martes, mayo 30, 2006

Archivos enero de 2006.


Lunes 30 de enero de 2006:

Arrested Development.

Ayer en la tarde me reí muchísimo con una maratón de los 6 últimos capítulos de la segunda temporada de Arrested Development (que la exhibe FOX acá en el cable). Y no eran capítulos que antes haya visto. 5 de los 6 que vi ayer nunca fueron transmitidos, pues se había dado la orden de cancelación del programa. Pero el destino (y los fanáticos que insistentemente lo pidieron) quiso otra cosa y el show tuvo una nueva temporada. Es que Arrested Develpoment merece segundas y enésimas lecturas.

Arrested Development, tal como lo dice la voz del narrador en el comienzo de cada capítulo, es "la historia de la tragedia de la familia Bluth, y del hijo que quiere recomponer todo... en un desarrollo controlado". La serie cuenta las desventuras de Michael Bluth (Jason Bateman, quien el 2005 ganó un Globo de Oro al Mejor Actor de Serie de Comedia por este rol), quien debe hacerse cargo de la Bluth Company, luego que su padre, George Sr. (Jeffrey Tambor), cayera preso por estafas varias con su compañía. El arresto del padre de familia descoloca a su familia entera, quienes verán sus excéntricas vidas afectadas por el escándalo de su padre. Michael, un viudo que sólo quiere criar bien a su hijo de 14 años, George Michael (Michael Cera), ahora debe lidiar con su excéntrica familia, que a continuación detallaré un poco.

La madre, Lucille (Jessica Walter), una vieja alcohólica y demasiado metida en los lujos superfluos; el hijo mayor G.O.B. ( Gob, George Oscar Bluth, Will Arnett), un mago (o, como él mismo se dice, un "ilusionista") al que ningún truco le sale bien; la hija Lindsay, melliza de Michael (Portia De Rosi), una mujer joven y casada con el ex siquiatra y actual aspirante a actor sin talento, Tobias (David Cross), ambos padres ultrapermisivos de Maeby (Alia Shawkat), una chica de 14 años que goza de encontrar formas únicas de rebelarse contra esa sobreindulgencia de sus viejos (aparte de ser el objeto de adoración del pobre George Michael); y el hijo menor, Buster (Tony Hale), un sobreprotegido estudiante de múltiples postgrados inútiles, y un enfermizamente especializado "hijo de mamá", quien la acompaña en todas las dementes actividades de la alta sociedad. A este lote, agreguen la aparición de Oscar, el hermano gemelo de George Sr. (el mismo Jeffrey Tambor), pero opuesto: un hippie que todavía conserva su cabello y su gusto por la hierba, además de ser el amante eterno de Lucille, quien nunca se resistió a la cabellera de Oscar.

En las 2 temporadas que he visto de la serie, se enfatiza el hecho de que la familia Bluth, a pesar de todas las diferencias que puedan tener, son todavía una familia. De todo el lote, Michael pareciera ser el único cuerdo de la familia, tratando de lidiar con las situaciones absurdas a la cual es sometido por todos. La empresa a punto de irse al carajo, el vivir en una casa piloto (después de perder casi todas las propiedades tras la detención de George Sr. Las situaciones van tornándose cada vez más caricaturescas, lo que recuerda mucho al estilo de comedia de esa genialidad llamada Seinfeld. Acá el humor negro es el protagonista. Nada de lo que Michael trate de hacer por rescatar el barco familiar puede resultar como él se lo propone, pues estará su "querida" familia para estropearlo casi todo. Pero sigue ahí, dando la pelea por los suyos.

Y no puedo contarles mucho más de la trama de Arrested Development. La idea es que ustedes mismos la puedan ver en alguna retransmisión en la tele o en DVD, ya que las dos primeras temporadas están disponibles en el célebre formato. Ya me los conseguiré como corresponde, no es taaan difícil.

Esta debe ser de las pocas series de TV que se han hecho con inteligencia, apelando a algo más que a los ganchos facilistas y a la risa fácil de cualquier sketch inmediatista. En este programa hay un interesante trabajo de personalidades. Si bien las situaciones son caricaturescas a más no poder, las personalidades excéntricas de los Bluth logran un grado de complejidad tal, que logran llegar a ser entrañables, lo que la hace un imperdible para los que gustan de la wena comedia negra.

Como mencioné al comienzo, Arrested Development sufre el peligro de la cancelación. Si bien ha sido aclamada por la crítica (ganó el Emmy a Mejor Comedia el 2004, entre otros premios y nominaciones varias) y el público la ha recibido bien, no obtiene los índices de audiencia que requiere un show de TV abierta para seguir al aire. De hecho, redujeron de 22 a 13 los episodios de la 3ra temporada. Si hubiese estado en una cadena como HBO, esto no habría sido mayor inconveniente.

Pero la gracia de Arrested Development es precisamente la de romper los esquemas a nivel masivo. Pareciera ser de elite (el desarrollo de la serie te obliga a saber muchos detalles de la historia de fondo para poder comprender varias de las situaciones que van pasando), pero apela a ser de masas. Y puede que ni siquiera se acerque a lograrlo.

Pero se le disfruta igual. Y se agradece.




Sábado 28 de enero de 2006:

Greendale.

Greendale es un pequeño pueblo de sólo 20 mil habitantes. Queda en la costa oeste de Norteamérica, al lado del Océano Pacífico. Y hay una familia viviendo en las afueras del pueblo, específicamente en el Rancho "Doble E" (que antes era conocido como el Rancho "Doble L"), la familia Green. Earl Green, se esposa Edith Green y la hija de ambos, Sun Green.

Sun es una chica que quiere ser una artista de la interpretación. Está realizando un trabajo para el colegio sobre un libro que le interesó mucho, el "Cómo Usar a los Medios". También escribe un ensayo sobre la preservación de la naturaleza en Alaska. Su padre, Earl Green, es un pintor y veterano de Vietnam. Pinta cuadros psicodélicos desde hace más de 35 años. Ha terminado varias mucha spinturas, pero no le ha ido bien vendiéndolas. De hecho, nunca ha vendido ninguna. A su hija Sue le encantan la spinturas de su biejo, y todos lso atardeceres pasa a ver en lo que está. Ella misma está metida en una pintura, pero todavía no la termina. Su mamá, Sue,e s una bella mujer que disfruta de bailar constantemente, alegrando la casa.

El pueblo de Greendale tiene una particularidad. Además de estar en la costa, tiene una prisión para un solo prisionero, y fue construida en 1911; mo mucha gente va a prisión en Greendale. Se dice que el diablo vive en esa celda, y que le gusta compartir con los escasos prisioneros que ha tenido ahí adentro. También le gusta ver las peleas locales y pasar a ver a las porristas de la secundaria. Sue es una de ellas. Aunque no le convence la idea de ser una cheerleader pues no lo encuentra algo loable, todo el mundo la llevó a tomar esa decisión. El pueblo, según el Capitán John Green, (hermano del Abuelo de Sun) es malo y le recomienda a su equipo que no entren ahí. Como tiene 75 y está medio loco, nadie le hace caso.

El diablo tiene sus maneras de hacerse aparecer de repente. Una noche, el primo Jed iba manejando hacia los límites de la ciudad. Al ver el mapa, se encuentra con que no hay nada fuera de los límites de Greendale. Sigue manejando y pasa por el letrero que dice "dejando Greendale", pero su auto no va con luces. Y lo ve el oficial Carmichael, un joven policía casdo y sin hijos aún, muy querido por sus compañeros. El joven oficial lo persigue hasta alcanzarlo, pero Jed lo mata de un tiro. Como el pueblo es pequeño, de inmediato lo detienen y lo llevan a esa solitaria prisión. Por supuesto, Jed se tuvo que enfrentar al diablo, quien seguía viviendo ahí en la celda. Y Jed notó que el diablo se parecía mucho a él.

Los medios rodeaban la casa de los abuelos para sacar declaraciones por el crimen de Jed. El Abuelo no quiere hablar con ningún medio; decide irse con sue sposa fuera de la casa y evitar así ela sedio de la prensa. Sun logra hacer un símbolo de anti guerra para que lo vean los aviones desde el cielo. Decide ir a ver a su tío Jed para darle ánimos y entregrle una nota. Mientras tanto, una vez ya fuera de Greendale, el Abuelo muere repentinamente.

Se organizan los servicios fúnebres para el Abuelo, quien había pedido específicamente que lo enterraran en un cementerio lleno de autos viejos, tal como le gustaban a él. En su funeral, había muchos autos viejos en buen estado para despedirlo. La muerte del Abuelo impacta mucho a Sun. A la mañana siguiente, hace las maletas y se va para siempre de su casa.

En su trayecto, se encuentra con Earth Brown, quien tenía un terreno en Alaska. Deciden irse a Alaska junto a completar su misión. Pero no sin ante spasar por el simbolo anti guerra que Sun había hecho. Hacían una hermosa pareja juntos, y comenzaron el viaje. Pero a Sun la detienen, en medio de la carretera, por posesión de marihuana. Afortunadamente, la liberan de cargos luego.

De inmediato, emprenden el viaje hacia Alaska. Sun duerme en su hombro, mientras que Earth siente que están en lo correcto. Sólo se detiene para comprar las cosas necesaria spara seguir el viaje. Ocasionalmente, pasan a algún club en el camino para bailar un poco. Sun baila y Earth contempla su belleza.

Durante los viajes en la camioneta, Sun duerme en el hombro de Earth. Y sueña mucho. Sueña con que todo hubiese seguido igual en su pueblo. Sueña con ese montaje musical que nunca podrá hacer. Sueña con poder expresarse libremente y criticar el abuso de la mauqinaria del sistema que tanto perjudicó al pueblo los últimos días. En sus sueños, Jed y Carmichael están sentados en la carretera y conversan sobre algo que ella no entiende. En sus sueños, el Abuelo sigue ahí para poder compartir con ella.

En sus sueños, ella está vestida como guerrillera y tiene un megáfono para gritar contra la injusticia. Y Sun ataca a todos: a las idnustrias que han deteriorado la tierra, al consumo desmedido que elimina el evrdadero propósito de vivir, y a los pdoeres fácticos que mantienen la situación igual. Pero sólo en sus sueños. En la realidad, emprende rumbo hacia lo desconocido.

Esa es la historia del multimedial Greendale, de Neil Young.


Viernes 27 de enero de 2006:

Under Cover.

¿Se acuerdan de ese gran disco del 2001 de Ozzy Osbourne, el Down To Earth? Weno, salió justo cuando comenzaba a crecer el fenómeno de ese reality tan caricaturezco, extraño, patetico y entrañable (tal cual, todo eso a la vez) que resultó ser The Osbournes. Tenía unos singles caladísimos y una excelente factura. Pero, lo más destacable, era esa eterna voz angelical que luce el vocalista más emblemático de Black Sabbath.

Pero lanzar un disco de puros covers, y más encima de canciones re conocidas y ya revisitadas de manera sublime por otra gente, es un arma de doble filo. Un purista lo mandaría al carajo de inmediato, sin siquiera pasarle una escuchada. Un fanático acérrimo del metal lo botaría a la basura, incluso si viene de su "dios". Un crítico de música, de esos de la escuela de las estrellitas, lo haría pedazos al ver que el listado de temas es "facilista, obvio y un intento desesperado de Osbourne para seguir en la vista pública". Pero dejemos toda esa basura de lado y sentémonos a escuchar y degustar del Under Cover, el disco año 2005 que lanzó hace muy poco.

El riesgo era alto. Pero no hay nada que hacerle a esa etérea voz que aún mantiene intacta Ozzy, a pesar de los excesos, el carrete, los abusos y el desgaste. Esa voz sigue ahí, a pesar del sobretrabajo de producción que le meten para el disco. Esos efectos de doble voz, de ecos, de pretensiones que no deberían de estar. Pero vuelvo a decirlo, dejemos que la música nos envuelva. Y en esta crzada, el maestro se rodeó de capos: Jerry Cantrell en la guitarra, el querido Mike Bordin en la batería y Chris Wyse al bajo.

Este disco abre con una poderosa canción de hard rock de mediados de los 70, grabada originalmente por el que alguna vez fue guitarra en The Eagles, Joe Walsh, Rocky Mountain Way. Y acá Ozzy no hace mucho más que cantarla sin tantas sorpresas. Lo que sí es notable es el track numero 2, donde Ozzy le rinde tributo a sus ídolos de siempre, The Beatles, en una conmovedora y preciosa versión de In My Life, con un piano adecuado y un arreglo de cuerdas digno de una big band a la Sinatra; el sólo tener esta canción incluida es razón suficiente para conseguirse este disco.

Después del bello momento, una fuerte patada de hard rock con la clásica Mississippi Queen de los Mountain, y acá Ozzy nos muestra por qué es el dios del metal y el objeto de devoción de tantos headbangers que le perdonan todo; y no hay nada que hacerle, la versión es poderosa. Y del hard rock pasa a un momento de "british invation", con una canción de unos "early" Moddy Blues (que tenían a Denny Lane, futuro Wings, en sus filas); acá Ozzy se las arregla para mantener el tono original de la versión del grupo inglés, pero agregando pequeños matices de peso para darle más cuerpo: un solo demoledor de Cantrell, unos coros para reforzar y un riff de lo más baladezco. La que sigue es otro momento dulce: Woman, de Lennon, revisitada por Osbourne, que nos recuerda a ese Ozzy de Mama I´m Coming Home y a ese Ozzy weno para las melodías gigantes, todo un acierto en el disco.

La versión de 21st Century Schizoid Man, de King Crimson, queda compeltamente heavy de la mano del Prince Of Darkness, y perfectamente puede estar incluida en cualquiera de sus repertorios en vivo; acá la banda de acompañamiento se luce a la perfección. Lástima que a esta demoledora canción le siga una débil e innecesaria versión para el clásico All The Young Dudes, original del camaleón Bowie. El experimento dudoso sigue con la versión del clásico de Buffalo Springfield, For What It´s Worth, que ni a Rush le quedó apropiada. Y las cosas se arreglan de forma sublime con su rendición para Good Times, de Eric Burdon & The Animals.

En Sunshine Of Your Love, de los emblemáticos Cream, se nos cae un poco la onda pues varias cosas, simplemente, no funcionan acá. Y Fire, de The Crazy World Of Arthur Brown, es un tema perfecto que nunca puede quedar mal; y acá Ozzy vuelve a lucirse con otro tema pesado entre tanta balada preciosa cubierta. Le sigue una conmovedora, intensa, desgarradora y preciosa versión para Working Class Hero, otra de Lennon, en donde se la creemos toda a Ozzy; la atmósfera, la letra, la intencionalidad de la voz, todo es perfecto acá.

El útlimo tema del Under Cover es uno de los esenciales de las piedras rodantes: Sympathy For The Devil, y acá todo se cae de nuevo. La versiónd e The Rolling Stones siempre fue la mejor de todas, sólo ellos tienen es allama neecsaria para interpretarla. Ni siquiera toda la calle de Guns N Roses, a pesar de tener muchísimo rocanrol en su épica versión, logró rescatar esa llama que sólo los Stones tienen. Y no lo va a hacer Ozzy tampoco. No es el mejor cierre, pero qué le vamos a exigir.

Sacando cuentas, el disco no es para botarlo a la basura. Ozzy puede darse este tipo de riesgos y salir bien parado. Es que su voz todavía lo afirma.

¿Me creerían que a Ozzy le gustan los Beach Boys? Escuchen con atención sus líneas vocales y se darán cuenta.



Jueves 26 de enero de 2006:

Un poco de raíces, pasado, rescate y Víctor Jara.

La otra vez leí que los medios se comprometieron a aumentar la difusión de la música nacional de patético 7 % a un más "respetable" 20 %. Sabiendo que en muchas partes el porcentaje de producto nacional difundido es tanto o mayor que lo extranjero, no deja de darme una profunda vergüenza el que acá nuestros grupos, nuestras canciones y nuestras creaciones no puedan ser escuchadas como corresponde.

A estas alturas, echarle la culpa al apagón cultural de la dictadura es seguir pasando por alto un detalle importante que nos cuesta reconocer: pareciera que no nos "creyéramos el cuento" con respecto a nuestras cosas. Hacemos poco o nada para defenderlas. No se trata de ser extremista al respecto y dejar de escuchar el resto de lo que hay para disfrutar, sino de que le demos la relevancia que se merece.

A veces nos confundimos. Que los nombres de las bandas sean en español, que canten en nuestro idioma, que no tenga elementos anglo, que sea de raíces propias, etc. Creo que la única válida ahí es la de cantar y escribir letras en nuestro idioma por una sencilla razón: la identificación. La música es un lenguaje universal: un acorde, una melodía, un instrumento, una línea vocal, un solo de guitarra, una partitura, un sencillo acorde; todos esos son elementos globales que están en función de un mismo fin.

Descubrir las raíces propias es un viaje alucinante. He estado pensando mucho en el pasado y la historia que cada uno de nosotros lleva consigo. Aunque no nos guste ese pasado, nos acompañará siempre. Mi familia no es mucho de reuniones en torno a los típicos asados familiares ni "en patota". Por diversas razones, estamos algo lejos de la parentela por parte de mi mamá y mi papá. Ambos vienen de mundos distintos, completamente opuestos. Mi mamá tuvo una infancia colmada y feliz, para tener una adolescencia y juventud duras, donde tuvo que hacerse responsable de sí misma muy temprano; mi papá ha pasado por muchas dificultades y trabaja desde que era un niño, logrando salir adelante por sus propios méritos. Cuando se conocieron, más o menos a mi edad, ya sabían lo que eran las responsabilidades.

Sus mundos distintos han contribuido en el hombre que soy hoy en día. Yo llevo conmigo la historia de ellos. Al igual que mi hermana. Sé que podré ser muy distinto a ella, pero nos une ese lazo indestructible de la sangre. Por más que estemos peleados y que no nos entendamos, estamos ahí. A ambos nos tocó una infancia demasiado feliz y llena de risas y alegrías (las fotos y los recuerdos indelebles dan fe de ello). También nos ha tocado acompañar a nuestros viejos en los momentos duros, que no han sido pocos en estos últimos 8 años. Y nadie tiene la culpa de esos malos momentos, sólo ocurren como prueba, como casualidades o lo que sea.

Yo mismo he cambiado mucho en 10 años. Aunque aún tengo un carácter sumamente difícil y soy un dolor de cabeza para mis cercanos, trato de mejorarlo. Soy demasiado impulsivo y apasionado para las cosas que hago. Y quizás esté sobreexigiendo más de la cuenta. Me comprometo a tomarme las cosas con un poco más de calma. Me comprometo a respirar un poco más. Me comprometo a tener más "tino". Me comprometo a no perder la llama que hace que todo funcione. Me comprometo a controlar los impulsos. Me comprometo a escuchar más. Me comprometo a hacer que todo funcione.

No saben lo terapéutico que es rescatar nuestras raíces, y redescubrirlas y reencantarse con ellas. En ese rescate de nuestra tierra, nuestras costumbres y nuestro folclore que hizo Violeta Parra está nuestro ejemplo a seguir. También lo es Víctor Jara. Es mucha la paz que transmite en su voz y en su guitarra cuando se le escucha. Es tremendamente conmovedor el escucharlo. En su voz no se percibe ningún tipo de presión o aflicción. Su voz tiene tranquilidad. Su voz tiene recogimiento. Su voz educa y forma en más de un nivel. Ya sea cantando sobre los problemas sindicales o la pérdida de un amor, Víctor Jara lograba transmitirnos el sentimiento sin adulteraciones. Si la música que uno pudiera hacer tuviese aunque sea un poco de esa vibra, sería alucinante.

Imagínense cómo sería si más del 50 % de lo que se transmite en los medios fuera sólo producto nacional. Víctor Jara sería tan obligado como el himno patrio. Violeta Parra estaría en las bandas sonoras de nuestra formación general. Los Jaivas estarían en todas nuestras conciencias. Habría más festivales propios, más escena, más ganas. Pero nunca es tarde, aunque pasen docenas de años o siglos. Algo tiene que cambiar, ¿cierto?

Queda como un mes antes de que grabemos el demo. Primero, hay que descansar y reponer energías. Despejar la cabeza. Dormir un poco más. En mi caso, bajar un poco las revoluciones; relajarme; disfrutar el viaje. Cargar las energías y canalizarlas de mejor manera. Aún queda mucho por recorrer en conjunto no funcionaría si faltara alguien. Todos son importantes en esto.

Si pasan por acá, les mando un abrazo muy fuerte y un saludo afectuoso.



Miércoles 25 de enero de 2006:

Easy Rider.

Las "road movies" pueden resultar de lo más interesantes y dan cabida para todo tipo de historias. Más que un género, es un estilo que tiene sus propios códigos. Y hay de todos tipos. Pero esta es una de las pocas que podríamos considerar un verdadero clásico del género. Fue ésta película la que le dio el toque preciso de lo espontáneo y lo aventurero al viaje por la carretera. Si, así es. Justo cuando, por esas casualidades de la vida, comienza a sonar el ultra conocido y obvio hit de Steppenwolf llamado Born To Be Wild (una de las canciones con más covers que haya escuchado, mis preferidos son los de La Renga y Weichafe) por el WInamp del PC, es justamente esa la tonada que marca a Easy Rider (Busco Mi Destino, como la conocimos acá), prácticamente el padrino de todas las road movies que hemos visto. La misma que fue revelación en su estreno, la que ganó el Cannes a mejor película del 69.

Esta s la primera película dirigida por Dennis Hopper, un actor de una trayectoria normal en ese entonces, pero decidido dejar la actuación y convertirse en director. La idea de una road movie sobre un par de tipos que consiguen motos tras una venta suculenta de droga (tal como sale en la secuencia inicial) y deciden emprender un viaje por la carretera con el propósito de llegar al Madri Gras vino de su socio Peter Fonda, quien ya había estado en una película sobre motociclistas antes y juntos confeccionaron la "historia". En realidad, historia no había mucho. Lo que hicieron fue filmarse en medio del Madri Gras de 1968, en 16 mm. Y la filmación fue desordenada, sumamente ácida y linealmente inconexa. Absolutamente vanguardista, pero pasó por lo menos un año hasta que pudieron comenzar a filmar.

La frase de bajada dice: "un hombre que salió a buscar a América, pero no la encontró en ningún lado". En esencia, Easy Rider trata sobre la búsqueda de la libertad (o, al menos, una ilusión de libertad) en medio de un país lleno de corrupción y conformismo, en medio de la paranoia y la violencia, con una sociedad dividida. De todas las películas estrenadas en ese período, Easy Rider fue una de las primeras en darle paso a otro tipo de realizaciones, bastante alejadas de los cánones del gastado Hollywood de los grandes estudios. Easy Rider fue filmada con un bajo presupuesto (unos 340 mil dólares aproximadamente), y contó en su reducido reparto a Jack Nicholson, quien hace de un abogado con problemas con el trago que se les une al viaje. Notable la escena cuando los 3 están acampando de noche y fuman hierba. Claro que ésta es de verdad, no de utilería. Y se nota.

En medio del viaje, vamos viendo la sociedad gringa de fines de los 60: muchas ansias de liberación, una fuerte resistencia conservadora, diferencias abismales entre zonas agrícolas y ciudades. Pero esas son falencias de siempre, no solo de esos años. Y la película, al estar filmada en la carretera, nos da una sensación de atemporalidad única al relato que conforma.

La película no estuvo exenta de problemas. Hopper atravesaba un período de paranoia producido por las drogas. Era sumamente conflictivo en el rodaje. Muchos de los miembros del equipo lo filmaron a sus espaldas en varios de sus "berrinches" y llevaron las cintas a los estudios para explicar el porqué renunciaban. Afortunadamente, Hopper pudo terminar la filmación y editar la película. Pero el primer corte fue de 3 horas.

Hay que aclarar algo: en una road movie no hay mucha historia. Nunca se sabe si lo que vemos estuvo escrito o es fruto de la improvisación del momento en que las cámaras captaron lo que vemos en la pantalla. Y mucho de lo que vemos en ella aún tiene mucho de experimental. Tomas amplias, casi sin diálogo, cambios de escena entre parpadeos y la conocida secuencia del viaje al carnaval en medio del ácido. Curiosamente, esa misma secuencia es una de las más coherentes dentro de la película, y es ahí donde podemos hacer varias lecturas al respecto.

Mención aparte para su banda sonora. Contrario a las tendencias establecidas por la industria en ese entonces, Easy Rider contiene canciones completas de varias bandas de la época. Aparte del himno Born To Be Wild, aparece Wasn´t Born To Follow de The Byrds, The Weight en una versión de Smith, If 6 was 9 de Jimi Hendrix Experience, Don´t Bogart Me de The Fraternity Of Man, y Kyrie Edison Mardi Gras de The Electric Prunes. Incluso Stephen Stills escribió Find The Cost Of Freedom especialmente para la película a petición de Hopper, pero al final no la usó. En todo caso, la canción encontró su lugar como lado B del single Ohio de CSNY, aparte de ser la canción de cierre de muchos de los sets del supergrupo.

El final de la película es impactante, aún para estos días. La violencia no se ha erradicado, la libertad nunca llegó y los sueños se destrozaron. Eso no ha cambiado para nada. Aún sigue la discriminación al que vive distinto y no hay respeto por las diferencias. Por todas esas falencias, Easy Rider sigue vigente en su mensaje.




Martes 24 de enero de 2006:

Crimen Ferpecto.

No se porqué no había visto esta película antes. Me la conseguí hace unos 4 meses por lo menos, pero siempre tenía algo que hacer (sobretodo en período de clases, tapado de trabajos y estudio). Así que esta película quedó archivada en mi colección, hasta que este Sábado recién pasado la pude ver. Yo que pensaba irme un par de días a la playa, me tuve que quedar acá en el caluroso y asfixiante Santiago del verano, con un estado gripal que me tuvo con fiebre hasta ayer en la mañana. En ese estado vi finalmente Crimen Ferpecto. Y me arrepiento de no haberla visto antes!

Crimen Ferpecto es el séptimo largometraje del genial director español Alex de la Iglesia, el mismo que nos deleitó con esa joya llamada Muertos De Risa (genialísima de 1999), nos impactó con Perdita Durango (1997) y el Día De La Bestia. Es que de la Iglesia ya ha logrado hacerse de une stilo propio a la hora de contar historias sórdidas, truculentas, bizarras, graciosas, extravagantes, peculiares y extrañamente entrañables.

Esta vez de la Iglesia eligió un mall para relatar las fijaciones de un hombre común con un sobrenatural talento como vendedor, Las luces artificiales, las vendedoras con cuerpo y rostro de maniquí, los productos pulcramente ordenados y el confort que cada nivel le pueden proporcionar, convierten a la tienda de departamentos “Yeyo” en una especie de paraíso para Rafael (un brillante Guillermo Toledo) un vendedor a cargo del departamento de damas. Ganador, seductor y ambicioso.

Un típico arribista quien se comporta como si fuese el dueño y toma todas las ventajas posibles de su pequeño reino : aventuras con todas las chicas que trabajan de vendedoras, abuso de su cargo, empleados aduladores que andan siempre pendientes de él, y un "prestigio" único como vendedor. De hecho, él mismo lo declara ene ste discurso inicial: “Me considero un tipo atractivo, con clase. Mi máxima ambición es disfrutar de una vida acorde con mis gustos. Prefiero morir a conformarme con una existencia mediocre. Sé la casa que quiero, sé el coche que quiero, incluso podría decirles dónde está y lo que cuesta”.

Un narcisista en extremo, Rafael pretende conseguir el puesto más "top" dentro de la tienda, el de jefe de planta. Pero sus planes se ven destruidos cuando el puesto lo toma el encargado de la sección de varones, Don Antonio (Luis Varela). Una acalorada discusión entre Rafael y Don Antonio termina en la muerte accidental de este último. Desesperadamente, Rafael tratará de deshacerse del cadáver y recibe ayuda anónima de la poco agraciada (weno, en realidad "horrorosa") vendedora Loudres (la genialísima Mónica Cervera, todo un acierto de de la Iglesia), la única testigo del accidente, quien extorsionará al máximo a Rafael.

Así van llegando situaciones absurdas y dignas de análisis: la "apacible" vida de Rafaél se va convirtiendo en un infierno. A pesar de que se queda con el puesto de jefe de planta que tenía el finado, Loudres se va metiendo en su vida. Lo fuerza a estar con ella, a hacer cambios drásticos, a dejar su vida de seductor de lado. Rafael va perdiendo la cabeza a medida que avanza el relato. Lourdes es el demonio mismo, que lo tiene literalmente agarrado de las bolas. Lo obliga a que tenga una relación con él, lo obliga a que sea la única, a ser su amante, y a casarse. Rafael se desespera viendo cómo el entorno sofisticado que había construido a su alrededor va degenerando poco a poco hasta transformarse en un infierno de vulgaridad. Preso de la locura, idea un plan para acabar de una vez por todas con Lourdes. Esta vez, Rafael no puede cometer ni un solo error. Todo tiene que ser "ferpecto".

¿"Ferpecto"? ¿Qué es eso? ¿Que no es "Perfecto"? Weno, es que "ferpecto" es algo impecable, pero con ciertos matices que lo alegan de la perfección pura y ortodoxa. Esa "ferpección" es más cercana, es más "humana" si se quiere. La "ferpección" es lo que busca Rafael. Ya no importa que todo sea impecable, sólo tiene que ocurrir. Sólo debe deshacerse de Loudres. No importa que sea ideal, sino que sencillamente ocurra. Salir del suplicio. Sacarse el peso de encima.

De la Iglesia logra realizar una de sus películas más lúdicas con Crimen Ferpecto. Si bien el realizador había logrado la genialidad en obras anteriores, acá confirma su oficio. En Crimen Ferpecto, Alex De La Iglesia realiza una critica algo somera de nuestra sociedad, mostrándonos los niveles alienantes del consumo y la importancia de las apariencias. Aunque el relato tiene algunas fallas por ahí (los personajes secundarios son cada vez menos relevantes a medida que avanza la historia), la película logra sostenerse con creces. Sin duda el que destaca más es Guillermo Toledo, quien va retratando de manera sublime la progresiva locura y desesperación de Rafael. Es su impecable interpretación, más ese monstruo de la comedia que resulta ser Mónica Cervera en el papel de bruja desgraciada, lo que afirma la película y la logra sacar adelante.

¿Recomendada? Totalmente!


Lunes 23 de enero de 2006:

All You Need Is Cash.

El Jueves pasado fui al festival InEdit, el segundo que se organiza. Este ciclo exhibe documentales y películas relacionadas con la música apopular. Pero, más que nada, exhiben material de culto. Como la película de la cual ven la portada en esta ocasión.

Yo ya escribí sobre The Rutles en un par de ocasiones anteriores. Sólo había visto pedazos muy acotados de este "documental" sobre los pre-fab four, pero sí tenía el disco, con el cual me reí mucho. Imagínense parodias de tonadas clásicas de The Beatles, con letra cambiada, estructuras que juntan dos o tres canciones. Títulos como Nomber Two, Hold My Hand, I Must Be In Love, Get Up And Go y Let´s Be Natural resultaban toda una delicia lúdica. De hecho, poner el disco sin tener idea de que pertenece a la parodia nos haría pensar que es un grupo de la época de la British Invation. Uno de los mediocres, eso sí.

La idea original vino del Monty Python Eric Idle, en un período de receso del grupo de comedia inglés, previo a la preparación de Life Of Brian. Cada uno tomó actividades por separado en la TV británica o en películas. Y resulta que Idle había sido en un par de ocasiones anfitrión de Saturday Night Live. Junto a Neil Innes, quien componía y tocaba canciones para el grupo inglés (y que junto a Idel eran parte de The Bonzo Dog Do Dah Band, esa banda bizarra que apareció en el Magical Mistery Tour de The Beatles), fundaron The Rutles en 1976, debutando en la TV gringa, precisamente en SNL, con el hit I Must Be In Love.

A Idel y Innes se les ocurrió elaborar un complejo sketch para el show gringo comandado por el canadiense Lorne Michaels: una parodia descarada a The Beatles, en una especie de falso documental, que lo conoceríamos como el género del "mockumentary" (mockumental). Un reportaje en extenso sobre la vida y obra de The Rutles, el grupo que fue muy grande en los 60 y que cuyo éxito sería tan corto como la hora de almuerzo.

La idea entusiasmó a Michaels, un declarado fanático del Rock, quien se puso con todo para la realización de este sketch. Pero la idea creció y creció como una bola de nieve. El reparto era estelar: aparte del elenco casi en pleno de Saturday Night Live en apariciones (Bill Murray, Dan Aykroyd, John Belushi y Gilda Radner), se sumó el viejo compañero de Idle, Michael Palin, las estrellas Mick JAgger y Paul Simon para dar testimonio de The Rutles, y George Harrison, un viejo fanático de Monty Python, quien hace una divertidísima aparición en el falso documental. El elenco ya estaba listo: Los papeles de The Rutles los harían los mismos Innes (Ron Nasty, el "John Lennon") y Idle (Dirk McQuickly, el "Paul McCartney"), junto con Rikki Fataar (Stig O´Hara, el "George Harrison") y John Halsey (Barry Wom, el "Ring Starr"). El siguiente paso era grabar y dejar listas las canciones parodiadas. Tanto creció, que ya tenían un "compilado" de 20 canciones (el disco que todos tenemos a nuestro alcance). Además, como el mockumental tiene formato de reportaje en extenso, el mismo Eric Idle interpretaría al reportero que presenta el programa.

El "documental" fue exhibido un 27 de marzo de 1978 en la TV británica, siendo uno de los shows de bajo presupuesto más exitosos jamás exhibidos. Fue todo un éxito para Idle, quien logró consolidarse como comediante ingenioso por mérito propio, sin cargar con el "peso" de ser un Monty Python. Pero su participación en The Rutles llegó hasta ahí nomás. En 1996, y parodiando las Anthology de The Beatles, aparece The Rutles 2: Can´t Buy Me Lunch, un nuevo documental sobre el grupo inglés, con material nuevo, pero del cual se marginó Idle. El resto de los Rutles incluso salió de gira presentando sus canciones en vivo ¿Habrá algo más extraño que eso?

En All You Need Is Cash está todo lo que un beatlemaníaco esperaría parodiado: alusiones al viaje a Hamburgo; el Cavern; su excéntrico manager, Leggy Mountbatten; la primera visita a EEUU, con presentación en el Ed Sullivan Show incluida; el "Che" Stadium; el papel de Bob Dylan y su influencia del té; el Sgt. Rutter's Only Darts Club Band; el fracaso de Tragical History Tour; el canto de cisne de Let It Rot; la mítica portada de Shabby Road, que dio pie al rumor de la muerte de Stig O´Hara; la aparición de Rutle Corps; y un largo etc.

No se porqué no me lo había conseguido antes. Es que acá resulta casi imposible hallar este mockumental. Recién pude verlo el Jueves en el Cine Alameda, gracias al InEdit. Esa función de Jueves por la noche fue de muchas risas. Si eres un fanático rayado de The Beatles, como lo somos muchos, encontrarás un montón de detalles que hacen alusión a algún aspecto de la historia de los de Liverpool. Todos esos detalles que les expliqué en el párrafo anterior. Detalles que seguiré disfrutando para reírme de ellos, pues logré armarme un DVD del documental, con subtítulos en español. Bendita tecnología que me lo permite.

¿Conocían a The Rutles? ¿Habían escuchado hablar de ellos? Los invito a escuchar su "trascendental" obra.


Sábado 21 de enero de 2006:

Dark Side Of the Moon.

¿Cuando fue la primera vez que escuché completo el Dark Side Of The Moon? Estoy
seguro que nadie me dijo "oye, escucha este disco, es la raja!". Tampoco que mi papá me lo haya pasado (le interesa el cine y no la música). Es por eso que no lo siento como legado, sino que como un hallazgo. De esos que se quedan contigo para toda la vida.

De seguro que lo escuché hace más de 10 años atrás. En una de esas pasadas de Radio Futuro cuando era de re vanguardia, pero de seguro que llegué a este disco de Pink Floyd después de ver la película The Wall en TVN, cuando tenía unos 9 años más o menos. La dieron tarde, y no se cómo me quedé despierto hasta esas horas. Pero encontrar este disco fue demasiado fortuito.

Todos sabemos que Dark Side Of The Moon llevó a Pink Floyd a niveles de popularidad crecientes y gigantescos. Los llevó a llenar estadios, a alcanzar alturas, tanto comerciales como artísticas, que ningún grupo había alcanzado en esos años. ¿Se han fijado la sescasas filmacioens de shows de Pink Floyd de ese período? Weno, es que costaba poder registrar un show lleno de detalles. No sólo la música, sino que la pantalla circular, la proyección de cortos animados relacionados con las temáticas interpretadas, la misma "parada" poco llamativa de Waters, Gilmour, Wright y Mason, como 4 tipos normales que sólo tocaban. Lo importante acá es lo que registraron.

Concretamente en el Dark Side Of The Moon, el noveno disco de estudio si incluimos el par de soundstracks que grabaron, la lírica del siempre asertivo bajista y compositor Roger Waters pudo cristalizar en tan sólo 10 cortes todo un sentimiento de comienzos de esa década del 70. Waters ya comenzaba a afinar su puntería hacia los lugares más recónditos de la mente humana. En esa década denominada como "la década del yo", el individualismor einaba y el egoismoe ra la moneda de cambio. Y Waters supo retratar eso acá. Si a esto le sumamos que se encontraban en un período de experimentación que coemnzaba a dar frutos en una manera úncia de componer y grabar, el resultado no podía ser malo. Casi un año encerrados en los estudios de Abbey Road (sí, el mismo lugar donde grabaron The Beatles casi toda su carrera), producido por ellos mismos y asistidos por Alan Parsons, agregando cada vez más capas a las nuevas canciones.

Es así como el disco parte con Speak To Me, una mescolanza de risas esquizoides y efectos extraños. Le sigue la emblemática Breath, con su rítmica pausada y la voz penetrante de David Gilmour, que da una atmósfera notable al segundo corte, y todavía me sorprende que con tanta sencillez se logre cautivar de esa manera. Todoe so lleva a On The Run, un instrumental en el que Waters se da el lujod e jugar con las herramientas de estudio (por si no se acuerdan, en la parte de documental del Pompei aparece trabajando en este track). A continuación, el clima se endurece con el tic tac del bajo de Waters y un par de marcas en la guitarra para Time, con una de las líneas más geniales sobre una canción (" Hanging on in quiet desperation is the English way"), para todo decantar en el reprise de Breath y el paso a esa maravilloza peiza instrumental de Richard Wright, The Great Gig In The Sky, con un solo vocal femenino desgarrador a cargo de Claire Torry. Y se cierra el lado A del vinilo.

El lado B, tal como si fuera una segunda parte de una misma vibra, lo abre la arrchiconocida Money, que en escencia no se aleja mucho de ese demo acústico e irónico que Waters presentó como idea preliminar; acá todo es perfecto: el riff clásico de Waters, su letra contemporánea y contingente, la voz lider y la guitarra filosa de Gilmour, la precisa y desafiante batería de Nick Mason, la atmósfera bluesy de las teclas de Wright y el solo de saxo. Pareciera que Money no tiene final, pero tiene un fade, el que nos dirige a la hermosa Us And Them, con una letra claramente existencialista y ambivalente, con un esquisito piano de Wright.

En Any Colour You Like vovlemos a lo instrumental, como si sirviese de puente para lo que está por llegar: el grand finale del Dark Side Of The Moon, el par de tracks que terminan por concederle su grandeza y su belleza. Tan sólo dos canciones que pueden ser el cierre inigualable para cualquier set. Y ambas escritas en su totalidad por Roger Waters.

Queda claro cuales son: Brain Damage y Eclipse, que parecieran ser una sola canción perfecta, donde Waters habla de los lunáticos, del otro lado de la luna, de los eclipses, de la vida misma. En Brain Damage hay varias frases dicha spor un montónd e gente, respondiendo a cosas como "¿que significa para ti la frase el lado oscuro de la luna?", "¿tienes miedo de morir?" y "¿cuando fue la última vez que te pusiste violento y tenias la razon?". Una de las respuestas más lúdicas es "no lo sé, estaba realmente ebrio en ese momento". Es que un disco que en su temática aborda la mente del ser humano no puede dejar de incluir esas voces.

¿Lo han escuchado? ¿Les gustó el lado oscuro de la luna?


Viernes 20 de enero de 2006:

Mellon Collie And The Infinite Sadness.

Billy Corgan siempre ha dicho que sus dolos máximos son John Lennon y Brian Wilson. Personalidades tan distintas dentro de la paleta de música popular, que apuntaban a cosas distintas desde perspectivas únicas. Uno, visceral en sus mensajes. El otro, alcanzando lugares celestiales con armonías preciosas. La media influencia a la hora de sentarse y pensar en una melodía, además de la escuela de Black Sabbath que Corgan siempre ha citado como uno de los pilares para lo que hizo en The Smashing Punpkins. Pienso que hay mucho de esto en el disco del cual ven la portada en esta oportunidad.

Grabar un disco doble es, sin duda, un lujo. ¿Quién tendría la paciencia de escuchar de principio a fin 28 temas nuevos en un par de CDs? En este mundo que exige la inmediatez, poco tiempo nos queda para sentarnos a escuchar y admirarnos por la belleza que traen las distintas manifestaciones. Perdemos la costumbre de sentarnos a ver una película que nos haga pensar, ni siquiera tomamos libros para leerlos de principio a fin, y sólo elegimos canciones y no somos capaces de escuchar un disco completo. Los tildamos de ambiciosos, mesiánicos, exagerados y quisquillosos. Pero nada de esto pasa al escuchar Mellon Colllie And The Infinite Sadness en su totalidad. Sin duda, este disco de hace más de 10 años todavía nos golpea duro en nuestras cabezas.

Esta placa doble marcó la consagración de Corgan y compañía dentro de la escena mundial, precedido por el éxito de Gish y Siamese Dream, sus obras anteriores. Pero es acá, en este disco doble, donde quedan sintetizadas todas las genialidades de composición del pelao Corgan. Es acá donde logra registrar la genialidad de su inventiva melódica, que puede ser tan dulce como amarga. Tan acogedora como dura. ¿Toda una dualidad? Puede ser. Acá encontramos la genial inventiva del calvo Corgan, la minuciosaidad en la guitarra de James Iha, el bajo enigmático de D´arcy y la energía desbordante de la batería de Jimmy Chamberlin. Acá queda claro el proqué The Samshing Pumpkins fueron una de las bandas más importantes en los 90.

El primer disco se llama Dawn To Dusk y parte con dos bellas composiciones: el instrumental en piano del track que le da nombre al doble disco, y al archiconocida y hermosa Tonight Tonight, donde escuchamos por primera vez la voz del calvo Corgan. Después, un par de momentos "sabbathicos" con Jellybelly y la electrificante Zero. En Here Is No Why, el tono baja un pcoo sin dejar de lado la fuerza de las guitarras potentes. Esa agresividad da paso a un momento épico dentro del disco, el primer single, Bullet With Butterfly Wings, toda una pequeña obra maestra, que junta la potencia agresiva con un delicado trabajo de melodía vocal ¿Qué más pedir?

En To Forgive bajan las revoluciones para crear atmósfera en To Forgive y la intensidad sube de manera ´súbita en An Ode To No One. Más atmósfera genial con Love, belleza sonora con Cupid De Locke y sencillez con Galapogos, ambas de naturaleza acústica. Le siguen, ya en los descuentos de la primera parte, la crudeza melodiosa de Muzzle, la extensa (de casi 10 minutos) y grandilocuente Porcelina Of The Vast Oceans y el cierre suave y acústico con Take Me D0own.

El segundo disco dentro de esta obra tiene por nombre Twilight To Starlight, y lo inicia la agresiva y sabatthica Where Boys Fear To Friend, seguida por la intensa y pesada Bodies. Después de la tormenta sabbathera, llega la calma beatlesca de la mano de Thirty-Three y de In The Arms Of Sleep. Toda esta calma precede a la sorprendentemente alegre y up-tempo 1979, otro de los singles destacados dentro de esta obra. Para seguir, y nuevamente quebrando atmósferas, un golpe duro de crudeza distorsionada llega con Tales Of A Scorched Earth, donde Corgan lidera en todo momento con su guitarra filosa y sus gritos desesperados.

Tru The Eyes Of Roby, ya en la segunda mitad del disco 2, nos trae algo de vanguardia a la escucha. Le sigue la reposada Stumbleine, para luego ver que todo se vuelve a radicalizar con la llegada de X.Y.U., la última de la camada más pesada y agresiva dentro del Mellon Collie. El resto, sólo trae atmósfera reposada y bella, de esa con Mellon Colía. Partiendo por esa mezcla extraña de loops con acústicas de We Only Come Out At Night y Beautiful; siguiendo con la preciosa y llena de detalles Lilly (My One And Only), una de las más bellas del disco; continuando con la emotiva y atmsférica To Starlight; y cerrando, al igual que esa otra gran placa doble que es el Album Blanco, con una despedida y un buenas noches, en Farewell And Goodnight. Es que después de semejante entrega, es adecuado y perfecto cerrar con el deseo sincero de las wenas noches pue.

Ahí lo tienen. 28 canciones que conforman uno de los discos más notables de la historia del Rock y de los 90. Dan ganas de ponerlo una y otra vez, recostarse en la cama o en el sillón preferido, ponerle Play al CD y dejar que suene la belleza sublime de la Mellon Collia. Pasan lo años y permanece.



Jueves 19 de enero de 2006:

No necesariamente un comentario del concierto de La Renga.

Son las 2:15 cuando estoy escribiendo esto. Llegué hace unos 5 minutos a mi casa. Las emociones son demasiadas y necesito poder despejar un poco la mente y poder filtrar aunque sea levemente el intenso flujo de palabras que se me vienen a la mente.

Pasión. Sentimiento. Garra. Rocanrol. Poder. Potencia. Cánticos. Lleno total. Ansiedad. Atardecer. 9 y 20 de la noche. Luces que se apagan. Un solo grito efervorizado que precede al puntapié inicial de otra jornada memorable. La sexta para mí y la cuarta oficial (sin contar aquella sorpresa de Navidad de 2002 en el novedades) en que asistimos al banquete. Los mismos de siempre chilenos, o sea nosotros, dejando el corazón en la mano para recibir nuevamente a La Renga, esta vez al aire libre.

Así es. La Renga al aire libre, tal como fue promocionado hace tan solo un poco más de dos meses, y una campaña más de boca en boca que de presencia en medios. Bien sabemos que la difusión de Rocanrol acá ha disminuido: de tener radios dedicadas, ahora con suerte hay algún programa por ahí. Pero no se puede parar a una hinchada fiel como la de La Renga acá. Porque si algo tiene la banda argentina en nuestro país es un lugar ganado hace tiempo. ¿Qué importa que sean argentinos? ¿Qué importa que su música no sea estimulante a niveles artísticos? ¿Qué importa que, revisando las letras, recurran a muchas cosas tan comunes que resultan obvias? Pues esa es la gracia que tiene La Renga que no tiene otro grupo por estos lados: una cercanía única con su audiencia. La certera percepción de que son tan normales como cualquiera de nosotros.

Y acá vuelvo a insistir en algo que ya comenté en algún momento: La Renga, en esencia, está demasiado emparentada con Bruce Springsteen. Ambos despiertan lo mismo en su público. Ambos dan un sentido de pertenencia único. Sus canciones no llaman a evadir los problemas ni crear mundos paralelos, sino que a enfrentar nuestros problemas del diario vivir con nuestra propia identidad. Ambos nos llaman a "ser yo", a "seguir acá insoportablemente vivo", a "atar con tripas nuestro corazón". Mensajes sencillos y directos, que llegan a ser demasiado viscerales. Tanto la gente de La Renga como El Jefe tienen sus raíces en los barrios populares. Ambos vienen de lugares que están a la sombra de una gran metrópoli (Nueva Jersey está a la sombra de Nueva York, así como Mataderos y otros muchos barrios de la capital federal están a la sombra de Buenos Aires). Por lo tanto, tanto La Renga como Springsteen realmente podrían ser cualquiera de nosotros, sólo que ellos tomaron la guitarra y se subieron al escenario.

Cuando asistimos a un show de La Renga no hay violencia. Les juro que nunca he visto reacciones exageradas de la gente. Sólo cánticos, gritos en wena y ganas de festejar. EL cabeceo es escaso y el salto es abundante. El corear un riff de guitarra se hace tan normal como respirar. El corear las letras tan fuerte hace que todos, hasta el que nunca los escucha, se contagie con la fiesta. Porque eso es lo que es un show de La Renga: una fiesta en todo el sentido de la palabra. Una celebración del estar vivos, del aquí y el ahora, que ya nunca será lo mismo después de la tragedia de Cromañon hace más de un año. Ahora los shows de La Renga no tienen bengalas y hay más precaución. Es lógico que lo hagan.

¿De qué me acuerdo en este instante? La partida majestuosa, con ATuLado; la llama viva de Detonador de Sueños; el saludo del Chizzo, diciendo "ahora ampliamos la casa", en clara alusión al cambio del Victor Jara al Court Central. De 5 mil a 7 mil, y esta vez lo vi desde arriba. ¿Qué más me acuerdo? Esa emotiva Cuando Vendrán; el juego sicodélico de Paja Brava, con flauta traversa de Manu y un clarinete de Chiflo; el solo de batería del gran Tanque; esa manera única de moverse del Tete, quien aparece y desaparece de escena, confundiéndose muchas veces con el enorme decorado del escenario. El pogo gigantesco característico del Twist Del Pibe. Del estreno en vivo para nosotros del tema viva Pappo, en memoria de Norberto Napolitano, el gran guitarrista de rocanrol de la Argentina; la sorpresa con una de las viejas revisionadas, Cortala Y Olvidala; las pantallas laterales que no mostraban, sino que reflejaban lo que pasaba en el escenario tal como si fueran espejos, haciendo que el Chizzo y el Tete fuesen zurdos; y tantos otros que se me olvidan en este minuto, mientras suena Baby Let Me Follow You Down versión cierre de set de Bob Dylan con The Band del Last Waltz.

Y ahora que Creedence Clearwater Revival comienzan a sonar con Have You Ever Seen The Rain, no es casual que los mencione acá. la Renga tiene mucho en común con Fogherty y compañía. Basta con echarle un vistazo a la letra de Fortunate Son y queda demostrado el caso.

Un show de La Renga no es sólo un espectáculo más. Te hace saltar. Te cansa. Te deja hecho bolsa, con ganas de comer un as italiano con una mini Coca Cola en Bellavista.

Escuchen Born To Run seguida de Hablando De La Libertad....


Martes 17 de enero de 2006:

Que sea Weichafe para el 2006.

La foto, que ven, que fue sacada el Viernes 30 de diciembre, puede decir muchas cosas: rocanrol, garra en vivo, público compenetrado, emociones al máximo, la esencia más básica de la música en vivo. Es que Weichafe ha tenido esa vibra de intensidad desde el principio, cuando los descubrimos en la Concierto versión "Rock y Guitarras", con Tres Puntas y luego por esa poderosa revisión de Come Together de The Beatles.

Las cosas han cambiado en el transcurso de estos 8 años. Weichafe ha editado tres discos de estudio, ha consolidado una audiencia fiel que los sigue a todas partes, han marcado presencia dentro de la escena local y han sentado un precedente importante: el funcionar con salud como una banda independiente y, prácticamente, sin exposición en los medios. Recordemos que de tener radios dedicadas al Rock ahora sólo hay pocos programas y muy poca disposición para difundir la escena local como se merece. A pesar de todo, Weichafe aún mantiene esa chispa del comienzo.

Recuerdo que el 2003 y el 2004 fueron un par de años particularmente notables para el power trío de Angelo Pierattini, Marcelo Da Venezia y Mauricio "Negro" Hidalgo. Partieron ese período con la promoción de su segunda placa homónima, ese gran "disco rojo"; siguieron con increíbles tocatas en las SCDs y La Batuta, su creciente hermandad con la Renga y varias bandas trasandinas, y al menos 5 singles del "disco rojo". El 2004 fue un año de trabajo constante en canciones nuevas y seguir con el circuito de tocatas poderosas, que incluyeron un notable tributo a Víctor Jara en jornada doble, una particular participación en TVN y el perfecto cierre de año con un Galpón Víctor Jara repleto para el lanzamiento de su tercera placa de estudio, Pena De Tí, el disco con mayor potencial para haber consolidado en grande el trabajo hecho por Weichafe en su historia.

Por todo eso, el 2005 todos esperábamos que Weichafe se afirmara y consolidara dentro de nuestra escena. Todavía creo que ellos deben tener un sitial junto a las grandes bandas chilenas de los últimos 15 años. Su visceralidad musical y lírica da como para que la gente se pueda identificar con ellos sin problema. No nos quedemos end etalles cosméticos como el qué tocan (si es hard rock, o heavy pesado de frentón), eso da lo mismo a la larga. Weichafe, según mi punto de vista, están altamente influenciados por Beatles, Who y Black Sabbath. Angelo, quien toca guitarra, canta y escribe gran parte del material, raya con Neil Young, Bob Dylan y Hendrix, y esos e nota mucho en lo que hace, tanto en Weichafe como en sus demás actividades (el trío Hueso, sus colaboraciones con KVZón, etc). No tendría que haber ningún elemento "marginal" dentro de lo que propone Weichafe.

Pero el transcurso del año dijo otra cosa. Las tocatas se hicieron cada vez menos frecuentes, no hay más de dos singles del Pena De Tí y otras actividades los han ocupado de tiempo e interés. Esto puede ser perfectamente entendible: es necesario poder expresarse fuera de tu rollo principal para poder respirar un poco. Pero no puedo dejar de percibir que Weichafe se ha estancado un poco en cuanto a ganas de hacer más. Y ellos no se caracterizan por echarse abajo precisamente. De hecho, su etapa más fuerte fue en la que tuvieron menos exposición en medios. Son de los pocos grupos en llevar una convocatoria considerable sin mayor publicidad. Eso se nota incluso en las pocas tocatas que hacen en la capital actualmente. Sé que el circuito no es amplio y que los lugares son los mismos, pero considero que es importante estar tocando siempre para mantener la chispa viva y vigente.

Lo que ven en la foto lo despiertan pocos grupos. Les digo esto y se los doy firmado: cada vez que toca Weichafe, pareciera que lo hacen en medio de una caldera que hierve con fervor y pasión. La energía brota pro todos lados. De todo tipo. Y, lamentablemente, se ha visto ahora último que sale una mala vibra en todo esto. Recordemos lo de noviembre en el Novedades y el pastelito del extintor. También se me vienen a la mente un par de incidentes en julio del año pasado, con un público efervorizadamente agresivo, sin ninguna muestra de respeto por los músicos. Esas cosas tienen que cambiar para que esto pueda seguir adelante.

¿Qué pasará el 2006 con Weichafe? Todo parece indicar que deberían seguir manteniendo la costumbre de tocar en vivo y que deberían reforzarla aún más. Que no pase lo que ocurrió el año pasado, con meses completos sin tocata de ellos.

Por lo menos, el año no podía partir de mejor manera para el power trío nacional. Mañana comparten cartel con La Renga en el Court Central del Estadio Nacional. Será, sin lugar a dudas, una jornada para recordar. A Weichafe le hace falta poder tocar ante un público masivo y mostrar todo su poderío en grande. Perfectamente podrían haber abierto para Pearl Jam, pero el destino quiso otra cosa. Tienen el nivel, tiene la garra y tienen el alma. Todo lo necesario para estar arriba.

¿Les gusta Weichafe? ¿Han escuchado algo de ellos? Vayan a verlos.



Lunes 16 de enero de 2006:

Who´s Next.

Me quedó dando vuelta (weno, en realidad como siempre nomás) las palabras del siempre sabio y cercano Pete Townshend. "Meet the new boss, same as the old boss". Y esas palabras son la pura y santa verdad. Lo dije ayer: salvo cosas cosméticas, no hay mucho que celebrar. Chile seguirá igual, pues la misma gente sigue en office. Hay "tranquilidad", hay "estabilidad" y hay "seguridad". Pero weno, eso hay que discutirlo con más días.

Si me acordé de esa genial frase de cierre de Townshend, me apresto a contarles un poco el contexto del cual surgió. Pete, pensando en dejar atrás lo hecho en Tommy. Hay que ponerse en su lugar: en un período en que recién se les estaba catalogando a las producciones de Rock como "arte", Townshend (y él mismo reconoce esto) no pudo ver con claridad que lo hecho en Tommy superaba a The Who y a él mismo; él sólo quería seguir avanzando. Y se embarcó en un ambicioso proyecto llamado Lifehouse. Algo tan enredado que nadie, salvo el mismo Pete, era capaz de explicarlo.

La idea de Pete era, vista desde una perspectiva a largo plazo, adelantada para la época. Desde la perspectiva de un personaje principal, Lifehouse exponía las consecuencias, los vicios y las complicaciones de un mundo globalizado comunicacionalmente. Lifehouse lidiaba con la falta de pertenencia, con el sentido de fin del mundo, con la "reveldía" y con el querer ser partícipes. Las letras que Pete estaba escribiendo se tornaron más lúcidas que nunca. Y la canción con la que partía toda la historia era, tal como lo dice su título, pura y sencilla: Pure And Easy. Si Baba O´Riley hablaba de la tierra del desperdicio adolescente, Won´t Get Fooled Again exponía una contradicción, primero, de abrazar la revolución y luego, de decepción total. Otras canciones como Relay y, especialmente, Join Together, completaban el relato.

Townshend quería dejar registradas presentaciones en el Young Vic Theather de Londres, tanto en audio como en película, para la realización del disco y del documental con presentaciones en vivo. Y The Who estaba, interpretativamente, en su apogeo: Tonswhend sólido en la guitarra, hacía que todo fuera poderoso e intenso; Roger Daltrey, luego de su consagración como intérprete de Tommy, en donde sentó precedentes para todos los vocalistas de Hard Rock del mundo, lucía un registro impecable; John Entwhistle, desde el bajo, era capaz de tener protagonismo al usar las 4 cuerdas como un instrumento lead; y Keith moon, con su chispa característica, llenó el espacio con compleja y avanzada batería. The Who era (y, para mí, siempre lo fue y lo sigue siendo) la mejor banda en vivo del mundo.

Pero las ideas de Pete no fueron entendidas por sus compañeros, pro lo que el proyecto de Lifehouse naufragó. Pero quedaban esas tremendas canciones ensayadas y asimiladas que tocaron durante esas jornadas registradas en el Young Vic. Y, para poder rescatarlas, se decidió grabar 8 de ellas para un nuevo disco de estudio, que se terminaría convirtiendo en el que fácilmente puede ser considerado como el mejor material entregado por the Who: Who´s Next.

Con la mística de Lifehouse presente, Who´s Next expone ideas poderosas en las eltras y música intensa para respaldarla. Abre los fuegos Baba O´Riley, con un sintetizador de Townshend (pionero en la técnica) y un sencillo pero recordado riff, que cierra con un violín sublime. Le sigue la intensa Bargain, donde The Who da cátedra de canción bien elaborada, acompañada de otra poderosa llamada Love Ain´t For Keeping. Después, y de la mano de la composición de John Entwhistle (¿quién otro nos daría un relato sórdido?), llega My Wife, con un interesante juego de vientos. Luego, Pasamos a las emotivas The Song Is Over y Getting In Tune, y luego a una muestra del porqué The Who siempre fue uno d elos mejores power tríos a nivel instrumental: Going Movile, dodne Townshend es el protagonista vocal. YA en los descuentos del breve pero intenso disco, llega la emotiva y eterna Behind Blue Eyes (ya no quiero escuchar que es un tema que destruyó Limp Bizkit, por favor!!), donde Pete se torna confesional en la letra. Y el disco lo cierra ese himno de los 70 que es Wonñt Get Fooled Again, una épica pieza de más de 8 minutos, donde Townshend se las arregla para pasar del idealismo a la decepción. A fin de cuentas, nada cambia y el nuevo jefe es igual al antiguo. ¿Qué más sencillamente sabio que eso?

Claro que, para los que conocemos las ediciones posteriores (la Extra Tracks y la Deluxe), el Who´s Next no termina con el track 8. En ediciones de aniversario, se agregaron varias de esas ideas que rondaban la realización del Lifehouse: aparecen por ahí Pure And Easy y tomas "alternativas" de varias canciones.

Pero el mejor regalo viene en el Disco 2 del Deluxe Edition: Una presentación del Young Vic Theather, con ese material soberbio que podría haber sido parte del lifehouse. Así, asistimos a esa idea primaria del concepto que Townshend planteó y que nadie entendió.

Lifehouse logra redimirse. Claro que varios años después. Pero nunca es tarde para una wena idea.


Domingo 15 de enero de 2005:

Tenemos MATRIA!! ¿Es Matriarcado lo de Bachelet?

"No hay blanco y negro para mí, o izquierda y derecha.
Sólo existe arriba y abajo, y abajo es estar muy cerca del suelo.
Yo trato de ir hacia arriba, sin preocuparme de algo tan trivial como la política".
(Bob Dylan, diciembre de 1963, al aceptar la distinción del Comité pro Derechos Civiles).

El hecho que el troesma haya dicho a toda el ala izquierda que él no era ningún siervo de nadie y que no lo tacharan de compositor de protesta es un hecho que todavía me conmueve, en un mundo en que lo más fácil es adherirse a una campaña y llevar chapitas en la camisa. Las cosas, en esencia, no han cambiado mucho en estos 42 años, aunque lo que ocurrió hoy en nuestro país pareciera indicar que sí.

Mientras escribo estas líneas, siento una enorme bulla cerca. Bocinazos cada 20 segundos y gritos de la gente. Vivimos en el centro de Santiago, a exactamente tres cuadras del palacio de La Moneda, nuestra casa de gobierno medio reconstruida después del bombardeo. Pero el ruido viene de un poco más allá, específicamente de las afueras del Hotel San Francisco, lugar donde ha llegado mucha gente para celebrar el triunfo de Michelle Bachelet como Presidenta (o decimos "Presidente") de la República.

Al final, pasó lo que todos esperábamos que pasara. No importando si le gusta a todos o no, hay nueva Presidenta. Ya es un hecho: Chile aparecerá en todas las portadas del mundo por este hecho histórico. El día en que el pueblo, con su voto, llevó por primera vez a una mujer al cargo de Jefe de Estado. En este minuto, atrás quedan todas las dudas sobre su desempeño, sobre su estampa de líder, su firmeza en las decisiones y sus cualidades de estadista. En este momento, sólo se invita a celebrar un cuarto gobierno de la Concertación de Partidos por la Democracia, esos que van a cumplir 20 años de una democracia protegida.

Rescato algo que dijo Lagos hace un rato, cuando se dirigió al país: que Chile ha dado una nuevo ejemplo de democracia, por el orden y la rapidez del sistema. "Déjenme decirlo: siento un profundo orgullo de un país que tres horas y media de cerradas las mesas le informa al mundo del resultado de sus elecciones. Hoy somos un nuevo Chile, tener a una mujer presidenta así lo indica... todos nos unimos ahora tras nuestra presidenta", dijo en su característica parada de estadista de las grandes ligas.

Ya a las 6 y media sabíamos que Bachelet tenía poco más del 53 % y que Piñera perdía por un poco más del 46 %. Los cómputos que han avisado a las 8 y a las 9 no han hecho más que confirmar el hecho indiscutido de la victoria de Bachelet. Pero, ¿a quién engañamos? ¿De verdad es un motivo a celebrar? Weno, la respuesta es fácil: SI y NO.

¿Por qué SI hay que celebrar? Porque Chile cumple una nueva jornada de elecciones prácticamente sin desórdenes. porque, a pesar de que somos unos flojos rematados de fin de semana, nos levantamos todos temprano (me incluyo, pues siempre voy con mi viejo temprano) a votar en nuestra sede correspondiente. Porque la gente participa más interesada. ¿Por qué NO celebrar? Porque hay un continuismo que, a la larga, desgasta y crea vicios que ya están presentes en el sistema público. Porque en Chile se sigue consolidando un sistema que heredamos de dictadura y que la Concertación no puede cambiar por completo porque no le conviene mucho. Porque, al final del día, la política se ha desideologizado y ya no se discuten ideas a largo plazo y tampoco se desarrollan visiones de futuro; el que se marketea mejor, gana; el que es erigido desde la "ciudadaní" via encuestas, tiene todas las de ganar. ¿Se imaginan cómo hubiera sido la contienda con el "Panzer" Inslusa, un verdadero monstruo de la política? Mucho más interesante, a mi juicio.

Recién escuché el discurso de Bachelet para su público inmediato (la gente agolpada en la Alameda) y el resto del país y del mundo que sintonizó los televisores. Fueron palabras que todos querían oír: igualdad de oportunidades, trabajar con los mejores, etc. Pero hubo algo que dijo que está demasiado acertado como para ignorarlo: la gente no sólo quiere voto, sino que oz. Así es VOZ. No basta con elegir a nuestros gobernantes, también éstos deben sintonizar con la sensibilidad de la gente. Y es por eso que la derecha no tiene opciones de salir electa: no logran sintonizar de verdad con la mayoría. No basta con ir a poblaciones y ofrecer cosas migajas.

En esta era de imagen y sensibilidades que dejan las ideologías en segundo plano, los gobernantes son esos con los que uno se tomaría un té en la tarde. Deben sentirse así de cercanos. Eso fue lo que pasó con esto del "fenómeno Bachelet". La gente pudo identificarse con ella, con su historia, con su sufrimiento en la dictadura, con el hecho de que es madre separada, mujer de esfuerzo. Esa imagen ayudó a levantarla..

¿Qué piensan ustedes? ¿les importa lo que ocurrió hoy? ¿O no les interesa ni un carajo? Opinen, ciudadanos todos.

Frase del día: "Tenemos Matria!" (Malucha Pinto, a eso de las 8 PM)


Sábado 14 de enero de 2006:

La "inesperada" histeria colectiva por entradas del show de U2.

Lo que ha ocurrido en este par de días es algo que me superó. nunca me hubiera imaginado la fiebre desatada por las entradas para el show que U2 dará el Domingo 26 de febrero en el Estadio Nacional.

Después de mucha espera, angustia, incertidumbre y falta de información, se anunció que las entradas se venderían sólo a través de la multitienda Ripley. En sus cajas, en su servicio telefónico y en su pagina web. Los costos anunciados serían los siguientes: Galería, 18 mil pesos; Cancha, 32 mil pesos; Andes, 54 mil pesos; Pacífico bajo, 90 mil pesos; Pacífico Alto, 140 mil pesos; y Pacífico Centro, 175 mil pesos.

De inmediato, y como era de esperarse, aparecieron las primeras reacciones por el alto costo de las tres localidades más caras. Si tomamos de ejemplo la Pacífico centro, con sus 175 mil pesos, tiene una diferencia de unos 129 mil pesos con la localidad más cara de los shows programados en Argentina y Mexico. De hecho, ese fue el titular para referirse a la noticia en los boletines y diarios de acá. Si nos ponemos a analizar esto, no negamos que las entradas más altas están a un precio demasiado estratosférico.

Sin embargo, es ya larga nuestra disposición con los conciertos: no le damos la prioridad que deberían. ¿Cuántos van a tocatas nacionales como costumbre? Son pocos. Algunos sólo se mueven cuando hay algo que les interesa demasiado. Para el resto, nada. Ene sos reportes, nadie señaló que el show de U2 es potente y de primer nivel, y que contaban con un número relevante como soporte, Franz Ferdinand, lo que convierte el concierto en un nada de despreciable cartel doble.

Con la confirmación de la venta de entradas, sólo quedaba esperar al miércoles 11 de enero, cuando a las 11 de la noche habilitaran el sistema telefónico y online. Éstos colapasaron a eso de las 7 de la mañana, y con... 14 mil entradas vendidas! En sólo una noche, se había vendido el 20 % de las 70 mil localidades habilitadas para el show. Pero lo que iba a venir la mañana del Jueves sorprendió a todos.

Desde muy temprano, la gente comenzó a hacer fila en los 10 locales de Ripley en Santiago. Los únicos lugares habilitados para la venta de entradas. Los informes de radio nos hacían notar esa creciente euforia por adquirir uno de los boletos. La histeria era total cuando abrieron las cajas pasadas las 9 de la mañana. Peor el servicio se hizo demasiado lento. La gente de Ripley, quién sabe porqué (¡cómo no lo previeron antes estos tipos!), no habilitó más cajas para la venta expedita de entradas. "No pensamos que iba a haber tanta demanda el primer día", dijeron los encargados de Relaciones Públicas, en un intento de lavarse las manos ante el creciente colapso.

El calor aumentaba con intensidad en la capital. A eso de las 11 de la mañana, ya era posible ver las inmensas filas que rodeaban los locales de Ripley. En dos de los 10 locales colapsaron los sistemas computacionales. Todo esto hizo que la mayoría de la gente que esperaba comprar entradas (unas 4 como máximo por cabeza) tuvieran que esperar, por lo menos, unas 5 horas antes de poder comprar. La mayoría de ellos prefirió comprarlas en "cómodas cuotas" con la tarjeta Ripley, y me imagino que no pocos se hicieron clientes de esta multitienda sólo por las entradas.

¿Resultado de la histeria? A sólo 38 horas de iniciada la venta de entradas, sólo quedan 3 mil de las 70 mil habilitadas (eso, al menos, era lo que quedaba a eso de las 2 de la tarde). El SERNAC hizo acuso de las numerosas quejas de los consumidores por el elevado recargo por entrada, el cual iba variando según la localidad, y ni siquiera habían sido avisados con anterioridad. Ha habido análisis, discusión, recriminaciones, histeria, desesperación y rompimiento de récords. Sin dudas que el concierto de fines de febrero será algo que muchos recordarán por la enorme expectativa que se produjo, ya sea por la publicidad, por la falta de info previa, por lo que sea. El hecho es que se generó una necesidad para ir al show de U2. Ahora resulta que el concierto quedarán es un "hecho relevante". Así, de golpe, cambió la percepción de los eventos en vivo acá en nuestro país. De ser un lujo sin importancia, pasó a ser tema obligado de conversación y en una actividad casi "obligada".

De seguro que, en este mismo momento, deben haberse agotado las 3 mil que quedaban en esta tarde. Quizás no. Probable que programen otro show, probable que no. Lo único que tengo claro es que, como muchos, me quedé fuera de U2 del 26 de febrero. No tengo plata en estos momentos salvo para cosas esenciales, ni siquiera saldré fuera de Santiago. Mi única opción sería que se programara otro show y activar una cuenta como estudiante, o la más lejana de poder ir a cubrir el evento para la página donde trabajo. Pero mejor no hacerse muchas ilusiones.

¿Qué opinan ustedes? ¿Fue demasiado lo que ocurrió en este par de días? ¿Hay una falta de coherencia de discurso? ¿Acaso hay que aceptar que esto es solo entretenimiento?

Opinen...



Viernes 13 de enero de 2006:

Walk The Line.

Estuve esperando ver esta película desde mediados de agosto, cuando subieron a la red el trailer. La apuesta era arriesgada de partida: llevar al cine parte de la vida de una leyenda de la música popular en una biopic, esas películas cada vez más frecuentes dentro de la oferta que la industria de Holywood entrega cada año. Ya habíamos visto lo efectivo que podía ser el relato de una leyenda en Ray, con esa inolvidable interpretación de Jamie Foxx como Ray Charles, que le valió un Oscar.

Para qué lo vamos a negar: este tipo de papeles es un trampolín para la consagración ante la industria de la carrera de cualquier actor. Basta ver las estadísticas. Por lo tanto, no puede descuidarse la decisión de casting respectiva. El elegido para el papel protagónico debe ser capaz de transmitir realidad con su interpretación. No hacer una mera imitación de modismos y formas de expresarse del personaje a tratar (que se hace muy evidente para todos, debido a la sobredocumentación del Siglo XX en adelante), sino que transmitir la esencia del interpretado. Y eso cuesta, la naturalidad. Eso fue lo que pude ver en Walk The Line (Johnny y June: Locura y Pasión, como la promocionarán pro estos lados; aunque en otras partes, se le conocerá como En La Cuerda Floja), dirigida por James Mangold.

Walk The Line, como ya todos deben saber a estas alturas, es la historia de los primeros años de la vida y obra de Johnny Cash (Joaquin Phoenix), la leyenda del Country y la música popular norteamericana, enfocado especialmente en su relación con su compañera de escenario y segunda esposa, June Carter (Reese Whiterspoon). Linealmente, el relato comprende desde la niñez de Cash hasta el histórico concierto en la prisión de Folsom, que quedó registrado en el célebre disco en vivo Johnny Cash At Folsom Prison. Si bien están adecuadamente puestos los elementos musicales, lo que le da fuerza al relato es la épica historia de amor entre Cash y Carter, de esas con final feliz y eterno. Claro que el desenlace no es inmediato y fácil, sino que la culminación e un proceso complejo y duro.

Esa historia de amor era la ideal para retratar en un relato narrativizado, la adecuada para llevar a un montaje escénico y al celuloide. Los que hemos visto material de archivo de Cash en vivo junto a su esposa, hemos podido ver la evidente chispa que sacaban juntos. Los ojos les brillaban e interpretaban con unas ganas únicas temas tan significativos para ellos como Ring Of Fire (que June escibió para Johnny), Jackson, o la relectura de It Ain´t Me Babe, de Dylan. De hecho, una de las primeras cosas que vi del matrimonio Cash-Carter la interpretación de esa canción fue en el Bobfest. Y déjenme decirles, la energía que desbordaba ese matrimonio ya mayor era única.

Para los fanáticos de Cash, se nos hacía un poco difícil aceptar reinterpretaciones de los clásicos de su catálogo. Pero, en función del relato y la interpretación íntegra, se hacía sumamente necesario que tanto Phoenix como Whitherspoon cantaran ellos mismos las canciones para personificar adecuadamente a Cash y Carter. Eso les daría integridad a lo que la cámara captara. Y la electrificante forma de interpretar que tienen ya quedaba en evidencia en ese ya lejano trailer que vi en agosto. Phoenix y Whitherspoon hicieron la pega perfecta. Cantaron todo y cantaron de verdad. Da lo mismo que estén algunas notas alejados del registro original. Lo que importa acá es que lograron rescatar la esencia de Johnny y June de manera sublime, sacando las mismas chispas que he visto en varias presentaciones del matrimonio Cash-Carter. Es curioso que, en ese período, el único lugar donde podían estar en intimidad real era sobre el escenario, interpretando juntos. ¿Qué mejor que entregarlo todo ahí arriba junto con quien amas? ¿Acaso nadie ha deseado estar así?

El relato de Walk The Line no deja nada al azar: nos muestra sin mayores restricciones al Johnny Cash de esos años: un tipo conflictivo, apasionado, con una pena arrastrada por la pérdida de su hermano, vulnerable, terco, insistente, luchador, intenso. Ese que escribió letras tan desgarradoras que hacían sentirse identificados a muchos desdichados. Ese Cash que descendió a los infiernos para volver a nacer con la ayuda de su mejor amiga y amor de toda la vida. Ese Cash que encontró la redención por el amor. Así tal cual. Da lo mismo que suene cursi y trillado, pero la historia es demasiado cautivante como para ponerse a exigir ese tipo de cosas. Ese Cash que es interpretado de manera sublime con Phoenix, quien supo agarrar la guitarra "del cuello", tal como había pedido el propio Johnny Cash que lo hiciera el que lo interpretara en la pantalla grande.

El viaje que hace Cash de la gloria al infierno y a la salvación es sumamente espiritual. Un tipo que partió con todo en contra, pero con un talento único para relatar cosas de manera atemporal. A pesar de todas sus debilidades y problemas, Cash la supo hacer para trascender. Johnny Cash logró ser un sobreviviente en sus treintas. Desde ahí, hasta el momento de su muerte, sólo siguió siendo honestamente él mismo. Nunca hubo dobleces en Johnny Cash, él necesitaba vivir lo que cantaba, no podía mentir. Y eso queda bien expuesto en el relato de Walk The Line. Y no les cuento más, para que la vean.

No me sorprendería que uno de ellos se llevara el premio de la Academia en Marzo. Pero eso ¿qué importa? Nada... absolutamente nada. Johnny y June quedan inmortalizados gracias a las interpretaciones que Phoenix y Whitherspoon logran plasmar en pantalla. Y me mantuvieron cautivo en esa función de noche, al aire libre.


Miércoles 11 de enero de 2006:

Blonde On Blonde.

Ya que me acordé del Álbum Blanco la vez pasada, me quedó dando vuelta lo de estos discos que son un verdadero compendio de música popular en todas sus vertientes. El disco homónimo de The Beatles sin duda que lo es, con esas treinta canciones que abarcan los distintos colores y texturas de lo popular. Pero lo que hicieron los Fab Four no es algo sin precedentes. Hay uno, de un poco más de dos años antes, que vendría a ser como un "disco hermano" del Álbum Blanco. Un disco doble que, tal como lo dijo su productor, Bob Johnston, "contiene las raíces de mucha gente". Con eso es lo que nos encontramos cuando escuchamos Blonde On Blonde, de Bob Dylan. el primer disco doble de la música popular.

Es una dichosa coincidencia que haya sido publicado el 16 de mayo de 1966, el mismo día en que aparecía el Pet Sounds de The Beach Boys. Esa fecha se hace demasiado relevante dentro del curso de la música popular, o es sólo una coincidencia. Lo que importa acá es que el troesma Dylan conjugó en 4 caras de vinilo todos los estilos de la música popular: marchas, blues, rock, folk, baladas y hasta vals.

Es curioso que haya resultado todo como salió, ya que las sesiones de grabación fueron demasiado turbulentas. Recordemos que Dylan estaba en medio de la legendaria gira junto a The Hawks, donde lo abucheaban por tocar la guitarra eléctrica, y donde sacó las mejores versiones de sus canción, hasta ese minuto, jamás escuchadas. Mucha de esa energía está presente en las 14 cacniones que componen el Blonde On Blonde, donde contó una vez más con excelentes músicos de estudio: Wayne Moss, Charlie McCoy, Kenneth Buttrey, Hargus Robbins, Jerry Kennedy, Joe South, Al Kooper, Bill Airkirins, Henry Strzelecki y Robbie Robertson, quien sale acreditado como "Jaime Robertson".

Loq ue provoca Blonde On Blonde a la primera escuchada puede no ser tan atrapante como lo que Dylan logró en su anterior disco, Highway 61 Revisited. Pero el Blonde On Blonde te va atrapando de a poco. No es extraño que un disco con tantas "capas" musicales y líricas logre ese efecto. Con cada escuchada, se descubren cosas nuevas. Hendrix era un confeso fanático de Dylan y deliraba encontrando detalles nuevos dentro de su frescura de raíces.

El disco abre fuegos con una marcha delirante, que nos invita a tumbarnos, drogarnos o apedrearnos, depende de la traducción que le demos al eterno y más que sugerente estribillo "everybody must get stoned" del Rainy Day Women Nºs 12 & 35, que sigue con un blues comandado pro harmónica en Pledging My Time y esa gran letra, posiblemente dedicada a su ex Joan Baez, Vissions Of Johanna, que tuvo sus mejores versiones sólo con la acústica y harmónica al cuello en la gira del 66. Cierra el lado A la épica narrativa es la protagonista de Sooner Or Later (One Of Us Must Know).

El lado B lo abre una de las canciones de amor más directas y a la vez elegantes que haya entregado el troesma, I Want You, con una exquisita guitarra de Robbie Robertson como protagonista. Dylan nos entrega otro relato novelesco y conjunción de estilos en Stuck Inside Of Mobile With The Menphis Blues Again, cuyo título dice mucho. El tempo se acelera con la llegada de uno de los puntos altos de este disco, la poderosa e intensa Leopard-Skin Pill-Box Hat, un blues eléctrico de la puta madre, con una letra ácida de despecho mezclado con ironía, muy en la línea de ese single llamado Positively 4th Street, convirtiéndose en otro calado de su gira con The Hawks. Cierra la cara B la belleza inmortal de Just Like A Woman, una de las pocas letras dentro de la música popular que describe lo complejas que son las mujeres que adoramos.

El disco 2 lo abre una con mucho teclado de protagonista, la Most Likely You Go Your Wat And I´ll Go Mine, con otra letra demasiado perfecta sobre las relaciones. Casi pegada, llega Temporary Like Achilles y la clásica Absolutely Sweet marie, que años después fue sublimemente cubierta por su amigo, George Harrison, una melodía dulce y de vibras medio positivas, aunque con una letra con varias lecturas. Le sigue el vals delicado y elegante de 4th Time Arround y la acelerada y poderosa Obviously 5 Believers, que cierra el lado A del Disco 2.

El disco cierra con una canción de 14 minutos. Una de las más bellas canciones de amor escritas por el troesma, y que posiblemente (más bien, de seguro) está dedicada a su esposa Sara Lowndes. Basta con leer el título de la canción para darse cuenta de ese pequeño gran detalle: Sad-Eyed Lady Of The Lowlands. Una canción dominada por "el acorde más bonito", el Re mayor. Esta eterna canción es ideal escucharla mirando el cielo de noche, pensando en la musa que nos inspira (me divertí mucho con el concepto de "antimusa" que leí por ahí el año pasado), junto a esa letra compleja y preciosa del troesma.

¿Qué mejor que cerrar el texto de hoy que con las últimas líneas del disco?:

"My warehouse eyes, my Arabian drums,
Should I leave them by your gate,
Or, sad-eyed lady, should I wait?"


Lunes 9 de enero de 2006:

The Beatles - a.k.a. The White Album.

La verdad es que cuesta mucho elegir el disco preferido de The Beatles. Para un fanático como yo, que considera prácticamente todo lo que grabaron como material indispensable, elegir uno es un trabajo odioso. Mi elección nunca será compartida por todos. En esto no hay acuerdos. Con The Beatles pasa que cualquier disco que pongamos nos alegra el rato. Nos renueva las fuerzas. Nos hace sentir vivos.

Y no es porque haya originalidad en su música, sino que hay frescura. Es música que provino de la curiosidad por descubrir cosas que no se habían visto con anterioridad, no con un odioso fin vanguardista, sino que por la sencilla curiosidad por el entorno que los rodeaba. Así de sencillo. Y por eso que siempre sonarán familiares y cercanos, no como algo de otro planeta.

Es por todo eso que escojo el disco del cual ven la portada en esta ocasión. Más bien, ven un cuadro blanco, con la leve inscripción de THE BEATLES en el costado derecho. El famoso Album Blanco, aparecido a fines de 1968. Un disco doble que, créanme, no tiene ningún relleno. Es como otro disco doble que se me viene a la mente: Blonde On Blonde (1966) del troesma Dylan. Ambos cubren toda la gama de la música popular.

Irónicamente, acá vemos las primeras evidencias del desmembramiento del círculo interno. Se notan claramente los estilos de John Lennon, Paul McCartney y George Harrison en cada una de las canciones que aportan en el doble vinilo. Hasta hay una firmada por Ringo Starr. Acá hubo cabida para todos, aunque siempre predominante la cuota de Lennon-McCartney. La mayoría de las canciones que lo conforman fueron escritas en el viaje a la India que hicieron, en donde pudieron desconectarse un poco del Swinging London y respirar un poco.

El disco arranca con un gran rocanrol medio Beach Boys llamado Back In The USSR, cortesía de McCartney. Lo sigue sin respiro, y suavizando los aires, la dulce Dear Prudence, de Lennon, dedicada a la hermana de Mía FArrow, que se encerraba en el retiro espiritual. Después llega la intensa Glass Onion, con irónica letra de John, que le da paso a una historia de amor escrita por Paul, Ob La Di Ob La Da. Después, un delirante Wild Honey Pie, con mucha gente al micrófono y en tono de fiesta, la que deja paso a la épica The Continuing Story Of Bungalow Bill de John, donde hay una línea cantada por Woko. Un súbito aviso de George le da la partida a una de las más intensas del Disco 1, While My Guitar Gently Weeps, con un demoledor solo de guitarra de su amigo Eric Clapton, en lo que fue una de las pocas sesiones donde trabajaron con energías renovadas. Cierra el lado 1 la hermosa Happiness Is A Warm Gun, cortesía de Lennon.

El Lado B lo abre un piano exquisito de McCartney para Martha My Dear, seguido por la emotiva I´m So Tired, con letra punzante marca registrada de Lennon, además de una línea melódica apabullante. Todo esto para la calma sobrecogedora del Blackbird de McCartney y la hermosa Piggies de Harrison, que darán paso a la turbulenta historia de Rocky Racoon, recitada por Paul. A la perfección, la primera canción escrita por Ringo, Don´t Pass me By, pegada con la intensa Why Don´t We Do It In The Road de Paul. Para cerrar el primer disco, la hermosa I Will de firma McCartney, y la preciosa Julia, que Lennon escribió para su madre, dando un sorprendente momento de belleza de parte de su pluma, como para probar de que John se las arregla con una guitarra acústica y una canción hermosa.

El disco 2 lo abre ese clásico saludo de cumpleaños que es Birthday, cortesía de sir Paul, y es seguido por una de los blues más poderosos de esos tiempos, Yer Blues, de la mano de John: hasta cita al troesma Dylan por ahí, con un ritmo delirante. De la furia a la calma con la McCartneyana Mother Nature´s Son, y la punketa Everybody´s Got Something To Hide Except Me And My Monkey,d e Lennon. Le sigue una de las más hermosas canciones que he escuchado en mi vida: Sexie Sadie, firmada por John, en la que aprovecha de criticar de manera ácida al Maharishi, todo en una melodía hermosa. De la belleza pasamos a la rabia y la potencia de Helter Skelter, escrita por Paul, un antecedente directo del hard rock que derivó en un, por qué no decirlo, heavy metal clásico, siendo una de las canciones más pesadas que se hayan grabado para esos días. Cierra el lado A la calma de Long Long Long, de George.

Una vieja conocida abre el lado B, pero en clave lenta y bues: Revolution 1, con la mirada ácida de Lennon, y un sutil cambio de letra. Le sigue la vaudevillesca y espectacular Honey Pie, con un piano intenso y revisionista de Paul, que se pega sublime con la rockeraza Savoy Truffle marca Harrison, desembocando en una sutil Cry Baby Cry de Lennon, en la experimentación sonora de mezcla de cintas de Revolution 9 según la mirada de John. Todo esto para cerrar el lado B del Disco 2 con el track número 30, una canción de cuna: Good Night, compuesta por John y cantada por Ringo.

Un perfecto punto final para una gran placa doble.


Domingo 8 de enero de 2006:

Sobre reveldía, rocanrol y Ramones - En el fondo, la misma cosa.

Después de haber visto varias veces el documental "End Of The Century: The Story Of The Ramones", que han pasado harto por el cable en este último par de meses, se me ha dado vuelta una sola idea: el rocanrol se hace en base a elementos sencillos.

"¿Qué? La media novedad, weon" me podrán decir muchos de los que lean esto. Pero considero que es weno recordarlo de vez en cuando. La mayoría de las veces se tiende a complejizar todo lo que concierne al viejo y querido rocanrol. Se le tarta de encerrar y acotar, de definir de forma académica, de encontrar su fórmula definitiva, de hallar la manera precisa de producir el mismo efecto una y otra vez. La industria ha tratado de descifrarlo desde el principio de los tiempos, y la mayoría de las veces ha creído conseguirlo de manera perfecta. Pero siempre se equivocan.

Desde que el rocanrol es rocanrol, y aún incluso antes de que tuviera tal nombre, que el ir contra la corriente es el camino a seguir. Despojarte de lo que te imponen a la fuerza para poder encontrar tu propia voz, sin importar cuan difícil sea el camino para lograrlo. Esto es re viejo, y no es sólo aplicable a los movimientos musicales. Es una cuestión cultural el ir creando nuevos códigos para cambiar los viejos y gastados. Siempre ha sido así. Muchas guerras se han peleado para garantizar cosas que son esenciales para nuestra vida cotidiana. Muchas vidas se han ido por falsos ideales. A muchos los han engañado, a muchos los han pisoteado, a muchos les han llenado la cabeza de mierda, a muchos les han vendido la pomada heavy.

El arte debería jugar un rol vital en evitar que esas cosas nefastas sigan ocurriendo. Pero el arte muchas veces no quiere tomar esa posición y prefiere buscar otras alternativas, muchas veces desconectarse de la realidad concreta y emprender viaje a otras dimensiones. Peor las vueltas de la vida hacen que sean precisamente esos viajes alienados los que nos brinden las respuestas que andamos buscando.

Durante mucho tiempo afirmé que la rebeldía (o "reveldía", si la queremos llamar así) no existía. Sólo existían los problemas de comunicación generacional, y no el estado de rebeldía. Si tus viejos no te quieren escuchar o entender, de inmediato salen con la frasecita "¡eres un revelde!". Eso es lo mejor para cortar la situación y dejar de escuchar. En el día de hoy, sigo pensando que la "reveldía" es un estado de conveniencia para seguir teniendo las siempre presentes barreras de comunicación generacional.

Ojo, que esto va para ambos lados: tanto el dominador como el dominado se protegen en este “estado de reveldía" para no lelear a acuerdos civilizados conversando. Hay un rápido olvido de los padres de que fueron hijos en algún momento y una falta de visión en los hijos al no pensar en que a ellos les pasará lo mismo en el futuro si siguen ese patrón de conducta. "Meet the new boss, same as the old boss", como escribió el maestro cuasi-sordo Pete, el mismo al que siempre le cargaron los hippies, porque nunca se compró lo del "paz y amor", tal como lo deja en claro en la parte final de la obra maestra Tommy. Townshend pudo ver, incluso en ese tiempo, que todas las wenas intenciones se irían a la mierda por el egoísmo y la individualidad propias de nuestro mundo occidental. Ahora, que ya han pasado 36 años desde esos festivales que formaron verdaderos pueblos por su convocatoria, vemos que la guerra de sensibilidades la ganó la frialdad y el individualismo propios del capitalismo desmedido. Los "yuppie scumbs" a los que les cantaba Tom Petty para insultarlos.

Imagínense todo lo que sufrieron The Ramones para seguir con su carrera. Por lejos, fueron el único grupo del punk de los 70 que no pudo disfrutar de su influencia en popularidad ni masividad. En su tierra natal, siempre fueron basureados y nunca se les tomó en serio. ¿Cómo se iba a tomar en serio a unos tipos que aprecían los más freaks de su cuadra y que no daba confianza ni siquiera compartir un viaje en bus con ellos? Nada sirvió para ponerlos en el lugar que tomaron los Sex Pistols o los mismos Clash. Los Ramones siempre jugaron de alternativos en sus tierras, a pesar de que en el resto del mundo hasta llenaban estadios. Pero nada importó. Una cosa es vender discos y otra muy distinta es hacer historia. Y ellos la escribieron a punta de conciertos. Más de 2 mil en todo lo que duraron juntos.

¿Reveldía lo que hacían The Ramones? Más bien, hacer lo que te gusta. En ellos no había ni siquiera una nota nueva, ni un sonido novedoso e inédito. The Ramones fueron unos renacentistas en el sentido cabal de la palabra: tipos que gozaban con sus discos de la infancia, que trajeron de vuelta a los escenarios el espíritu adolescente que siempre caracterizó al viejo y querido rocanrol. Con los Ramones no hay tiempo que pase. Verlos tocar (cuando se podía hacer eso, o incluso en imágenes de archivo) es presenciar un momento encapsulado. ¿Es 1974? ¿1979? ¿1984? ¿1996? Da lo mismo eso.

Lo que importa es su espíritu.



Viernes 6 de enero de 2006:

Kicking Television: Live In Chicago.

Primero, aclaremos lo que significa un disco en vivo: un simulacro de realidad, no el hecho tal como ocurrió. Desde el principio de las grabaciones en vivo comercializadas en formato de disco, video o lo que sea, ha habido mejoras logradas por la post producción. Se eliminan todas las pausas prolongadas, los acoples incómodos, las saturaciones habituales, las caídas de milésimas de segundo de alguno que otro instrumento. Incluso, se elige qué material del intérprete pasará a la inmortalidad y qué será excluido. Por eso, no es un hecho aislado lo que ocurre con el disco del cual pueden ver la portada en esta ocasión. El material elegido, al cual me referiré en las siguientes líneas, es demasiado intenso, precioso, inmortal y delicado como para dejar pasar. Especialmente con Wilco.

Y pensar que esta banda estuvo tocando en Brasil a fines de octubre pasado! Me imagino que para esos afortunados, Wilco debió haber sido toda una sorpresa. Es que no hay nada que nos pueda preparar para una banda de la talla de Wilco. Jeff Tweedy es, lejos, uno de los compositores más iluminados de los últimos años. Basta con escuchar de principio a fin el A Ghost Is Born para encontrarnos con música preciosamente hecha, con letras fascinantes y una madurez que sólo la mente abierta y la experimentación pueden dar.

¿Qué mejor que comprobar las bondades de Wilco que un disco en vivo? Weno, pues acá lo tienen: el Kicking Television: Live In Chciago, registrado en una presentación en el Vic Theatre de esa ciudad. El show corresponde a la gira de promoción del A Ghost Is Born, y en él se pueden apreciar tres cosas a la primera escucha: a) Tweedy está arriesgándose de manera exitosa en pasajes de guitarra muy a la Neil Young; b) la banda ya está a varios pasos más adelante que esos dos grandes primeros discos de country rock impecable, el AM y el Being There; y c) la banda ha logrado devoción entre sus seguidores, capaces de asimilar y aceptar la evolución de la banda.

El material escogido de esa presentación en el Vic Theater del Second City está fuertemente cargado al A Ghost Is Born y al Yankee Hotel Foxtrot. A pesar de esto, el disco lo abre Missunderstood, una canción que abre el disco 2 de ese gran Being There, de 1996, una espectacular melodía de aquellos días donde la sencillez de una tonada apegada a las raíces era un fuerte de la banda de Tweedy; la elección es la adecuada, ya que logramos escuchar al respetable coreando las líneas de la canción. Lo que sigue nos entra de lleno en la fase actual de la banda: Company In My Back inunda nuestros oídos, seguida del cuasi himno The Late Greats, de la preciosa Hell Is Chrome y de la sicodélica Handshake Drugs, todas ellas del A Ghost Is Born, del 2004.

A continuación, un paso por el Yankee Hotel Foxtrot (que muchos consideran su obra maestra), con I´m Trying To Break Your Heart. Le sigue una vuelta por el sonido amable y precioso de Summertheeth, de 1999, con A Shot In The Arm. Una vuelta por el Wilco modelo 2004 con una de las canciones más intensas, atractivas y llenadoras que hayan grabado: At Least That´s What You Said, que acá suena gigante; le sigue Whishfull Thinking y la hermosa Jesus Etc, del Yankee Hotel, y otra más de ese disco, la espectacular I´m The Man Who Loves you, donde la voz dulce de Tweedy hace un extraño y atractivo juego con las guitarras fuertes y el vibrato que incendia, uno de mis temas favoritos de Wilco. Cierra el disco 1 la declaración de principios de la banda, y el track que le da nombre a este disco en vivo: Kicking Television, una de esas canciones con un power inusitado, notable en todos los aspectos y punto fuerte de Wilco.

EL disco 2 lo abre Via Chicago, de Wilco modelo 99, una balada sobre asesinato, una dulce ironía en sí misma. Después, llega uno de los momentos altos del registro en vivo, con Hummingbird y ese exquisito piano que inunda todo el lugar, pasando a Muzzle Of Bees de manera sublime. Todo esto como antesala al ya conocido homenaje a Woody Guthrie con One By One y Airline To Heaven, ambas de esa serie de discos Mermaid Avenue en conjunto con Bill Bragg. Radio Cure precede a Ashes Of American Flags y, para este punto, ya queda claro que los Wilco han emprendido un viaje sin retorno hacia elk crecimiento musical.

Después llegan dos pegadas del Yankee Hotel: Heavy Metal Drummer y Poor Places. Al llegar Spiders (Kidsmoke), comprobamos lo intensas y, en algunas ocasiones, mejoradas versiones que rinde Wilco para lo registrado en el A Ghost Is Born; después de escuchar esa versión, dan ganas de reinterpretar completo el increíble disco. Finalmente, cierran con broche de oro de la mano de un cover: Comment (If All Men Are Truly Brothers), de la figura del funk de los 70, Charles Whright.

Llevo escuchando este disco hace un par de meses. Esperaba con ansias el lanzamiento del DVD, pero los Wilco declinaron editarlo. A fin de cuentas, el título lo dice todo: patear la TV y disfrutar de la música.

Y vaya que se disfruta!!!


Jueves 5 de enero de 2006:

Like A Rolling Stone.

La historia dice más o menos así: en Junio de 1965, Bob Dylan escribió y grabó la que dicen que es la canción más importante dentro de la música popular. Aquella que marcó un antes y un después en el lenguaje, en la composición, en el formato de canción, en la temática aplicada de las letras, en innovación, en espontaneidad, en pasión. Es la cara A de ese 45 rpm que ven en la foto: Like A Rolling Stone.

Lo que pasa con Like A Rolling Stone es que es más que una canción. Es un acontecimiento. Es algo que sólo se dio una sola vez y ya está. Su origen viene de un impulso vomitivo lírico de Bob Dylan. En un período en donde se cuestionaba el seguir escribiendo canciones y tocando en público, en parte harto de la presión a la que estaba expuesto. Esto de ser considerado "la voz de una generación" y el nuevo prodigio de las canciones d protesta fue algo con lo que jamás se pudo identificar. Primero, pasó a escribir sobre cuestiones más personales, como el amor y las dudas existenciales (escúchenlo en Another Side Of Bob Dylan) y, derechamente, a componer electrificado en Bringing It All Back Home. Pero el troesma estaba chato de todo esto. Y se puso a escribir prosa.

Escribía cerros y cerros de prosa, muchas veces incoherente a primera leída. Él mismo ha dicho que toda esa verborrea de prosa lo llevó a preparar una novela llamada Tarántula, que no pudo completar porque le vino, como si fuese casi una inspiración divina, un impulso intenso que derivó en unas 20 páginas de pseudos estrofas para una canción. Escribió, linealmente hablando, sobre una chica que se queda sola, por su cuenta, como una piedra rodante. Fue ahí cuando, después de casi 2 semanas de haber vuelto de gira por Europa y firmemente decidido a retirarse, que se convenció de que lo suyo era escribir canciones y tocar. Era todo lo que quería hacer.

Así fue como, apenas 13 días después de volver de esa gira acústica por Europa, Dylan fue al estudio de grabación para trabajar con el productor Tom Wilson en esa nueva canción llamad aLike A Rolling Stone. En un principio, y tal como la podemos escuchar en los Bootleg Series, era un vals al piano, con sólo Dylan en la voz. Rápidamente, Dylan se convenció de que debía tocarla en 4X4, volviendo a llamar al capo de las 6 cuerdas Mike Bloomfield, uno de los blancos más virtuosos en la guitarra. Bloomfield pensaba que no tenía mucho que hacer en la canción, pues lo suyo era el Blues. Después de algunas intervenciones, el troesma quedó fascinado con la guitarra "con onda" de Bloomfield.

Para la sesión ya contaban piano, la base rítmica y el órgano Hammond, pero todavía no cuajaba. Después de varios intentos fallidos, los que se pueden escuchar por ahí, un par de músicos no volvieron. Es ahí cuando entra en la historia el joven Al Kooper, un guitarrista de sesión fanático de Dylan. Había sido invitado por Tom Wilson para que viera la sesión. Kooper llevó su guitarra pero, al ver cómo tocaba Bloomfield, inmediatamente la guardó y se fue a la sala de control. Al ver que la parte del órgano no andaba del todo, Kooper baja al estudio y se sienta junto al teclado para tocar. Lo nota inmediatamente Wilson, quien le dice que vuelva a la sala de control; no lo dejaría tocar. En ese preciso instante llaman por teléfono a Wilson y Kooper aprovecha para quedarse en el estudio tocando.

Como no se sabía bien la estructura de la canción, entraba un compás atrasado. Y su insistente y retrasado Hammond era justo el ingrediente que faltaba para que Like A Rolling Stone quedara perfecta. Al volver Wilson, no lo saca del estudio pero le baja el volumen de su Hammond. Dylan entra a la sala de control y le dice a Wilson que le suba los niveles, que eso era lo que faltaba y que se le incluiría. Luego, grabaron todos juntos una toma de Like A Rolling Stone, una toma perfecta e impecable. Aunque se repitió varias veces, nunca logró tener la misma fuerza y la misma energía de esa priemra toma. Esa fue la definitiva y la que se editó como single.

Like A Rolling Stone dura unos 6 minutos aproximadamente. En el label, se puso 5 min 57 segundos, como para que en las radios la pasaran al aire y no les pusieran problemas. Dylan la estrenó en vivo para esa emblemática y polémica presentación en el Newport Folk Festival, como un mes después de grabarla. La tocó con Bloomfield y Kooper más la base rítmica de la Butterfield Blues Band, y logró captar la espontaneidad de esa única toma, aunque todo estuvo manchado por los abucheos.

Personalmente, creo que la mejor versión de Like A Rilling Stone que he escuchado está en el Bootleg Series Vol 4 Live 1966, el concierto completo del Free Trade Hall de Manchester. La escena se las he descrito varias veces: el grito anónimo de "judas" proveniente del público, el "no te creo... mentiroso" y el "toquen fucking fuerte!" como respuesta del troesma para la más verborrea, vomitiva, desgarrada y animal versión que mis odios y sentidos hayan percibido.

¿Les gusta Like A Rolling Stone?



Miércoles 4 de enero de 2006:

Un poco sobre las mujeres de mi vida.

Hace rato que las mujeres la están llevando. Hace mucho rato.

¿Acaso no se han dado cuenta? Para los que somos chilenos de nacimiento, crianza, formación y pertenencia, sabemos que nuestro país es un gran y gigantesco matriarcado. Nuestras casas, nuestros hogares y nuestros corazones son comandados por mujeres. Son ellas las que nos soportan toda la vida y son ellas las que nos vuelven a dar oportunidades una y otra vez. Ellas son la piedra angular de nuestras existencias.

Lo vemos a diario en nuestras madres, en nuestras hermanas, en nuestras amigas y en nuestros amores. Las mujeres, durante toda la historia de la humanidad, han tenido que dar prueba de sus capacidades en cada minuto. En una historia escrita por el hombre (si, el género masculino, ese al que pertenecemos nosotros y del que abusan muchos), la mujer sale disminuida en su importancia.

Desde un comienzo, se le trató como inferior y como débil - qué error más grande cometieron!. Peor aún: incluso cuando se empezaron a acuñar y asimilar los conceptos de libertad , igualdad, dignidad y derechos, no se le daban los mismos a las mujeres. Recién es cosa del siglo XX que la mujer vote y que se integre al mundo laboral de igual a igual con el hombre. En las universidades, en el trabajo, en la vida cívica. La mujer comenzó a mostrar su verdadero potencial y su verdadera importancia en una sociedad que la denigró como persona y que le fijó funciones que no necesariamente debían ir con ella. Lo que son las vueltas de la vida: acá en Chile está a punto de salir una mujer como Presidente de la República.

Si me fijo en mi familia, me puedo referir a 3 mujeres:

Mi abuela materna, Magdalena (le decían "nena"). Profesora, directora de colegios, con negocios propios, no dependiente económicamente de su marido, un empresario agrícola de la séptima región. Y de un carácter fuerte. Cansada de la conducta licenciosa de su esposo (mi abuelo Guillermo, a quien sólo he visto dos veces en mi vida), lo echo de la casa y se separó de él. Así de simple. Y siguió saliendo adelante sola, con sus tres hijas. Lamentablemente, enfermedades deterioraron gravemente su salud. Falleció hace como unos 4 años atrás.

De sus 3 hijas, mi mamá, no tomó muy bien ese cambio tan brusco en su hogar: se rebeló, se casó joven, fue madre muy niña, se separó y crió a su hijo mayor (mi medio hermano mayor, Juan Carlos) completamente sola. Terminando de estudiar de noche, trabajando de día e ingresando a la universidad, mi mamá trabajaba y se mantenía sola a la misma edad en que yo estoy escribiendo estas palabras. Con su familia en contra (mi abuela fue muy rencorosa con ella, y sus hermanas casi no hicieron nada dentro de su comodidad), mi mamá logró sobrevivir y criar un hijo sola, sin la ayuda de nadie. El cuando conoció a su segundo esposo, mi papá, es otra historia ;) A pesar de que su madre le dio la espalda, mi mamá fue la única que apoyó y cuidó de mi abuela en sus enfermedades. Dejó atrás sus ganas de distanciarse para reencontrarse con ella y ayudarla. Como cualquier hija o hijo lo haría con su madre enferma.

Mi hermana, a pesar del mundo de diferencias de pensar que nos dividen, es una mujer admirable. Si bien no compartimos muchas cosas y miradas de vida, reconozco en ella un gran ejemplo a seguir. La Mari lucha por lo que quiere, no se conforma con poco, trata de salir adelante en todo y de no hacerle daño a nadie. Tiene mucho de niña adolescente en sus afectos y mucho de llevada de sus ideas, pero su corazón es como los hay muy pocos. De seguro que nunca se ha metido por estos lados a leer lo que escribe su hermano mayor-en-edad-menor-en-espíritu, pero igual le dedico unas palabras a ella.

El resto de las mujeres en mi vida merece varios escritos más. Todas esas amigas que me han brindado cariño y atención, todas esos amores platónicos, todas esas cómplices en varias cosas. Todas ellas merecen varios caracteres para poder referirme a ellas con más detalle y con más atención. A muchas de ellas les hago saber lo importantes que son cada vez que puedo. Varias de ellas han sido fuente de inspiración para cosas que he escrito por ahí. Lo reconozco: he mostrado algunos intentos de instrumentales inspirados en alguna de ellas. Justo ella, la Vulnerable Querubina, me escribió diciendo que se le habían soltado varias lágrimas al escuchar esas piezas. Creo que no he vuelto a tocarlas en mucho tiempo. ¿Deberé retomarlas? No estoy seguro: esos intentos de instrumentales aún significan mucho para mí. Hace poco, una amiga me decía que no debemos perder el ser inspirados ni románticos para nuestras expresiones. I totally agree with her, aunque duela.

Y si se trata de inspiración, las mujeres de nuestras vidas siempre lo serán. Pregúntelne a los Lennon, Dylan, Young, Townshend, Harrison, Clapton y demases autores del mundo. ¿Ejemplos? Demasiados como para citarlos acá, pero se me viene a la mente el caso del troesma y su preciosa canción She Belongs To Me, sobre una mujer artista, sensible, independiente en afectos y fascinante. También de Vissions Of Johanna, sobre Joan Baez, de Sad Eye Lady Of The Lowlands, esa canción de 14 minutos sobre su esposa Sara.

Les dejo una foto de una de mis mujeres favoritas. Una mina rockera con ganas, una de esas que es capaz de sacudir nuestros oídos, nuestros sentidos y nuestra mente con su presencia, su impronta, su carisma, su voz y su guitarra. Uno más en mi larga lista de amores platónicos y en mi no tan larga lista de amores imposibles: PJ Harvey.

Qué mujer! Mírenla: con sus gafas oscuras, parada en plena urbe occidental, con una aparente semblanza de seguridad y confianza en sí misma. ¿Qué más pedir? Quererla nomás. Quererlas nomás. Respetarlas. Darles el trato digno que merecen por ser las que nos inspiran, las que nos afirman y las que nos perdonan.




Lunes 2 de enero de 2006:

Prison Break.

Cuando vi la publicidad en Fox de una nueva serie llamada Prison Break, y anunciada como "el nuevo 24", la verdad es que no me llamó mucho la atención. Siendo un seguidor de siempre de la serie que narra los hechos en tiempo real, se me hacía difícil ver que habría "un nuevo 24" en la TV abierta gringa. Pero estaba casi equivocado.

Acá se estrenaba el segundo Lunes de octubre por la señal de cable. Quise salir de dudas y vi el primer capítulo. Y les debo confesar que quedé atrapado por la aparentemente sencilla trama que plantea: Michael Scofield (el nominado al Globo de Oro de este año por su papel, Wentworth Miller) un cabro "emprendedor y digno" (un ingeniero en estructuras con buena situación económica) cae en prisión, luego de asaltar un banco a mano armada. Llega como interno a Fox River, con todo un plan en su mente: sacar a su hermano condenado a la pena de muerte por un asesinato que no cometió, Lincoln Burrows (Dominic Purcell).

La idea sería absolutamente descabellada e imposible de no ser por el pequeño gran detalle de que Michael fue el que diseñó la estructura de Fox River y que, además, lleva los planos encriptados en tatuajes por todo su cuerpo, además de un frío y calculado plan para desarrollar el escape. Pero necesitará de alguna ayuda de "amigos". Así, van sumándose algunos internos que Michael necesita para llevar a cabo su plan: John Abruzzi (Peter Stormare), un mafioso que puede conseguir un avión; Fernando Sucre (Amaury Nolasco), el compañero de celda de Michael, quien debía ser de confianza para partir el plan; Charles Westmoreland (Mute Watson), un viejo que esconde una fortuna y un pasado medio extraño: probablemente, es el famoso pirata aéreo D.B. Cooper; y Theodore "T-Bag" Bagwell (Robert Kneeper), el "convidado de piedra" del grupo: un pederasta ultra enfermo y desquiciado que se entera del pan de escape y se mete a la fuerza.

Hay una sub-trama paralela: la conspiración detrás de la culpabilidad hacia Lincoln. Hay fuerzas extrañas, que llegan hasta el mismo gobierno, que dejaron a Burrows como el "pagote" de toda la situación. Esta conspiración tratará de descifrarla su ex novia y abogado, Veroncia Donovan (Robin Tunney). Esto, desde luego, no estará exento de persecuciones, amenazas virtuales y reales de muerte y acorralamiento extremo.

Honestamente, y teniendo apenas una sinopsis como referencia, pensaba que la trama no daba para más que una película larga. Demás que en un poco más de dos horas se puede resolver el conflicto principal (el escape de prisión). ¿Cómo estirar ese conflicto en 13 episodios? Se haría tedioso, confuso, mareador y estúpido, como podríamos deducir. Pero esas dudas y reservas se despejaron en el primer capítulo. Es curioso ver cómo hay una luz al final del túnel con un tipo que tenga prácticamente todo bajo control. Es sólo cosa de tiempo el ver cómo lograría Michael su objetivo de llevar a cabo el escape.

Y nos encontramos con que cada episodio tiene una meta que debe lograrse: algún contacto que concretar, alguna herramienta que improvisar, alguna situación que crear para seguir avanzando con el plan. El relato de la serie está bien logrado: hay tensión creciente, hay ganchos notables, hay detalles que no deben perderse de vista.

Prison Break logra cabalmente su objetivo de dejarnos atrapados a la pantalla. Nos deja con las ganas de saber a dónde llevará toda esta situación. ¿Cómo carajo podrán escaparse esos tipos de una prisión de máxima seguridad? ¿Qué tan maquiavélica es la supuesta conspiración contra Lincoln Burrows? ¿Cómo es que Michael Scofield no pierde la cabeza? ¿Acaso está medio desquiciado? ¿Acaso no hay un sin número de detalles que pueden atentar contra la realización del plan? Weno, esas son las cosas que se van planteando a medida que avanzan los capítulos de la serie.

Es curioso lo que pasó con Prison Break: en una época en que tanto show malo es cancelado con justas razones, los 13 episodios (que terminaron de ser emitidos allá en EE.UU. a fines de noviembre y acá en Latinoamerica hace un par de horas y en este preciso instante en la repetición) no son los únicos de esta primera temporada: allá, a fines de Marzo, vuelven 9 episodios para terminar la historia. Lo que vi hoy me dejó con todas las ganas de ver en qué termina todo este cuento. ¿Cómo se les ocurrirá "desenlacerar" la trama? El episodio número 13 dejó todo abierto, y parecía un final demasiado abrupto y abierto como para dejarla así. Pero el rating y la crítica a favor hicieron que la Fox les confirmara el resto de los capítulos para completar una temporada de 22 entregas. Además, todo esto coronado con las dos nominaciones que recibió para los Globos de Oro de este año: Mejor Serie Dramática y Mejor Actor Principal.

Acá, me imagino que tendremos que esperar hasta mayo para ver los capítulos que quedan por estrenar allá en Gringolandia. Si la pueden checkear n estos días en que repondrán los 13 episodios que ya se estrenaron, se las recomiendo.


Domingo 1 de enero de 2006:

A propósito del año nuevo...

Feliz año nuevo!!!!

Es curioso cómo se llena el centro acá en Santiago con el año nuevo. La noche del 31 de diciembre de cada año es de puro y llano festejo. Nada de ensimismamiento ni de recogimiento que dicta la Navidad. Para nada.

En Año Nuevo se baila. En Año Nuevo se vacila. En Año Nuevo se toma un montón. En Año Nuevo se come como nunca. En Año Nuevo todos los carretes parten después de las 2 am, como para dejar tiempo para disfrutar de la mansa cena.

En Año Nuevo, las calles principales se llenan de gente que quiere los mejores lugares para ver el espectáculo pirotécnico de los fuegos artificiales de cada zona central. En Año Nuevo, se botan todas esas cosas que queremos dejar atrás. En Año Nuevo, la gente anda más supersticiosa que nunca, con ritos y tradiciones que sólo salen a flote la noche de los 31 de diciembre.

En Año Nuevo, hay más actividad nocturna que nunca. En Año Nuevo, más de la mitad de los conductores anda con alcohol en la sangre. En Año Nuevo hay luces por todos lados. En Año Nuevo, se hacen más fiestas que nunca. En Año Nuevo, las orquestas de música bailable tocan hasta en incluso 7 lugares durante la noche. En Año Nuevo, las fiestas con DJ se multiplican para que la gente baile. En Año Nuevo, las entradas para los eventos especiales pueden costar, por lo bajo, unos 20 mil pesos. En Año Nuevo, pareciera que Valparaíso es EL lugar donde se debe estar.

Y en año nuevo es cuando las tocatas podrían tener más relevancia. Anoche, de las que sé que se habían programado, había una en el Bar de René, donde Weichafe y Hielo Negro se repetirían el plato de la noche anterior en el barrio Brasil. Yo no fui porque siempre celebramos el año nuevo con mi familia y dos más. Esta vez, no estuvimos en casa. Y pasé una buena parte de la noche con guitarra acústica y tocando para los pocos adultos que se quedaron en sobremesa, después de que la juventud se fue de carrete all night long.

Con el año nuevo se me viene a la mente esa canción emblemática de los U2, el New Year´s Day. ¿Se acuerdan de todo el revuelo que causó el rumor de que tocarían justo esa canción para cuando el reloj marcara las 12 allá en Irlanda, hace como unos seis años atrás, para dar la bienvenida al siglo XXI? Weno, nunca se dio. Pero U2 sí ha tocado en Año Nuevo. Por ahí hay registro de un show de recibimiento de 1989.

Contrario a lo que se puede pensar, en 1 de enero sí pasan cosas. Por ejemplo, fue un 1 de enero cuando se transmitió el primer Top Of The Pops en Inglaterra. También, un 1 de enero entraron a Fleetwood Mac el matrimonio de Lindsay Buckingham con Stevie Nicks. Irónicamente, a exactamente un año después, ya estaban separados como pareja, pero aún en el grupo y llegando al Nº 1 con Go Your Own Way.

También el 1 de enero es clave para The Beatles. Si repasamos nuestros libros de historia, podemos encontrar que el 1 de enero de 1962 llegaron a Londres, tras viajar toda la noche en auto, para su audición en Decca Records. Tocaron varios temas y los rechazaron. Cuando Brian Epstein, el manager de los de Liverpool, preguntó pro qué los estaban rechazando, le respondieron que "los grupos con guitarras estaban pasados de moda". Se nota que sabían de lo que hablaban, jejeje. Al año siguiente, y ya firmados por EMI, The Beatles da el puntapié inicial a una gira por Escocia. Y los grupos con guitarra siguieron apareciendo.

También un 1 de enero, pero de 1967, se realiza el evento "Freakout", en el Roundhouse. Este consistía en una especie de festival de nuevas tendencias, con las actuaciones de Pink Floyd, The Move y The Who. Diez años después The Clash estartía abriendo el Roxy Punk Club en Londres. Doce años antes, les negarían las visas a The Nashville Teens y The Zombies, quienes ya estaban en New York, viéndose obligados a cancelar las fechas que tenían programadas. Al año después, The Beach Boys llega a la cima de los charts en USA con Barbara Ann.

Si hubiera wenas tocatas acá en Chile para año nuevo, sería espectacular. Como la de la foto que estoy subiendo en esta ocasión, la primera foto del 2006: un momento de uno de los célebres conciertos de año nuevo de The Grateful Dead, esa banda legendaria y masiva dentro de gringolandia. Los Dead acostumbraban a celebrar los Año Nuevo tocando en vivo y a recinto lleno siempre. Las más emblemáticas sesiones de Año Nuevo fueron las que se vivieron en el clásico Winterland, el recinto que administraba Bill Graham , uno de los responsables del movimiento de la escena desde mediados de los 60 (de hecho, él era el productor de los eventos en los Filmore).

La foto es de la última jornada en que el Winterlanmd estuvo en actividad: la víspera de Año Nuevo del 31 de diciembre de 1978, para recibir 1979 y cerrar definitivamente ese simbólico lugar. ¿Quién mejor para cerrarlo con broche de oro que The Grateful Dead, quienes completaron unos 48 shows ahí? El concierto fue largo e hipnótico, como solían ser todos de los Dead.

Ideal para iniciar el año.