas en forma de tenazas dividen al Golden Circle en dos: uno “exclusivo”, que tiene un pequeña plataforma propia, y otro más general, hacia la izquierda.

La espera se hizo eterna. Afortunadamente, no había un sol fuerte golpeándonos sobre las cabezas. El estadio se llenó rápidamente. Las tribunas y las galerías parecían estar compuestas por pequeños puntos de colores. El tiempo avanzaba lento en la ya nublada y bastante fresca tarde de domingo. A eso de las 7 de la tarde, comenzaron a caer unas gotas del cielo. El ambiente amenazaba con lluvia, pero rápidamente dejó de “chispear”.

A las 19:55 suben los teloneros. O, dadas las circunstancias, el número de apertura que bien podría tener su propio show: los escoceses de Franz Ferdinand, quienes hicieron que los presentes saltaran y bailaran desenfrenados. En poco más de 45 minutos, la banda liderada por Alex Kapranos se paseó por sus hits “Take me out”, “Do you want to” y “Dark side of matinee”, además de mostrarse en facetas acústicas y multi instrumentistas. Después del último acorde, Kapranos invita al público a disfrutar del “mejor espectáculo de rock n roll: U2!”. En vez de arriesgarme y quedarme pegado a la reja junto a la pasarela, preferí irme atrás y ver el show con total comodidad.


La noche cayó y la ansiedad del repleto estadio nacional era capaz de hervir cualquier cosa. La euforia y al desesperación aumentaron especialmente en el sector de cancha. En particular, en la segunda barricada, donde todos sufrían por poder ubicarse en primera fila y poder ver el escenario con facilidad. Comenzaron los desmayos y las evacuaciones ocasionales, las que fueron aprovechadas por decenas de personas que se “colaron” al sector del Golden Circle y estar más cerca de la banda. Cuando las cosas parecían perder el control, se dio el aviso de que “dejaran de empujar para que todo funcione bien”.


A las 21: 43 se apagan las luces del estadio y suben al escenario Adam Clayton, Larry Mullen y The Edge para asumir posiciones y darle el vamos al show más esperado de estos meses. Bono aparece al final, desde lo profundo del Godlen Vip y saluda. “¡Hola, Santiago! ¡Hola, mijitas ricas!”, dice para partir. Comienzan los primeros acordes de “City of blinding lights” (o, como cantó Bono, “City of Santiago”). De inmediato, dos fuertes pegadas: “Vértigo”, que fue respondida con efervescencia por al audiencia, y “Elevation” en una nueva relectura.

Básicamente, se pasearon por el mismo set que han venido presentando en esta gira. Un guiño a los inicios con “Cry” y “Electric Co” es sucedido por una “Beautiful day” chilenizada y “New year´s day”, que se escuchan con fuerza y son recibidas con una emotividad igual de intensa por parte del respetable.

Sorprende mucho el uso que dan a las pasarelas. Los U2 no se quedan estáticos en el escenario principal. Cada vez que pueden, caminan por las pasarelas para estar a sólo centímetros de aquellos que se ganaron el puesto tras largas horas de espera. Para qué decir de Bono, que se pasea constantemente entre el escenario y el pequeño lugar del sector más cercano. Para los que no alcanzan a ver, las dos pantallas nos muestran minuciosamente el movimiento de cada uno de ellos durante todo el show.

Bono cumple con saludar y hacer guiños a la audiencia en Santiago: “Gracias por las buenas nuevas de este nuevo Chile. Ahora miran hacia el futuro”, en clara alusión a la Presidenta electa Michelle Bachelet. “Cuenten conmigo”, entre otras frases, fueron la tónica de la comunicación del vocalista con el público. El show se relaja con la emotiva “Sometimes you can´t make it on your own”. Un momento emotivo fue el que vino de la mano de “I still haven´t found what I´m looking for”, donde U2 saca a relucir el espíritu gospel que tiene mucho de su mensaje.


La estructura de metal transparente se torna roja para la ponderosa “Love, peace and else”, pegada de una intensa “Sunday bloody Sunday”, donde Bono sube a un niño del público, llamado Ricardo, para que haga los coros con él. Después, una furiosa “Bullet the blue sky”, con la demoledora guitarra de The Edge, se encarga de dejar los fuegos en alto gracias a la bengala que Bono enciende en el sector vip del Golden Circle. La cancha queda rodeada de su humo.

Otro de los momentos clave del show fue el que se vivió con la interpretación de “Miss Sarajevo”. Bono demostró que su voz se mantiene fuerte e inspirada, al interpretar con eficiencia las líneas que originalmente cantó Pavarotti. LA canción cierra con la Declaración Universal de Derechos Humanos, recibida con total aceptación por el público. Acto seguido, una memorable “Pride (in the name of love)”, un pequeño discurso de Bono sobre la unidad de Latinoamérica, nombrando países (con la consabida chifla para Argentina) y el clásico “Where the streets have no name”, llegando así la primera despedida de la banda irlandesa.


No pasan ni dos minutos cuando las pantallas presentan un juego de ruleta con tres fotos claves: el ex presidente Salvador Allende, un anciano Augusto Pinochet y la Presidenta electa Michelle Bachelet. De inmediato, la banda vuelve a sus lugares para unas demoledoras “Zoo Station” y “The Fly”. El show sigue con la bailable y groovísima “Mysterious ways”, donde Bono sube a dos chicas del público y baila con ellas. Las invita a quedarse sobre el escenario y comienzan las primeras notas de “With or without you”. Después de cantarle a las chicas y despedirlas con besos, Bono da las gracias al público asistente. La segunda despedida y los saludos frente al micrófono de cada uno de los integrantes.

La segunda pausa es aún más breve que la primera. Suben sólo Bono y The Edge. El vocalista sostiene un charango en sus manos. “Hoy me regalaron esto, y quiero pasárselo a alguien que ocupa los 10 dedos”, dice Bono, antes de pasarle el instrumento a The Edge. De inmediato, y con el guitarrista al charango, interpretan una sentida “Mothers of the dissapeared”. Después de aquel sorpresivo momento, suben Clayton y Mullen para completar la interpretación de “Yavhee” y la despedida del show, con “All I want is you”. “Gracias por esperarnos”, dice Bono en el cierre, cuando el reloj marca 10 para las 12.

Al presenciar el show completo de este maduro U2 me quedan claras varias cosas: si la banda irlandesa no es la más grande del momento, al menos son los únicos que transmiten el mensaje correcto de humanidad, comprensión y entendimiento (Bono nos muestra el concepto de “CoeXisTa”, para afirmar que las religiones deben coexistir entre ellas, pues Dios es el mismo). Los que critican a U2 de que son una banda que no tiene los méritos suficientes para pararse en un escenario sin toda su maquinaria, deberían verlos cuando no hay ningún foco especial ni imagen en las pantallas, mas sólo ellos tocando con su espíritu de garage intacto: su presencia radica en la sencillez. Y el público masivo al cual apelan debería comulgar con los valores que la banda entrega en sus mensajes y en su activismo. De lo contrario, tanto trabajo puede ser en vano.

Shows como el que U2 dio hace tan sólo unas horas no se ven todos los días. Hacen de sus conciertos un verdadero acontecimiento: show de rock, fiesta de celebración y mitin político-valórico. Lo suficiente como para dejar satisfechos a los presentes, ya sean 200 o 70 mil.

U2 - All Because Of You

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miércoles, junio 21, 2006

Theme Time Radio Hour... with your host, Bob Dylan.


Todos esperábamos ansiosos cómo resultaría todo esto. La noticia de por sí era insólita, y demasiado excéntrica como para creerla. Sin embargo, lo suficientemente excéntrica como para venir de un tipo de la envergadura inconfundible del troesma.

La noticia ya la veníamos degustando desde hace meses. Debió haberse concretado a mediados del año pasado, pero se pospuso su fecha de inauguración. ¿Cuál era la novedad? Que Bob Dylan estrenaría un programa de radio en la XM Satellite Radio. Según todas las agencias que lo afirmaban el año pasado, el programa se llamaría "Theme Time Radio Hour... With Your Host, Bob Dylan", sería un show de una hora temático, en el que Dylan programaría durante una hora a la semana canciones e intérpretes disímiles unidos por un tema en común. Se advirtió desde un principio que el troesma no programaría ninguna de sus canciones en el show. El estreno de dicho programa estaba previsto para marzo de este año.

Llegó marzo y no llegó programa. Según informaciones oficiales, y sin mayor explicación, su estreno quedó para la primera semana de mayo. De esa forma, se definieron horarios de estreno y repeticiones en la XM. El programa se emitiría los miércoles a las 10 am ET (a las 10 de la mañana en la costa este, con la cual coincidimos en horario por estas estaciones). En esos primeros días de mayo, sólo quedaba por esperar cómo resultaría este interesante experimento, al que su conductor ya definía como un programa de "sueños, esquemas y temas".

Un detalle importantísimo que se debe considerar: Dylan seleccionaría personalmente la música para su programa. Nombres de todas las tendencias y rescates únicos de las raíces de la música americana. Obviamente estarían presentes emblemas del blues, del country, del folk, del bluegrass, del rocanrol, del rockabilly, y de un etcétera tan amplio como se quiera. Sinceramente, ¡se podía esperar menos de tamaña selección?



Con toda esta previa, sólo quedaba esperar el estreno para salir de ciertas dudas. ¿Qué tipo de música mezclaría Dylan en la hora de programación semanal? ¿Cómo lo haría el troesma al micrófono? ¿Qué tonos usaría para la locución? ¿Cuánto hablaría dentro del programa? ¿Funcionaría la idea? ¿Acaso el Theme Time Radio Hour se convertiría en una especie de referente del eclecticismo? Tantas preguntas que encontrarían su respuesta más temprano que tarde.

Presentación del Theme Time Radio Hour

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El ansiado estreno fue el miércoles 3 de mayo, a las 10 de la mañana, tal como se había previsto una vez que se postergó. Una voz femenina diciendo "It’s night time in the big city. Stairophone coffee cup rose across the street. Two sailors get out of a cab. It's Theme Time Radio Hour with your host Bob Dylan" dio la partida al show. De inmediato, saludos del conductor en un tono familiar para los que lo siguen y los que incluso están medianamente familiarizados con la leyenda. Ahí está el Dylan de esto días, un viejo sabio que se da el tiempo para la contemplación. Con una estampa propia, Dylan va modulando de manera única (se entiende perfectamente todo lo que dice) e introduce al tema del primer show, el clima (weather). ¿Quién abre el show? El único e incomparable Muddy Waters, con Blow Wind Blow.

Ya queda todo claro: la calve es la mezcla de estilos, tendencias, voces, timbres, intencionalidades y particularidades. No es sólo un show de música, sino que una guía indispensable de cultura popular. En los 8 programas que ya han sido emitidos, el sello unificador es el criterio amplio. En el primer programa, además de Muddy Waters, pasaron Frank Sinatra (Summer Wind), Stevie Wonder (A Place In The Sun) y Jimi Hendrix (The Wind Cries Mary), entre otros.

Los shows que han seguido han tenido temáticas tan diversas y cercanas como las madres (coincidiendo con el Día de la Madre, con una notable intro recitada por el troesma), la bebida, el baseball, el café, la cárcel y los padres (en la semana del Día del Padre). En los programas ha pasado gente tan diversa como Charles Aznavour, Johnny Cash, Wilco, The Rolling Stones, Bobby Darin, Randy Newman, Blur, y un largo etcétera. La forma de linkear a uno con otro está en el carisma del conductor, quien se da el tiempo para recitar algunas líneas de las canciones escogidas, además de contar alguna anécdota única sobre el proceso de creación de algunas de ellas.

Un "expedicionario musical", como él mismo se ha definido, tiene la sabiduría suficiente como para darle una vuelta al ejercicio de poner canciones. El troesma se suma a la tradición de esos DJs a los que Tom Petty, un discípulo acérrimo de Dylan, homenajeó en un disco conceptual completo, hace casi 4 años. Un Dj como los de antes. El último DJ, que pone lo que quiere poner y dice lo que quiere decir. La libertad de opción, la última voz humana. ¿Será para tanto? La radio permite que esa magia ocurra.


El programa de hoy por la mañana tuvo como tema las bodas. Canciones como Love And Marriage de Sinatra, Stop The Wedding de Etta James y Married Man´s Fool de Ry Cooder sonaron juntas bajo un mismo concepto. Un recomendado absoluto, de todas maneras.

Más info en el sitio oficial del programa.

Y un par de notables ejemplos. Tomados del programa número 6, dedicado a la cárcel (Jail), Dylan presenta a Johnny Cash con Folsom Prison Blues y a Merkle Haggard, con Sing Me Back Home. Lo que comenta es memorable. Revisen.

Bob Dylan presentando a Johnny Cash, con Folsom Prison Blues

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Bob Dylan presentando a Merle Haggard, con Sing Me Back Home

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domingo, junio 18, 2006

When I´m 64 - Paul McCartney cumple 64 años.


Qué curiosa situación se da hoy. No sólo que es el Día del Padre, cuando las agencias de publicidad nos recuerdan que tenemos un padre y que hay que honrarlo, saludarlo, abrazarlo y quererlo (en verdad, eso debiera de hacerse cada día, ¿cierto? :p), sino que un tipo que alguna vez le escribió una canción a su padre llamada When I´m 64 cumple, justo hoy, 64 años.

Ya sé que muchos de ustedes no pueden ver al tipo de la foto ni en pintura. Que es un mamón. Que es un falso. Que no hace rocanrol. Que es un siútico. Que es un cargante. Que estaba por debajo del nivel de Lennon. Que está muerto. Que se le da demasiada importancia. Todos esos juicios (ya no son prejuicios, pues quienes dicen eso lo creen firmemente y son capaces de elaborar sendas teorías y argumentos para defneder esos juicios.

Por ahora, olvidemos esa mala vibra ya cliché hacia McCartney. Hoy es su cumpleaños número 64 y sigue entre nosotros. Grabando discos (recuerden esa joya que, al menos para mí, ya es un obra maestra llamada Chaos And Creation In The Backyard), saliendo de gira (ha recorrido el mundo tocando en vivo; acá tuvimos la ocasión de verlo el 16 de diciembre de 1993, cerrando la New World Tour), participando de movimientos (es miembro activo de PETA, colaboró en el Live 8 y siempre anda difundiendo los valores de la ecología por el mundo) y, como si fuese poco, con un título de Sir a cuestas, desde 1997. Sir Paul le dicen por ahí.


¿Cómo negar que McCartney hace rocanrol? Siempre se la he reprochado su gusto sin vergüenza alguna por las canciones dulzonas, sencillas, preciosas y pegajosas. Sus canciones de amor deben estar, por lejos, entre las mejores jamás escritas. Su sensibilidad es única para responder alo más esencial del alma de los seres humanos. Con Sir Paul no hay posibilidad de no dejarse encantar con sus melodías. Lleva prácticamente toda su vida en esto de escribirlas, grabarlas y presentarlas al público.

¿Por qué ese prejuicio de que John era el arriesgado y Paul el suave? La primera impresión que se recoge podría ser erróneamente esa. Sin embargo, basta revisar canciones del catálogo de The Beatles y podremos darnos cuenta de que perlas rockerazas como Helter Skelter y Back In The USSR son de Paul. Y eso que ni siquiera he mencionado algunos espectaculares solos de guitarra que se despachó por ahí. En cuanto a versatilidad, McCartney siempre ha sido un wen ejemplo de ello. ¿Yesterday? ¿Honey Pie? ¿Oh Darling? McCartnianas a más no poder.


McCartney siempre ha tenido vocación de canción popular. Su oído para lo irremediablemente cercano y familiar es único. Él es de los pocos capaces de crear melodías inolvidables en cuestión de instantes. Y todo con la frescura que da el carecer de formación académica. Él mismo afirma que le resultaría imposible reconocer Yesterday escrita en partitura. Lo de Paul es el oído sin lugar a dudas. Debe ser por eso que sus canciones tienen ese toque de cercanía: hechas pro un tipo normal para gente cotidiana.

El mismo McCartney que vemos en Let It Be y esas sesiones registradas para Get back llevándola todo el tiempo, tratando de levantar los ánimos a punta de rocanrol. Pero, a veces, ni siquiera el viejo y querido rocanrol puede curar relaciones resquebrajadas. Por muy genuinas y puras intensiones que haya tenido, sería imposible echar el tiempo atrás y que todo funcionara como antaño. Ese cierto toque de melancolía que tiene McCartney, su primer álbum en solitario, tiene mucho de esa pena de terminar una etapa y comenzar otra.


McCartney ha luchado toda su vida por seguir inquieto a nivel creativo. Desde la plataforma del compositor de melodías inolvidables, Paul necesita estar constantemente componiendo e inspirándose para seguir creando, aunque los intentos no le funcionen y su ego le pase algunas malas jugadas. Sin embargo, McCartney es lo suficientemente humilde como para no dejarse cegar por ese monstruo de lo popular en que se ha convertido su imagen pública. Paul sabe que, en el fondo, sigue siendo ese cabro de Liverpool que se asombraba de cada cosa que veía. Que asimilaba estilos, acentos, afinaciones, fraseos, guiños y entorno. ¿Acaso The Beatles, en parte, no es el resultado cultural de todo un entorno? En eso hay mucho de la esencia de McCartney.

Al verlo, da la sensación de estar ante un gigante bonachón con cara siempre sonriente y que es capaz de responder a las preguntas que se le hace con sendos argumentos. De eso han sido testigos quienes han tenido la fortuna de entrevistarlo. Íván Vanelnzuela aprovechó de entrevistarlo tanto para TVN como para la Rock & Pop previo a su venida a Sudamérica. A un recién llegado a MTV Latino Alfredo Lewin le tocó entrevistarlo por esa época también, y ahora se arrepiente no haberle preguntado otras cosas. Pablo Márquez lo entrevistó para el Wikén y, hasta el día de hoy, usa la entrevista en sus clases de Narración Escrita en Periodismo de la UC.

¿Un recomendado de McCartney? En este minuto, el reciente Chaos And Creation In The Backyard, como para reencontrarse con ese McCartney que es capaz de reinventar el oficio del cantor popular una y otra vez.

Paul McCartney - Jenny Wren

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Feliz cumpleaños, Paul!


P.D.: Nada que ver con el cumpleaños de McCartney... inaugurando esto de linkear videos y otras cosillas, acá va algo divertido para que vean del último capítulo de la 31 temporada de SNL, con Kevin Spacey de anfitrión y una divertidísima parodia ¿a quien? veanlo ustedes mismos:

jueves, junio 15, 2006

Is There Anybody Out There? The Wall Live.



Hace un rato estaba viendo nuevamente esa joya de los bootlegs de DVD de Pink Floyd que es el The Wall Live At Earl´s Court. Dicho material de incalculable valor emocional da cuenta en registro audiovisual de la épica y selecta gira con la que la legendaria banda de Rock emocional (¿estará bien ponerlo así? por lo menos, a mí me gusta llamarlos así a los Pink Floyd, jejejjej), una gira que estuvo marcada por la vanguardia en puesta en escena, un material de una profundidad como poco se ha visto en la música popular y de una vibra en particular, producto de muchos factores.

Ahora bien: es muy fácil decir que The Wall, como obra conceptual, es una de las más trascendentes que jamás se hayan hecho en la historia. Sin embargo, lo de Pink Floyd da para todas las interpretaciones posibles. Por ahora, sólo me quiero remitir a el espectacular disco en vivo de esa monumental gira. Is There Anybody Out There? The Wall Live es una de esas piezas indispensables en cualquier colección de música en vivo. Fácilmente, al lado del Live At Leeds.

Ya era cuento conocido la estatura épica de la puesta en escena de The Wall: gigantes inflables recreando a los personajes; una pared que se iba construyendo durante la primera mitad del show, la que quedaba completamente armada con el último ladrillo en el Goodbye Cruel World, cuando Waters, posesionado por el personaje de Pink, se despide desgarradoramente de sus sentidos; animaciones que se proyectaban en la pared, cortesía de Gerard Scarfe. Sin embargo, se necesitaba con urgencia una edición oficial que diera cuenta, y en forma definitiva, de tamaña gira.


¿Momentos para destacar? Demasiados. Haré el intento de pasearme por estos dos cedés y salir ileso de la hazaña. Obviamente, parte con la intro hablada en MC: Atomos y sigue con In The Flesh?, interpretada por la banda subrrogante, los que se ponían las máscaras que vemso en la portada de la caja. Apenas unas líneas de canción y los músicos despejan el área para los verdaderos Pink Floyd, iluminados uno por uno, mientras interpretan la hermosa The Thin Ice (canta primero David Gilmour, después Roger Waters). Después, el set de ambas partes de Antoher Brick In The Wall, con despliegue visual incluido, derivando en una conmovedora Mother.


Mientras los Floyd van tocando, el muro comienza a crecer ladrillo a ladrillo. Desde las orillas hacia el centro se va completando, mientras se aprovechan alturas y otras posiciones para disfrutar de la bella Goodbye Blue Sky. Luego, la sorpresa de What Shall We Do Now y la intensidad de Empty Spaces y Young Lust.


El muro crece y Pink Floyd se va aislando tras la barrera cada vez más concreta. Los descuentos de la primera parte los completan la tercera parte de Another Brick In the Wall, la apropiada The Last Bricks y la depedida dolorosa de Goodbye Cruel World. Después del último ladrillo, una voz en off invita a la audiencia a un intermedio de unos minutos.


El CD 2 lo abre ese pedazo de canción llamado Hey You, en donde no podemos ver a la banda por ningún lado: están detrás de ese gigantesco muro blanco. El pasod e Is There Anybody Out There? y la cuasi suicida Nobody Home (con Waters cantando desde una silla de ruedas) nos revela las animaciones birllantes de Scarfe, las mismas que serían íconos del cine en la película de 1982.


No puedo dejar de mencionar el que, para mí, es uno de los mejores momentos en vivo de la historia: una interpretación de Confortably Numb con Waters tratando de comunicarse desde el aislamiento de los sentidos y un David Gilmour haciendo habal esa Fender Stratocaster negra en el mejor solo de todos los tiempos, no por el virtuosismo, sino que por el sentimiento (nótese que NADIE lo puede interpretar como él, incluso hasta nuestros días).

Pink Floyd - Comfortably Numb (live)

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Un Atomos sobrecargado presenta a los verdaderos Pink Floyd haciendo In the Flesh y un Waters desafiante que, después de la canción, dice: "¿hay paranoides en la audiencia esta noche? esta es para todos los débiles del público". Semejante desafío es el que abre la explosiva Run Like Hell, con un duelo vocal entre Gilmour y Waters como pocas veces se ha visto, un verdadero deleite rocanrolero como los hay pocos.

Pink Floyd - Run like Hell (live)

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El resto, los descuentos notables de Stop y el juicio a Pink en The Trial, con las animaciones y el poderío de la banda, todo conjugándose de manera perfecta. Tanto el disco en vivo como el video del show nos transmiten de manera ideal todo el mensaje. Ese "break that wall!" es la orden definitiva y la sentencia que más que condena es una salvación. El muro se rompe y los ladrillos caen, con la hermosa Outside The Wall

La caja en la cual viene este disco doble es absolutamente de lujo: un librillo (que parece más un libraco) con fotos del montaje en vivo, del show en sí con varios momentos que abren nuestra imaginación y las ideas visuales que Roger Waters alcanzó a desarrollar para un montaje teatral de The Wall. Todo esto con sendas notas tanto del grupo como del equipo técnico. Un placer de aquellos.

lunes, junio 12, 2006

Divididos en el teatro Teletón, Sábado 10 de junio.

(El siguiente es el comentario que pueden encontarr en www.toma.cl sobre el show que Divididos ofreció el Sábado recién pasado. Titulares, más fotos y demases pueden encontrarlos en el portal).




Es imposible prepararse adecuadamente para salir ileso después de un show de Divididos. Aún con el recuerdo fresco del increíble concierto de fines de abril de 2003, ya sabíamos que “la aplanadora del Rock” es cosa seria en lo que respecta a impactar con gusto nuestros sentidos. ¿No nuestros oídos? No sólo nuestros oídos. El trío de Rock más trascendente de la Argentina en estos días (y de siempre, en realidad) te atrapa en más de un nivel, exigiendo el uso de varios de nuestros sentidos.

La velada partió casi puntual: a las 9 y cuarto subió la primera banda de apertura, Triciclo. El trío logró en media hora, y con canciones temáticas-protesta que abarcaban desde el conflicto de los estudiantes hasta los reclamos contra Bush, el trío se lució en calidad interpretativa, con un guitarrista ocupando sólo la llama d sus dedos para los elaborados solos y un bajista que mantenía a pulso todas las sensaciones.

El segundo grupo telonero aportó una extraña dosis de nostalgia medianamente inmediata (5 años, al menos) fue la reunión de la alineación de Mandrácula de comienzos del siglo XXI. Así es. Un calvo Pancho Rojas en las siempre características voces, Miguel Pérez en el avezado bajo, Cristóbal Rojas en la precisa batería y Alejandro Silva en la virtuosa guitarra; una alineación que no veíamos en, al menos 3 años. Tocaron clásicos (“¿se acuerdan de ésta?”, preguntaba con frecuencia Pancho Rojas durante el set) como “Buenos muchachos”, “Verde claro”, “Narcopolítico” y “Mutaburrasaurus Rex”, en un apretadísimo set de un poco más de media hora, con un sonido impecable y, aunque suene extraño afirmarlo, nostálgico, de tiempos que parecieran no volver.

Con las pilas puestas (recién y nuevas).

Si los números de apertura sonaron impecables, poderosos y soberbios, lo que nos quedaba por esperar para el show de Divididos sería algo que nos volaría las cabezas; literalmente. Después de las 11 de la noche, sólo quedaba esperar el fin del día con poder. Los equipos y batería usados por los créditos locales salieron en cosa de minutos, dejando a la vista sendos equipos de guitarra (3 cajas grandes) y bajo (4 cajas), además de la batería al medio y mucho espacio disponible para moverse en el escenario del Teatro Teletón.

Y un detalle ameno para la angustiante espera: ¡las pedaleras de la guitarra necesitaban pilas, pues segundos antes se quemaron los transformadores! El equipo corrió para dejarlas funcionando y un clic amplificado por el sistema principal confirmó que ya estaba todo listo.

A las 11 y quince, sin avisos ni luces apagadas, Ricardo Mollo se asomó, con mochila al hombro y una sonrisa en el rostro, saludando al público y tomando posesión de su espacio, al igual que el emblemático hombre tras el bajo, Diego Arnedo, y el nuevo chico en la batería, Catrel Ciavarella. Ni bien están todos en sus posiciones, la maquinaria se enciende y el teatro comienza a saltar, confirmando esos rumores que andaban circulando hace un tiempo: si Divididos es “la aplanadora del Rock”, la nueva formación no hace más que defender el título y aumentar el poder a niveles exponenciales infinitos.

De hecho, la única manera de no salir disparado y de espaldas al suelo frente a semejante poder es afirmarse con todo a la reja de la primera fila. Es así de intenso desde el primer segundo, con al apertura de “Next week”, la que todo el teatro corea a más no poder. Las canciones van sucediéndose una tras otra, prácticamente sin respiro entre una y otra.


Divididos aplastan con la potencia desbordante de los riffs precisos del maestro Mollo y la firmeza de la base de Arnedo, pero ganan en sangre joven y nuevos bríos con Ciavarella, quien es capaz de destrozar la batería con la fuerza con la que toca. En una ocasión, incluso, echó abajo una pieza de su kit de batería, lo que no le impidió seguir tocando y llevándola igual. Sin duda, una sorpresa para nosotros, que no habíamos tenido la oportunidad de verlos con la nueva formación.

Por nuestros sentidos pasaron “Paraguay”, “Ay que Dios boludo”, “Alma de budín” y el ya familiar medley de “Qué tal? / La Rubia / Azulejo”, con el que recrean parte de su historia en Sumo. La entrega es absoluta por ambas partes: Mollo logrando cercanía con la gente que divisa en las primeras filas (saluda a varios de ellos en más de una ocasión) y la gente que colma el repleto teatro hacen una comunión única. Un primer cambio de guitarra marca la venida de un guiño a “Moby Dick” como intro para “Sábado”, el ahora “Paisano de Atacama” en vez de Hurlingham, y la marca registrada “¿Qué ves?”.

Un show de Divididos no es lo mismo sin el ritual de la zapatilla para “Voodoo Chile”; el afortunado, incluso, puede ver el resto del show cómodamente, entre las rejas de seguridad, con una panorámica única de un Mollo tocando con dientes y todo esa Stratocaster. A estas alturas, las afinaciones han bajado y el ambiente se torna aún más pesado con la emotividad de “El arriero” y el solo demoledoramente conmovedor de Ricardo Mollo, quien sigue la tradición de un Hendrix completamente prendidísimo (“el recuerdo para un morocho único”, como diría antes del “Voodoo Chile”). “Capo capón” inunda el lugar y el salto ahora es incluso mayor que en el comienzo. No se sienten ni diez minutos de sesión y el reloj ya va para la hora y veinte de set.

“Lote de chaos”.

¿El resto? Más ROCANROL del que nos gusta a todos: “Tomando mate en La Paz”, “Vida de topos”, “Por el aire como un tiburón” y la espectacular y (a mi gusto) sicodélica-hardrockera “Ala delta” siguieron coronando una noche de desborde emocional como muy pocas veces vemos por estos lados. Todo esto en el que me gusta llamar “lote de chaos”, cuando comienzas a despedirse con una canción tras otra. Así siguieron llegando más perlas únicas, como “El 38” y su inicio con sólo voces del respetable, la preciosa e intensa a la vez “Cielito lindo” (que funciona igual de bien tanto para la campaña de Pedro Aguirre Cerda como para nuestros días), y la poderosa “Rasputín”, donde los Divididos citan con humildad a The Beatles en el coda. La intensidad es tal, que se lleva una cuerda de la guitarra de Mollo, lo que no impide el avance de la aplanadora.

El broche de oro a la jornada lo puso “Basta fuerte”, con las líneas vocales características del siempre sólido Arnedo y la batería incendiaria de Ciavarella. Los efectos eternizan una secuencia de guitarra, lo que permite al siempre sonriente Mollo Sacar absolutamente todas las cuerdas de su Stratocaster y regalarlas a los que va viendo en la primera fila, mientras que Arnedo y Ciavarella afirman la maquinaria de fondo.

Mollo incluso se toma su tiempo para estrechar todas las manos que alcanza y entregarles un recuerdo: una uñeta. Un ritual que se repite en cada show de Divididos, pero que cada vez adquiere connotaciones propias. El remate rítmico pone fin a la jornada y a dos horas del mejor ROCANROL que podamos ver por nuestros lados.

El del Sábado fue, sin duda, un show de lujo, donde Divididos incluso se superó a sí mismo. ¿Habrá alguna otra denominación más fuerte que “aplanadora del Rock”? Después del excelente show del Teatro Teletón, necesitamos buscar otra categoría aún más monstruosa. Por mientras, el recuerdo grabado a fuego de lo percibido por nuestros sentidos nos harán revivir una y otra vez a Divididos en vivo.

A pesar de todo, salimos ilesos todos y con una sonrisa en el rostro, la misma que Mollo mostró en cada momento.

Una de las canciones que sonó el Sábado:
Divididos - Capo Capón

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Un archivo del Viernes 6 de enero de 2006:


Kicking Television: Live In Chicago.


Primero, aclaremos lo que significa un disco en vivo: un simulacro de realidad, no el hecho tal como ocurrió. Desde el principio de las grabaciones en vivo comercializadas en formato de disco, video o lo que sea, ha habido mejoras logradas por la post producción. Se eliminan todas las pausas prolongadas, los acoples incómodos, las saturaciones habituales, las caídas de milésimas de segundo de alguno que otro instrumento. Incluso, se elige qué material del intérprete pasará a la inmortalidad y qué será excluido. Por eso, no es un hecho aislado lo que ocurre con el disco del cual pueden ver la portada en esta ocasión. El material elegido, al cual me referiré en las siguientes líneas, es demasiado intenso, precioso, inmortal y delicado como para dejar pasar. Especialmente con Wilco.

Y pensar que esta banda estuvo tocando en Brasil a fines de octubre pasado! Me imagino que para esos afortunados, Wilco debió haber sido toda una sorpresa. Es que no hay nada que nos pueda preparar para una banda de la talla de Wilco. Jeff Tweedy es, lejos, uno de los compositores más iluminados de los últimos años. Basta con escuchar de principio a fin el A Ghost Is Born para encontrarnos con música preciosamente hecha, con letras fascinantes y una madurez que sólo la mente abierta y la experimentación pueden dar.

¿Qué mejor que comprobar las bondades de Wilco que un disco en vivo? Weno, pues acá lo tienen: el Kicking Television: Live In Chciago, registrado en una presentación en el Vic Theatre de esa ciudad. El show corresponde a la gira de promoción del A Ghost Is Born, y en él se pueden apreciar tres cosas a la primera escucha: a) Tweedy está arriesgándose de manera exitosa en pasajes de guitarra muy a la Neil Young; b) la banda ya está a varios pasos más adelante que esos dos grandes primeros discos de country rock impecable, el AM y el Being There; y c) la banda ha logrado devoción entre sus seguidores, capaces de asimilar y aceptar la evolución de la banda.

El material escogido de esa presentación en el Vic Theater del Second City está fuertemente cargado al A Ghost Is Born y al Yankee Hotel Foxtrot. A pesar de esto, el disco lo abre Missunderstood, una canción que abre el disco 2 de ese gran Being There, de 1996, una espectacular melodía de aquellos días donde la sencillez de una tonada apegada a las raíces era un fuerte de la banda de Tweedy; la elección es la adecuada, ya que logramos escuchar al respetable coreando las líneas de la canción. Lo que sigue nos entra de lleno en la fase actual de la banda: Company In My Back inunda nuestros oídos, seguida del cuasi himno The Late Greats, de la preciosa Hell Is Chrome y de la sicodélica Handshake Drugs, todas ellas del A Ghost Is Born, del 2004.

A continuación, un paso por el Yankee Hotel Foxtrot (que muchos consideran su obra maestra), con I´m Trying To Break Your Heart. Le sigue una vuelta por el sonido amable y precioso de Summertheeth, de 1999, con A Shot In The Arm. Una vuelta por el Wilco modelo 2004 con una de las canciones más intensas, atractivas y llenadoras que hayan grabado: At Least That´s What You Said, que acá suena gigante; le sigue Whishfull Thinking y la hermosa Jesus Etc, del Yankee Hotel, y otra más de ese disco, la espectacular I´m The Man Who Loves you, donde la voz dulce de Tweedy hace un extraño y atractivo juego con las guitarras fuertes y el vibrato que incendia, uno de mis temas favoritos de Wilco. Cierra el disco 1 la declaración de principios de la banda, y el track que le da nombre a este disco en vivo: Kicking Television, una de esas canciones con un power inusitado, notable en todos los aspectos y punto fuerte de Wilco.

EL disco 2 lo abre Via Chicago, de Wilco modelo 99, una balada sobre asesinato, una dulce ironía en sí misma. Después, llega uno de los momentos altos del registro en vivo, con Hummingbird y ese exquisito piano que inunda todo el lugar, pasando a Muzzle Of Bees de manera sublime. Todo esto como antesala al ya conocido homenaje a Woody Guthrie con One By One y Airline To Heaven, ambas de esa serie de discos Mermaid Avenue en conjunto con Bill Bragg. Radio Cure precede a Ashes Of American Flags y, para este punto, ya queda claro que los Wilco han emprendido un viaje sin retorno hacia elk crecimiento musical.

Después llegan dos pegadas del Yankee Hotel: Heavy Metal Drummer y Poor Places. Al llegar Spiders (Kidsmoke), comprobamos lo intensas y, en algunas ocasiones, mejoradas versiones que rinde Wilco para lo registrado en el A Ghost Is Born; después de escuchar esa versión, dan ganas de reinterpretar completo el increíble disco. Finalmente, cierran con broche de oro de la mano de un cover: Comment (If All Men Are Truly Brothers), de la figura del funk de los 70, Charles Whright.

Llevo escuchando este disco hace un par de meses. Esperaba con ansias el lanzamiento del DVD, pero los Wilco declinaron editarlo. A fin de cuentas, el título lo dice todo: patear la TV y disfrutar de la música.

Y vaya que se disfruta!!!

Wilco - Kicking Television (live)

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viernes, junio 09, 2006

Un poco sobre esos amores platónicos.


Una canción que se me ha quedado pegada en el inconsciente es The Man Who Loves Women, de Tom Petty & The Heartbreakers, que aparece en el último disco de estudio a la fecha de esta tremenda banda de rocanrol, The Last DJ. El disco es conceptual: Petty establece (nuevamente) declaraciones de principios, defensas a los últimos bastiones de la honestidad brutal y un llamado a despertar las conciencias a nivel música. ¿Algo nuevo? Simplemente, los valores que Petty ha defendido durante toda su carrera.

Tom Petty & The Heartbreakers - The Man Who Loves Women

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Volviendo al tema con el que empecé este nuevo registro de 5 mil caracteres, la canción en cuestión es un manifiesto sobre un tipo que se enamora a diario, un gallo que ama a las mujeres. Un enamoradizo cualquiera, podríamos decir. Un tipo que las mira a todas y que se fascina como si fuese siempre la primera vez. ¿Un iluso? ¿Un fantasioso? ¿Un soñador? ¿Un incomprendido? ¿Un artista? ¿Un romántico? Todo depende de cómo se le mire. Para unos, un iluso. Para el resto de nosotros, un romántico de los que hacen falta en este mundo frío e indiferente hacia el prójimo (¿tiene algo que ver lo que puse recién?).

El enamoradizo siempre cae en lo que conocemos universalmente como "amor platónico", esa idea medio vaga que se le da una mayor relevancia a un aspecto más espiritual que sensual al amor. Propiamente hablando, es una elevación filosófica de la manifestación de una idea hasta la contemplación de la misma, que varía desde la apariencia de la belleza hasta el conocimiento puro y desinteresado de su esencia.

El amor platónico deja atrás la sensualidad cuando su razón le hace comprender que la belleza es tanto más perfecta cuanto más apartada está de la materia corruptible. Es cierto que nuestra juventud, nuestro corazón y nuestras hormonas nos llevan siempre a un plano sensual, donde todo es instinto y desborde emocional, de ese que no nos deja pensar con la "cabeza fría" y nos hace cometer actos de dudosa sanidad mental (serenatas, regalos, canciones, palabras especialmente dedicadas a ellas, y un largo e imaginativo etc). Todos hemos caído en eso, ¿cierto? Pensando en ella todo el tiempo, como preciadas diosas que nunca en nuestra vida podremos hablar y decirles lo que sentimos por ellas.


Las musas inspiradoras de los amores platónicos, esas verdaderas artífices de nuestros enfatuamientos espirituales, son algo difícil de alcanzar. Aunque les hablemos, sepan de nosotros o sospechen de nuestras reales intenciones, el concretarlo no está en esta realidad, sino que en un universo paralelo, donde 2+2 son 3 y el mundo no es como lo conocemos. Imagínense lo que sería este mundo si todos esos amores platónicos y enfatuamientos espirituales lograran concretarse y pasar del espíritu al cuerpo. En ese instante, todo cambiaría de una sola vez.

Esa meta inalcanzable, ese pedestal en el cual ponemos a la musa que nos inspira a movernos cada minuto, se desvanecería para siempre y nos pondría en un nuevo plano. La magia se acabaría y todo pasaría a otro nivel. De seguro, ese no-se-que inexplicable que hacía que estuviésemos inspirados no se haría nunca más presente de la manera en que lo hacía, sino que ahora sería algo más concreto y "real". Del mundo de los sueños, las esperanzas, los anhelos y las ilusiones, pasamos de golpe a la realidad, con la seguridad de tener a nuestro lado a ella, la que nos inspiró durante todo ese tiempo y nos hizo sentir que podíamos viajar en una nube edulcorada.

La realidad dice otra cosa: no hay tal dulce, ni tales cosas maravillosas y de ensueño, sino que cosas maravillosas que sólo la realidad y lo concreto pueden dar. Una realidad que puede ser completamente distinta a lo que nos imaginábamos en nuestros días de amor platónico como norma de vida. Sin embargo, es un plano al cual todos los enamoradizos queremos llegar algún día, ¿cierto?


Sin embargo, y aunque la realidad diste bastante de lo que nuestra imaginación y esperanza puedan decir al respecto, siempre es recomendable atreverse a dar el paso para superar la barrera de lo especulativo y meternos en un área donde la realidad nos inunde. Confesar nuestros sentimientos a ellas es una de las cosas más corajudas que podemos hacer, pero que siempre tendemos a no hacer por miedo, inseguridad y desconocimiento de un plano que se nos hace difícil de vislumbrar. El convertir un sentimiento platónico en uno tangible es de lo más difícil y cambia mucho las cosas. ¿Acaso no les ha pasado? Sé que todos lo hemos vivido, de una forma u otra. Las confesiones cambian miradas y sentires. Pero es lo que debe hacer

El que describe muy bien toda esta situación del amor platónico es (¿quien otro?) el troesma Dylan, en la hermosa canción She Belongs To Me. A pesar del título posesivo que no hace más que reflejar el estado mental de cualquiera que se enamora, el troesma describe en esas estrofas a una chica artista, independiente, maravillosa y etérea. Así es como solemos ver a nuestras musas inspiradoras: perfectas, angelicales y motivadoras.

Bob Dylan - She Belongs To Me (en vivo 1966)

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¿Cuáles son sus amores platónicos?

miércoles, junio 07, 2006

Inauguración del simulcast y un réquiem por Billy Preston.



Tengo el orgullo de anunciarles que, a partir de hoy Miércoles 7 de junio de 2006, partiré un "simulcast".

De seguro todos los que pasamos por Medios 2 y 3 en Periodismo de la UC sabemos bien (o, al menos, lo ubicamos) lo que quiere decir "simulcast". Significa transmitir en 2 medios simultáneamente. El caso más popular es el de Radio Cooperativa, que transmite simultáneamente en AM y FM, lo que amplía las posibilidades de cobertura y da dos tipos de transmisiones con no pocas diferencias entre sí.

Emitir contenidos en más de un solo medio, en un principio, tuvo fines estrictos de difusión. Sin embargo, gracias a las mejoras en los servicios que Internet puede ofrecer, han nacido nuevas formas de multidifusión. Ahora, podemos disfrutar de las delicias de las transmisiones online de radio y TV que antes estaban sólo disponibles en sus medios naturales, nacen nuevas estaciones exclusivamente en línea, el hipertexto desarrolla nuevas formas de lenguaje (aún lo hace, esto no se acaba todavía), los contenidos pueden ser tratados con mayor profundidad en la red y aún así no perder lectoría ni audiencia en diarios, radio y TV. Un mundo conectado por más de una vía, del que pareciera que nadie se escapa, con sistemas que nos "amarran" para muchas de nuestras actividades cotidianas.

Sé que muchos (si no, todos) se preguntarán: "¿cómo mieeerdaaaaa será posible un simulcast en medio escrito? Bien simple: desde hoy, los textos que suba en este fotolog también estarán disponibles en este nuevo sitio: http://hecrock.blogspot.com . Así es... hice un blog! eso no quiere decir que esté abandonando las entregas vía flog de mis escritos. Sólo quiere decir que saldrán, además, por otra ventana.

Desde hace un wen rato que varios amigos y conocidos me han recomendado que me cambie al mundo del blogspot. Que es más cómodo, más personalizado, más "serio", más "profundo" y más "inteligente" que los "vacíos" y "superficiales" flogs. Ya he dejado claro pro estas vías que yo no me compro ninguno de esos prejuicios derechamente antojadizos y gratuitos por lo demás. Para mí, y lo digo nuevamente, una ventana es una ventana. Punto. No hay mayor discusión al respecto, pues uno hace de su casa lo que uno quiera.

Si pienso eso, ¿es necesario hacer un blog? En vista de las posibilidades de multimedia que ofrece un portal como Blogspot al usuario, la balanza se estaría inclinando al popular servicio de blogs. Las posibilidades ilimitadas de caracteres, posteos, entradas, fotos y, sobre todo, el hecho de poder subir material multimedia (en formato de audio y video) en forma de servicios como castspot, hizo que fuese considerando con mayor decisión el crear un blog.

No quise ponerle hectormuñoztapia al nuevo sitio, sino que ocupo el nick que siempre he usado para todo, el mismo que hice cuando tenía unos 18 años, cuando configuré mi primera casilla de email (la que ahora ya no existe, jejejej). Al final, da lo mismo: Hecrock es como Héctor, pero con algo de Rock, ¿cierto? Aún me resulta divertido el juego de letras que se forma de ese nick, mi nick. Desde hace tiempo que ya es habitual usar tu nombre y apellido para crear u mail, pero eso no me importa: ya tengo mi pequeña "marca registrada", jejeje. Un sello propio.

¡Qué "le llevará" el nuevo blog? En texto, exactamente el mismo que encuentren en este fotolog. Lo que podrá tener extra será un par de fotos más, algun cambio en la tipografía, alguna cosilla por ahí. Pero lo que más importa es el valor agregado de lo multimedia. Si escribo sobre un disco, ¿qué mejor que tener la posibilidad concreta de escuchar una muestra en una canción? Eso hace que la lectura que puede resultar medio tediosa si no se conocen algunos códigos para la comprensión se torne derechamente más atractiva para alguien que no conoce sobre lo que escribí. Ideal hubiese sido subir algo de Randy Newman, Tom Waitts o los Grateful Dead cuando escribí sobre ellos en alguna oportunidad.

Si visitan http://hecrock.blogspot.com encontrarán que subí todos los archivos de este fotolog. Los 216 que he subido desde el Domingo 27 de febrero de 2005 hasta el del Sábado 3 de junio recién pasado, todos están allí en el blogspot, agrupados por mes. Fue una labor tediosa, pero de sensación agradable una vez terminada. Algunos de ellos incluyen sorpresas extra. Los invito a descubrir cuales de esos textos tienen esos "huevos de pascua", como le llaman a las cositas escondidas en los DVDs.



Antes de despedirme por esta oportunidad en este texto número doscientos diecisiete, quisiera que recordáramos al gran Billy Preston, el quinto Beatle", ese tecladista del alma, tan virtuoso como emotivo, el que acompañó a George Harrison, Eric Clapton y a los Rolling Stones en varias giras. Murió el día de ayer a los 59 años en Scosttsdale, Arizona, víctima de una enfermedad renal. No fue repentino: estaba en coma desde noviembre del año pasado, prácticamente seis meses.

Tipos como Preston van quedando pocos. De esos que actúan sin miedo, ni envidia, ni maldad. De esos que hacen las cosas del corazón, en paz, armonía y con una honestidad brutal. Se le extrañará.

Nos vemos la próxima…


Billy Preston - That´s The Way God Planned it (en vivo del Concert for Bangladesh)

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Un archivo del Sábado 11 de febrero de 2006:



Feedback.

Recién estaba viendo el DVD de Rush de los 30 años de carrera, y no me deja de sorprender y agradar esta verdadera fuerza dentro del Rock y la escena popular. Nunca he sido un venerador del mundo progresivo ni de los virtuosos académicos de los instrumentos. Sin embargo, Geddy Lee (bajo y voz), Alex Lifesson (guitarra) y Neil Peart (batería) no entran en tal categoría. Rush salen de la norma. Rush es rocanrol de pies a cabeza. Rush es intensidad pura. Rush es sólido. Y Rush la lleva rompiendo más de 30 años.

¿Se acuerdan de este EP del 2004, aparecido en mediod e las celebraciones de los 30 años? El EP en cuestión se llama Feedback y fue visto por mal ojos por no pocos, que se preguntaban cómo era posible que un grupo de la talla de Rush sacara un pequeño disco con sólo covers y nada de temas propios. Eso de que la "pura nostalgia" es totalmente negativa y una decepción proveniente de una banda de la cual siempre se espera las mejores cosas. Pero, ¿qué carajo importan todas esas expectativas desenfocadas y exageradas de los que se dicen "conocedores" de Rock? Acá lo que importa es sólo una cosa: Rush la sigue rompiendo y no se olvidan de sus inicios adolescentes ensayando a fines de los 60 y sacando canciones que, para ellos, están ubicadas en un lugar importante dentro de su formación.

Ya sabemos que los discos de covers pueden resultar odiosos y que pueden ser innecesarios, pero todos esos juicios que nos podemos hacer frente a los covers los dejaremos de lado. Porque todos partimos tocando covers, ¿cierto? Es válido divertirse un poco, ¿verdad? Es lo que Rush hizo en este lanzamiento de 30 años. ¿Qué cajas, qué compilados, qué inéditos, qué mierdas? Sólo recordar la adolescencia y el rocanrol que le ponían desde el comienzo. De eso se trata este humilde EP.

A Rush no le queda mal ninguno de los 7 tracks que componen este breve pero intenso Feedback. Y vamos a ir mencionando en extenso cada uno de ellos:

1) Summertime Blues: El clásico rocanrol de Eddie Cochran, pero revitalizado por Blue Cheer, aquel pionero del stoner, y los siempre espectaculares The Who. Acá Rush combina las versiones de Blue Cheer con la de The Who, resultando un rocanrol de la puta madre en manos de estos tres grosos con polenta. Si la intro es puro Blue Cheer, el resto de la versión es un homenaje a Townshend, Daltrey, Entwhistle y Moon. Y no es el único tributo que le rinden a The Who en este EP. El final vuelve a Blue Cheer y al peso de lo stoner, pero la sensación de The Who queda en el aire y no se va en toda la escucha del Feedback.

2) Heart Full of Soul: Una canción originalmente grabada por el célebre grupo británico the Yardbirds (el mismo por donde pasaron Eric Clapton, Jeff Beck y Jimi Page como guitarras 1) y, del que se dice, uno de los primeros en incluir cambios de la música hindú en su estructura. Rush, en esta ocasión, le agrega potencia con guitarra de Lifesson ultra cargada con dinamita de overdrive y una línea exquisita de la batería de Peart. Hace que la emparentemos con otra que les gusta recrear en vivo (al menos, su intro), Paint It Black.

3) The Seeker: El perfecto single lanzado por The Who en 1970, como para mostrarnos que Tonwshend seguía con la vena llena de canciones pegadizas y reconocibles, esos potenciales himnos para las diversas emociones. Y Rush no hace más que confirmar la fuerza de la original. Acá todo es perfecto: la entrada y el demoledor solo de Lifesson, el redoble de Peart, la línea de bajo y la voz de Lee. No podía ser menos tampoco: para un grupo que gusta del rocanrol con potencia como es Rush (o acaso alguien lo negará?), The Seeker les viene como anillo al dedo.

4) For What It´s Worth: Es muy difícil el cubrir algo de Buffalo Springfield apropiadamente. La canción de protesta con más onda jamás grabada por un grupo de San Francisco es todo un reto. Y Rush se luce acá con la delicadeza necesaria para cubrirla bien y sobrevivir. ¿Qué mejor?

5) Shapes Of Things: Otra de The Yardbirds, una de aquellas extendible en jams pro su estructura libre, que Rush rescata con bríos y estatura enorme. La rescatan del baúl de los recuerdos para revitalizarla con vigencia.

6) Mr. Soul: Escrita por su compatriota Neil Young mientras militaba en Buffalo Springfield, esta rocanrolera tonada toma nuevas formas en las manos del power trío canadiense, conservando el riff característico pero ganando algo nuevo con la línea vocal del inconfundible Geddy Lee.

7) Crossroads: Escrita por la leyenda Robert Johnson y popularizada por el power trío más potente que haya visto la historia, Cream. Y Rush, al tenerlo como influencia fuerte en sus inicios, son ultra fieles a la versión que Clapton liderada en voz y guitarra 1. Un regalo para todos, sin duda.

8) Seven And Seven Is: De los legendarios Love, Rush le pone el botón de overdrive a una sicodélica canción, siendo un perfecto cierre para esta pequeña colección.

¿Qué mejor para celebrar que tocar viejos y queridos rocanroles a la Rush?

Rush - The Seeker

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martes, junio 06, 2006

Archivos junio de 2006.


Sábado 3 de junio de 2006:

Weichafe en la Sala Master, Viernes 2 de junio de 2006.

Entre tanta actividad de ahora último (paro en la UC, aunque sea medio simbólico pero igual significativo - tocamos el Jueves en la tarde por la causa), coberturas para http://www.toma.cl (fui a lo de Rata Blanca - ni me gusta el grupo emblema del metal en español, pero igual es pega, jejejeje; y anoche a lo de Cápsula Discos), una tocata de Weichafe, de esas que no vemos como costumbre hace bastante tiempo, se hacía un programa de lo más interesante. Poco sabía que lo que iba a ocurrir en la Sala Master ayer, Viernes 2 de junio de 2006, sería una de las mejores tocatas que he visto de Weichafe en mi vida.

La cita era a las 21 horas, como para acomodarse adecuadamente antes de la partida del programa "Chile Música En Vivo", el ya mítico espacio de la Radio Universidad de Chile que, todos los Viernes, transmite en directo una sesión en vivo. Muchos (por no decir todos) los nombres de la escena local han pasado por ahí. Y Weichafe ya había tocado en dicho espacio, en una memorable sesión de hace más de 2 años.

Como es habitual, Antonella Estévez da indicaciones a la audiencia para que se plieguen a los aplausos grabados de la cortina que comenzará a sonar dentro de los próximos cinco minutos. Después de un par de canciones de la programación y la tanda de comerciales, la cortina de Chile Música En Vivo comienza a sonar y rápidamente el respetable (bastante numeroso y que tiene a la Sala Master repleta) aplaude enfervorizado. La señorita Estévez da la bienvenida y recuerda que lo que se viene es una sesión especial, "electroacústica", en la que se han preparado varias sorpresas. De inmediato, da el pase a Weichafe. Pasan Angelo Pierattini (guitarra y voz), Marcelo Da Venezzia (bajo y voz) y Mauricio "Negro" Hidalgo (batería) a instalarse en sus respectivas posiciones.

Un saludo cordial de los cabros y la partida acústica y especial para una canción que muchos pedíamos siempre y que sólo ahora, bajo las condiciones de lo electroacústico, ve la luz en vivo: Suerte. Y la tenemos al verla en dicho formato. Después, una sentida rendición para un melancólico Domingo Feliz, con la guitarra de Ángelo haciéndose la lesa y desafinándose. "Pido disculpas por el comportamiento de mi guitarra", dice de inmediato al terminar la canción. Casi de milagro, la guitarra vuelve a sus cabales y se suma a la cruzada musical especial. En el intermedio, Pierattini habló y manifestó su apoyo a los estudiantes ("tienen los cojones que nuestra generación nunca tuvo").

A continuación, cambio en los instrumentos: el Negro se pasa adelante y toma el bajo (o, como lo presentaría el mismo Ángelo, "como músico invitado, Mauricio Hidalgo en el bajo), Marcelo toma la poseída guitarra y Ángelo enciende el teclado que tiene al frente suyo. Todo para dar una íntima rendición para Dios Es Solo Para Algunos. Después, una hermosísima versión para De Espalda Al Cielo con base de teclado, juego de paltillos y detalles en la acústica, todo un lujo. El extenso set electroacústico (de aproximadamente 50 minutos, bastante para una transmisión en vivo por radio) cerró con un par de perlas: El Paño De Luis y una Pena De tí interpretado en clave italiana: coros, arreglos hermosos y disfrute. Final perfecto para una primera parte perfecta.

Después de una entrevista lúdica (ya habitual cuando juntamos a estos tres cabros), la parte eléctrica. la electrizante demostración de Rock electrocorporal a la que Weichafe nos ha ido acostumbrando en estos casi 10 años. Abre Hipnosis, sigue Los Imaginarias y continúa Suicidio General. Acá Ya se ven los rostros de la gente de la radio preocupados. Antonella toma el micrófono para anunciar que quedan un par de canciones para concluir la sesión, aunque era evidente que ni siquiera se había llegado a la mitad del set eléctrico programado. Por insistencia del respetable, Weichafe interpretó una de las mejores versiones de Tierra Oscura Del Sol que se les haya escuchado, con una guitarra cargada de distorsión y chorus que extendía las notas hacia el infinito, con un Pierattini inspirado al máximo. Después, la calma de un Blues a-la Cream para el pase a El Rock Del poncho (que también es el Weichafe rocanrol, jejeje) . De seguro habían cortado las transmisiones de la 102.5, pero la fiesta seguía en la Sala master. Ni las indicaciones de Gianni para que cortaran hicieron que el set se detuviera. En vez de eso, la respuesta acelerada y furiosa de Ángelo para Ripio Y Soledad hizo que todo siguiera funcionando. Después, y al ver que todas las luces de la sala estaban encendidas, Marcelo se despide al micrófono y Ángelo Responde con la partida de Pichanga. No queda otra más que plegarse y disfrutar como en aquellas gloriosos sesiones de hace un par de años.

¿Qué importa que el reloj indique que son casi las 11 y media cuando comienza a sonar la intro de Hazme Dormir? Weichafe se lanza en un round más y salen victoriosos de manera airosa. Puro rocanrol en la sala, pura pasión en la entrega y un renueve de votos como nunca antes. Weichafe mostró, como siempre nomás, que son de las mejores bandas de la escena local. Rock electrocorporal del mejor. No hay caso: Weichafe merece estar en un lugar destacado dentro de nuestro Rock Nacional.

Weichafe - Hazme Dormir

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Archivos mayo de 2006.


Miércoles 31 de mayo de 2006:

No seremos "fortunate sons" pero sí seres humanos- Abajo la LOCE!

Some folks are born silver spoon in hand,
Lord, dont they help themselves, oh.
But when the taxman comes to the door,
Lord, the house looks like a rummage sale, yes,

It aint me, it aint me, I aint no millionaires son, no.
It aint me, it aint me; I aint no fortunate one, no.

(Fortunate Son, de John Fogerty, de Creedence Clearwater Revival y cantada por todos los que no son “fortunate sons”, o sea, todos nosotros ;) )

Vivimos tiempos surrealistas de aparente estabilidad creciente en lo macroeconómico. Tantos excedentes, tanta plata que trae el cobre. Tanta mesura que pide el Gobierno para esos gastos. Tanta efervescencia que había en enero y en marzo, cuando los ciudadanos todos festejaban una evolución natural y progresista de nuestra historia. Todo parecía ir bien.

La verdad es que todo, básicamente, seguía igual. Las desigualdades siguen siendo algo de cada día, todos nos tenemos que esforzar igual a diario para ganarnos el pan de cada día, de la manera en que podemos: trabajando o estudiando, hacemos el aguante por las cosas que queremos. Seguir adelante, pelear siempre por lo que queremos y creemos. Defender nuestros sueños.

Sin embargo, se hace difícil hacerlo cuando el sistema te consume y te atrapa en un juego que se convierte en una triste realidad: la mediocridad, la rutina destructiva para el alma. Y ese pareciera ser el destino de muchos que, en vez de intentar la vida, se rinden ante el intelecto y la conformidad. Esa misma mediocridad que genera vidas que no pueden ser consideradas vidas bajo ningún momento. Al caer en ella, la miseria se apodera de nuestras mentes y nos convertimos en un manojo de frustraciones que son como los virus: la contagiamos a nuestro prójimo.

La violencia que hemos visto en las calles es un reflejo de ello. La fuerza policial nuevamente de clases de abuso de poder, tratamiento vejatorio y falta de sentido común. ¿acaso no lo saben? YA NO ESTAMOS EN DICTADURA!! A los que golpearon el pasado Martes eran estudiantes, no criminales ni escoria. ¿Los tendrán encerrados en jaulas antes de sacarlos a "controlar la situación" o simplemente son así nomás? Porque algo anda muy mal si resuelven todo así, ¿no? Las imágenes no mienten al respecto.

La bola de nieve crece y los queridos pingüinos ahí están, manejándola desde que era apenas un ovillo pequeño. Más que "manejándola", la han visto crecer y la van guiando entre todos. La bola de nieve sigue avanzando y ganando legitimidad. La bola de nieve es capaz de ir reflejando en sus curvas todo lo que la rodea. No hay manera de evadirse de ella, al contrario: hacemos lo posible para ayudar a guiarla y que llegue a buen puerto. ¿Existirá un buen puerto para semejante mole? La esperanza dice que sí. La fuerza y fortuna tratan de alimentarla con su naturaleza.

Lo vuelvo a decir: los cabros que están en el colegio la tienen muchísimo más clara que nosotros cuando teníamos su edad. ¿Qué será? No lo sé. ¿Haber nacido en años de democracia? Probablemente, aunque son sólo circunstancias. ¿Más sabiduría al enfrentar un nuevo milenio? Quizás, aunque la sabiduría no está restringida por edades (bien lo sabemos todos, jejjeje). ¿Manejo de la tecnología y ciertos códigos que nosotros pudimos conocer más viejos? Para nada, pues esas son sólo formas, más no fondo de nada.

¿Qué será lo que tienen los estudiantes secundarios que no tuvo mi generación o la generación de mi primo-hermano-amigo? Yo, al menos, tengo claro que mi generación se había quedado pegada en la intelectualidad y los discursos más que la acción. Esos eran los que dirigían el CAIN, que pasaban de sala en sala para captar nuestro voto y quedarse con los puestos. Un amigo que andaba fuera de la sala en el momento en que estos cabros candidatos estaban hablando sobre sus propuestas los vio a la salida del aula. Otro cabro más grande se acercó al lote que venía saliendo y le preguntó a uno de ellos "¿ya dopaste a los cabros chicos de esa sala?". Me da lo mismo si fue dicho en broma o en serio, si ocurrió así tal cual o fue algo distinto. Lo que sí me quedó claro en ese entonces fue que estos tipos que se decían "defensores de nuestros intereses como institutanos" atendían primero a sus intereses personales. Una vez más, los "fortunate sons" se reían del resto que no lo éramos.

Lo que está pasando ahora me hace ver que ese tipo de actitudes está en franca retirada. Ahora es evidente una unión férrea como comunidad de todos los estudiantes. Ya pareciera no importarles los colores políticos que sí pesaban cuando yo iba al colegio. Todos trabajan juntos por un mismo fin: terminar con una situación que siempre fue insostenible, solo que ellos fueron los que pudieron decir "basta de todo esto, tiene que cambiar de una vez por todas". Al parecer, no se dejan doblegar por nada, siendo capaces de abandonar mesas de diálogo si ven que las autoridades no los toman en serio como debieran. Llaman a participar y no a quedarse acostados cómodamente, como sí lo hizo mi generación, donde "paro" significaba "vacaciones" (¿recuerdan los paros de profesores?).

Se supone que la UC se sumó al paro. Honestamente, ¿quién no? La causa es de todos. No sólo para ellos, sino que para los que vienen. Para nuestros futuros hijos y los hijos de éstos. Para los que aún no piensan en llegar.

¿Hijos afortunados? Para nada. Seres humanos conscientes de su entorno y cumpliendo su labor como seres humanos que son. Punto.

¡Abajo la LOCE! Suban este logo de campaña en sus flogs.


Domingo 28 de mayo de 2006:

Takin It To the Streets...

Mientras iba caminando por el centro para comprar el par de cuerdas que faltaban para las guitarras de 12 y dejarlas listas para la tocata de ese Viernes en la tarde, pasé por Arturo Prat Nº 33, el lugar al cual fui de Lunes a Viernes, desde marzo de 1993 a diciembre de 1998. El Instituto Nacional General José Miguel Carrera. El conocido Instituto Nacional, cuna de presidentes, literatos, ingenieros, médicos y mucha gente más anónima pero nada de irrelevante.

Ahí estaba el colegio que vio mis cambios, mis inseguridades, mis decepciones y mis anhelos aterrizados a una realidad que siempre ha tenido impregnada. La realidad del país, de forma cruda y sin ninguna burbuja. Es fuerte, pero necesaria para que tu conciencia despierte. Desafortunadamente, a mi generación sólo le alcanzaba para visos de intelectualidad medianamente temprana. ¿Algo de acción y hechos concretos? Nada. Sólo palabras que se las lleva fácilmente el viento. De hecho, la única preocupación de los alumnos en el 98 era que los dejaran ver los partidos de la selección de Chile en el mundial de Francia. Lo que más se veía era que el presidente del Centro de Alumnos de ese año diera un discurso medianamente "incendiario", hablando de la dictadura y siendo crítico, lleno de lugares comunes y de frases "políticamente correctas". Nada más que palabras.

¿Sabían que, para 1998, el Instituto dejaba para los cuartos medios el ramo de Educación Cívica? Una formación que debiera ir desde temprano allá la dan recién cuando los cabros están crecidos, más o menos orientados y con algunas cosas claras y convicciones que no las van a cambiar mucho. Me tocó verlo: cuando Guillermo Pérez, el profe de Educación Cívica, hablaba en clase, muchos ni pescaban, haciendo otras cosas. A mediados de hora, el profe daba alguna actividad y se quedaba conversando de política, sociedad y otras yerbas con algunos alumnos. Éramos pocos los que nos quedábamos a esas interesantes tertulias de mediodía.

Ahora, 8 años después, veo con gusto y una sonrisa en el rostro que las cosas han cambiado bastante con respecto a ese poco auspicioso fin de milenio. Cabros que nacieron en democracia. La mayoría de ellos tiene, a lo sumo, 17 años. Casi todos llegaron a este mundo a comienzos de la década de los 90. Los dirigentes deben haber sido concebidos en pleno período de movilizaciones para recuperar nuestro estado y nuestra dignidad. Realmente, no me sorprende que sean precisamente sus hijos los que estén aplicando las lecciones de muchos errores y un poco menos de aciertos en cuanto a nuestro deber cívico.

Por lo que luchan no es una trivialidad, sino que es el destino de su educación. Terminar con la enorme brecha económica de posibilidades, darle forma al destino y que nadie quede fuera por cifras ni categorías. La educación para todos, pero que desde ahora y para siempre sea verdad y sea la norma. Esas son cosas que nunca se discutieron como correspondía hacerlas cuando yo era un escolar inseguro y dubitativo.

Los cabros de ahora la tienen tan clara con para afirmar que el sistema educacional que les rige es un verdadero "apartheid", dividido en 5 categorías: el particular pagado, el particular subvencionado con financiamiento compartido (donde los padres pagan cuotas mensuales), el particular subvencionado sin financiamiento compartido, el municipal de comunas ricas y el municipal de comunas pobres. Los niños pobres reciben una subvención estatal de 30 mil pesos, y de ahí para arriba cada grupo se educa en condiciones económicas diferentes. El sistema educativo fomenta y rigidiza estas desigualdades. Y estas desigualdades parecen no superarse nunca, pues han estado ahí desde siempre.

Los estudiantes, además de proponer sus ideas, están pidiendo explicaciones al gobierno de la Concertación que, en 16 años, no ha cambiado prácticamente nada de lo que quedó establecido en dictadura. Se han hecho reformas y mejoras, pero el fondo de todo este asunto, la Ley Orgánica Constitucional de la Educación (LOCE). En sus párrafos, el sistema de subvenciones sigue manteniéndose. Ya se está hablando de derogarla definitivamente.

Trato de comparar la situación de los estudiantes secundarios con la que nosotros vivimos en las universidades. La lucha por mayor equidad de financiamiento ha sido larga y sólo hace muy poco se están viendo algunos resultados, pero todavía faltan. Si hubiese siquiera la mitad de espíritu, cojones y corazón que tienen los cabros de colegio, de seguro nuestra problemática hubiese visto la luz antes.

A los cabros les queda para un rato por lo menos: para este Martes 30 de mayo se ha convocado a un paro nacional de establecimientos educacionales. También ver qué es lo que hará el Gobierno para empezar a dar solución a este problema. Se han sumado profesores, apoderados y universitarios para apoyar a los estudiantes en su cruzada.

Como nunca, lo que se sembró en 1990 está dando frutos: parece que la educación cívica sí funciona y Chile madura junto a esos chicos que se la han jugado por lo que creen, sin poner por encima ambiciones ni egoísmos. Ese es el Chile que a todos nos gustaría ver, ¿cierto?

¡Cómo me gustaría tener 8 o 9 años menos y estar ahí!


Miércoles 24 de mayo de 2006:

Highway 61 Revisited.

El 24 de mayo de 1961 nació Robert Allen Zimmerman, más conocido en el mundo entero como Bob Dylan. Hace exactamente un año subí un texto en el que trataba de explicar mi aproximación hacia el troesma. Me acordé de cómo supe de él (obviamente, por Beatles, jejjje), mi muy lamentada asistencia al show que dio un Miércoles 15 de abril de 1998 en el Teatro Monumental, el recordado lanzamiento de su "Love And Theft" con tocata improvisada incluida y lo fuerte que me han pegado sus letras en momentos clave de mi vida y un considerable número de etcéteras.

Todas esa cosas siguen frescas en mi memoria. Pero no escribiré sobre ellas de nuevo. Pueden verlas en http://www.fotolog.com/hecrock41/?pid=8378009 . De lo que me quiero referir ahora es de otro asunto: un disco excelente, que debería estar en la colección de cualquiera que disfruta de la música popular. En cada estante, mueble, mesa, rack y estuche debería estar Highway 61 Revisited.

En este disco, segundo de la trilogía que comenzó el Bringing It All Back home, el troesma abandona casi completamente el ropaje folkie y asume un sonido totalmente rocanrol y eléctrico, ayudado por un nuevo productor, Bob Johnston. Grabado en 4 intensas sesiones de estudio y con la ayuda de excelentes músicos como Al Kooper y Mike Bloomfield, Dylan abre una puerta hacia otra dimensión en el mundo del Rock y la música popular tal como se le conocía en 1965.

La portada del disco lo dice todo: el troesma, con apenas 24 años y una no despreciable experiencia de ser humano nómada tanto de lugar como de espíritu, mirando fijo hacia la cámara, como desafiando al mundo con su nueva música. Es un lenguaje propio, una nueva aproximación a lo más esencial a la hora de crear. Una espontaneidad que sólo da la certeza de saber lo que se está haciendo. Saber que es tuyo y sólo tuyo, sin perder el norte ni el pasado. Lo que comenzó en el disco anterior, eso de "traerlo de vuelta a casa", en Highway 61 lo afirma a punta e actitud y belleza.

La cara A parte con el, a esas alturas, conocidísimo single que fue Like A Rolling Stone (redacté largo y tendido en http://www.fotolog.com/hecrock41/?pid=8970611 ) probablemente la canción más importante de la música popular en muchísimo tiempo, un relato descarnado sobre la individualidad y soledad del individuo al andar por su cuenta, "sin dirección, como un completo desconocido, como una piedra rodante"; "¿qué se siente?", pregunta incesantemente el troesma en el coro. Después, en Tombstone Blues Dylan se las arregla para mezclar realidad con delirio vía hechos concretos mezclados con imágenes atrevidas, todo bajo un ritmo trepidante.

A continuación, la calma sorprendente de It Takes A lot To Laugh, It Takes A Train To Cry, la que (si han escuchado los bootlegs) comenzó acelerada y standard, para derivar en un piano seductor. Después, una inquieta y poderosa From A Buick 6, dodne Dylan hace y deshace con el modo de jugar con las palabras. El lado A cierra con una obra maestra: Ballad Of A Thin Man, una de las canciones más enigmáticas que haya grabado el troesma en toda su carrera. El Mr. Jones al que se dirige lo rescató el querido John Winston en Yer Blues, ¿recuerdan?

La cara B parte de forma celestial con la bella Queen Jane Approximately, llena de teclados y guitarras puras. Después, la épica canción que da nombre al disco: un relato que mezcla pasajes bíblicos con personajes en una carretera que se cruzan en un viaje, dejándonos todo a la propia interpretación en el punto de encuentro de la autopista 61. Le sigue esa maravilla de canción llamada Just Like Tom Thumb´s Blues, donde el troesma es más explícito al hablar de drogas que en Mr. Tambourine Man. Acá no hay figuras para disfrazar ciertos hechos. Por el contrario, Dylan cita derechamente la angustia del junkie ("and I don´t have the strenght to get up and take another shot"). No puedo dejar de mencionar la excelente versión que tocó Neil Young junto a Booker T & The MGs en el Bobfest: quedó hermana de la emotiva Powderfinger.

El disco cierra con uno de esos momentos únicos en los discos del troesma: una canción de 11 minutos de duración llamada Desolation Row. Acá Dylan muestra el tremendo salto que se pegó como autor de relatos surrealistas, delirantes, atractivos e innegablemente apegados a la realidad. El troesma nos va presentando una serie de personajes que sólo podrían haber sido observados en el asiento trasero de un auto mientras se está viajando por la carretera. Estos personajes parecieran estar sacados de un Mardi Grass o de algún carnaval que uno se puede cruzar en el camino. Todas estas figuras Dylan las ocupa para decirnos una cosa: el mundo está mal y nos dirigimos al Apocalipsis espiritual si sigue todo igual. A pesar de tanto pesimismo, Dylan nos hace ver la luz al final del túnel. Más info en el excelente análisis de David Tuffley en http://www.cit.gu.edu.au/~davidt/desolation_row.htm . El cierre con guitarra de palo y harmónica es conmovedor.

Este disco es de cabecera. No se arrepentirán de conseguirlo y tenerlo en la colección.

Feliz Cumpleaños, Bob!!!


Domingo 21 de mayo de 2006:

High Fidelity.

Al poco tiempo de salir esta película, recibía todo tipo de comentarios sobre ella, los más cargados hacia el apoyo y la recomendación. "No puedes dejar de ver High Fidelity, sobre todo tú que eres un rayado con la música" era el tipo de frases que más escuchaba al respecto. Si la recomendaban tanto, habría que echarle una mirada, ¿cierto?

No la pude ver de inmediato. En esos días yo estaba absolutamente cautivado por esa maravilla llamada Almost Famous, en la cual me pude ver identificado desde más de un aspecto. Todos los que me conocen saben en cuales específicamente. Como estas películas aparecieron más o menos en el mismo período, se hacía interesante verlas ambas y tener una propia opinión, sin el prejuicio de las recomendaciones ajenas.

Vi High Fidelity (Alta Fidelidad, como la pueden pedir en arriendo o comprar), dirigida por Stephen Frears, recién a fines de junio de 2002, cuando la estrenaron por HBO en el cable. Sabiendo que era la adaptación de la novela llena de íconos pop de Nick Hornby (cuya lectura resulta bastante entretenida y cercana si manejas ciertos códigos de la cultura pop de los últimos 30 años), sobre los desencuentros, experiencias, carencias, excesos, sagacidad, amores y desamores de un melómano extremo, como los hay en demasía en el mundo. En la novela, Hornby nos muestra a este personaje de tal manera que podemos sentir simpatía por él. Podemos sufrir con él, llegar a comprender sus manías y de encontrarle razón a sus casi descabelladas conclusiones pero que, vistas desde su prisma, resultan de lo más naturales.

Con la película pasa algo más menos distinto. Rob Gordon (John Cusack) es dueño de una tienda de discos medio vintage. Melómano absoluto, está en pleno proceso de madurez emocional (si es que algo así llega a existir). Rompe con su novia Laura (Ibel Hjelje), una abogado joven, quien pareciera más "adulta" que el eterno adolescente que aparenta ser Rob. El sufrido melómano, haciendo una revisión a su historia, ve que hay más de un rompimiento que lo ha dejado "marcando ocupado" e indefenso, en busac de respuestas ante el fracaso emocional. Acostumbrado a la dudosa costumbre de elaborar listas de preferidos, Rob hace un top five de los cinco rompimientos más importantes en su vida, y se propone a buscarlas para encontrar respuestas.

En su camino a la adultez y a la aceptación personal, Rob va aprendiendo y aprehendiendo un par de cosas (al menos, se supone que eso pasa). Claro que todo esto visto desde el prisma de un melómano obsesivo, de esos que tienen un mar de discos de vinilo, conocimientos enciclopédico-afectivos de la música popular, y que todo lo llevan al plano de las emociones provocadas por el sonido, ese inolvidable sonido de la aguja del vinilo, que precede al de una aún más inolvidable canción. A todo esto, agréguenle la presencia de los eternos empleados de la tienda de Rob: los melómanos compulsivos Barry (el siempre hilarante Jack Black haciendo de sí mismo por enésima vez), sarcástico y derechamente delirante, y Dick (Todd Louiso), sensible y delicado. Son notables las escenas en que ellos se toman la pantalla.

Una wenísima idea que estuvo plasmada de manera notable en el libro de Hornby se ve afectada por la presencia a la larga dañina del protagonismo del personaje principal. Hay maneras a través de las cuales se puede evitar una excesiva hiperventilación del lado más odios de un personaje principal tan humano. Pero en esta adaptación al cine se pierde el toque cercano que podría tener un melómano obsesivo como Rob.

Hay algo en la película que hizo que no me pudiera gustar tanto como se suponía. Si bien está cargada de referencias a la cultura pop, llena de música popular que nos ha acompañado durante mucho tiempo y de un tratamiento del amor y del romanticismo con un poco más de nivel que la habitual basura a la que la industria nos tiene acostumbrados. High Fidelity tiene las mejores pretensiones del mundo, pero no puedo dejar de decir que se queda a medio camino.

Acá, obviamente, pegó mucho. En una tierra que gusta de seguidores que quieren más protagonismo e importancia que lo que siguen y adoran, historias donde se reivindique el papel del obsesivo coleccionista. Es un poco lo que pasa con 24 Hour Party People, donde el protagonista indiscutido es Tony Wilson, el periodista-gestor-representante de mucho de la escena de Manchester. El rol del melómano obsesivo, ese que domina mucho y que pierde la capacidad de asombro. El incansable seguidor de muchas cosas, tantas que las tiende a clasificar con incómodos epítetos. No tiene idea de lo que implica el proceso creativo en el cual una banda se involucra con todas sus energías. Es el tipo que mira desde fuera y que tiene el descaro de menospreciar cada vez que puede, tratando de elevarse a niveles superiores sin tener cómo.

Lo que nunca se nos debe olvidar es la humildad, sencillez y el asombro por las cosas sencillas. Si las perdemos, faltamos a nuestra condición de humanos. Todos somos iguales; todos sufrimos por lo mismo; todos nos maravillamos con los mismos milagros.

¿Ver High Fidelity? Es un rato entretenido, pero no más que eso. No basta con las referencias pop, la música genial y los códigos que todos conocemos. Debe haber algo más: recordarnos nuestra condición de seres humanos en constante renovación, sin sentirnos mejores que otros. Creo que High Fidelity no refleja mucho de ello, pudiendo haberlo hecho.


Jueves 18 de mayo de 2006:

Sobre la tocata del próximo Viernes y las guitarras de palo.

Definitivamente, hoy fue un día de guitarras de palo. Completa y absolutamente desenchufado, acústico y cercano. Como me gusta más esto del acercamiento de uno con el instrumento. Es la manera más cotidiana, natural y orgánica de expresión.

Debe ser por eso que las tocatas a punta de guitarra de palo son las que me gustan más. No lo niego: la potencia, desparpajo, intensidad, pasión, desborde y locura que nos proveen las guitarras eléctricas, la amplificación, la sencilla pero contundente distorsión tipo overdrive hardrockera como ninguna otra y la energía única de todas esas sesiones en vivo, donde entrego todo de mí para que funcionen y, sobretodo, pasarlo bien arriba del escenario. Porque, al fin y al cabo, de eso se trata, ¿cierto? El seguir pasándola bien tocando arriba del escenario. Una vez que se pierde, todo se va a la mierda.

Desde el comienzo de Fother Muckers que nos gusta tomar las guitarras de palo y hacer canciones. Arreglos, repasos y momentos de distensión, todo eso mediante guitarras de palo. Una wena parte de nuestras canciones han surgido de las acústicas. No sé cuál será el porcentaje exacto, pero me atrevería a afirmar que al menos la mitad de nuestro repertorio propio lo componen canciones que han tenido su génesis en las guitarras de palo. Acordes sencillos, melodías familiares y tradición de juglar. Si lo ponen en una licuadora, se forma un grupo de rocanrol, ¿verdad? Al menos se hace el intento ;)

Todavía sigo haciendo el ciclo de funciones de Rock y Música Popular en la Facultad de Comunicaciones de la UC. En este semestre, he mostrado material diverso: Exhibí Backbeat, esa película sobre los Beatles en Hamburgo, de 1994; también Walk The Line, la biopic de Johnny Cash y June Carter (hay que decirlo: ambos son protagonistas); un especial con material en vivo de Wilco, que incluyó una presentación en el Rock Am Ring del 2002 y dos presentaciones en USA: una en el Soundstage de 2003 y la otra en el Austin City Limits del 2005 (ahora tengo el doble de material de Wilco que en esa ocasión, así que podría hacer una segunda parte, jejejej). La semana pasada vimos el documental Punk: Attitude, excelente registro sobre el Punk como música, discurso y actitud, desde Ramones a Nirvana. Nosotros tocamos a comienzos de mes en el horario de los Viernes, en una sesión acústica obviamente.

Hoy fue algo especial: un importante documental precedido de una sesión acústica de lujo. El documental era, por supuesto, Let It Be, que da cuenta de las sesiones de grabación del que terminó siendo (por orden de grabación) el penúltimo disco de The Beatles; el material es explícito: a pesar de los esfuerzos, el grupo ya no estaba funcionando como antes, quedando todo registrado como la prueba indiscutible de su resquebrajamiento.

La sesión acústica fue de lujo y antológica: Angelo Pierattini, guitarrista de Weichafe y Hueso, haciendo un set con guitarra de palo. Ya me había acompañado en una ocasión anterior, hace unos 3 años, en una charla de Bob Dylan. Ahora le tocó abrir para The Beatles con una sesión íntima, poderosa y cruda mediante guitarra de palo. Preparó 4 canciones: ¿Me Ves?, Las Cosa Simples, Don´t Let Me Down y No Hay Abandono Que Soporte Esta Vez, además de una canción extra a pedido del respetable. Fue todo un lujo el poder ver la breve pero intensa presentación de Angelo en el formato acústico. Como para haberlo visto en la Primera Muestra De Rock De Palo, Mesa Varones, Región Metropolitana, que organizó el troesma Redolés la semana pasada. Ojala participe de una eventual segunda muestra.

Y el próximo Viernes 26 de mayo nos toca a Fother Muckers y a Los Coléricos (http://www.fotolog.com/los_colericos) para una sesión acústica doble en el ya familiar Microcine (sala COM 310), a las 5 de la tarde, como para preparar el fin de semana con Rock de palo. Ya estamos preparando el setlist, y con el recuerdo de la tocata de cumpleaños aún fresco. Se viene weno todo esto: compartir con otro grupo amigo un cartel es de lo mejor. Ya lo hemos vivido antes (grandes Eternauta!!) y la experiencia, cuando se hace bien, en orden y a gusto, es de lo mejor. Ya hicimos la experiencia acústica doble antes con nuestros amigos de Sr Davis (primero, en su debut en sociedad; y después, en nuestra tocata de aniversario), y ya parece que vamos acumulando sets acústicos en el cuerpo. Me siento muy orgulloso y contento de que todavía organicemos actividades de ese tipo. Como decía Cristóbal hace unos días, es el Ying y el Yang (como Neil Young, ¿cierto? :p) de los Fother Muckers.

Así que vayan anotándolo en sus agendas, en sus brazos y en sus papeles. Queremos que vayan todos a esta celebración de rock de palo con melodía, arreglos, rocanrol y pasión en la entrega. Les iremos recordando durante la semana para que lo tengan presente. Les pediré un favor: los que puedan, ayuden a difundir esta tocata subiendo el afiche en sus flogs.

Pronto más info. Y recuerden pasar por http://www.purevolume.com/fothermuckers para revisar (si es que no lo han hecho) las 4 canciones que tenemos disponibles en la red. También pasen por http://www.fotolog.com/fothermuckers, nuestro humilde sitio de info, fotos y pensamientos varios del grupo.

Nos vemos.


Martes 16 de mayo de 2006:

Goodfellas.

¿Se acuerdan de ese sketch recurrente del Saturday Night Live de las temporadas de 1995 a 1997 que se llamaba The Joe Pesci Show? Weno, era una especie de talk show cuyo anfitrión era el conocidísimo actor de soporte Joe Pesci, interpretado por el miembro del elenco Jim Brewer. El programa básicamente consistía en las rabietas de Pesci al creer que sus propios invitados (sus colegas de Hollywood) lo estaban insultando o menospreciando. Siempre terminaba dándoles una feroz paliza al estilo gangsteril urbano contemporáneo (con bates de béisbol y demases). En algunas ocasiones, su co-anfitrión era brevemente expresivo Robert de Niro (interpretado por los anfitriones Alec Baldwin y John Goodman). El momento cúlmine de dicho sketch ocurrió cuando irrumpieron los verdaderos Pesci y De Niro para darles una lección a los imitadores. Simplemente notable.

Casi todas las frases y circunstancias que se retrataban en el sketch provenían de la obra maestra Goodfellas (literlamnente Buenos Muchachos, como la conocimos acá), la película con la que Martin Scorsese recibió los 90 con lo que mejor sabe hacer: exponer en un relato fílmico todo lo aprendido y lo aprehendido en la calle y como testigo observador de su entorno de niño en los barrios de la Little Italy en Nueva York.

Lo curioso es esto: la historia en la cual se basa Goodfellas es la que se cuenta en el libro Wiseguy, de 1980, escrito por Nicholas Pileggi, quien relató su experiencia con la mafia y su descenlace en el Programa de Protección de Testigos. Scorsese quedó tan maravillado con lo que leyó, que se las arregló para contactar a Pileggi y decirle que quería adaptar su libro para convertirlo en película. Para hacerlo, trabajaron juntos en la adaptación a guión y el resultado no pudo haber sido más adecuado que el que vimos en la película.

Henry Hill (Ray Liotta), un tipo de ascendencia italiana irlandesa, se ha involucrado desde muy joven con la gente del barrio: los gangsters, que manejaban todo como si fuesen los reyes del mundo. Incluso, revisando su historia, afirma: "Desde que me puedo acordar que he querido ser gángster", o "para mí, ser gángster era muchísimo mejor que ser Presidente de los EE.UU.". Desde niño ha admirado a Jimmy Conway (Robert De Niro), un gángster que siempre está presente, a pesar de no ser de familia completamente italiana como el violento Tommy DeVito (un notable Joe Pesci), pero con un historial de muerte, robos y fechorías igual de notable. El "don" vendría a ser Paul Cicero (Paul Sorvino), quien se muestra como un padre protector más que una figura de terror. Claro que, dentro de ese mundo, funcionan otras reglas.

Goodfellas tiene muchísimos más personajes secundarios y ocasionales, los suficientes para pintar un cuadro maravilloso de realidad y cotidianeidad a lo que se quiere contar. Scorsese maneja los códigos de películas de mafia a la perfección. Acá no hay cosas tan sagradas ni solemnes, tampoco guerras entre bandas sin fin. En Goodfellas, Scorsese muestra el lado más humano y habitual de gente que debería ser normal, como cualquiera de nosotros, sólo que vive al margen de la ley. Para ellos, el resto del mundo no cuenta, sólo la familia y los amigos. El dinero en efectivo abunda, al igual que las cosas materiales, los lujos, las salidas como si fuesen estrellas de cine y un extraño y atrayente glamour de la costa este.

En el universo de Goodfellas, todo funciona siempre y cuando no hayan traiciones. Las ejecuciones por afrentas son habituales, tanto como los platos de spaghetti que les gusta cenar mientras hacen sus "trabajos". El relato en off del propio Henry nos transmite ese nivel de relativa normalidad en el cual se mueve su mundo. De seguro, el mismo que veía Scorsese de niño en las calles de su barrio. Si bien se sabe la diferencia entre el bien y el mal, la formación italiana católica y la moral, el día a día va tiñendo las cosas de otros matices.

Goodfellas juega con el filo del peligro, la violencia excesiva y la dualidad de las situaciones a la cual se enfrentan los personajes. Para ellos, el resto del mundo son "los estúpidos", los que no quieren tener las cosas por el camino más fácil. Como ya sabemos qué pasa al final, la vida licenciosa tiene fecha de vencimiento y más temprano que tarde se llega de golpe a la realidad de "los estúpidos". En ese mundo, el ser un don nadie en una casa regular con acceso sólo a fideos comunes y corrientes, sin comidas de lujo ni salidas espectaculares, es el pan de cada día. La resignación de Henry es palpable de inmediato e, incluso, se puede llegar a sentir empatía.

Scorsese logró algo con lo que siempre cuesta dar: llegar a las situaciones cotidianas de gente común y corriente. Porque, al fin y al cabo, podrían ser mafiosos, funcionarios de gobierno u obreros. Lo que se rescata es la problemática humana vista del modo más realista y cercano posible. y eso logra Scorsese acá.

Momentos memorables y frases para el bronce abundan. ¿Cuál es vuestro momento favorito? ¿La frase predilecta? Quizás haya más de uno. Y es por eso que seguimos comentándola y disfrutándola en el trasnoche. Si no la han visto, corran de inmediato a arrendarla.


Domingo 14 de mayo de 2006:

Primera Muestra de Rock de Palo, Mesa Varones, Región Metropolitana.

El simplemente tocar en una guitarra de palo y dejar que las cuerdas que forman notas y secuencias normales y no tanto se expresen es un extraño y bello arte que está al alcance de todos. El tocar en guitarra de palo nos permite buscar nuestra propia voz. La guitarra de palo es el elemento más generoso al cual podemos acceder. No busca el protagonismo absoluto, a pesar de que se hace escuchar. No quiere que nos compliquemos en detalles técnicos como las afinaciones o las escalas; sólo basta con caer (con suerte y corazón) en la propia combinación adecuada para que la guitarra lo canalice.

Todas esas cosas quedaron claras en el tremendo par de jornadas que tuve el placer de ir a cubrir para http://www.toma.cl , cuyos textos podrán encontrar mañana en la noche o durante el transcurso de Lunes. No fui a cubrir un par de tocatas más, no señor. Me tocó el honor de presenciar una de las cumbres más memorables de los últimos tiempos. El asunto en cuestión era la "PRIMERA MUESTRA DE ROCK DE PALO, REGION METROPOLITANA, MESA VARONES".

La jornada doble nació por iniciativa del genio indiscutido Mauricio Redolés. Con la idea fija en la mente de hacer una sesión acústica, se comenzó a entusiasmar y se le ocurrió invitar a algunos amigos y hacer el "Primer Ferstival de Huevones Que Tocan Solos Con Una Guitarra De Palo". Obviamente, fue cambiando el nombre hasta llegar a una cita más cívica y ciudadana. Por supuesto que, como en toda mesa, debe haber presidente y vocales. El presidente es Redolés (o Rucio Bustos, como actualmente se está dando a conocer en no pocos círculos) y los vocales de mesa, dos amigos y compañeros de ruta del compositor: Manuel García, vocalista y compositor de Mecánica Popular (por cierto, estrenando disco solista) y Tito Escárate, de Muralla China, historiador de la música popular chilena y autor de algunos libros. El resto, una serie de invitados de lujo, de los que les contaré en los próximos párrafos.

La jornada de ayer Viernes comenzó a las 22:40, con Redolés en guitarra de palo y dándole paso a Ankatu Alquinta, seguido de Bruno Godoy, batero de Sinergia, quien debutó en la trova. La juventud dio paso a la experiencia en manos de uno de esos capos que no vemos siempre: Ricardo Duhart, con sus blues urbanos desgarradores, la guitarra intensa y la harmónica poderosa. Todos pedimos una más y Duhart cumplió con creces.

Después de una introducción magistral del maestro de ceremonias Redolés, se toma el escenario Andrés Godoy, legendario músico, que nos sorprendió a todos con su habilidad y espíritu en un par de preciosas canciones.. a un solo brazo. El vocal García introdujo a Claudio Narea, quien entregó un honesto y poderoso set de Rock al palo de autoría propia, adelantando tres canciones de su disco pronto a salir, Rico El País. Después, una sorpresa mayúscula: Payo Grondona, figura seminal de nuestra música popular, haciendo un popurrí de tonadas clásicas, coronada con La Muerte De Mi Hermano y un bis versionando a Redolés.

Después del set de Escárate, la dulzura y sentimiento de García. El líder de Mecánica Popular es de esos pocos iluminados que hacen poesía de verdad tanto en palabras como en música, un verdadero trovador. Su set con Hablar De Tí, La Pena Vuela y Tu Ventana fue perfecto. Como dando un giro completo, la frescura de Jando Blues nos sorprendió gratamente a todos, en un acto que provocaba sentimientos encontrados en muchos, pero que no pasó inadvertido. Como broche de oro, la actuación de uno de esos tipos de los cuales sólo hay que aprender: Charles Labra, ex Sol Y lluvia, que decidió hace un tiempo llevar su música a todos lados, sin ataduras ni restricciones. Si tienen suerte, pueden encontrarlo tocando en el persa, alguna micro o esquina, dando lecciones de vida. En los créditos, un blues del troesma Redolés selló impecablemente la jornada de ayer.

Lo de hoy prometía también. Lamentablemente, Eduardo Gatti y Julio Zegers no pudieron participar, por lo que los 2 primeros números de lujo duraron el doble. 4 canciones de Redolés para el deleite de los presentes y 4 de Florcita Motuda, quien usa con energía los 20 años activos de los 60 que tiene. A continuación, Perrosky con un set íntimo y Leo Quinteros de pie y con un sentimiento único, representando a las nuevas generaciones. Una notable presentación de García para Manuel Rojas, cultor absoluto de la cueca brava, que brindó un set maravilloso. Después, la maravilla del guitarrón magistralmente tocado por otro capo como Manuel Sánchez.

Después del guitarrón de Sánchez, resultaba imposible salir a escena. pero Cacho Vásquez, leyenda de Corazón Rebelde, supo cumplir y mantener la vibra. La experimentación de Rudy Wiedmaier dio paso al cierre de lujo, con Luis Le-Bart tocando clásicos de Santiago Del Nuevo Extremo. El broche de oro, con todos los músicos en el escenario cantando A Mi Ciudad. Se juntan generaciones y el espíritu de lo cercano sigue vivo.

Más info mañana o el Lunes en http://www.toma.cl.


Jueves 11 de mayo de 2006:

Ghostbusters.

La primerísima vez que vi Ghostbusters (Los Cazafantasmas, por si nadie cachó de qué se trataba la foto que ven) fue en Octubre de 1989, en video. Era la edición de LK-Tel Video, la que distribuía (y aún distribuye) las películas de la Columbia y Tristar, la actual Sony Pictures. Lo primero que mostraba el video, luego de las advertencias de derecho de autor y todas esas cosas, era un trailer pequeño de Tootsie, esa genial comedia protagonizada por Dustin Hoffman.

Después de arrendar, al menos, unas 5 veces ese VHS, el tipo del videoclub sugiere que mejor me hace una copia para que no gastara tanto al arrendarla una y otra vez. Calculo que debo haber visto esa cinta más de 40 veces. Y a eso hay que agregarle las veces que la pasaban por la TV (cuando la estrenaron en el 13 me quedé despierto) y en el cable (recuerdo que aluciné mucho porque se veía la raja en comparación con la copia que tenía de antes).

Si hay algo que me remonta a mis años felices de infante, sin duda que Ghostbusters lo logra con creces. Ya sé que la película es un icono pop a estas alturas del partido y que debe tener aburridos a no pocos, pero no está de más echarle un vistazo cada cierto tiempo. Sobretodo con el milagro de su reedición en DVD, hace bastante tiempo atrás.

La idea de Ghostbusters es del ex-SNL Dan Aykroyd, quien es un aficionado investigador de lo sobrenatural, de esos muy bien documentados, que sabía bastante de toda la materia como para darle la vuelta de tuerca necesaria para plasmarla en una idea para guión. Se sumó su partner del show de New York, el genialísimo y siempre notable Bill Murray, para actuar en la eventual película. Junto al siempre efectivo director de comedia Ivan Reitman (realizador de Animal House y Stripes, entre otras perlas de comedia gringa de la wena), desarrollaron el concepto de esta historia de los Cazafantasmas, casi de caricaturas, muy infantil y taquilla a la vez (será lo mismo infantil y taquilla? :p), que trataba sobre unos científicos que se dedicaban a la captura de espectros, algo así como exterminadores. Reitman incorporó al equipo a un ex miembro del equipo de National Lampoon, Harold Ramis, como co-escritor y el tercer cazafantasmas.

La historia de esta Ghostbusters es bien sencilla: los doctores en parasicología Peter Venkman (Murray), Raymond Stanz (Aykroyd) y Egon Spengler (Ramis) son expulsados de la Universidad de Columbia, donde hacían clases y se dedicaban a las investigaciones de lo sobrenatural. Juntos, se embarcan en la factibilidad de atrapar a estos espectros y almacenarlos, prestando sus servicios de ghost-busting a la ciudad.

Una damisela en peligro, Dana Barret (Seagourney Weaver, en un sorprendente rol), les pide ayuda a estos cazafantasmas, pues su penthouse en un acomodado edificio del Central Park pareciera ser una central de espectros. No tardarán en llegar los primeros encargos (de antología de la caza de Slimer en el hotel lujoso), los arrestos, las complicaciones, la Nueva York necesitada de ayuda y el final apoteósico. Claro que todo en clave de la mejor comedia parida de la costa este.

Sé que no es una película "seria" y que fue estrenada en 1984, plena década de los 80, que tuvo más cosas olvidables que rescatables. Sin embargo, lo que nos trae Ghostbusters no es sólo un arsenal de efectos especiales cuando aún eran artesanales y pre-digitales, aparte del gigantesco merchandising que conlleva toda película con tintes infantiles (poleras, gorras, juguetes, álbumes, y un largo etcétera aprehendido de Lucas y cia). Tampoco nos deja un éxito de taquilla demoledor, vacío e inocuo, de esos que se olvidan al verano siguiente y a la próxima idea masiva que se les ocurra a los potentados insensibles del mainstream.

Lo que Ghostbusters nos muestra es la inmortal comedia bien hecha, con wenísimas ideas, puesta al servicio de la cotidianeidad. Fue idea de Reitman el situarla en el contexto de Nueva York con profesores universitarios, pues le daba a todo el cuento de atrapar fantasmas un toque realista y, aunque suene extraño decirlo, aterrizado. Lo de Ghostbusters tiene su lógica. No es tan al aire como pudiésemos fácilmente concluir. Acá hay una cierta coherencia de "discurso". Ghostbusters tiene un ritmo, gracia y encanto únicos en su especie. Ghostbusters nos hace retroceder a esos años donde nuestro "suspended disbelief" funcionaba sin que lo propusiéramos. Ghostbusters nos devuelve esa inocencia que teníamos de niños y que perdimos por diversas razones.

Una de mis secuencias preferidas de la película es la de la alcaldía, donde tratan de explicar al alcalde todo lo que está pasando y lo que está por venir si ellos no intervienen. ¿Locos tratando de convencer a cuerdos? La línea entre lógica y surrealismo es notable ahí, de las mejores cosas que nos dejó esa década en la que fuimos niños y jugábamos mientras todo cambiaba a nuestro alrededor.

Si bien Ghostbusters II es tan entretenida como la primera, no logra la magia de ésta. Ghostbusters se inscribe en nuestro inconsciente como un bello recuerdo de esos años de cabro chico, lo que no tiene nada de malo.

¿Recuerdan los dibujos animados que pasaban por TVN, The Real Ghostbusters? Fueron de los últimos juguetes que pedí cuando chico. Los tengo los 4, guardados en el cajón todavía. Aún conservo el póster enmarcado en mi pieza, el que convive con Beatles, Rolling Stones, Dylan y Who. Y veo el DVD de vez en cuando, sumando más veces de vista a la película. Es weno el ejercicio de vez en cuando.

¿Qué opinan de Ghostbusters? ¿La vieron? ¿Les gustó? ¿La odiaron? ¿La recuerdan? Comenten.


Lunes 8 de mayo de 2006:

El ser fanático, al igual que el beatlemaníaco Jeff Lynne.

El ser fan es una cualidad en franca retirada en estos momentos. Cuesta entregar un compromiso tácito con algo que recibamos y le dediquemos una devoción de magnitudes inconmensurables. Con tantas opciones a nuestro alcance, resulta difícil entregar nuestra atención a una sola. Menos en una época en la que tendemos a no creer en nada. Resulta mucho más fácil no tener fe que tenerla y cultivarla.

El ser fan es creer en algo tal como si fuese una fe por difundir. Crees de tal manera que todo lo que hagas será inspirado en aquello en lo que estás absolutamente convencido. Los fans son poco dados a cuestionar los rumbos de sus objetos de "devoción". Cuando eres fanático de algo, tu esencia se mezcla con lo que veneras a tal punto de que, para cualquiera que te pueda divisar a lo medianamente lejos, le será posible saber sin mucho intercambio de palabras en qué andas.

El fanático no se da por vencido en sus andanzas en pos de la hegemonía de su objeto de adoración. Buscará por cielo, mar y tierra cualquier cosa relacionada con lo que le motiva a vivir. Fotos, escritos, grabados, imágenes, chapitas, sombreros, dulces, sobres, revistas, artículos de diario, pedazos de alfombra por el cual hayan pasado... cualquiera de estos itemes sirve para agregarlo a la colección.

Contrario a lo que se pueda pensar, al fanático le gusta compartir su afición con otros. Pensándolo mejor, esta conducta sería algo natural por la condición de fe que le da a su creencia. Al fanático le interesa convertir a los no creyentes a su fe, por lo que busca a sus semejantes. Está claro que se reconocen con tan sólo mirarse o, a l más, intercambiar algunas palabras. La complicidad es inmediata y logran concretar algunas cosas, por pequeñas que sean. Así aparecen los fan club, las comunidades y las cofradías, que juntan gente que, aparentemente, sólo comparten una "creencia" en común, pero que son mucho más parecidos de lo que piensan.

El fanático no esconde su devoción; al contrario: la exhibe de manera frenética y demasiado compulsiva a ratos. Si quieres convertir a los no creyentes debes hacer el mayor ruido posible, ¿cierto? Eso tienen como premisa los que quieren que aquello que los mueve y los guía en sus vidas.

El lado más siniestro del ser fan es cuando la devoción pasa a convertirse en una patología. Con claros tintes de enfermedad grave, el fanático pierde el rumbo y la noción de su entorno, a tal punto que su adoración se empieza a filtrar de manera peligrosa en su cotidianeidad. El fanático puede pasar a lados más bien sicóticos si pierde la noción de sí mismo y se pierde en el objeto de devoción. Ejemplos ha habido demasiado como para citarlos acá. Pero cuidado... cualquiera de nosotros es propenso a caer en estos cuadros enfermizos de conducta.

Cuando pienso en fanáticos, no puedo dejar de mencionar a todos aquellos loquillos por la música, los que ven al Rock como la salvación del mundo. Y no se equivocan en varios aspectos, al decir verdad. Se ha escrito bastante sobre esta cualidad redentora del rocanrol. Pete Townshend cree firmemente en ella, al igual que Neil Young, quien escribió esas líneas esperanzadoras en Hey Hey My My. Uno de sus discípulos y descendientes más ilustre es Eddie Vedder, quien ha seguido el camino de sus padres y tíos espirituales durante mucho tiempo. Ahora sólo cosecha lo sembrado a punta de integridad, honestidad brutal y la fe con la que vive.

Otro de esos fanáticos emblemáticos del Rock es Tom Petty, quien mantiene su espíritu rebelde a sus 55 años. Se va de nuevo de gira junto a sus queridos Heartbreakers de toda la vida y está a punto de lanzar un disco solista en el verano gringo. ¿Sabían que Petty es un freak de las guitarras? Le encanta buscar guitarras vintage junto a su partner Mike Campbell. Si han visto videos en vivo de Tom Petty & the Heartbreakers, habrán visto fácilmente que ambos cambian guitarras en... casi cada canción que tocan! ¿Como sacando pica? Más bien, disfrutando de esas preciadas guitarras. Y tienen unas, sencillamente, espectaculares!

El fanático que ven en la foto es uno de los más carismáticos, no hay duda. Si se hace una convención beatle que reúna a los fanáticos más freaks de todos, él se lleva el premio. Jeff Lynne es un afortunado por donde se le mire: lo que hizo en Electric Light Orchestra le hizo ganarse los elogios del mismísimo Dark Horse, el querido George Harrison, quien dio que si, The Beatles hubiesen seguido funcionando como grupo, de seguro sonarían como la ELO. Después de salirse de la banda, Lynne se abocó a la producción. Y, por fortuna, trabajó tras las perillas (y algo más que eso) en el bellísimo Cloud Nine de Harrison. Esta nueva sociedad (y, por cierto, amistad) lo llevó a participar de Traveling Wilburys, junto a otros de sus ídolos: Roy Orbison y Bob Dylan. También Petty estaba ahí. Imagínense: 2 fans con 3 de sus ídolos. El sueño mojado de cualquiera de nosotros.

Lynne era el indicado para producir el par de tracks de “regreso” de los Beatles, ese par de cintas viejas de Lennon que Lynne pulió lo más que pudo para juntarla con sus viejos compañeros. Ahí volvieron a verse las caras relajadamente Paul, George y Ringo. El resultado no será perfecto ni demoledor, pero sí especial y emotivo. Y el sueño del pibe para un fanático como Jeff Lynne.

¿Son fanáticos de algo? ¿Sienten devoción por alguna cosa? ¿Tienen fe? El de Lynne es uno de esos ejemplos a rescatar.


Viernes 5 de mayo de 006:

Stadium Arcadium.

Mi recuerdo más inmediato de los Red Hot Chili Peppers es no musical. A pesar de conocerlos hace bastante tiempo, los asocio a una circunstancia en particular: mi tío Ulises, el papá de mi primo-hermano-amigo Francisco, es... igual a Flea!!! Igualísimo! Weno, ahora mi tío tiene más años encima, pero su semblante a-la Michael "Flea" Balzary sigue ahí, intacto e incólume.

¿Por qué me acordé de ese dato tan freak y familiar para hablar de la banda emblemática de California? Creo que es primera vez que escribo algunos caracteres para el flog sobre ellos. Antes que nada, está clarísimos que son uno de esos grupos de veteranos que aún mantienen frescura y que logran reinventarse sin cambiar su esencia. personalmente, me agradan muchísimo por el lado melódico que incorpora el genio de John Frusciante. Esas baladas acústicas exquisitas que sólo a ellos le salen tan espontáneas y frágiles como sólidas a la vez; esas guitarras apasionadas que privilegian el feeling desgarrado por sobre el virtuosismo monótono; esa energía de eternos adolescentes en tipos que entran en sus cuarentas; ese amor fraternal que se nota es sincero y producto de una vida juntos, donde han conocido todos los estados posibles.

Lo que sí puedo hacer en esta oportunidad es compartir con ustedes las primeras impresiones del épico nuevo disco de los Red Hot Chili Pepeprs. En un período de 9 meses, se instalaron a componer y grabar. Llegaron al admirable número de... 48 canciones listas! De esas, dejaron 28 para un disco doble, en el que nuevamente contaron con la producción del gurú Rick Rubin. El resultado del arduo pero placentero (al menos, eso es lo que transmite la escuchada) trabajo es Stadium Arcadium. El disco 1 se llama Jupiter y el disco 2, Mars.

Gran parte del sonido magnífico que lucen los Pepeprs en los últimos años se debe en gran medida a lo que hace John Frusciante. No hay caso; el emotivo guitarrista y compositor de tonadas maravillosas merece un lugar destacado en la lista de los mejores guitarristas del rocanrol y la música popular. Y acá es donde plasma de manera sublime las energías de numerosos trabajos en solitario simultáneos, contagiando a sus compañeros con vibras renovadas. Se nota que viene de vuelta, no hay dudas al respecto.

La partida es demoledora: el primer single, Dani California, con los Red Hot a fuego y una espectacular muestra de la guitarra iluminada de Frusciante, junto con el sello vocal característico de Anthony Kiedis y una base poderosa de Flea y el batero Chad Smith; pepperiano clásico instantáneo. Show (Hey Ho) baja las revoluciones a un nivel de relajo único, con exquisitos quiebres. Charlie nos hace viajar por el tiempo a través de ecos adolescentes de los californianos, donde el funk suelto de cuerpo manda la vibra, sólo que ahora la melodía lo nutre de insospechadas emociones. Después, Stadium Arcadium se muestra como un futuro single emotivo, con juegos vocales increíbles y una continuidad única.

Resulta sumamente divertido toparse con los primeros segundos de Hump De Bomp, que parecieran ser de un grupo británico de los 60, para derivar en un bailable de lujo. Volvemos a las mezclas varias en She´s Only 18, l balada relajante en Slow Cheetah y el quiebre energético de Torture Me, para pasar a otra balada en la bella Strip My Mind y la mezcla de guitarras épicas con groove en Especially In Michigan. En Warlocks, pareciera que volvemos a 1977, pegándose de forma notable con C´mon Girl. Finalizan el primer disco dos tonadas relajadas, Wet Sand y Hey.

Mars no puede partir de mejor manera que con Desecration Smile, con esos quiebres que se sostienen sabiamente en una canción delicada. Le sigue la ondera Tell Me Baby. Hart To Concentrate debe ser la más delicada que jamás les haya escuchado, quedando al lado de Road Trippin y Porcelain. En 21st Century, las cosa se aceleran un poco más, para lograr niveles grandiosos en She Looks To Me y Readymade. La belleza de If se une con la entusiasta Made You Feel Better. Todo se conjuga adecuadamente en Anima Bar: el ritmo, los efectos, la base y la intención. La guitarra logra otro lugar protagónico en So Much I, con un final apoteósico. La fuerza de la maquinaria de power trío dedicado a los quiebres espectaculares se hace notar en Storm In A Tearcup, para relajar las aguas levemente en We Believe.

¿Creemos? cuando faltan dos canciones para cerrar el segundo disco, ya hemos renovado nuestros votos de fe en la música de corazón. Se puede lograr el poderío máximo con el relajo más natural con la fibra emocional que trae lo espontáneo. Tal como lo confirman las dos últimas canciones: un extraño viaje al pasado con Turn It Again, que no tiene quiebres notorios, sino que una línea que va progresando de manera impecable. El broche de oro lo pone Death Of A Martian, donde la base rítmica afirma la demoledora guitarra de Frusciante y la recitada de Kiedis. Impecable.

Aparece este Martes. Habrá que echarle mano al original, pues hay detalles que se deben escuchar. El breve repaso que hice del disco fue sólo tras algunas escuchadas del advance que anda dando vueltas. Sin dudas, la mezcla definitiva, que estará desde el 9 de mayo, nos ayudará a comprender de manera cabal este poderoso trabajo.

Sin duda, lo más ambicioso que han sacado en sus 23 años de carrera. Como para celebrar su permanencia con nosotros, su frescura, su genuino amor filial y su poder como banda. Como para andarlo llevando siempre en el bolso.


Martes 2 de mayo de 2006:

Living With War.

Sinceramente, no esperaba menos del viejo y querido Neil Young. Después de haber estado cara a cara con la muerte vía aneurisma cerebral, su espíritu se cargó de nuevas energías, renovando los votos por enésima vez. La primera muestra de su eterno y delicado talento para contar historias sencillas en clave de música llevadera e íntima a la vez fue a través del hermoso Prairie Wind. Esas canciones etéreas, espirituales y de naturaleza acústica fueron lo que inundó nuestros oídos desde septiembre, convirtiéndose en un nuevo indispensable en su carrera. A esto, agréguenle Herat Of Gold, la película que cubre un concierto en la histórica Nashville, con Neil vestido de gala tipo country para la ocasión, tocando las diez canciones más recientes y un breve pero conciso repaso a sus más emblemáticas canciones. Ya se viene en DVD y, espero, a una pronta exhibición en el Microcine más cercano.

Sin embargo, no todo es calma en la entrega de Neil Young. El aguerrido y comprometido compositor de verdaderas declaraciones de principios como Rockin In The Freeworld o Hey Hey My My también sigue vivo y observando su entorno para expresarse y manifestar su descontento. Ya se notaba en la épica obra conceptual Greendale, donde Young cuestionó los valores y la moral de los Estados Unidos más cotidianos: la clase media y la clase obrera que va perdiendo el control de sus vidas ante la maquinaria del oficialismo. Lo que muy pocos se atreven a decir en un país que ha ido pasos atrás en su nivel de evolución.

Hace tan solo tres semanas se confirmó el rumor: Neil Young tiene un nuevo disco listo. Esta vez, sin la calma y la intimidad del Prairie Wind, sino que 10 cortes intensos, en el formato de Hard Country Rock que nos gusta a todos, con letras directas. Más que directas, descarnadas. Neil Young no lo hace sólo por él, sino que por su familia, sus cercanos y sus semejantes. Simplemente, hace lo que cree correcto de hacer. Basta de la complacencia devenida en indiferencia. Es hora de expresarse, salir a la calle y protestar. Al menos esa es la sensación que deja en el ambiente la escucha de Living With War, un genuino disco de protesta para los tiempos que corren. O, como él mismo lo define, un disco de “Folk-Metal de protesta”. Periodismo vía música en su mejor expresión, tal como en la legendaria Ohio con CSNY.

Neil las escribió y grabó en apenas unos días, entre el fin de marzo y el comienzo de abril, en apenas tres días, junto con tres de sus músicos y un coro, los que van produciendo una extraña mezcla entre la fuerza de los instrumentos eléctricos y una cierta espiritualidad de pueblo, una cercanía única, como si estas canciones de protesta fuesen cantadas en las mismas marchas que debieran ser frecuentes.

El disco abre con una que vendrá de lujo para la gira que CSNY hará en los próximos meses, After The Garden, con un toque absolutamente reconocible y la guitarra característica de Neil. Luego, la que le da el nombre a este nuevo disco, Living UIT War, donde deja en claro su descontento por la guerra en Irak (“I'm living with war everyday… when the night falls, I pray for peace Try to remember peace”), mezclando su voz con otras cien en el coro, casi como una plegaria colectiva. Después, un eco de esas épicas zarpadas junto a sus compañeros de Crazy Horse en The Restless Consumer: riff de guitarra árido y profundo, la voz tenue pero firme a la vez del viejo Neil, más los coros de todos aquellos que lo han seguido desde el track 2, compartiendo líneas y todo.

Lo que viene es un momento durísimo, de esos que nos agradan en Neil Young; el arribo de los acordes menores pasados por la Old Black distorsionada le dan a Sock And Awe, con una poderosa letra de reflexión personal (“We went with what we knew an now we can't go back, But we had a chance to change our mind”), con un inquietante saxo que le da un sabor distinto. En Families, aunque la música sigue siendo fuerte y trepidante, el mensaje es más esperanzador esta vez (“I see a light ahead, There's a chill wind blowin' in my head”), convirtiéndose en una oración mundial. Luego, los ecos del Chimes OF Freedom del troesma Dylan y su activismo adolescente se filtran en la Flags Of Freedom del canadiense avecindado en la Norteamérica contemporánea (“Listening to Bob Dylan singin’ In 1963, Watching the flags of freedom flyin’”).

El track 7 es uno de los puntos altos en el disco. La, a estas alturas, conocida Let´s Impeach The President, donde Young se lanza con todo: tomando posiciones, acusa a Bush de mentirle al pueblo (la entrada lo dice todo:“ Let’s impeach the president for lyin’, misleading our country into WAR, abusing all the power that we gave him and shipping all our money out the door”), introduciendo con bronces y un coro sencillamente demoledor, esta canción puede perfectamente sonar en absolutamente todas las radios y convertirse encaballo de batalla con facilidad.

Después, a lo concreto: en Looking For A Leader, Neil expone sus inquietudes y da un tono esperanzador a la búsqueda (“America has a leader but he’s not in the house, He’s walkin’ here among us and we’ve got to seek him out”), todo con música hipnótica y coros inmensos, como ya ha sido la tónica en todo el disco. Luego, Young recurre a la vibra relajada e hipnótica de Cortez The Killer para hacernos un llamado a los recuerdos de todos, tal como lo hizo en Big Time del Broken Arrow hace 8 años, en Roger And Out (“We were laughin’ all the way That’s when we named it Hippie Highway I still call it that today”).

No resulta tan extraño que el disco no lo cierre el mismo Neil, sino que el coro gigantezco que ha recorrido todas las canciones previas. Y no debiera molestar a los que escuchan que la canción de cierre sea la tradicional America The Beautiful, sólo con voces en una manifestación celestial. Mal que mal, este es un disco de protesta, contingencia y cercanía. Es lógico que el canadiense haga una referencia a la tierra en la que ha vivido durante más de 40 años, donde ha formado familia y donde ha sentado raíces. Si no lo hiciera, estaría faltando a su realidad.

Aparece oficialmente el próximo Lunes 8 de mayo, pero ya está disponible via streams en http://www.neilyoung.com. Péguenle una escuchada y comenten. No se arrepentirán de la escucha.

Neil Young - Let´s Impeach The President

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Lunes 1 de mayo de 2006:

Un poco sobre esas viejas y muy queridas sesiones acústicas.

Este fin de semana largo ha tenido de todo. Tengo un trabajo más o menos grande que entregar para el Martes en la tarde. Aunque la estructura y la temática del trabajo ya la tengo clara, lo medianamente engorroso será llevarlo a cabo. Menos mal que la idea la tengo clara porque, de lo contrario, sería algo demasiado difícil. Además, prueba el Jueves para al cual debo leer una wena cantidad, lo que hice hoy en la tarde. En estos minutos, un break escribiendo acá.

Ayer, prácticamente todo el día, estuve dedicado al grupo en ensayo y en la tocata acústica en la casa de nuestro amigo Diego Maldonado, quien presentó en sociedad su nuevo proyecto, Sr Davis. Una agradable velada de rocanrol vía guitarras de palo y música de autor con experimentación interesante y sello propio. La puesta en escena de Sr Davis fue soberbia: proyecciones, luces, atmósfera, mensaje, atención y actitud. Una guitarra acústica, una eléctrica con efectos varios y un teclado ocasional bastaron para afirmar las sentidas composiciones de Diego, quien fue afirmando todo desde el comienzo. ¡Felciitaciones a Sr Davis por el excelente debut!

Lo que la vieja y querida banda de amigos de colegio más conocida como Fother Muckers hizo anoche fue uno de los ya conocidos y vacilables (al menos para nosotros) shows acústicos. Como previa a nuestra tocata de, ahora, no-cumpleaños que haremos este Viernes 5 de mayo, a las 3 de la tarde, en el Microcine, estrenamos, sin que la mayoría de los que había ahí se diera cuenta, versiones remozadas para algunas de nuestras canciones.

Como siempre, mi preciosa y, a veces (si es que no fallo mucho), precisa guitarra de 12 cuerdas me jugó una mala pasada: desafinación en la primera canción, corte de cuerda más delgada después. Aún así, eso no fue nada para que nos hiciera no disfrutar del momento. Seguimos con el show, y yo con las ahora 11 cuerdas para los arreglos y los solos. Les debo confesar que, en el momento en que se cortó esa bendita cuerda, me vino un relajo de aquellos que permiten que uno se suelte y que todo fluya tranquilamente. Toqué más fuerte, le traté de poner mucha onda y harto rocanrol a ciertas cosas y le di con todo a esas viejas y, en algunos casos (4 por lo menos), resucitadas cuerdas. Después del show, que lo terminamos con un rocanrol que no estaba en nuestro setlist definido para la velada, le saqué todas las viejas cuerdas a mi pobre guitarra. Ahí quedó, desnuda y chascona, descansando de tanto aporreo del dueño. Volverá a la vida con el primer Martes de mayo.

Me encantan las tocatas acústicas! Creo que no hay nada más crudo, visceral, espontáneo e íntimo que tomar tu guitarra de palo y tocar sin amplificación en un living con gente mirando. Es una de las mejores sensaciones como intérprete que se pueden tener. Ahí no hay nada que haga distancia entre el músico y la audiencia. No hay carga eléctrica artificial, decorados artificiales, luces de teatro ni nada parecido. Sólo unas guitarras de palo que sacan sonidos que, en ocasiones, llegan a ser música y, sólo a veces, resulta algo muy bello tanto para el que la hace como para el que la escucha.

Todo esto de las sesiones me acuerda inevitablemente a la onda que tenían Crosby, Stills, Nash & Young. Antes de que el viejo y querido Neil se les uniera, David Crosby, Stephen Stills y Graham Nash eran capaces de tocar todo el primer disco que firmaron juntos en el living de los amigos. Un par de guitarras y tres voces eran capaces de sostener todo. Canciones bellas como Helplessly Hoping, Marrakesh Express, You Don´t Have To Cry, la increíble versión que hacían de Blackbird de The Beatles y, obviamente, la íntimamente épica Suite: Judy Blue Eyes llenaban las salas de estar de no pocos que disfrutaron de la versión más cruda del trió. Cuando entró Neil Young, también siguieron haciendo esas íntimas tocatas acústicas, sólo que ahora constituían la mitad del set que solían presentar en 1970. Bellas canciones como Only Love Can Break Your Heart y On Our Way Home, ambas de Neil, quedaban perfectas con tres guitarras de palo y la presencia de los cuatro. Las grabaciones que quedaron para el 4 Way Street y una rareza que tengo en DVD lo prueban.

Viendo más al presente y a lo nuestro, lo que hicieron Los Tr3s en MTV Unplugged fue, sencillamente, espectacular: prácticamente todo registrado con micrófonos y repasando folclore. ¿Qué mejor que un grupo chileno cite a su bagaje cultural para mostrarlo a todas partes? Es algo que cuesta hacer, pero que debería ser más habitual. Ojala que, en las tocatas venideras de su regreso, lo acústico tenga presencia.

O esas contadas tocatas completamente acústicas de los Weichafe. Los cabros se las arreglan para desarmar las canciones completamente y llegar con nuevas aproximaciones. La más reciente, en septiembre, fue demasiado especial para los que llenaron La Batuta esa vez. Yo no pude ir porque los Fother Muckers tocábamos esa misma noche. Esa vez eléctricos y con árboles. Ya les contaré de eso.

¿Les gustan las tocatas acústicas? ¿Qué les pasa cuando toman su guitarra de palo y tocan en una pieza o en un living para los amigos? Comenten. Y les recuerdo que visiten http://www.purevolume.com/fothermuckers . Saludos!!!